En el blog que apunto con el dedo hay otra tortilla igual de sabrosona.

sábado, 10 de abril de 2010

MORAL DE INTERROGACIONES (2)

Escrito por: Juan Masiá Clavel [blogger] el 20 Mar 2010 - URL Permanente
(Se reproduce en el blog anterior, en éste y en los siguientes, una antología de textos del libro de Juan Masiá, Moral de interrogaciones, de. PPC, Madrid 1998. En carta reciente del Director de PPC al autor, el 23 de febrero de 2010, se comunica que la edición de este libro está agotada y descatalogada. “Nos vemos, dice, en la necesidad de declarar obsoleto este libro, del cual ya no tenemos existencias y no vamos a reimprimir”. Ante las reiteradas peticiones de lectores y lectoras que han tenido que recurrir a librerías de viejo en Buenos Aires, México y Sevilla para adquirirlo, el autor ha optado por publicar esta antología en el blog, para poner el texto gratuitamente al alcance de quienes todavía lo consideren relevante. Es oportuno notar que el libro fue publicado con los debidos permisos eclesiásticos y el nihil obstat obtenido a través de los superiores religiosos del autor).
MORAL EXPLORADORA
1. Encrucijadas de discernimiento
2. Retrospección y prospección: el arte de preguntar
3. La sana perplejidad
4. ¿Renovar o recrear?
5. Tareas, estilos, menús y herramientas
6. Tres décadas a vista de pájaro
2. Retrospección y prospección: el arte de preguntar
Un maestro de enseñanza primaria planteaba a sus alumnos la pregunta siguiente: "¿quién es más listo, el ser humano o el gato?" Después de dejarles discutir un rato, concluía el maestro: "El gato, porque después de haberse quemado ya no se arrima a la estufa; en cambio, el ser humano es el animal que tropieza dos veces en la misma piedra". A partir de este exordio exponía el maestro cómo, a lo largo de la historia desde Tucídides hasta nuestros días, la humanidad proclamó tras cada guerra: "ya nunca más se volverá a repetir". Pero, al cabo de cierto tiempo, se repitió la guerra. Remataba el maestro su lección diciendo: "aprendamos de la experiencia del pasado". El método de este maestro es bien antiguo, como el "historia magistra vitae" de Cicerón, que suele refutarse hegelianamente: lo que aprendemos de la historia es que la humanidad no aprende de la historia, ni escarmienta en cabeza ajena
Se puede estar de acuerdo en que reflexionar sobre la experiencia y aprender del pasado es una posibilidad, necesidad y privilegio humano. Sobre esa base, la humanidad vuelve a pensar en cada época sus principios y normas de conducta. Aprovecha para ello la sedimentación secular de sabiduría con el fin de enmendar errores y mejorar éxitos. Pero es importante acentuar el valor de esa otra sabiduría que anticipa el futuro. En la discusión de los problemas morales es particularmente necesario este modo de razonar sapiencial y prospectivo que, en vez de usar la memoria como reserva de moralejas, la utiliza como trampolín para la imaginación. La conjugación de las sabidurías retrospectiva y prospectiva, de memoria e imaginación en el tratamiento de los problemas morales, es una de las actitudes que caracterizan en estas páginas a la moral de interrogaciones.
Estos ensayos han surgido de unas clases que llevaban por título Métodos de discernimiento moral. Había que clarificar al comienzo lo que se entiende por método en este caso. Al menos, habría que distinguir los sentidos siguientes.
a) Métodos de cultivar el sentido de lo moral: son los que responderían a preocupaciones que tienen que ver, en general, con lo que suele llamarse educación moral (a la que no conviene confundir con la "adoctrinación" moral); suelen ocuparse de ello la pedagogía y psicología de la educación.
b) Métodos de discernir en la práctica cuando confrontamos problemas y dilemas morales: este es el campo de la decisión moral. Suelen ocuparse de ello quienes tratan en un consultorio casos y situaciones concretas.
c) Métodos de pensar la Moral: esto tiene que ver con la elaboración teórica de la Moral y la discusión, al nivel del saber, de sus modelos. Es tarea de la filosofía moral y de la teología moral.
A nivel de sentido común y uso corriente del lenguaje, muchos entenderían por método en moral el camino para practicarla; por criterios, las señalizaciones del camino para orientarse en la encrucijada de los problemas morales.
La idea central de estas páginas gravita sobre el sentido indicado en el apartado "c)" sin dejar de tener a la vista los otros: oponer una moral de interrogaciones a una moral de respuestas y propugnar unos métodos y criterios interrogativos. Esta moral interrogativa habría que aplicarla, en primer lugar, a la hora de intentar la elaboración teórica aludida en el anterior apartado "c", pero también a la hora de tratar lo referido en "a" y "b".
Entre las formas insatisfactorias de enfocar los problemas de la moral podríamos destacar las siguientes:
a) dar respuestas claras y tajantes a preguntas complejas o a preguntas inadecuadas;
b) dar respuestas complejas a preguntas poco importantes;
c) hacer preguntas sin sentido y no hacer las preguntas que habría que hacer;
d) crear desorientación y desánimo por la incertidumbre en las respuestas a cuestiones importantes.
Para subsanar estos fallos en el modo de preguntar y responder, necesitamos un enfoque que acentúe la búsqueda continua y en común de preguntas básicas y la orientación fundamental en que han de ir las respuestas. Un enfoque así carga el acento en una moral centrada en preguntas humanas radicales, más que en obligaciones y mandamientos. En vez de preguntar por lo mandado o prohibido, por lo que debemos hacer o lo que no está permitido, nos preguntamos qué es lo que realmente merece la pena para ayudarnos a crecer humanamente y ser genuinamente felices. Estas preguntas básicas por lo auténtico y lo valioso expresan una tarea nunca plenamente lograda, pero de la que no desistimos: comprender y educar a la persona humana.
Se oponen a este enfoque el moralismo estrecho y la frivolidad amoral. El primero se queda en el nivel de responder a preguntas sobre lo mandado y lo prohibido. La segunda ni pregunta ni responde. Para evitar el estilo "adoctrinador" del primero y la superficialidad de la segunda, así como también la actitud que desiste de la tarea, propongo el enfoque de preguntas fundamentales y orientaciones básicas de respuesta. Se trata de un continuo plantear preguntas básicas y una continua búsqueda en común de orientaciones de respuesta, como parte de un proceso de crecimiento dirigido hacia la felicidad humana genuina. Así es como querría entender aquí la línea fundamental de lo que he llamado en el título "moral de interrogaciones".

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