En el blog que apunto con el dedo hay otra tortilla igual de sabrosona.

viernes, 31 de julio de 2009

2ª Entrega. Desde 25/8/8 a 28/7/9

Cortina de humo olímpica
25.08.08 @ 23:22:39. Archivado en Japón, Justicia y paz

El despliegue de fuegos artificiales en la inauguración olímpica y en la clausura de los juegos, ampliamente difundido por la televisión japonesa, producía una impresión ambigua para quienes lo contemplábamos desde Tokyo. Beijing y Tokyo, dos ciudades tan cerca y tan lejos, pensábamos. China y Japón: dos tradiciones con vínculos de sangre cultural, pero sin acabar de reconciliarse.

Pirotecnia y tecnología intentaban convertir la noche de Beijing en un mediodía radiante. Pero el espectador crítico adivina tras la cortina de humo de las apariencias: hay una realidad sombría de millones de habitantes para quienes la fiesta no es fiesta; hay también una realidad penosa de la falta de reconciliación chino-japonesa.

Como contrapunto a las transmisiones luminosas de la olimpíada, es inevitable pensar, desde Tokyo, en dos enfoques que no son noticia, aunque merecerían serlo: la ciudadanía china puesta en cuarentena para no contaminar los olímpicos y la memoria histórica japonesa anestesiada.

Tras la cortina de humo de la exaltación nacional en la ceremonia inaugural, se ocultaba la otra cara de la China oprimida. En la transmisión del desfile de competidores por naciones, las cámaras enfocaron incesantemente a los centenares de azafatas que marcaban la trayectoria, deteniéndose una y otra vez para mostrar sus rostros sonrientes y el ritmo acompasado y esbelto de sus extremidades. Si esa fue la imagen de la mujer china que se grabó en el subconsciente del público, sería una cortina de humo que tapa la opresión y discriminación de millones de mujeres.

Antes de que la mano férrea del control policial se avalanzase sobre la prensa extranjera, reporteros espabilados pudieron enviar a sus redacciones las fotos de la campaña de “saneamiento” y “lavado de cara” que precedió a los juegos: posters gigantescos ocultando los mercadillos que no dan la imagen, vallas metálicas disimulando la fachada de los barrios en demolición, expulsión de vendedores ambulantes, detenciones masivas de posibles disidentes y un largo etcétera que incluye paradójicamente a la larga cola de “solicitantes de justicia”. Es una vieja tradición que se remonta a los viejos tiempos imperiales: acudir a la capital a reclamar los derechos conculcados en provincias. Presume el discurso oficial de tener una oficina de admisión de reclamaciones. Pero la lista y cola de solicitudes se convirtió esta vez en registro de detenciones preventivas...

Otra cortina de humo: la de las sonrisas diplomáticas de los respectivos líderes, que disimulaban la otra cara de las relaciones chino-japonesas. Ni el Museo japonés del templo Yasukuni, en Tokyo, ni el Museo y monumento memorial a las víctimas de la masacre de Nanjing, ayudan a la reconciliación de los pueblos mediante una memoria histórica equilibrada.

El museo japonés muestra los vivas triunfadores de las tropas japonesas que penetran por la brecha abierta en la muralla de la capital china en 1937. Pero disimula la masacre etiquetándola anacrónicamente como “campaña contra el terrorismo”. Intentos como éste de revivir la ideología militarista de preguerra por parte de la minoría nostálgica japonesa se han reflejado en el movimientoe revisión de libros de texto, llamando “intervención liberadora” a la “invasión” japonesa de países asiáticos antes de la guerra del Pacífico.

De este modo, la reacción del extremo opuesto por parte China está servida. Los visitantes del Memorial chino de la masacre de Nanjing pasean por la esplanada en cuyo suelo están grabadas en bronce las huellas de los pies de los supervivientes y su atención queda polarizada en el número de trescientas mil víctimas y las fotos de osarios exhumados. Las generaciones jóvenes de ambos países, que hacen visita turística se sienten distantes de una historia que sospechan se les transmite desfigurada por ambos lados.

Historiadores de los dos países, en unión con investigadores coreanos, han fomentado la inicitaiva de redactar estudios en colaboración más equilibrados, para que la memoria histórica no se ideologice. Pero la clase política dirigente de sus respectivos países no sale de su conservadurismo.

La reconciliación que se llevó a cabo en Europa tras la segunda guerra mundial está por hacerse en el noroeste asiático. Tanto China como Japón necesitarían para ello resucitar la memoria de su antigua sabiduría. “Si el débil está a punto de tropezar y caer, échale una mano. Hacerlo es humano. No hacerlo es inhumano”, decía Mencio.

El rollo de escritura tradicional que nos maravilló con su conjunción de danza y caligrafía en la ceremonia de apertura de los olímpicos remitía a los tiempos de Confucio y contenía un mensaje que, si se pusiera en práctica, garantizaría la dignidad y derechos humanos en Oriente y Occidente. Pero la contradicción entre la propaganda y la realidad es demasiado palpable.

En el desfile olímpico se hizo gala de mostrar decenas de atuendos regionales, correspondientes a la diversidad cultural de países en el territorio chino. Pero, ¿Cómo se compagina con lo que está ocurriendo en el Tibet?


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Muertes a la japonesa: por estrés y desempleo
30.08.08 @ 18:55:35. Archivado en Bioética

A las palabras japonesas conocidas en los medios europeos, se suma el fallecimiento llamado “karôshi”. Tres ideogramas visualizan el concepto: exceso (ka), trabajo (rô) y muerte (shi).

En una visita de pésame, al preguntar por la enfermedad del difunto, se notan evasivas. Un familiar nos lo aclara en ausencia de la viuda: “Ha sido karôshi, pero su empresa no lo reconoce”. Así lo escuché hace ya tres décadas.

Hoy, el problema sigue aquejando a la sociedad del estrés. Pero, a diferencia del conformismo de hace treinta años, se plantea la necesidad de contrarrestar las presiones empresariales. Hay un servicio de consulta telefónica para atender reclamaciones y el correspondiente manual de autoayuda. Sin embargo, pesa mucho el hábito de hacer horas extraordinarias no remuneradas, por no atreverse a protestar o por medrar en el escalafón.

Recientemente una administración gubernamental dictaminó a favor de la viuda de un técnico de una conocida empresa automovilística. El difunto tenía un récord de más de cien horas extraordinarias mensuales durante el año previo a su paro cardíaco. La firma ha anunciado públicamente que revisará la salud del personal y remunerará las horas extra, camufladas hasta ahora como “participación voluntaria en el control de calidad”.

Estas noticias hacen pensar en otras muertes: los suicidios, que alcanzan la cifra anual de más de treinta y cinco mil. Junto a las muertes por estrés, destacan los suicidios en edad mediana, por depresión en situaciones de despido y desempleo.

Japón tiene fama de sociedad rica, organizada, trabajadora y amable. Pero, en el reverso de su afluencia late una penuria: desgaste por cansancio y estrés, soledad e insatisfacción en las relaciones humanas e indiferencia ante la marginación de personas excluídas. La punta del iceberg de esta patología social aflora en la tasa de suicidios, con una subida desde 17.000 anuales en 2001 hasta superar hoy los 35.000.
En proporción con la población, la cifra es tres veces mayor que la del Reino Unido, doble de USA y supera a Finlandia. Un 25 por ciento de casos parece motivado por la repercusión familiar del desempleo u otras razones económicas.

. El gobierno se preocupa; pero, a la vez que se publica un manual de recomendaciones para la prevención del suicidio por el Ministerio de Sanidad, se elaboran en el Ministerio de Trabajo modificaciones legislativas que facilitan horas de trabajo extra mal remuneradas, así como el despido y las desventajas del empleo eventual no aegurado.

¿Es virtud o defecto la proverbial laboriosidad nipónica? ¿A quién beneficia y sobre quién carga? ¿Cómo percibir en la vida cotidiana que merece la pena vivirla? ¿Qué se le ha perdido a este país de su tradición oriental al convertirse en el “Extremo Occidente”, en el sentido peyorativo de la palabra?

Además de consultas previas al suicidio, dice el director del Teléfono de la Vida de Tokyo, Tokumitsu Shiraishi, se reciben muchas llamadas diciendo: No tengo a nadie que me escuche, a nadie le importo nada”. Desde 1971 funciona a diario este servicio, con 51 centros. “Tenemos 7500 personas voluntarias, que atendieron el año pasado 28.600 llamadas”, dice la responsable, Yukiko Misaki, que comenta: “Predominan los casos de soledad, aislamiento e insuficiencias en relaciones humanas”.

Los obispos japoneses, en su carta del milenio sobre la vida, decían: “En la persona que se suicida, a la vez que afirma desear morir, opera un anhelo urgente, pidiendo sin palabras que alguien le ayude a vivir... Hemos construído una sociedad centrada en la competitividad económica, en la que no se aprecian los valores humanos no rentables. En una sociedad dominada por la economía, se cortan sin piedad los vínculos de las relaciones humanas. Las personas suicidas son las víctimas y todos nosotros compartimos la responsabilidad de haber construído una sociedad así” (Perspectiva sobre la vida, n.62).

Por lo que se refiere a la actitud pastoral, dicen los obispos japoneses que no debemos juzgar a la persona suicida como pecadora, sino encomendarla a la misericordia divina y poner mucho cuidado en acompañar a los familiares y celebrar debidamente los funerales y servicios religiosos que consuelen y den esperanza.

Hasta aquí un esbozo de reflexión sobre la situación preocupante acerca de las estadísticas de suicidio en Japón. Pero sería demasiado ingenuo limitarse a describir el panorama como si no nos afectara. Habrá que alertar sobre los síntomas semejantes de una patología que obliga a cuestionar también el rumbo de nuestras sociedades europeas: ¿Adónde va una sociedad dominada prioritariamente por los criterios de la competitividad, la eficiencia y la supervivencia de lo fuerte sobre lo débil?

(Publicado en La Verdad, de Murcia, 27 de Julio, 2008)


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Bienvenida la ley andaluza sobre el proceso de morir
03.09.08 @ 10:36:41. Archivado en Bioética

Bienvenida la ley andaluza sobre el proceso de morir
En nombre de la teología moral más tradicional hay que reiterar la bienvenida, ya dada en ocasioines anteriores, al proyecto legislativo andaluz.

Para quienes están dedicados a la Bioética, el proyecto de ley no supone especialmente novedad. Sus contenidos son perfectamente ortodoxos, tanto desde la ética laica como desde la teológica. En ese sentido escribíamos hace casi dos décadas, bajo la dirección del P. Javier Gafo, los miembros del Seminario interdisciplinar de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas (La eutanasia y el arte de morir, Madrid, 1990) y se ha vuelto a repetir y precisar en años posteriores (Ser humano, persona y dignidad, id., 2005; La limitación del esfuerzo terapéutico, id., 2006).

La seguridad jurídica que garantiza el presente proyecto de ley evitará confusiones y malentendidos como los ocurridos lamentablemente con motivo de la desconexión del respirador de Inmaculada Echeverría o de los falsos testimonios contra el Dr. Montes, por razones más a menos veladas de ideología política o religiosa.

Instancias eclesiásticas y políticas, que aunaron sus fuerzas en el caso de las sedaciones en Leganés, confundiendo sedación con eutanasia, también cayeron en el equívoco de confundir, en el caso de Inmaculada Echevarría, la limitación del esfuero terapéutico con la eutanasia

El personal sanitario no suele ser partidario de “obcecaciones o encarnecimientos pseudo-terapéuticos”, requeridos en bastantes ocasiones por el entorno de la persona paciente o, todavía peor, por instancias condicionadas por motivaciones de índole ideológica, ya sea política o religiosa.
Esperemos que el proyecto de ley salga adelante y sirva de referencia a nivel del estado.


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No confundir muerte digna con eutanasia injusta

08.09.08 @ 01:10:24. Archivado en Bioética


Hay que seguir insistiendo en no identificar la muerte digna con la eutanasia injusta.

Los titulares de prensa, al informar sobre el proyecto de ley de la Comunidad de Andalucía para garantizar la dignidad durante el proceso de morir, han cargado las tintas en la penalización del mal llamado “ensañamiento terapéutico”: “Andalucía podrá sancionar con hasta un millón de euros a los médicos que se obcequen en mantener con vida a un enfermo terminal sin posibilidad de recuperación” (El País, 3,septiembre, 2008).

No gustará esa formulación de la noticia a la mayoría del personal sanitario, nada partidario de “obcecaciones o encarnecimientos pseudo-terapéuticos”, requeridos en bastantes ocasiones por el entorno de la persona paciente o, todavía peor, por instancias condicionadas por motivaciones de índole ideológica, ya sea política o religiosa.

En nombre de la teología moral más tradicional hay que reiterar la bienvenida, ya dada en ocasiones anteriores, al proyecto legislativo andaluz. Pero las exageraciones en la comunicación de la noticia corren peligro de suscitar dos reacciones extremas: por una parte, la de quienes confundan muerte digna con eutanasia injusta y se rasguen las vestiduras nada más oir hablar del proyecto de ley; por otra parte, la de quienes busquen sutilmente aprovechar la oportunidad para impùlsar una determinada interpretación sesgada que abra disimuladamente camino a prácticas eutanásicas irresponsables.

“Morir dignamente es morir a tiempo, sin acelerar ni retrasar irresponsablemente el morir”, ha dicho el profesor Francisco Alarcos, sacerdote y especialista en Bioética, Director de la Cátedra de Bioética de la Facultad de Teología de Granada y Director del Centro de Estudios Pastorales de la diócesis de Guadix.

“La muerte forma parte de la vida y una vida digna no se debe truncar por una muerte indigna”, ha dicho el Profesor Pablo Simón, doctor en Medicina, miembro del Comité Nacional de Bioética. Ambos han colaborado profesionalmente en la ponencia de la Comisión Autonómica de Ética e Investigación Sanitaria.

Preocupa siempre al legislar garantizar la seguridad jurídica. Por eso se exige rigurosamente claridad y precisión en las formulaciones legales. El presente proyecto cuida muchísimo este punto, para evitar la confusión entre los procedimientos justos y responsables que respetan los derechos de la persona paciente y aquellas actuaciones que violasen su autonomía y dignidad. Como recalcaba la Consejera María Jesús Montero cuando se presentó el anteproyecto (El País, 26-VI-2008), no se trata de solicitar la eutanasia, ni de respaldar actuación alguna que infrinja el artículo 143-4 del Código Penal.
Para quienes están dedicados a la Bioética, el proyecto de ley no supone especialmente novedad. Sus contenidos son perfectamente ortodoxos, tanto desde la ética laica como desde la teológica. En ese sentido escribíamos, bajo la dirección del P. Javier Gafo, los miembros del Seminario interdisciplinar de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas (La eutanasia y el arte de morir, Madrid, 1990) y se ha vuelto a repetir y precisar en años posteriores (Ser humano, persona y dignidad, id., 2005; La limitación del esfuerzo terapéutico, id., 2006).
Hay que alabar en el presente proyecto la exactitud de definiciones. Excluye la eutanasia en el sentido de suministrar fármacos a un enfermo terminal que los pidiese para acabar con la propia vida. Precisa cuatro términos fundamentales: 1) la limitación del esfuerzo terapéutico (cuando un tratamiento solamente consigue prolongar la vida sin posibilidad de recuperación); 2) el derecho al rechazo de tratamiento (cuando la persona paciente o quien la representa solicita que no se inicie o que se retire un tratamiento); 3) la sedación paliativa en situaciones terminales (para aliviar el dolor, con el debido consentimiento informado) y 4) la suspensión de tratamientos (cuando se ha producido la situación de muerte encefálica).

A la vista de estas precisiones, quienes cuidan de poner al día el Diccionario de la RAE tendrán deberían revisar la ambigüedad que reviste en él la definición imprecisa de eutanasia, que lo mismo incluye el suicidio y la mal llamada eutanasia involuntaria, que estas otras cuatro prácticas correctas explicadas aquí.

Es también mérito del presente proyecto la clarificación sobre las posibles objeciones de conciencia, que pueden ser presentadas por un profesional individual, pero no por el centro. Recordamos el caso de Inmaculada Echeverría, en el que el Centro de los Hermanos de San Juan de Dios tuvo que plegarse a las presiones de instancias eclesiásticas y remitir a la paciente a instalaciones de la sanidad pública para que pudiese llevarse a cabo la retirada justa y responsablemente ética del respirador artificial.
Es importante el énfasis en humanizar el morir, facilitar la despedida de los seres queridos, cuidar el entorno de la planta, cuando se fallece en el hospital, y el acceso a la asistencia y cuidados paliativos, también cuando la situación terminal transcurre en casa. Y, sobre todo, conviene insistir en el derecho a recibir el alivio del dolor y el acompañamiento humano y espiritual, en el marco de los valores o creencias de cada persona paciente.

En el contexto de la actual medicalización tecnológica del morir, el peligro no es la eutanasia injusta, sino la prolongación artificial indebida del proceso terminal. Desearíamos que la propuesta pionera de la Comunidad de Andalucía prospere y sea continuada en todo el Estado.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 5 de septiembre, 2008)


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Cincuenta años en la Compañía de Jesús

13.09.08 @ 06:38:21. Archivado en Compañía


Me permito contestar a través del blog (ante la dificultad de hacerlo uno por uno personalmente), para agradecer a quienes me han felicitado con motivo de mis bodas de oro en la Compañía de Jesús, animándome para los años restantes de vida.

Con motivo de la celebración del cincuenta aniversario de mi ingreso en la orden, el pasado día 8, festividad de la Natividad de María, y como agradecimiento a san Ignacio y a la Compañía, publico la traducción castellana de un texto latino, atribuído al P. Ribadeneira (1526-1611), que figuraba en el prefacio a la primera edición latina de las Constituciones de la Compañía. Dice así:

“Puestos, en fin, a encerrar mucho en pocas palabras, diremos que el hombre que de nosotros exigen las Constituicones es el crucificado al mundo y para quien el mundo está crucificado. Se nos pide que seamos hombres nuevos, despojados de su amor propio para revestirse de Cristo; muertos a sí mismos con el fin de vivir para la santificación; hombres que actúan como servidores de Dios en fatigas, desvelos y ayunos, como dice Pablo; en pureza, en conocimiento y en paciente anchura de corazón; hombres que se apuran en la marcha hacia la patria celestial, caminando con las armas de la justicia: las de la derecha y las de la izquierda; en gloria e ignominia, en calumnia y buena fama; con viento a favor y en contra... Aquí tenéis el meollo: lo que compendia la finalidad de nuestras Constituciones. Por eso, ruego, hermanos en el Señor, que vivamos de una manera digna de la vocación con que hemos sido llamados. Y para que conozcamos esta vocación hagamos nuestras, manejándolas y releyéndolas día y noche, las Constituciones que se nos han propuesto como un regalo divino; compitamos entre nosotros por asimilárnoslas mediante su estudio, su meditación y su observancia, puesta siempre la mira en la mayor gloria de Dios.”

(Versió original latina en: Thesaurus spiritualis, Santander, 1950, p. 285).

Son palabras que animan a vivir en la frontera, como nos pidió nuestro hermano Benedicto en su discurso a la Congregación General, y a templar nuestra vida al acorde del nombre que llevamos para que den fe la obras de lo que el corazón profesa


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Entre culturas: ¿Olla podrida o cruce fecundador?

14.09.08 @ 14:22:17. Archivado en Religion y sociedad


La especialidad gastronómica se encargará de explicar de dónde le viene a la olla podrida su rancio nombre. Lo cierto es que, bien cocinada, sabe riquísima, y de podredumbre ni hablar. Pero nuestra cocinera japonesa intentó suavizarla dietéticamente, sustituyendo ajos, pimentón y morcillas por condimentación oriental y adobo de soja. El resultado, penoso, no conjuntaba con el Jumilla que nos habían enviado como regalo desde Murcia

Ha llovido y se ha secado ya, desde que la metáfora de la olla mixta se empezó a usar para hablar de multiculturalidad, en el contexto de las migraciones. Hoy ya no sirve esa imagen. Ni la integración y asimilación forzadas, por imposición de la cultura dominante, ni el refugio en barrios cerrados como aislamiento para sobrevivir, favorecen de ningún modo a la convivencia de las culturas diferentes.

Se siente hoy la necesidad de denunciar lo caótico y conflictivo del mundo de desencuentros en que vivimos. No lo van a salvar los internacionalismos de congresos, ni los nacionalismos de campanario de aldea. Lo difícil es pasar del prefijo “multi-” al auténtico “inter-”. Aunque se nos llene la boca de predicar alianza entre culturas, no basta.

La prueba del nueve del encuentro entre culturas es el tránsito de lo multicultural a lo verdaderamente intercultural, del sucedáneo de olla mixta a la auténtica olla podrida. O mejor aún, de la mera mezcla en la olla al cruce fértil y fecundo, capaz de dar a luz novedad y creatividad por ambas partes.

Nos dejó insatisfechos el discurso del rey de Arabia Saudita en el congreso interreligioso de Julio pasado. Pero eran días de vacaciones y destacó poco la noticia. Al representante budista en dicha asamblea le avisaron a última hora y no le concedieron gran papel. Aprecio personalmente mucho al Dr. Nichiyo Niwano, presidente de la Asociación budista seglar Koseikai. Lamenté que, aunque invitado a asistir, apenas tuvo voz ni voto en aquella convocatoria, orquestada propagandísticamente para lavar la cara del poderío saudí.

No basta el membrete de multicultural o multireligioso para que una asamblea sea auténticamente un encuentro de culturas y religiones. Pero si el etnocentrismo islámico de Arabia Saudita deja pequeño al etnocentrismo occidental, tampoco se queda corto el de la Conferfencia episcopal española cuando condena, por ejemplo, la apertura al diálogo interreligioso del teólogo José María Vigil. Lo censuraron, criticaron y condenaron sin haberlo leído seriamente. O, si lo leyeron, lo malentendieron, confundiendo pluralismo con relativismo.

Dije que la comparación con la olla mixta no era buena para hablar de coexistencia de culturas. Tampoco es válida para referirse a los encuentros interreligiosos o ecuménicos, lamentablemente tan atrasados en España, donde son vistos con sospecha por parte de la religiosidad popular y frenados desde
la cúpula eclesiástica.

Superado el “exclusivismo” (rechazo de otras religiones, arrogándose el monopolio de la verdad), y también el “inclusivismo” (ver a las otras religiones como “miembros anónimos” de la propia), hoy nos encontramos con otras religiones como nunca hasta ahora. Hoy es obvio el pluralismo, aunque haya quienes sospechen, confundiéndolo con relativismo.

En ventas de saldo de librería de viejo se ofrecen libros al mismo precio: “tres por el precio de dos” o “todos a tres euros”. Ante tal rebaja, la clientela elige a gusto, por capricho o conveniencia. Si se entiende así el pluralismo religioso, no es extraño que se confunda con aquel relativismo que dice: “todo es igual, todo vale y cada cuál elige”.

No es así en los encuentro auténticamente interreligiosos. Mejor que la metáfora de la olla, será preferible apostar por el cruce fértil o coito fecundador de transformación mutua: un camino hacia la meta del Espíritu. que “conduce a la plenitud de la Verdad” (Jn 15, 13). Caminamos junto con las religiones hermanas reconociendo que, fuera de Dios, nadie tiene el monopolio de la meta del camino.

Cuando alguien desde la fe cristiana se deja impactar por la “escucha budista de la voz del Dharma” o Verdad última, redescubre y enriquece lo que significa para su conciencia cristiana “respirar en el Espíritu”. La fe budista, por su parte, experimenta una transformación semejante. Ambas partes, al pasar por la interacción, se redescubren a la vez que se autocritican y pueden decir: “soy, en un sentido, más creyente que antes y, en otro sentido, menos creyente que antes con relación a mi propia religión”.

Conocemos mejor la propia lengua, a la vez que la relativizamos cuando estudiamos una lengua extranjera. Algo semejante ocurre en los intercambios inter-religiosos. Ésta es una asignatura pendiente para las iglesias y teologías en las próximas décadas. Otra cosa es que, iglesias y teologías, sobre todo en ciertas latitudes mediterráneas y en ciertas cúpulas dirigentes, no parezcan preparadas para conseguir el aprobado...

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 14 de septiembre, 2008)


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Ni geografía sana, ni geometría positiva, ni matemática católica, ni laicidad bautizada
18.09.08 @ 17:25:15. Archivado en Religion y sociedad

La geografía y geometría no son ni sanas ni malsanas. Las matemáticas no son católicas ni anticatólicas, son matemáticas, sin más. La laicidad es laicidad, y punto.

Lo que no impide que un cura enseñe geografía. El P. Albert Dou SJ, (que ofrece a Dios el silencio de su enfermedad a los 93 años en la enfermería de S. Cugat, “orando pro Ecclesia et Societate”)fue catedrático de matemáticas y pensador de filosofía de las ciencias, reconocido en la universidad pública por la laicidad, a la vez que fue siempre fiel en el ejercicio de su ministerio; pero jamás se le ocurriría hablar de “matemática católica” o de “geometría “sana y abierta”, ni de bautizar la trigonometría con incienso y agua bendita.
Albert Dou es un ejemplo notable de cómo se puede vivir la identidad científica y la ministerial sin mezclas sospechosas ni esquizofrenias.

Las adjetivaciones son especialmente sospechosas cuando afectan a la identidad presuntamente amenazada. Cuestionan más la identidad quienes la tienen en crisis. El problema que tienen con la laicidad quienes la temen como al “Coco” no es quizás problema de la laicidad, sino del pánico que tienen a perder su identidad quienes desencadenan agresividades para ocultar miedos. Tal ha sido en la historia de la teología el escudo de las apologéticas.

La retórica de las adjetivaciones es corriente en los políticos al hacer compromisos y en los documentos eclesiásticos cuando tratan de fagocitar presuntas tendencias consideradas funestas (sí, “fagocitar” es el término técnico, aunque suene pedante).

Se condena la teología de la liberación, pero se proclama favorecer “una sana y bien entendida teología liberadora”.

Se pone en guardia frente al psicoanálisis, pero se admite “una sana contribución de la psicología profunda al estudio de la sexualidad, dentro de los justos límites de la moral”.

Se rehabilita a Darwin y se afirma la compatibilidad del relato bíblico con un “sano y correcto evolucionismo”, pero a condición (como hizo Juan Pablo II) de admitir una intervención directa creadora de un alma por parte de Dios en la filogénesis y en la ontogénesis (Fue lo que hizo Juan Pablo II, con rasgos de antropología dualista, en el documento que presuntamente rehabilitaba a Darwin).

Se proclama la libertad de investigación y la necesidad de confrontar los retos de la ciencia, pero “dentro de una correcta y fiel interpretación del magisterio eclesiástico”.

Se insiste en la exclusividad cristiana, pero se proclama su compatibilidaqd con las “sanas parcelas de verdad” existentes en otras religiones (inclusivismo, es decir, fagocitación).

Si el presidente francés se empeña en adjetivar ambiguamente la laicidad, habrá que recomendarle, para que se corrija, que tome unas clases de educación para la ciudadanía.


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A un@s, comunión, y a otr@s, bendición
23.09.08 @ 12:09:54. Archivado en Japón

Unas personas comulgaban y otras eran bendecidas. Unas extendían las manos para recibir el pan de vida y otras las juntaban e inclinaban la cabeza.

La escena sorprendió a los turistas españoles en Japón. Entraron a mitad de la misa y tomaron fotos desde el último banco. Admiraban la compostura nipónica y el ritmo pausado de la liturgia. Pero les extrañó la fila ordenada para la comunión. Desde los primeros bancos a los últimos, todo el mundo iba al altar, aunque no comulgasen.

En Japón no se concibe la misa sin participar en la eucaristía. Por otra parte, es corriente la presencia de personas no católicas (de otra confesionalidad, de otra religión, o de ninguna); se sentirían excluídas quedándose en el banco mientras el resto comulga.

Una fórmula cuidadosa lo resuelve: “Quienes vayan a comulgar, dice la monición, abran las manos para recibir la eucaristía. Quienes deseen una bendición pueden acercarse en la misma hilera, aunque no sean personas bautizadas, y solicitarla con las manos juntas”.

Por contraste, a los turistas católicos japoneses en Madrid les extrañaba una iglesia en que sólo comulgaba una minoría: “¿Es habitual asistir sin participar?”, me preguntaron y me ví en apuros al responder: “En mi país perduran la educación religiosa anticuada: exageraciones sobre la confesión antes de la comunión, malentendidos sobre sexualidad y contracepción, visión estrecha de la eucaristía, asistencia rutinaria a misa por cumplir, predicaciones que, en vez de invitar, alejan ... ”.
El japonés que hizo la pregunta sonreía asintiendo, pero sin entender....

(Publicado en Vida Nueva, 13, IX, 08).


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Parábola de cuatro herman@s
27.09.08 @ 14:40:57. Archivado en Religion y sociedad

En la reunión bíblica de la juventud hemos releído el evangelio de este domingo (Mt 21, 28-32): “Dos hermanos. Uno dijo: Sí, padre ya voy a trabajar, pero no fue. Otro dijo: No me da la gana, pero luego recapacitó y fue a trabajar”.

Leída la pabra en plan maniqueo, nos identificamos con uno de los dos hermanos y decimos de los demás: “Ellos son como el otro hermano.”

La propuesta de releer la parábola identificándonos con ambos hermanos dio lugar a que el grupo la reescribiera así:

“No eran dos hermanos, sino cuatro. El primero dijo: No voy, pero luego recapacitó y sí fue. El segundo dijo: No voy; y no fue. El tercero dijo: Sí voy; y fue. El cuarto dijo: Sí voy, pero no fue”.

Y yo, se pregunta cada uno, ¿a cuál de los cuatro me parezco? Si me doy cuenta de “yo soy los cuatro”, "los cuatro están dentro de mí", "hay algo en mí de cada uno de los cuatro", "a ratos me parezco a cada uno de los cuatro"... entonces la parábola me está diciendo quién soy yo.

Pero no basta esta lectura. La parábola me dice quién y cómo es Jesús: Es el que acoge incondicionalmente a los cuatro que hay dentro de mí y me libera de los cuatro, me libera de mí mismo. Leída así la parábola me dice quién es Jesús.

Finalmente, la parábola me sacude y me cuestiona. “Publicanos y prostitutas escucharon la llamada de Juan el Bautista; pero vosotros, líderes religiosos, seguís identificados con la hipocresía del primero de los hermanos y os quedáis fuera de mi movimiento liberador hacia el Reinado de Dios”.

De este Jesús, que se enfrentó con los dirigentes de la religión establecida en su tiempo dice el Cardenal Martini en su libro reciente: “Se enfrentó y disputó. Creo que si regresara, lo haría aún más. Jesús lucharía con los actuales responsables de la Iglesia y les recordaría que su tarea abarca el mundo entero. Les recordaría que no deben estar encerrados en sí mismos, sino ir más allá de la propia institución” (Carlo M. Martini, Coloquios nocturnos en Jerusalén, ed. San Pablo, 2008, página 42. ¡No se pierdan este libro, que no tiene desperdicio, pero no lo enseñen en Añastro, no vaya a a ser que condenen a Martini!...)


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EPC, recomendada en San Pablo
30.09.08 @ 14:25:19. Archivado en Religion y sociedad

"Todo lo que sea verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo limpio, todo lo estimable, todo lo de buena fama, cualquier virtud o mérito que haya, eso tenedlo por vuestro” (Filipenses, 4, 8). Con estas palabras (que se leen la liturgia del domingo 27 -el 5 de octubre-) asume san Pablo la ética cívica de su tiempo. Es una buena oportunidad para recomendar que padres y madres creyentes apoyen la asignatura de ética ciudadana para sus hijas e hijos.

Notamos, en el texto griego, el uso de la palabra “virtud” (areté), único caso de su empleo en las cartas paulinas de este vocablo tan habitual entre los moralistas helénicos.

Cita Pablo seis valores de la ética de su tiempo (que hoy llamaríamos “ética cívica”) y asume positivamente el ideal moral de quienes entonces se llamaban “paganos” (hoy diríamos de la laicidad o secularidad, en el mejor sentido de la palabra).

Al mismo tiempo, los coloca en un marco cristiano (embocadilla el v. 8 entre dos alusiones al “Dios de la paz” en los vv. 7 y 9), no añadiendo una ética distinta adjetivada de cristiana, sino reforzando con motivaciones de fe los contenidos de la ética humana.

Para creyentes, todo lo que es bueno dondequiera que se encuentre es asumible,como observa Juan Mateos en su comentario (Nuevo testamento, ed. Cristiandad, 1987, publicado con el Nihil obstat del card. Martini y retirado de la librería diocesana en algún espiscopado del estado español).

A diferencia de la carta a Romanos o Efesios, en Filipenses no se encuentra ninguna diatriba contra las costumbres paganas.

El versículo 8, con su asunción de la ética laica, es una afirmación de lo humano por parte de quien vive en perspectiva cristiana. Buena referencia para EPC, tal como vemos expuesta esta asignatura por los profesores José A.Marina (en SM), Francesc Torralba (en SM) o Agustín Domingo(en PPC) en sus excelentes manuales.

La EPC, con buena pedagogía, es una afirmación de lo humano. Hasta nos atreveríamos a decir, “del valor divino de lo humano” (En este punto sí podemos, por una vez, coincidir con san Josemaría Escrivá)...


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Ni política creacionista, ni hamburguesa budista
05.10.08 @ 14:42:48. Archivado en Religion y sociedad

“La candidata Sarah Palin es creacionista”, vocearon los titulares, y estalló el ¡hurrah! entre los neo-cons de Tejas y el ¡bravo! entre los teo-cons de Celtiberia.

Pero calificar como creacionista a una política es tan ridículo como etiquetar de budista a una hamburguesa. El mal llamado “creacionismo”, que intentan imponer como ideología algunos políticos, es un subproducto del neoconservadurismo, sin fundamento como teología y sin base como ciencia.

Se pondrán histéric@s algun@s lector@s del blog: ¿Cómo un cura no defiende la creación y dice que descendemos del mono? Se equivocan. No somos hijos, sino primos de los monos. Provenimos ambos de ancestros comunes primates, ramificaciones en el árbol de la evolución. La creación no es el primer eslabón de la cadena, sino el nombre de la evolución en perspectiva religiosa.

No hay que mezclar metodologías. Hay que respetar la autonomía de la ciencia, de las realidades terrestres, de la secularidad y de la laicidad, como nos enseño el Concilio Vaticano II (Gaudium et spes, n.36)..

En EPC se aprende ciudadanía; en biología se estudia la evolución; en clase optativa de religión se trata sobre las creencias y sus manifestaciones históricas, sociales y culturales (la catequesis sobre la fe respectiva se educa en la familia y en las comunidades creyentes).

No tiene sentido debatir, como planteaba un político neoconservador, si hay que dedicar el mismo tiempo a explicar en las aulas la teoría de la evolución como la del creacionismo. El que la evolución sea compatible con la fe no quiere decir que se deba enseñar la fe como ciencia en clase de biología. Es un error presentar evolucionismo y creacionismo como si fuesen dos teorías científicas paralelas.

Ciencia y religión son dos perspectivas diferentes sobre una misma realidad, no dos hipótesis alternativas al mismo nivel. En clase de biología no hay que hablar de creación. Engendraría confusión presentar el creacionismo como si fuese una alternativa científica a la evolución.

Esa fue la estrechez mental de Bush al recomendar en el 2005 que se enseñase el diseño inteligente en clase de biología como alternativa a la evolución. Con razón se le opuso el juez que sentenció en Denver que tal modo de docencia violaría la Constitución por enseñar como ciencia una convicción religiosa.

Pero en clase de religión se podrá presentar críticamente la reinterpretación de la noción de creación a la luz del conocimiento que tenemos de la evolución. No se puede hacer buena teología, si se tiene, por una parte, una biología anticuada y, por otra parte, se sigue leyendo el mito de Adán y Eva al pie de la letra, en vez como una narración simbólica.


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Desideologizar religiones y ciencias
08.10.08 @ 16:37:55. Archivado en Religion y sociedad

Se ve, por el desmadre en algunos comentarios al post anterior, que en el país de los extremismos (¡Me duele el estado español!), aún quedan bastantes restos anacrónicos de los pseudodarwinismos y anti-darwinismos decimonónicos por ambos extremos. Hay que seguir aclarando para equilibrar la balanza.

Sería interesante releer, ¡treinta años después!, el libro de D. Núñez, El darwinismo en España (Castalia, Madrid, 1979), para ver cómo se repiten, siglo y medio después, los desenfoques decimonónicos que desenmascaraba su autor. Unos creían que con Darwin se hundía la fe en el Dios Creador y otros veían en la evolución la oportunidad para atacar a la religión. Unos y otros, “teístas literalistas” y “anti-teístas acomplejados” no habían sabido leer a Darwin, ni incorporar lo verdaderamente fuerte de su reto: ¡asumir nada menos que los orígenes materiales y biológicos de nuestras originalidades humanas!

El margen de libertad que nos queda a los humanos es tratar de hacer algo con lo que la vida ha hecho de nosotros, como formula certeramente el filósofo Andrés Tornos, SJ. Éste es el plato fuerte que tanto teístas como ateístas del XIX no digirieron, porque ni siquiera probaron un pinchito...

Dicho esto, retomemos el post anterior: Ni la fe resuelve los problemas científicos, ni le toca a la ciencia responder a las preguntas por el sentido último de la vida o la esperanza. Pero los nuevos saberes plantean retos serios a la fe. Los problemas humanos no se resuelven prescindiendo de las ciencias, pero tampoco solamente con ellas. En cuanto a la fe, no se la obtiene ni se la demuestra a fuerza de mucho razonar; pero cuando la fe ignora la razón, corre el riesgo de convertirse en superstición, fanatismo y fundamentalismo. (Véase, como prueba, la histeria de algunos o algunas comentaristas).

Superada la oposición exagerada entre ciencia y religión, propia del siglo XIX, es tentador decir que ambas se complementan, como les gusta decir a los papas en sus encíclicas, fagocitando a al adversario con inclusivismos... Yo prefiero decir con Unamuno que ambas se dan un abrazo de luchadores y de esa confrontación salen ambas enriquecidas y, a la vez, heridas, como Jacob en la pelea conel ángel, que le avería la ciática...

Si la persona religiosa es seria como científica y no impone su fe como idelogía al hacer ciencia, la respetarán; pero, a la vez, como es propio de personas científicas, evaluarán su aportación con objetividad.

Puede darse una buena relación entre personas científicas creyentes y no creyentes, a condición de que ambas sean rigurosas como científicas y como creyentes o como no creyentes y no conviertan en ideología ni su ciencia, ni su creencia o su increencia. Pero, tanto el científico que pretenda usar criterios de fe para hacer ciencia como el que convierta su ciencia en una especie de religión, no podrán entenderse mutuamente.

As:i ocurre cuando se usa el creacionismo como si fuera una teoría científica (en vez de un perspectiva religiosa), en competencia con la evolución o viceversa.

Cuando oimos decir a Stephen Hawking que la ciencia no deja mucho espacio para Dios, le respondemos que “gracias a Dios”. Porque no es papel de la ciencia dejar ese espacio, ni es papel de la teología rellenarlo con un dios “tapa-agujeros” que viniese a suplir donde no llegue la ciencia.

La religión no debe reclamar para Dios unas cuantas habitaciones en el edificio de la ciencia. Todo el edificio es para la ciencia. Y, a la vez, quien sea creyente tiene derecho a percibir la presencia de lo divino en cualquier rincón del mismo edificio y a que le respeten por percibirlo así quienes lo perciban de otro modo.

Y a quien pregunte por el mito de Adán y Eva o lo confunda con una narración histórica y se preocupe de qué papel juegan los textos sagrados en la ciencia, le diremos que ninguno. Con las narraciones del Génesis no se hace ciencia. Pero en cuanto al sentido de la vida y la esperanza o los cuestionamientos sobre el bien y el mal, que plantean esas narraciones, no es papel de las ciencias ni el negarlos ni el afirmarlos.

Y cuando un oyente me pregunta qué opino del Big Bang, le diré que en ciencia no se opina, sino se aceptan los datos constatados hasta ahora y se queda uno provisionalmente a la espera de que haya que corregirlos cuando se descubran nuevos datos. Este es un punto en el que científicos y teólogos deberían coincidir: ambos deberían estar abiertos a dejarse desmentir siempre por la realidad y a no dogmatizar absolutamente, conscientes de la provisionalidad de sus afirmaciones.

Cuando no se tiene ese talante, ambas, ciencias y religiones, se convierten en ideologías. Creo que es papel de la filosofía antropológica criticar a ambas.

Perdonen lo abstracto y largo de este post, pero es que la insulsez, insustancialidad, ramplonería e ignorancia fundamentalista de cierta minoría de comentaristas, merecedores de susoencho en bachillerato elemental (en otro tiempo los habrían puesto cara a la pared con orejas de burro), me ha obligado a hacer un esfuerzo de repetición pedagógica de algo que los demás lectores y lectoras saben de sobra, porque es de nivel de enseñanza secundaria de filosofía. Espero no tener que volver a hacerlo.

Y si a los de marras no les convence, dejen de leer este post, por favor, que no es para ellos o ellas, y váyanse a otros de su gusto, que los hay que aletean por estos alrededores con ventiladores de abonos estercolizantesd. De lo contrario, acabaré pro tener que hacer caso a la nube de e/mail que me insiste en que borre a los revienta-posts...


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Un Martini: Mejor rosso que bianco

11.10.08 @ 12:31:14. Archivado en
Religion y sociedad

Si Juan Pablo II se hubiese retirado a los 70 años, ¿quién le habría sucedido? Quienes soñaban con una primavera eclesial tras el otoño de fin de siglo aireaban el nombre de Martini, en cabeza de las quinielas del Conclave. ¡Ojalá el color purpúreo de su capelo se convirtiese en el blanco del solideo pontificio!, soñaban los optimistas. Y la imaginación mediterránea inventó el chiste: ¿Cómo quiere el Martini, rosso o bianco?

Pero reza la tradición romana que quien entra papable sale como cardenal. Era demasiado tarde para el arzobispo de Milán cuando se votó al sucesor de Woijtila, dejando en la cúpula vaticana todo atado y bien atado.

Hoy, el jubilado Martini, retirado en Jerusalén, sin cargas ni cargos, pero con libertad de espíritu y peso moral, es una voz autorizada y esperanzadora en la iglesia. El libro Conversaciones nocturnas en Jerusalén (ed. San Pablo, 2008) es una inyección de ánimo para una iglesia vacilante. El entrevistador no proviene de la prensa amarilla, ni de la aduladora retórica del Osservatore romano, ni del periodismo aliado con movimientos de involución. Georg Sporschill es un jesuita austríaco que trabaja en la Europa del Este en la atención a los niños de la calle y a jóvenes en desamparo. Sus preguntas son directas. Las respuestas, claras. Martini no condena, ni se asusta, pero pone el dedo en las llagas de una iglesia inconsecuente. Insiste en el tema clave: prolongar la tarea de Jesús, que más que fundar una iglesia, desencadenó un movimiento constructor de fraternidad.

Subrayamos al leerlo: «La Iglesia, dice, ha hablado mucho del pecado. Ella puede aprender de Jesús que es mejor dar ánimos.» Si Jesús se presentase hoy día en medio de nuestro mundo «lucharía con los actuales responsables de la Iglesia y les recordaría que su tarea abarca el mundo entero.» Si un musulmán se aleja de su religión al justificar violencias, también en el catolicismo se dan peligros semejantes. «No puedes hacer católico a Dios. Dios está más allá de los límites y las delimitaciones que le ponemos.»

Le preguntan si un obispo puede correr riesgos. Recuerda cómo se arriesgó en tareas de mediación y pacificación: «Contra todo tipo de resistencias y advertencias me encontré con terroristas de las Brigadas Rojas en la cárcel. Los escuché, los contemplé con la mirada, oré por ellos. Hasta bauticé hijos de terroristas, mellizos, concebidos durante el proceso. Los terroristas ganaron confianza en mí: un día recibí el envío de unas cajas llenas de armas. Provenían de los terroristas que querían poner fin a su lucha asesina».

Desde su experiencia de reunirse mensualmente para el diálogo con la increencia, dice: «Mucho más importante que una religión determinada y una forma exterior es para mí el hecho de que busquemos a Dios con sinceridad.» Comenta el ex papable los debates a puerta cerrada que tuvieron los cardenales durante los días preparatorios a la elección del nuevo Papa y desvela con toda naturalidad los temas delicados: «Allí discutimos abiertamente acerca de las cuestiones a que tendría que enfrentarse el nuevo Papa y a las que tiene que dar nuevas respuestas. Según mi opinión, entre ellas está la de la relación con la sexualidad y la comunión para los divorciados que han vuelto a contraer matrimonio».

Admite Martini el valor del celibato sacerdotal, pero añade que «tal vez no todos los llamados al sacerdocio tengan este carisma... la Iglesia deberá desarrollar inventiva. Hoy en día se confían cada vez más comunidades a un solo párroco o las diócesis importan sacerdotes de culturas extranjeras. Esto no puede ser una solución a largo plazo. De todos modos hay que discutir la posibilidad de ordenar a viri probati, es decir, a hombres experimentados y probados en la fe y en el trato con los demás». Cuando visitó Martini en 1990 en Canterbury al arzobispo Carey, entonces primado de la Iglesia de Inglaterra, estaba sobre el tapete el tema de las ordenaciones sacerdotales de mujeres. «Yo intenté, dice, darle ánimos para asumir ese riesgo, algo que podría ayudarnos también a nosotros a ser más justos con las mujeres y a entender cómo puede seguir el camino en el futuro.»

Gran parte del libro se centra en la juventud. Martini quiere aprender de ella, más que planificar su captación multitudinaria. «No tiene sentido pensar cómo hemos de conquistar a los jóvenes o construir confianza: ellos tienen que regalárnosla... Son Iglesia, con independencia de que coincidan o no con nuestros pensamientos o con las prescripciones eclesiásticas». Para conectar, apuesta por la cercanía: «Ciertos empleados u obispos de la Iglesia en nuestros países occidentales se encuentran atrincherados detrás de gruesos muros, en oficinas nuevas o en antiguos palacios»...

Cuando leí de un tirón estas conversaciones «a lo Nicodemo», acababa de ver en el filme Los girasoles ciegos ejemplares de eclesiásticos acartonados, secos e inmovilizados. Martini, en cambio, es todo un heliotropo lúcido y vivo.

(Publicado en La Verdad de Murcia el 11 de octubre, 2008)


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Enhorabuena a quien nació dando vida

15.10.08 @ 07:27:30. Archivado en Bioética


Enhorabuena a los progenitores de Javier, primer bebé nacido en el estado español por solidaridad genética, enhorabuena a su hermano y a él, que nació dando y para dar vida. Enhorabuena desde la Bioética y desde la Teología Moral Católica.

No se debería llamar a este procedimiento "selección", palabra que sugiere elegir a unos y excluir a otros. Es mejor hablar de "solidaridad genética"

Hay que tranquilizar al padre y a la madre, si alguien les dice que no es éticamente correcto. Las expresiones desafortunadas de algunas instancias religiosas, que dijeron equivocadamente que eso es "sacrificar a un hermano para salvar a otro" y que se opusieron, entre otras cosas a la ley de reproducción asistida, dieron con ello muestra de su ignorancia tanto teológica como ética.

No se ha sacrificado a nadie, ni se han seleccionado unas personas (los pre-embriones no lo son todavía), ni se ha discriminado o excluído a nadie. Simplemente se dio luz verde a uno de los óvulos fecundados, tras el debido diagnóstico pre-implantacional, para que fuera implantado y entrase en el proceso de llegar a ser persona, una vez consumado el proceso constitutivo de un nuevo ser humano a lo largo de la interacción embrio-materna durante las semanas siguientes (entre la tercera y octava aproximadamente).

Hoy, transcurrido normalmente el proceso de gestación, la compatibilidad genética de ese recién nacido, además de la alegría de una nueva vida, trae al mundo la esperanza de dar vida.

El cardenal Albino Luciani (el Papa Juan Pablo I, que solamente sobrevivió un mes en el ambiente de la Curia vaticana)felicitó a los progenitores de Louise Brown cuando nació en 1978 la primera niña por fecundación in vitro. Hoy, la teología y la Bioética felicitan a Javier y Soledad y a sus hijos


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El "bebé-esperanza" es vida, no "matanza"
19.10.08 @ 00:29:10. Archivado en Bioética

Una vez más la voz de los voceros de la Conferencia episcopal del estado español produce vergüenza ajena en la intelectualidad católica seria.

Decir que "el nacimiento de una persona ha venido acompañado de la destrucción de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho fundamental a la vida", es un error garrafal, acreedor a un suspenso en biología, otro en ética y otro en teología.

Llamar "hermanos a los que se les ha privado del derecho a nacer" a los pre-embriones no implantados es otro error digno de suspenso en bioética.

Decir que en el bebé nacido se ha "conculcado su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica" es un insulto a sus padres por el que el portavoz redactor de la nota debería pedirles perdón.

Se han repetido los fallos del documento de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, del 30 de marzo de 2006, que tanta vergüenza ajena nos produjo.

Decir que las criaturas nacidas por fecundación in vitro han sido producidas y no procreadas es una afirmación digna de otro suspenso en moral, teología y bioética.

Como creyentes y como estudiosos somos muchas las personas que sentimos pena y dolor por los malentendidos que producen estas afirmaciones episcopales mal asesoradas. Es natural que, con respeto, pero con firmeza y libertad de espíritu sintamos la obligación moral de disentir.

Reiteremos una vez más la enhorabuena a los padres de esa criatura a la que no se debe llamar "bebé-medicamento", sino "hermano esperanzador y dador de vida".


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Pre-embriones, embriones y fetos.
21.10.08 @ 03:57:58. Archivado en Bioética

Respondiendo a quienes piden aclaraciones divulgadoras sobre el paso del cigoto al feto, reproduzco un texto de mi libro Pensar lo humano. 101 planteamientos de Antropología, PPC, 2006, Colección Cruce, n.16

Concebir, en vez de concepción. Estar embarazada, en vez de embarazo. Dar a luz, en vez de nacimiento. Los verbos indican acción, proceso y duración.

Tras el encuentro del espermatozoide con el óvulo se inicia la fecundación, que dura más de 20 horas. El cigoto comienza la división celular, se llama mórula al tercer día, con 16 células. Entre el cuarto y séptimo día se prepara la anidación. En el blastocisto, a partir del día sexto, se esboza una masa celular interna (embrioblasto), que dará lugar al feto, y una capa exterior (trofoblasto) que será la placenta.

Con la implantación se completa la concepción al retener la mujer el óvulo fecundado hecho embrión.

El blastocisto posee individualidad meramente genética, pero aún no es un individuo multicelular. Dos pre-embriones pueden fundirse en uno o dividirse un pre-embrión en dos. Hacia el día 14 se forma el disco embrionario que, entre los días 15 y 18, se hace trilaminar. La aparición de la cresta primitiva, inicio del futuro sistema nervioso es un primer umbral decisivo.

Entre la tercera a la octava semana la interacción embrio-materna es constitutiva de la nueva realidad, llamada feto a partir de la octava semana.

Ante un proceso como el alba no es posible trazar una línea nítida de antes y después del comienzo. Tendremos que contentarnos con expresiones como “no antes de…” o “no después de…”, “no antes de la tercera semana, no después de la octava”.

(Ver también El animal vulnerable, U. P. Comilas, 1997, cap. 4, La gratitud responsable, Desclée, 2004, cap. 9 y Bioética y Religión, ed. Síntesis, 2008, todos ellos pubicados con la debida censura de la correspondiente autoridad eclesiástica).


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Ni idolatrar el ADN, ni cosificar al embrión
22.10.08 @ 19:02:12. Archivado en Bioética

Ni adorar al blastocisto, ni abortar al feto. Ni personificar al genoma, ni cosificar al embrión. Ni destruir al nasciturus, ni mitificar a su mera posibilidad.En el país de los extremismos los extremos se tocan.

Tanto integristas como radicales traen el agua de la biología al molino de la ideología respectiva y hacen el mismo juego, unos con el nombre de anti-abortistas y otros con el de pro-abortistas. Entretanto, la búsqueda equilibrada del término medio es bombardeada por ambos flancos.

La insistencia en explicar lo más divulgadoramente posible la gradualidad en el proceso del cigoto al feto (ver explicación detallada en el cap. 1 de Bioética y religión, ed. Síntesis, Madrid, 2008, publicado con censura y permiso de la autoridad eclesiástica correspondiente), así como el aumento porporcional de la exigencia de respeto que nos pide la vida naciente en proceso de irse constituyendo, es malentendida por quienes, con dualismo maniqueísta, solamente conciben dos extremos, o todo o nada. No admiten esas “zonas grises” de que habla el cardenal Martini, que exigen prudencia para decidir responsablemente en incertidumbre.

Unos adoran al cigoto y otros desprecian al feto, pero unos y otros tratan de trazar líneas puntuales que justifiquen las posturas exageradas tanto por la derecha como por la izquierda. Con razón se quejaba Unamuno de que en este páis con siglos de tradición inquisitorial toda ha de ser sí o no, blanco o negro y “doctores tiene la iglesia que os responderán”...

Cuando nos negamos a personificar al cigoto nos llaman abortistas. Cuando protegemos a toda costa al feto nos llaman anti-feministas. Y cuando pedimos respeto para el embrión durante su proceso hasta convertirse en feto nos etiquetan de “medias tintas”.

Encandilado por el sol sin matices de la meseta, evocaba Unamuno el “nimbo” de montes y neblinas norteños y buscaba en el poeta Maragall el “seny” mediterráneo. Pero el autor de Paz en la guerra tuvo que sufrir al final de su vida, en el paraninfo de Salamanca, los vivas fascistas a la guerra y la muerte por parte del general Millán Astray ante la presidencia de Franco y el cardenal Pla y Deniel. Si Don Miguel levantara la cabeza reconocería que en este país la transición no ha terminado... (la transición cultural, de la inquisición a la tolerancia y del anatema al diálogo).

No se entiende el término medio de Aristóteles, ni el equilibrio de Confucio, ni el sendero de la vía media de Buda. No se entiende la sabiduría de que hablaba Jesús: “A Juan Bautista, que no comía ni bebía le dijeron: ¡Tiene un demonio dentro!. A Jesús, que come y bebe, le dicen; ¡Vaya un comilón y bebedor, amigo de recaudadorers y descreídos! Pero todos los discípulos de la sabiduría le han dado la razón” (Lucas 33-35).

Esa sabiduría necesitamos hoy para salir del atolladero del pensamiento, en que nos inmovilizan las ideologías de derechas e izquierdas.
Tanto el extremismo de quienes personifican al blastocisto como el de quienes cosifican al feto coinciden en manipular a su favor a la biología. Tanto quienes se apoyan en la biología para personificar al cigoto como quienes lo hacen para justificar el aborto de un feto de tres meses, están abusando de la ciencia ideológicamente. Que ciencia y ética juntas nos ayuden a frenar las ideologías políticas y religiosas.

Unos dicen “A”, de acuerdo con el extremismo dictado por su partido y otros dicen “B” de acuerdo con el extremismo dictado por su obispo. Unos y otros, dogmatizando y anatematizando, sin pensar, sin vía media, sin ciencia y sin diálogo. Por eso, es voz en el desierto la postura mantenida en los blogs anteriores. Pero la repetiremos, para quienes siguen pidiendo aclaraciones, lo más pedagógicamente posible en el post siguiente (no en éste, que ya va siendo demasiado largo y lectores y lectoras están demasiado ocupados como para gastar tiempo leyéndome).


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Manejar blastocistos, cuidar embriones, respetar fetos
23.10.08 @ 19:19:17. Archivado en Bioética

Como resumen y conclusión de los posts anteriores, reproduzco un texto del libro Bioética y Religión, ed. Síntesis, Madrid, 2008, cap.1, publicado tras competente censura y aprobación con el debido nihil obstat por la autoridad eclesiástica correspondiente.

Veamos los pasos sucesivos del proceso, a lo largo del cuál se plantean las preguntas éticas sobre cómo manejar los blastocistos, cuidar los embriones y respetar los fetos.

Un óvulo o un espermatozoide son posibilidad remota de dar lugar a una persona; pero muchos óvulos no son fecundados y muchísimos espermatozoides se desperdician.
Un cigoto es posibilidad próxima y concreta de dar lugar a una persona, si el proceso de división y diferenciación celular no sufre accidentes o interrupciones. Un cigoto es semilla de nueva vida humana. Aunque se haya dado tradicionalmente el nombre de semen –en latín, semilla- a los espermatozoides, es más exacto reservar este nombre para el óvulo fecundado. Cuando no se conocía la fecundación del óvulo por el espermatozoide –como era el caso desde Aristóteles hasta el siglo XIX- y se atribuía el origen de una nueva vida solamente a la aportación del varón, recibida pasivamente por la mujer como mero recipiente, no es extraño que se diera el nombre de semilla a lo que hoy sabemos que es solamente una parte de lo que constituye en sentido estricto ese germen de nueva vida.

Un blastocisto es promesa de nueva vida, pero a condición de que se implante en un útero. No es solamente posibilidad concreta, sino promesa; pero es una promesa condicionada.

Un embrión implantado es más que promesa. Es capacidad de desarrollarse hasta convertirse en un feto. Si el cigoto es comparable a la semilla y el blastocisto y el pre-embrión al botón, para el embrión ya implantado valdría el símil de la flor que se va a transformar en fruto –por supuesto, en sentido metafórico, mutatis mutandis, sin apurar literalmente la comparación con el funcionamiento biológico de los vegetales-.
Nos sirve este discurso metafórico para expresar la gradualidad de la exigencia de reverencia hacia la vida. En efecto, conservamos las semillas, cuidamos los botones, regamos las flores y recogemos con gratitud los frutos. Las semillas piden que las conservemos, como posibilidad apreciable. Los botones piden que los cuidemos, como promesa estimable. Las flores necesitan que las reguemos para apoyar su desarrollo o su eventual transformación en fruto. Los frutos exigen que los agradezcamos y respetemos como realización de la vida.

Con este lenguaje metafórico estamos expresando la gradualidad de la reverencia y el respeto. Las semillas tienen valor, no solamente precio. Los botones y flores tienen un valor digno de mayor estima. Los frutos tienen el máximo valor.

Pasando a la vida humana germinal y naciente, podemos decir así: Los cigotos son admirables. Los blastocistos y pre-embriones son frágiles, a la vez que estimables, y manejables con cuidado y estrictas condiciones. Los embriones ya implantados son respetables. Los fetos exigen el respeto debido a la realidad de un ser humano dotado de dignidad.

Al reflexionar sobre la que podríamos llamar esta “marcha ascendente de la exigencia de dignidad”, habrá que conjugar tres perspectivas: 1) El proceso biológico de constituirse un nuevo organismo individual. 2) El proceso humano –psico-social- de reconocer la presencia de una realidad personal dotada de dignidad. 3) El enigma metafísico de la manifestación del misterio de la Vida (la escribimos con mayúscula para connotar lo Absoluto, presente y manifestándose en un cuerpo que se va haciendo espíritu).

Hay que evitar, al hablar de los genes, la imagen de la “chistera del prestidigitador”, de la que salen pañuelos, porque estaban “pre-contenidos” en ella. Hay que evitar el paradigma que ve el programa genético como se veía antiguamente el homunculus dentro del espermatozoide.

No parece prudente cerrar el camino a la investigación sobre las expectativas terapéuticas derivables de los recientes descubrimientos en torno a las células troncales.

Hasta no hace mucho tiempo se creía que toda célula embrionaria era indiferenciada y que una célula diferenciada no podría, por así decirlo, retornar a un funcionamiento propio del estado de indiferenciación. Ambos supuestos están siendo cuestionados hoy Con mayor razón, cada vez resulta más inconcebible confundir a una célula embrionaria con un pre-embrión o a un pre-embrión con un ser humano completamente constituído.

Ni el biólogo puede afirmar que baste la información genética para determinar lo que será el futuro ser humano; ni el filósofo puede usar el discurso valorativo para reconocer como persona al pre-embrión; ni el teólogo puede considerarlo como mínimo requisito biológico presupuesto para la recepción de un soplo de vida divina que lo convierta en manifestación personal de la Vida y, por tanto, dotado de una dignidad única e inviolable.

Es un hecho que tenemos más datos científicos y más posibilidades técnicas de manipulación. Hará falta un gran esfuerzo de comprensión y de prudencia para decidir en áreas de incertidumbre. Hará falta un mínimo de controles jurídicos, pero la responsabilidad ética no se reducirá solamente a ellos. Para ello será necesario que, a nivel de educación, se replantee seriamente la necesidad de la doble divulgación científica y ética como parte de los mínimos requeridos en educación básica y en formación permanente.


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Otra copa de Martini: ¡Que sea doble!
26.10.08 @ 05:39:51. Archivado en Bioética

En la columna de "La Verdad" presenté textos del libro-entrevista al Cardenal Martini, pero me dejé en el tintero la antología de sus opiniones sobre sexualidad e iglesia: he aquí unas cuantas "perlas" para hacer pensar y...hacer cambiar.

Una teología acostumbrada a respuestas prefabricadas debería cambiar de chip y aprender a cambiar las preguntas. Para ello hace falta coraje, como el que necesitó Martini para colaborar con la Congregación para la Doctrina de la Fe, “en la que a lo largo de diez años, dice, he hablado con el Cardenal Ratzinger”. Uno de sus desacuerdos era sobre la encíclica Humanae vitae, de Pablo VI (1968) y el tema de los anticonceptivos. Martini propone “una nueva perspectiva”, ya atisbada cuando muchos obispos hablaron en una línea que, según el ex-arzobispo de Milán, “deberíamos continuar en la actualidad”. “Estoy firmemente convencido, afirma, de que la conducción de la Iglesia puede mostrar un camino mejor que el de la Humanae vitae. La Iglesia recuperará con ello credibilidad y competencia.”

La oposición objetará que hay que ir despacio. Pero Martini responde que se ha tardado demasiado en rehabilitar a Galileo y Darwin. La petición de perdón de Juan Pablo II en el tema del judaísmo y en el de la relación de la iglesia con la ciencia fue laudable. Pero “en los temas de la vida y el amor no podemos esperar tanto. Es un signo de grandeza y seguridad en sí mismo que alguien pueda admitir sus faltas y la estrechez de su visión de antaño”.

Sobre el tema de la homosexualidad responde: “En mi círculo de conocidos hay parejas homosexuales, personas muy respetadas y muy sociales. Nunca se me preguntó, ni tampoco se me habría ocurrido, condenarlas”.

Es típico de este cardenal jesuita mirar hacia delante, sin miedo a preguntas inéditas que requieren respuestas creativas. Entre ellas está “la relación con la sexualidad y la comunión para los divorciados que han vuelto a contraer matrimonio.

En otros tiempos hubo tal vez demasiados pronunciamientos oficiales de la Iglesia en el ámbito del sexto mandamiento. A veces, dice Martini, hubiese sido mejor guardar silencio”. Reconoce el cardenal que en el Vaticano se discute sobre la utilización de preservativos, en especial porque la epidemia del sida preocupa mucho al Papa. Pero pocos se atreven a decir lo que piensan. Cuando Martini habló del mal menor esa toma de posición le hizo entrar en enfrentamientos. “Me he convertido, comenta sonriente, en el cardenal del preservativo”.

Por comparación con la época de su juventud, el mundo de hoy le parece totalmente distinto: por lo menos es más sincero y abierto. “Antes no se quería casi ni hablar del tema de la sexualidad: se lo reservaba para el confesonario y para el ámbito de la culpa”. En cambio, Martini es capaz de abordar el tema de la sexualidad en la etapa prematrimonial sin acomplejarse. “¿Puedo responder, se preguntan los jóvenes, del hecho de traer un niño al mundo o no traerlo? ... Ningún obispo ni sacerdote ignora hoy que se da la cercanía corporal de las personas antes del matrimonio. Aquí tenemos que cambiar de mentalidad, si es que queremos proteger la familia y promover la fidelidad matrimonial. Con ilusiones o prohibiciones no se puede ganar nada. Entre mis amigos y conocidos he podido ver cómo los jóvenes salen de vacaciones y duermen juntos en una misma habitación. A nadie se le ocurría ocultarlo o plantear problemas al respecto. ¿Debería yo decir algo? Es difícil. No puedo entenderlo todo, aunque percibo que, tal vez, en este punto está surgiendo un nuevo respeto mutuo, un aprender unos de otros y una convivencia más intensa de las generaciones... Yo quiero acompañar este desarrollo con benevolencia, formulando preguntas y con oración“

Llama la atención que hable así todo un cardenal de la iglesia católica, sin pretender dogmatizar, ni condenar lo más mínimo y sin el menor rasgo catastrofista, tan común en algunos purpurados de nuestros alrededores. “Creo, dice, que no es tiempo de intentar dar respuestas de validez general... las respuestas solo caen en terreno fértil si antes se ha puesto sobre la mesa una pregunta... En estas cuestiones tan profundamente humanas como la sexualidad y la corporalidad no se trata de recetas, sino de caminos que comienzan en el hombre y que conducen hacia delante. ... No podemos exigir de los niños y jóvenes todo lo que sería ideal. Poco a poco encontrarán su camino. Los caminos no pueden dictarse desde arriba, desde escritorios o desde púlpitos.... Lo decisivo es que promovamos a los cristianos en su capacidad individual de juicio”.

Lo cuál no obsta para que Martini sea claro frente a la injusticia. “La Biblia frente al adulterio marca una línea clara. Está absolutamjente prohibido irrumpir en el matrimonio ajeno. La Biblia es también muy clara cuando se trata de violencia contra las mujeres...Pero más allá de estas líneas claras que la Biblia traza, se nos remite a la propia responsabilidad y al discernimiento de los espíritus”.

Ante estas perlas de antología, es inevitable bromear. Alguien dirá: “Cállese, hombre, que se le entiende todo”. Y alguien musitará: “No subió más alto por carecer de los defectos requeridos por el cargo”.


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SEXUALIDAD, IGLESIA Y BIOÉTICA
30.10.08 @ 15:11:03. Archivado en Bioética

Con este título reflexiona sobre las cuatro décadas de resaca tras la encíclica Humanae vitae el médico ginecólogo y profesor de Bioética en la Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa, Miguel Oliveira da Silva.

No es un clérigo teólogo, sino un seglar casado, avalado por la experiencia de la medicina y de la vida matrimonial, quien extrae de su formación filosófica y científica el método para hacer el diagnóstico delas patologías de su iglesia, a la que cuestiona con la honestidad del creyente adulto y la que critica como tratamiento apropiado para un pronóstico de renovación esperanzada.

El doctor Miguel Oliveira da Silva, como miembro de la Comisión Nacional de Bioética, desde su doble dedicación a la ginecología y la bioética, apuesta incondicionalmente por la relación de diálogo propuesta por Juan Pablo II “entre iglesia y ciencias” y “entre creyentes y no creyentes” (Evangelium vitae, n. 27).

Él practica ese diálogo reflexivamente, como demostró en su obra Ciência, religiâo e Bioética no início da vida (ed. Caminho, 2006) y como ha desarrollado en esta última: A sexualidade, a Igreja e a Bioética. 40 anos de Humanae vitae (ed. Caminho, 2008).

Se leen con interés las vicisitudes desde el Concilio hasta la publicación de la funesta encíclica, que causó la mayor pérdida de credibilidad a la iglesia católica en el siglo XX. Presenta los “encantos y desencantos” del mundo bioético ante el tema de la sexualidad y la necesidad de cambio de paradigmas de pensamiento en la encrucijada de lo científico, lo ético y lo terapéutico. Pero, sobre todo, plantea la exigencia de un nuevo paradigma de ética sexual dentro de la Iglesia.
Con el doble bisturí del médico y del pensador, opera el autor sin miedo los tumores que están pidiendo a gritos extirpación, para mejorar el pronóstico de una iglesia y una teología moral enfermas de cuidado: acceso de la mujer a todos los ministerios eclesiales y a la jerarquía eclesiástica, celibato optativo, participación en la eucaristía de personas divorciadas viviendo en una nueva unión de hecho, sexualidad de célibes por vocación religiosa, legitimidad de relaciones sexuales pre-matrimoniales, sexualidad en contextos de orientación homosexual, eticidad de métodos contraceptivos, técnicas de procreación médicamente asistida y manejo de embriones pre-implantatorios, etc.

Pone el dedo en la llaga de los tres grandes errores de la encíclica de Pablo VI: 1) confundir lo artificial con lo antinatural, 2) entender la ley moral de un modo fixista y naturalista, y 3) creer que es competencia de la iglesia el interpretar dicha ley e imponer su interpretación a la ética. Como consecuencia de esta encíclica, la iglesia pierde credibilidad hacia fuera y angustia dentro de ella a unas pocas personas (¡cada vez menos!) que la siguen a la letra, creyendo que está prohibido pensar.

Con fidelidad crítica de creyente, con lealtad cuestionadora de pensador y con exactitud de científico, propone el Doctor Oliveira el cambio de paradigma ante la sexualidad, para que, tanto crfeyentes como no creyentas, puedan compartir esperanza.

Concuerda con esta postura la redacción del prólogo por el P. Dr. Anselmo Borges, profesor de Filosofía en la Universidad de Coimbra (conocido como alma y visión, durante la era posconciliar, de los Coloquios y la Revista Igreja e Missâo, renovadores de la teología en Portugal)., quien insiste, citando el libro reciente del cardenal Martini, en la necesidad urgente de una “reconciliación de la iglesia con el mundo, con la ciencia, con el cuerpo y con la sexualidad”.

Merece la pena recomendarse la lectura y la traducción de estos dos libros, muy apropiados para hacer revivir esperanza en una iglesia en estado de coma. Los propondría como libro de cabecera para quienes han llegado al epìscopado tras aprobar el examen de estar de acuerdo con la Humanae vitae.


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Lo Santo y los santos...pero sin Purgatorio
02.11.08 @ 01:53:00. Archivado en Religion y sociedad

Comunión de “lo Santo” (con mayúscula) y de “los santos” (en plural). ¡No se confundan, por favor!. Este post no trata de la primera comunión de ningún periodista radiofónico de apellido parecido, sino del 1 y 2 de noviembre.

También en Japón los niños y niñas de primaria han comprado esta semana calabazas y máscaras para recorrer la vecindad pidiendo propina mientras gritaban ¡Haa-roo-uinnn...! , trasposición fonética nipónica del Halloween inglés. Este Japón lo importa todo, desde las chocolatinas de los enamorados por san Valentín hasta la rosa y el libro por sant Jordi.

Los antiguos irlandeses y escoceses celebraban el comienzo del invierno, la víspera del Samhaim, misterioso rito de tránsito y cruce del mundo humano con el divino. La liturgia cristiana bautizó la religiosidad local y la incorporó en el día de Todos los Santos.

Se quejaba un obispo catastrofista de “la ola de laicismo que nos invade” y de “las fiestas religiosas convertidas en puente para ir a la playa”. Pero también muchas festividades cristianas surgieron absorbiendo la fiesta local ya existente (empezando por la Navidad...).

En la misa infantil de las once, dialogando con el parvulado de la primera fila, tengo que explicarles que “Todos los Santos” y “Los difuntos” son una misma fiesta. Han escrito en un cartel con ideogramas japoneses de colores la frase del Credo: “Creo en la comunión de lo santo y de los santos”. Lo santo, porque estos dones que hemos presentado, este pan y este vino, que representan nuestra vida cotidiana, los santifica el Espíritu: le pedimos que “santifique estos dones”, que consagre nuestras vidas y las convierta en cuerpo y vida de Cristo para vida del mundo entero.

La comunidad cristiana se reúne en torno a “lo santo: la Eucaristía” (así nos lo enseñó el teólogo Ratzinger hace cuarenta y cinco años), y en ella se reúnen vivos y difuntos, por eso somos comunión de “los santos” reunida en torno a “lo santo”. La liturgia llama santos a quienes no lo somos, pero somos hechos santos por Dios que nos santifica..
En cuanto a los santos de los altares, bueno, ya sabemos que “ni están todos los que son, ni son todos los que están...”.

Para la misa de nueve el chip ha de ser distinto, porque vienen personas mayores, catequizadas en la era preconciliar. La viuda del señor Mikimoto pregunta si, a pesar de tantos sufragios, todavía estará su marido en el Purgatorio (“Como el pobre tenía tantos “asuntillos” fuera de casa...”, comenta sonriendo). Y el señor Takamoto viene a la sacristía preguntando cómo ganar indulgencias. Habrá que comenzar tranquilizándoles, en vez de agobiarles con imágenes de almas en pena o fuegos de purgatorio. “Nada de fuego, ni de sala de espera; nada de purgar, expiar o pagar penas para satisfacer, según el estilo jurídico heredado de la mentalidad romana; nada de comprar indulgencias como quien paga multas de tráfico”.

“Entonces, ¿es que ya no hay Purgatorio?”, dice perpleja la viuda Mikimoto.. “¿Será, dice el bromista Takamoto, que mientras el planeta se calienta el Purgatorio se enfría?” Pues habrá que aclarar en la homilía qué queda o qué no queda del Purgatorio.

Lo expliqué justamente hace un año en el blog de Religión Digital; pero, como en tiempos de fundamentalismos necesitamos reeducación en hermenéutica, vuelvo sobre el mismo tema. (Una “amable” lectora latinoamericana, caracterizada por lo cáustico de sus comentarios al blog, me deseaba el otro día años de purgatorio para expiar presuntas maldades de mis escritos...).

Ante todo, “Purificación” es el nombre del símbolo mal llamado “Purgatorio”. En vez de purgarnos antes de contemplar cara a cara el Misterio de la Vida, es al revés: el encuentro con ese misterio nos purifica, según dice la carta primera de Juan: “Se manifestará entonces lo que somos... Veremos cara a cara... Esa vista nos purifica” (1 Jn 3, 1-3; segunda lectura de la liturgia de Todos los Santos).

Orar recordando a lo seres queridos (más que orar por ellos, orar en compañía de ellos y por su intercesión) es tradición antigua en la Iglesia. Solamente desde el siglo cuarto se menciona un “purgatorio”. Predicadores como san Cipriano tomaron a la letra lo del “fuego que quema la paja y purifica el oro” (1 Corintios 3, 12-15) y usaron la palabra “purgar”, de donde salió el “purgatorio”. La mentalidad jurista latina elucubró sobre expiar y pagar penas, incluso por lo ya perdonado. Las iglesias griegas preferían hablar de “purificación” y divinización en el trance de la muerte, en vez de purga y satisfacción expiadora. El Concilio de Florencia buscó un compromiso (como ocurre a menudo en documentos eclesiásticos, para contentar a dos extremos de la feligresía): quitó lo del fuego, tranquilizando así a las comunidades griegas, y mantuvo la expiación, dando gusto a las latinas.

Pero se complicó la cosa por el trapicheo mercantil de las indulgencias, que con razón criticó Lutero. El Concilio de Trento prohibió las exageraciones pirómanas de la predicación, pero no se le hizo caso y siguieron exhibiéndose los cuadros de ánimas achicharrándose en llamas (De pequeño, recuerdo cómo me impresionaba ver esas imágenes de tamaño natural en san Nicolás y san Antolín, en Murcia, unos cuadros inmensos de ánimas en pena; ignoro si, por fin, los habrán quitado).

El Concilio Vaticano II corrigió de nuevo (Lumen gentium, 49-51) y el Catecismo del 92, en vez de “purgar”, habló de “purificarse”. Queda, por tanto, la riqueza del símbolo refrescante de la purificación, como en el agua bautismal cristiana o en el kiyome sintoísta con agua pura. Recordamos sin ansiedad a los seres queridos difuntos, que ya descansan, como se canta en el Requiem, en el lugar del "refrigerio, la luz y la paz”.

Lo dije, en vida de mi madre, en una homilía, y comentó ella, desde la sensatez creyente acumulada durante sus ochenta y nueve años: “Hijo mío, esta teología es un alivio, pero, ¿por qué los curas lo teníais tan callado hasta ahora?”.


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¿Beatificaríais a los verdugos? Junto a los mártires, otras víctimas
05.11.08 @ 00:44:55. Archivado en Japón, Religion y sociedad

Con esta pregunta desconcertante nos impacta la memoria histórica de la era cristiana, cuestionando algunos olvidos en nuestra celebración de los mártires japoneses, cuya beatificación tiene lugar el 24 de este mes de noviembre.

Estábamos preparando el ambiente para la festividad con conferencias, exposiciones y reuniones de oración y evocación de los mártires, cuando la pregunta incisiva del historiador sociólogo nos sacó del sueño autocomplaciente al despertar crítico de la memoria histórica.

En las representaciones artísticas del martirio nos impresionaba ver a los crucificados, alanceados sobre sus cruces mientras bajo ellas ardía la hoguera, a la vez ejecución y pira crematoria. No se nos había ocurrido pensar que, además de los mártires, hubo otras víctimas. Ni habíamos caído en la cuenta de que los verdugos podían serlo.

¿Quiénes ejecutaban la sentencia? ¿Quiénes acarreaban la leña para la pira? ¿Quiénes se encargaban de la tarea enojosa de recoger los cadáveres? ¿Quiénes vigilaban en la prisión? A estas preguntas y a un largo etcétera que las sigue, responde el profesor Aoyama: Para esos trabajos enojosos había una mano de obra forzada, obligada a realizarlos, se les reclutaba en el barrio discriminado en que vivían quienes eran considerados hinin, es decir, no-humanos y no-ciudadanos por estar dedicados a trabajos considerasdos contaminantes (matanza de animales, curtir pieles, etc...). (cf. Boletín de la Asociación cultural de estudios de la era cristiana de Nagoya, nn. 41 y 46).

Lo fuerte del caso es que los descendientes de esa casta discriminada siguen arrastrando hoy el peso de la discriminación. Han de ocultar el domicilio natal en el barrio discriminado (buraku) y el nombre de familia, si no quieren sufrir dicriminación a la hora de encontrar empleo o contraer matrimonio.

En medio de uno de esos barrios, en Kyoto, hay erigido un monumento conmemorativo a los mártires. Dicen los descendientes de quienes participaron obligatoriamente en la ejecución que, así como los mártires fueron víctimas por su fe (no sólo por la fe, sino también por no someterse a la ideología política del estado), los antepasados de los discriminados de hoy también fueron víctimas, cuyos derechos humanos eran totalmente conculcados.

Olvidar esto mientras se celebra una concentración masiva en Nagasaki para festejar la beatificación de los mártires sería una contradicción e incongruencia.

La iglesia de Japón, cuyos obispos acaban de publicar un mensaje en defensa de los derechos humanos, en el 60 aniversario de la Declaración de Derechos, no puede cerrar los ojos a este problema, aunque, tanto dentro de la Iglesia como fuera de ella, no falten voces que digan (no sabemos si ingenua o hipócritamente) que “entre nosotros no hay problema de discriminación”.


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Martirizados, por la fe. Martirizadores, por el poder
08.11.08 @ 15:30:19. Archivado en Japón, Conferencia episcopal

Se acerca la beatificación, el próximo 24 de noviembre en Nagasaki, de 188 víctimas martirizadas en Japón entre 1603 y 1639.

Aunque encabeza la lista el jesuita Pedro Kibe, 183 son seglares. La iglesia de Japón está dedicando siete semanas de oración y reflexión a prepararse para la celebración.

¿Martirizados por su fe o ajusticiados por violar la ley?, pregunta el periodista. “Las dos cosas”, responde el obispo Mizobe. “Murieron por negarse a apostatar y por violar una legalidad injusta que negaba el derecho a la libertad religiosa”.

“¿Los mataron por religión o por política?”, le preguntaban al cardenal Hamao (q.e.p.d.). “Por ser cristianos”, respondió, añadiendo: “No eran oposición política, pero si era peligroso para el gobierno su rechazo a la divinización del estado”.

Dos siglos más tarde, durante el apogeo de la ideología militarista del nacional-sintoísmo, su recuerdo animaría a quienes resistían a la politización de la religión al servicio de la unidad nacional: no iban a sacrificarse como kamikazes cantando el Kimigayo "por el kami, por la patria y el emperador".

La aprobación de la beatificación animó el año pasado, el 1 de junio, al episcopado japonés, que había publicado en febrero un mensaje sobre libertad religiosa y separación del estado y las confesionalidades: contraste profético frente a la tendencia del partido gobernante a condescender con las ideologías nacional-sintoístas de ultraderecha.

Dos semanas después del valiente mensaje episcopal, la carta del Nuncio Bottari de Castello, corroboraba el compromiso por los derechos humanos, la paz y la justicia. “Ustedes han expuesto con claridad el principio de la separación de Iglesia y Estado y el valor del artículo 9 de la Constitución. Deseo asegurarles el apoyo a dicha declaración”.

Este año, después de la beatificación, la noticia eclesial será, el 8 de diciembre, la publicación del mensaje de los obispos japoneses conmemorando el 60 aniversario de la Declaración de Derechos Humanos.


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No hay dogmas en bioética
10.11.08 @ 18:08:30. Archivado en Bioética

El Papa se opone a la creación de embriones como "material terapéutico", rezaba el titular del 7 de noviembre, frase del discurso al Congreso Internacional sobre Donación de Órganos promovido por la Academia Pontificia para la Vida .

Cuando leí el texto italiano subrayé con color amarillo papal dos frases: al principio, su exhortación a una “lógica de la gratuidad”, y al final, su recomendación de una “cultura de la solidaridad”. En cambio, subrayé rojo su oposición a la “creación y sucesiva destrucción de embriones humanos como "material terapéutico". Según su parecer (opinión personal, y no dogma; opinión cuestionable sobre cuestión controvertida, y no doctrina) "contradice las bases culturales, civiles y éticas sobre las que se apoya la dignidad de la persona". (Esta última frase provocará perplejidad en filosofía y teología).

Lo subrayado en amarillo eran principios, lo subrayado en rojo, aplicaciones. Se podrá estar de acuerdo en los principios y, precisamentre para aplicarlos, disentir de sus conclusiones.

No llamaremos “material terapéutico” al niño que nació dando vida a su hermano, sino lo consideraremos como ejemplo de la “lógica de la gratuidad” y la “cultura de la solidaridad” que propugna Benedicto XVI.

Me pregunta por e-mail una lectora si, tras ese discurso, debo modificar lo escrito en posts anteriores para acomodarlo al magisterio eclesiástico y respetar la opinión papal.

Respondo: primero, no es cuestión de magisterio, porque no es cuestión ni de dogma, ni de doctrina, sino cuestión controvertida científica y éticamente, sobre la que hay que debatir desde la ciencia y la ética.
Segundo, no es cuestión de respetar una opinión papal. Se respeta la persona y se debaten las opiniones discutibles, como nos enseñó Benedicto XVI al presentar su libro sobre Jesús abierto al debate y no como imposición magisterial. Si eso vale del libro del Papa sobre Jesús, a fortiori de una opinión sobre una cuestión bioética, que no es competencia del magisterio eclesiástico. No hay dogmas en bioética...

Y en cuanto a la frase “material terapéutico”, no es aplicable a la selectividad de pre-embriones usada tras diagnóstico pre-implantacional en el caso del “bebé-esperanza” que nació dando vida.

Creyentes de fe adulta no confundirán los titulares de prensa con formulaciones dogmáticas, ni la libertad de expresión y derecho a opinar de los obispos con el presunto carácter vinculante de esas opiniones, sobre todo en materias que no son de competencia del magisterio. Otra cosa es el caso de creyentes adoctrinados para no pensar y comulgar con ruedas de molino.


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De Arrupe a Nicolás, por Benedicto
16.11.08 @ 02:06:42. Archivado en Compañía

Viendo la exposición del bicentenario del Conde de Floridablanca los jesuitas sienten ambivalencia ante José Moñino y Redondo (1728-1808), sabiendo su papel en la expulsión de la orden por Carlos III (1767), y su influjo como embajador para conseguir del Papa la supresión de la Compañía (1773).

Paradójicamente, la Sala San Esteban fue el primer colegio de jesuitas, en Murcia. Otra paradoja: jesuitas de entonces, casados con poderes político-económico-académicos (como algunos nuevos movimientos actuales), chocaban con el talante del político reformador; pero la mentalidad ilustrada del estadista murciano debería haber simpatizado con los acusados de laxistas por defender el probabilismo moral. (También hoy acusan de radicalismo a quienes siguen al Concilio Vaticano II). Si Floridablanca levantara la cabeza, ¿de qué lado se decantaría quien en sus últimos días giró hacia posiciones más reaccionarias?

Pero dejemos el tema a historiadores competentes. Lo evoqué porque la Compañía vive un momento esperanzador, tras los decretos de su reciente Congregación. Pasada la noche oscura, bajo Juan Pablo II, Benedicto XVI anima, como Pablo VI, a los jesuitas a vivir en “encrucijadas y fronteras”.

“¿Qué queda de Arrupe, me preguntaban, y la opción de fe y justicia ?”. “Queda todo, prolongado y ampliado” La Compañía, desde Arrupe hasta Nicolás, animada por Benedicto, marcha al servicio de la iglesia y la humanidad, enviada a “tender puentes y vivir en las fronteras”.

Coinciden los Papas en decir: “Id a las encrucijadas”. En el discurso a la Congregación general 35 (21-II-2008), Benedicto XVI citó las palabras de Pablo VI a la Congregación 32 (3-XII-1974), valorando vivir “en las encrucijadas de las ideologías, en las trincheras sociales, donde ha habido o hay confrontación entre las exigencias urgentes humanas y el mensaje cristiano.”

Pablo se lo dijo a Arrupe y Benedicto a Nicolás: nos envían a “reconciliar, mediar e interpretar” en situaciones fronterizas. Así lo asume la Congregación 35 en su decreto sobre la misión.

Un texto sobrio, de apariencia menos impactante, evita provocar a las instancias jerárquicas que pilotan hoy la marcha atrás en la Iglesia. Pero dicho decreto reafirma el núcleo de la Congregación 32: “ La misión de la Compañía hoy es el servicio a la fe, del que la promoción de la justicia constituye una exigencia absoluta, en cuanto forma parte de la reconciliación de los hombres exigida por la reconciliación de ellos mismos con Dios... El servicio de la fe y de la promoción de la justicia no puede ser un simple ministerio más entre otros muchos. Debe ser el factor integrador de todos los ministerios... Esto quiere significar una “opción decisiva”, determinante de todas las demás opciones...”.

Aplicando el encargo de Benedicto, opinó el P. Nicolás en el último Sínodo. Se habían escuchado diversos pareceres sobre lectura bíblica. Algún obispo acentuaba la línea intimista de ciertas espiritualidades; otro, preocupado por publicaciones históricas recientes sobre Jesús, mostraba preocupación por seguir estrictamente el magisterio eclesiástico al hacer exégesis; otros insistían en conectar con la vida en la predicación. El P. Nicolás presentó una propuesta de “encrucijada”. Ni solo estudio, ni solo devoción, ni mero captar benevolencias.

En la tradición ignaciana del “diagnóstico”, medicina y pastoral son hermanas gemelas. Insiste Nicolás en “el poder medicinal transformante de la Palabra de Dios” para responder a las necesidades del Pueblo de Dios que pregunta “cómo podemos leer las Escrituras de modo que produzcan en nosotros efectos positivos”. “Estoy convencido, dice, de que la Palabra de Dios puede reivindicar una gran función terapéutica en la vida de la comunidad cristiana”.

Frente a la polarización en dogmatismos especulativos y moralismos catastrofistas, frecuentes en homilías dominicales y declaraciones eclesiásticas, el encuentro con la Palabra, “si es real, puede conmocionar, sorprender, iluminar, dar seguridad o consolar. Puede también no ser comprendido o perderse”. Así habla quien se sitúa junto a las personas en la encrucijada de la vida, en vez de en las alturas de magisterios prepotentes.

En esa tierra fronteriza, Nicolás señala las condiciones del encuentro con la Biblia: diagnosticar, porque “es preciso que sepamos dónde se encuentran las personas”; presentarla bien: “se espera que seamos una buena compañía en el estudio profundo y contemplativo”; formarse en hermenéutica, para hacer “una buena diagnosis y una sabia aplicación de los modos de lectura”; orar, para poder hablar desde una “interiorización profunda”; y caminar junto a las personas, no como dirigentes impositivos, sino con “un acompañamiento significativo que ayude al fiel a discernir la acción del Espíritu Santo en y a través de la lectura de la Biblia”.

Ha soplado una brisa que despeja las nubes de los “profetas de desastres”.

(Publicado en "La Verdad", de Murcia, EL 16-XI-08)


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Juicio final, con Abogado, sin ángeles ni demonios
20.11.08 @ 09:26:50. Archivado en Religion y sociedad

Los turistas japoneses admiran la Creación de Miguel Ángel, pero quedan perplejos ante el rostro divino airado en el Juicio final. No es ese el Dios cristiano. Recuerda a las divinidades guerreras de los pórticos de templos en que la mitología india se mezcló en Japón con el olimpo sintoísta.

En muchas religiones se ha expresado el anhelo de remuneración con imágenes de juicio. Los primeros cristianos incorporaron el imaginario judío apocalíptico y se sirvieron de sus metáforas (hoy reinterpretables) para expresar su fe en la restauración y reconciliación final de todo en Cristo. Al final de la segunda parte del credo (“Creo en Jesucristo”) se dice: “está sentado a la derecha del Padre y desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin”.

¿Cómo se confesará esta fe cuando el último domingo del año litúrgico se celebre la fiesta de Cristo Rey y se lea el capítulo 25 del Evangelio según Mateo? Apunto un decálogo de sugerencias para las homilías de ese día:

1. Cristo viene al jucio, pero no como juez, sino como abogado. “Tus argumentos te darán la razón, del juicio resultarás inocente” (Cf. comentario de L. Alonso Shökel). Como abogado de las víctimas interpela a los agresores y los llama a conversión y a reconocer el mal hecho... Como abogado de los agresores, les anima a pedir perdón y creer en la reconciliación, que otorgará Dios, aun el caso de que las víctimas no perdonen.
2. En el juicio final, en vez de juez, la presencia divina actúa como espejo. Al verle como es y vernos como somos, nos desengañamos y esa lucidez nos purifica. Tras acusarnos y sentenciarnos nosotros a nosotros mismos, el Abogado nos gestiona y transmite la absolución.
3. La metáfora del Reinado sin fin anuncia la reconciliación del cosmos y la historia, el anhelado retorno de todo de la dispersión a la unidad, de los conflictos a la paz y de la muerte a la vida.
4. La fe cristiana no dice: “tengo miedo, porque viene Cristo a juzgarme”, sino “tengo esperanza, porque viene Cristo al juicio como Abogado". En el Evangelio según Juan, el Dios Padre y Madre “delega en el Hijo la potestad de juzgar”, pero resulta que el Hijo no actúa como juez sino como abogado, enviando como abogado su Espíritu, para que “creyendo en quien le envió no seamos juzgados” (cf. 5, 22-24). En efecto, “Dios no envió asu Hijo al mundo para juzgar, sino para salvar” (cf. 3, 17).
5. Para quiene cierra sus ventanas a la luz hay un juicio en el que el juez es uno mismo, “prefiriendo las tinieblas” (id. v.19). En Jn 9, sí apela Jesús a un juicio, a un proceso de discernimiento: tras la curación del invidente, que es juzgado y rechazado por quienes presumen de ver, pero están en tinieblas y non incapaces de alegrarse de la liberación del oprimido, es la luz la que juzga a las tinieblas. En el versículo 39 (charnela entre el capítulo 9 -juicio de las tinieblas contra la luz- y el capítulo 10 -en que el buen pastor saca a las ovejas del redil estrecho de la institución y las tinieblas son juzgadas por la luz-, está la palabra clave de Jesús: “Yo he venido a este mundo para abrir un proceso de discernimiento y crisis(en griego, “kríma”); así, quienes no ven, verán, y quienes presumen de ver, quedarán a oscuras”.(Cf. comentario de J. Mateos).
6. Finalmente, huelga decir, que están de sobra en el imaginario del juicio final las cortes de ángeles y los escabeles de demonios, los alaridos infernales y los conciertos de serafines. El barroco sofoca la fe...
7. Por muy valiosa que sea artísticamente la Divina Comedia, no nos vale el infierno de Dante para expresar nuestra fe. No cabe en el credo el infierno, ni tienen sitio en el los demonios, ni el timo eclesiástico de los exorcismos. .
8. Tampoco nos sirve para orar la mayor parte de las estrofas del Dies irae (que tanto gusta a los “profetas de catástrofes” y "predicadores jeremíacos con ecos de ultratumba en sedes catedralicias"). Sólo se salvan algunos versos, como el “qui salvandos salvas gratis, salva me fons pietatis”, maravillosamente orquestados en la música del Requiem de Karl Jenkins...
9. Pero quienes tengan sentido de la poesía, el símbolo y la metáfora, podrán seguir valiéndose de los recursos de este imaginario tradicional para expresar los dos temas centrales del juicio: por una parte, la responsabilidad para comprometerse hoy, aquí y ahora, con la construcción del reinado de verdad y vida, de gratuidad y santificación,, de justicia, amor y paz: y, por otra parte, la confianza de que en el juicio final Cristo es abogado más que juez. “
10. Una observación final.La fiesta de Cristo Rey fue insittida en 1925, por Pío XI. En el Estado español de aquellos años se usó el "Christus vincit" con una beligerancia peculiar por parte d euna iglesia vinculada a clases poderosas, que desencadenó en la década siguiente extremismos del lado contrario anticlerical. También en los años del nacional-catolicismo se manipuló este imaginario simbólico cristiano para casar trono y altar. Hoy nos distanciamos con memoria histórica de ese modo antievangélico de entender el Reinado de Dios.


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Angelitos y diablillos, para el museo
23.11.08 @ 17:27:15. Archivado en Religion y sociedad

Me escribe un lector del post anterior, preocupado por el tema de los ángeles y con mucho interés por delimitar el campo de lo dogmático. Intentaré aclararlo.

Consultamos el Catecismo del 92 (el nombre de “Catecismo del 92”, en vez de “Catecismo de la Iglesia católica” resalta que, como dijo el cardenal Martini, los catecismos “tienen fecha”, son como un museo en que están recogidas expresiones históricas de la fe tradicional, conservadas como valor tradicional, aunque no sean utilizables ni relevantes en la actualidad).

Según el Catecismo del 92 (n.328), "la existencia de seres espirituales, no corpóreos, que la Sagrada Escritura llama ángeles es una verdad de fe". Esto es como el molinillo de café de mi abuela, que sigue conservado en casa de mis sobrinos como elemento decorativo, aunque a nadie se le ocurre usarlo para moler los granos de café. Pero no se nos ocurre tirarlo a la basura. Algo semejante ocurre cuando recorremos el museo de los dogmas con enfoque genético-evolutivo.

Por contraste con otras tradiciones religiosas dualistas, en las que se hablaba de divinidades benefactoras y divinidades maleficientes, en la tradición cristiana (que se remonta a la tradición judía) se conceptualizó esas fuerzas benefactoras o malefactores como ángeles buenos o ángeles malos, haciéndoles sitio de esa manera dentro del universo simbólico-imaginario de quienes creen un solo Dios Único y Creador.

Hoy día, con otra cosmovisión y otra hermenéutica, no necesitamos afirmar la existencia de tales seres espirituales. De pequeño me extrañaba que pintasen los angelotes con cabeza y alas solamente. Si tenían boca para comer, ¿cómo hacían para “des-comer”?, pregunté. Y me dijeron: “No seas repelente".

En todo caso, hoy se puede seguir usando esa simbología angélico-demoníaca como recurso para hablar de las fuerzas del bien y del mal sin idolatrarlas, acentuando que el referente de nuestra fe no son unos seres llamados ángeles buenos a ángeles caídos y malos, sino el misterio del Dios único.

Siguen teniendo su sitio en ese "museo histórico de las expresiones de la fe a lo largo de la historia", que eso es el catecismo, recopilación de la historia de la evolución dogmática y de las interpretaciones de la fe, pero no forma parte de nuestra confesión de fe cristiana el creer en ángeles y demonios. Creemos en Dios y basta.

Otra cosa es que a nivel popular no se desarraiguen las supersticiones y magias y siga vendiendo el timo de los exorcismos... Pero eso es harina de otro costal.


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Diciembre, 8: la Gracia Original
26.11.08 @ 14:02:25. Archivado en Religion y sociedad

Lo preguntaba una japonesa, madre de dos gemelas, presentadas en el templo para celebrar su cumpleaños. ¿Qué quiere decir “concepción sin mancha? ¿Me manché yo al concebir a estas criaturas, me manchó mi esposo, o qué es eso de una mancha original, que dicen en las iglesias?

“Concepción” suena a término técnico de biología. “Mancha” suena a lavandería. Y no se imagina uno “manchas originales” en el rostro precioso de estas criaturas todavía no bautizadas. Habrá que hacer hermenéutica y tranquilizar a esta madre.

Ni usted se manchó al concebir, ni ninguna madre y padre se manchan al engendrar. Ninguna criatura nace manchada, ni mancha a su madre al nacer. En todo nacimiento, fruto de los progenitores y, a la vez, don gratuito desde la Fuente de la Vida, hay un misterio de gracia original, amazing grace!!!.

Usted y su esposo, como María y José, madre y padre de Jesús, se maravillan ante la sorpresa de la criatura nacida, que vino al mundo como fruto de su amor y como don sorprendente. A esto último lo llamamos con expresión de la Biblia, nacer de Espíritu Santo, vivificante y vivificador.

María es el símbolo de la “Purísima Gratitud”. Hay que superar los malentendidos originados desde los días de Agustín de Hipona, por culpa del pseudoconcepto de “pecado original”, dejar de leer literalmente (en vez de simbólicamente) la narración de Adán y Eva y pasar al baúl de los recuerdos los temas agustinianos de culpa heredada, sexualidad contaminante, nacimiento pecaminoso y bautizo como detergente. Hay que reinterpretar y redescubrir la riqueza de la simbología mariana en el imaginario cristiano, a la luz del tema de la “Purísima gratuidad y gratitud”, buena noticia para toda madre y padre, cuyas criaturas también nacen de Espíritu Santo.

La pureza (vinculada más con la sinceridad y autenticidad que con extrañas connotaciones sexuales) es una noción del lenguaje japonés cotidiano y, a la vez, del lenguaje poético ancestral desde los días de los poemas del Manyôshu. Y la gratitud es el núcleo central de la experiencia religiosa en muchas espiritualidades orientales. Podríamos llamar a María, en japonés, Kiyoki arigatasa, es decir, la Purísima Gratitud, la agraciada que agradece la Purísima Gratuidad.

Lo desarrollé más largo el año pasado en los blogs sobre Eva y Ave (se pueden consultar en red). Al volver a meditarlo hoy, me impacta extraordinariamente el mail recibido de Hilario y Virgina y la lectura del blog de Gregorio y Sofía (que les recomiendo:

http://gregoriodavid.blogspot.com

También esos progenitores son sede de gratitud y gratuidad y la criatura es don de Espíritu Santo. Esas maternidades y paternidades son, como la de María y José, agraciadas por la gracia original.

En matemáticas el “cero” y el “infinito”, a diferencia de los demás números, apuntan a un límite ideal. En teología, las dos grandes metáforas marianas –que eso son Inmaculada Concepción y Asunta al Cielo, dos super-metáforas fecundísimas- significan mucho más que una mera “característica de excepción”, expresan el ideal de gratuidad agradecida y esperanza gratificante (desde el comienzo hasta el final) que, dicho antropomórficamente, Dios desea para toda la humanidad.María: símbolo de humanidad, que acoge a Jesús. A Jesús, símbolo y rostro de Dios.


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El perdón: lo contrario del olvido
01.12.08 @ 12:10:17. Archivado en Justicia y paz

Un desafortunado refrán japonés dice: “Lo pasado, tirarlo al agua”. Es como “borrón y cuenta nueva”. Pero el auténtico perdón no es borrón y cuenta nueva, sino cuenta renovada, a pesar de que no se pueda hacer borrón de lo pasado.

El olvido del mal pasado conlleva dos males: 1) creer que lo pasado, pasado está y... aquí no ha pasado nada. 2) permitir o fomentar su repetición en el futuro.

“Hay abusos del olvido...Bajo formas institucionales de olvido se cruza demasiado fácilmente la frontera con la amnesia... La amnistía se convierte en caricatura del perdón,.. Imponer como deber el olvido sería fomentar la amnesia... Conservar la frontera entre amnistía y amnesia favorece la integración de la memoria, el duelo y el perdón”.

Así hablaba el filósofo Paul Ricoeur en su magistral obra La memoria, la historia y el olvido (2000). Habría que recomendar su lectura a quienes hablan superficialmente, para recomendar a la ligera e irresponsablemente el consejo del olvido; se corre el riesgo de manipular la memoria y fomentar, con la amnesia, la repetición de los errores pasados.

Los humanos compartimos la doble experiencia de ser autores y víctimas del mal. En el primer caso, a la imputación y acusación sigue la exigencia de pena y castigo. En el segundo, el sufrimiento de las víctimas sube en forma de clamor pidiendo que hagamos algo para remediarlo, evitarlo y que no se vuelva a repetir.

Al reconciliarnos con el pasado, a pesar de lo que ocurrió, y al apostar creativamente por el futuro, a pesar de la incertidumbre, nos humanizamos.

El ensañamiento vindicativo y la renuncia a volver a empezar nos deshumanizan. La justicia rehabilitadora de la memoria histórica recuerda el mal para que no se repita. La imaginación creativa capacita para prometer no repetirlo.

Nadie puede perdonar en lugar de la víctima, dice el filósofo francés, ni podemos obligar desde fuera a las víctimas a que perdonen. Pero tampoco puede nadie sustituir al agresor para pedir perdón en su lugar, así como de poco servirá imponerle forzadamente un arrepentimiento que no le brote de dentro.

Pero oramos para que cada persona reconozca que “otro yo es posible”, que hay, dentro de quien fue capaz de lo peor, la capacidad de lo mejor. Que despierte en el criminal la capacidad latente de prometer no repetir la agresión. Que despierte en la víctima la capacidad de renunciar a la venganza. Que despierte en la sociedad entera la capacidad de hacer justicia rehabilitadora y reconciliadora (no vindicativa), pero sin olvidar, manteniendo viva la memoria histórica del mal para no repetirlo y de imaginar creativamente caminos para volver a empezar siempre de nuevo.

Quienes compartan la fe evangélica comprenderán que perdonar no es olvidar, sino orar y confiar en que es posible volver a empezar, aunque “lo hecho, hecho esté” (la persona asesinada no resucita) y lo recordemos, no para reabrir heridas, sino para que no se reproduzcan las agresiones.


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Mujeres explotadas, “alivio del ejército”: Olvido histórico nipón.
03.12.08 @ 04:08:02. Archivado en Bioética

En el post anterior insistí en que el perdón es lo contrario del olvido. Cuando en Japón se revisan los libros de texto de historia para contar la guerra del Pacífico, se ocultan hechos que se desea olvidar bajo pretexto de pacificación y concordia.

Se cae así en el peligro de fomentar la amnesia al recomendar el olvido y abrir la puerta para que se repitan los mismos males y errores en el futuro.

No se puede descartar, relegándolas al olvido, las reclamaciones de compensación por parte de mujeres coreanas víctimas de la “esclavitaud sexual” por parte de Japón durante la guerra del Pacífico.

200.000 mujeres coreanas, chinas, filipinas o indonesias fueron raptadas y obligadas a servir de “compañeras de alivio” (tal era el eufemismo, con la palabra japonesa “i-an fu”, es decir, mujeres (fu) para consolar (i) y tranquilizar (an) a las tropas japonesas. Huelga decir que el consuelo y alivio no era precisamente espiritual, sino “para aliviarse” en el sentido peyorativo de la palabra...

Japón, tras mucha insistencia y presiones, ha llegado a pedir perdón por crímenes de maltrato a mujeres por parte del ejército, pero se sigue negando a reconocer que hubo todo un sistema organizado y planificado de redes de “entretenimiento y alivio del personal militar”, en el que se forzó a participar a estas mujeres extranjeras.
El informe del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas también ha reprendido a Japón por su persistencia en enviar al olvido este tema.

En estos temas delicados de memoria histórica, que requieren entrar en procesos de recuerdo lúcido, duelo sereno y perdón creativo, no hay peor cosa que recomendar el olvido...

Los obispos japoneses y su Comisión de Justicia y Paz han repetido en estos últimos años sus llamamientos a no olvidar las injusticias cometidas por Japón y hacer un examen de conciencia sobre las violaciones de derechos humanos. Con motivo del 60 aniversario de la Declaración de Derechos Humanos, envían este mes un mensaje para leerse en todas las iglesias, urgiendo la toma en serio de la defensa de los derechos de todas las personas y la superación de toda clase discriminación.


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Ecumenismo sin homofobia
06.12.08 @ 01:51:08. Archivado en Bioética

La homofobia es anti-evangélica. Celebramos un debate sobre orientación sexual en el Centro de Formación Teológica “Verdad y Vida”, de Tokyo, parte del curso sobre “Pensar las discriminaciones: cercanía y lejanía de la projimidad”.

En la sesión dedicada a discriminaciones de sexo habló la pastora protestante Yuri Horie para presentar la problemática en torno a la desvelación (“coming out”), en el seno de la comunidad creyente, de su propia identidad lesbiana.

La doctora Horie, tras exponer su propia orientación homosexual y su dedicación al ministerio, presentó la problemática de la discriminación y la necesidad de cuestionar tanto las actitudes personales como las tomas de posición oficiales por parte de las iglesias. Concluyó su ponencia planteando preguntas a la teología católica.

Por parte de la Facultad de teología se expuso el criterio de no discriminar a nadie por su orientación sexual, así como la necesidad de aclarar la postura de la moral teológica: No se puede decir que la orientación en sí misma sea ni pecaminosa, ni extraviada. No se puede decir, de ningún modo, como han dicho (con dudosas motivaciones de política eclesiástica) algunas instancias dirigentes de la iglesia católica en Europa, que la orientación sea en sí misma “desviación, irregularidad, herida o enfermedad”.

Las intervenciones del público insistieron en dos temas: la dificultad sociológica, tanto fuera como dentro de las iglesias, de manifestar abiertamente la propia orientación (coming out) y, por otra parte, la compatibilidad con el ejercicio del ministerio pastoral.
Preguntado por este último punto, respondía J.M.: “No se nos puso como condición para ordenarnos el ser a-sexuales, ni suprimir la orientación heterosexual. Lo mismo se podría decir, por tanto, de quien tuviera orientación homosexual. Nadie se escandaliza de que un sacerdote que es fiel en el cumplimiento de su ministerio y de su celibato, y que no está llevando de ningún modo una doble vidas, admita sinceramente sentirse atraído por el otro sexo al que respeta. En cambio, si su orientación fuera homosexual, dicha manifestación habría suscitado problemas en algunas personas o sectores eclesiásticos. Luego el problema está en quienes reaccionan con prejuicios”.

Terminó la sesión confirmando el paso adelante positivo que supone el que se pueda hablar con serenidad, sin enfrentamientos, ni condenaciones, sobre estos temas ante un público variado de pertenencia católica (laicos, laicas, religiosos, religiosas), protestante y también de ninguna confesionalidad.


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Hay obispos que se pronuncian pro-derechos humanos
11.12.08 @ 03:19:46. Archivado en Japón, Conferencia episcopal

Al episcopado japonés le preocupan las injusticias y desigualdades sociales, la crisis económica mundial y los problemas sociales. Quieren despertar la conciencia creyente a la importancia de defender los derechos humanos.

De paso por Madrid me chocó el comentario del taxista: “En Japón estará usted a gusto. Se vivirá bien, a pesar de la crisis ¿verdad?”. Desmontemos la imagen. No es modelo ideal la sociedad absolutizadora de empresas, finanzas y mercado por encima de las personas.
Se reeditó una novela de 1929, El barco piscifactoría de cangrejos. Su autor, crítico en pre-guerra del trabajo inhumano, murió torturado en 1933. Hoy, medio millón de ejemplares vendidos y éxito entre público de veinte a treinta años; están de actualidad los “working poor”: “empobrecidos trabajando”.

Pasó a la historia el mito de “todo Japón clase media”. La población “pobre sin ser pobre”, porque “con el sueldo no le alcanza para llegar a fin de mes y está endeudada” aumentó un cuarenta por ciento en cuatro años y suma ya más de diez millones.

El turista sólo nota la subida del yen en plena crisis, ve el despliegue de modas y consumo y cae en el espejismo de un Japón de alto nivel de vida. Pero aumentan las empresas de subcontratación a tiempo parcial y la facilidad para el despido, mientras disminuyen las prestaciones sociales. Creció un cuarenta por ciento el número de trabajadores en inferioridad de condiciones en estos cuatro años, llegando al millón y medio, la mitad entre 25 y 35 años.

En este contexto, cuando los titulares de prensa son para la caída de los mercados financieros y la crisis económica mundial, los obispos japoneses conmemoran el sesenta aniversario de la Declaración de Derechos Humanos, firmando (¡¡¡unánimes, toda la Conferencia episcopal, sin ninguna excepción ni abstención!!!) un mensaje para urgir a la comunidad cristiana a reafirmar el valor universal de los derechos humanos, comprometerse en su defensa y promover la paz sobre la base del respeto a la dignidad de todas las personas, sin discriminación “por ningún motivo”.

Lo preparaban (en su comisión social)desde que, ante la cumbre del G-8, se sumaron a otras religiones para interpelar a los líderes mundiales a tomar en serio los problemas del medio ambiente, las desigualdades de la globalización, la protección de la vida y la dignidad humana.

“Sesenta años tras la Declaración de Derechos Humanos, dicen, a pesar del esfuerzo de tantas personas por protegerlos y fomentarlos, no sólo se suceden una tras otra sus violaciones, sino que el problema de fondo se agrava hasta el punto de poder afirmar que nuestra humanidad está confrontando a escala mundial una nueva situación crítica como no se había visto hasta ahora”.

Constatando el aumento alarmante de la diferencia entre quienes tienen de sobra y quienes carecen de lo necesario, denuncian la prioridad dada al principio del mercado, que hace prevalecer la búsqueda del lucro “por encima de la promoción del bien común y aumenta más y más esta diferencia entre pobres y ricos, convirtiéndose en estructural la violación de los derechos humanos”.

Señalan concretamente que “la subida acelerada del precio del petróleo y de los alimentos, la privatización de los recursos acuáticos naturales y otras iniciativas semejantes golpean aún más duramente a una amplia gama de personas, pero sobre todo a las más pobres”.

Cuestionan las causas de la crisis actual e invitan a pensarlas “colocándonos en el punto de vista y poniéndonos de parte de aquellas personas que están acorraladas en una situación de debilidad y pobreza, sufren el destrozo de importantes relaciones humanas y encuentran cerrado el paso para llevar una vida auténticamente humana”.

Las personas “empobrecidas a pesar de trabajar” no son calificadas como “pobres”, sino como “injustamente empobrecidas y empequeñecidas”.

Ponen también especialmente en guardia frente a quienes dicen, con apariencia de buena voluntad, que para garantizar la seguridad y salvar la economía “es inevitable pagar el precio de algunas violaciones de derechos”.

Propugnan los obispos “una sociedad en la que puedan restaurarse los vínculos de las relaciones personales y en la que todas y cada una de las personas, sin ninguna discriminación, puedan vivir como sujetos de su propia vida y llevar una vida apropiada a la dignidad humana”.

Con responsables de este talante, se animan las bases de dentro de la iglesia y se robustece la credibilidad hacia fuera. Anima ver a obispos preocupados por los problemas reales de la gente, más que por la caza de brujas ortodoxa o los rumores de las luchas eclesiásticas por el poder... y puntos suspensivos.

(Publicado en "La Verdad", de Murcia, con motivo del 60 aniversario de la Declaración de derechos Humanos, dic., 10)


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Reaparición de Concupiscencia ¿Gol periodístico o lapsus papal?
14.12.08 @ 23:04:26. Archivado en Bioética

Las agencias de comunicación le han metido un gol al Papa, pensé al leer la noticia, y me pregunté “¿Quién insertaría el adverbio?”. Por culpa de una palabra de más: le han hecho decir “no es solo para remedio de concupìscencia”, en vez de decir: “no es para remedio de concupiscencia”. Sobra el “solo”...

Lo del tal remedium concupiscentiae desapareció del lenguaje eclesiástico cuando el Vaticano II dejó de hablar en plural de fines del matrimonio: un fin único, “comunidad de vida y amor” (Gaudium et spes, n.51). ¿Será que el Papa dijo “no es para remediar concupiscencias” y los periodistas le hicieron decir “no es sólo para...”?

Con las antiguas reglas de ortografía se acentuaba el “sólo” cuando equivalía a “solamente”. En examen de ingreso, a los diez años, nos dictaban: “no sólo como pan cuando como solo”. Teníamos que distinguir entre el “solo” de estar solo en soledad y el “sólo” de solamente... Hoy basta acentuar cuando peligra ambigüedad.

Grandes conflictos empezaron por una coma; podría desencadenar tormentas un adverbio de sobra. La prudencia aconsejaba esperar a la página web del Vaticano, para leer el texto íntegro de la audiencia general del 10 de diciembre.

Y apareció el texto. Ni en francés, ni en alemán, ni en inglés, ni en italiano, ni en español está la frase citada. Zenit.org, el jueves 11, publica “el texto de la catequesis pronunciada por Benedicto XVI... El Santo Padre improvisó su intervención y, por este motivo, el texto completo de la misma ha sido publicado este jueves por la Oficina de Información de la Santa Sede”.

El texto italiano (en www.vatican.va) dice así:

Alla fine, solo una brevissima parola sul Sacramento del matrimonio. Nella Lettera ai Corinzi si trovano solo alcuni accenni, mentre la Lettera agli Efesini ha realmente sviluppato una profonda teologia del Matrimonio. Paolo definisce qui il Matrimonio «mistero grande». Lo dice «in riferimento a Cristo e alla sua Chiesa» (5, 32). Va rilevata in questo passo una reciprocità che si configura in una dimensione verticale. La sottomissione vicendevole deve adottare il linguaggio dell'amore, che ha il suo modello nell'amore di Cristo verso la Chiesa. Questo rapporto Cristo-Chiesa rende primario l'aspetto teologale dell'amore matrimoniale, esalta la relazione affettiva tra gli sposi. Un autentico matrimonio sarà ben vissuto se nella costante crescita umana e affettiva si sforzerà di restare sempre legato all'efficacia della Parola e al significato del Battesimo. Cristo ha santificato la Chiesa, purificandola per mezzo del lavacro dell'acqua, accompagnato dalla Parola. La partecipazione al corpo e sangue del Signore non fa altro che cementare, oltre che visibilizzare, una unione resa per grazia indissolubile.

Desapareció, como ven, no solamente el adverbio, sino la frase entera. ¿Por qué será? Varias interpretaciones posibles:

1: Echar la culpa a los medios y que queden como el malo de la película.

2: Echar la culpa a un monseñorcete manipulador, de los que hacen carrera de cara a los de arriba, a la vez que venden titulares por teléfono a la prensa amarilla.

3. Admitir que fue un lapsus linguae papal, un desliz fallido en el que por la improvisación traiciona el inconsciente; admirar la humildad de haberlo retirado y reconocer la cuidadadosa meticulosidad del secretariado redactor de la página web vaticana, que hace desaparecer la frase completa.

4. Una cuarta interpretación, que uno no quisiera hacer, pero...: sospechar que fue un globo sonda, un primer cohete que anticipaba la traca, el periscopio de un submarino que asoma la nariz a superficie antes de lanzar el torpedo...

No, de ningún modo quería hacer esta cuarta interpretación, me dije, mejor renunciar a escribir el post y dejar pasar al olvido el tema, al fin y al cabo José Manuel Vidal ha dejado pasar esa noticia a segundo plano en menos de dos días... Pero ¡estalló el torpedo! El 12 de diciembre se confirmaron las peores sospechas: la CDF publica un documento, que parecerá indigno a un@s e indignará a otr@s. Se titula paradójicamente “Dignidad de la persona”. En sus párrafos el “destape”, sin ningún disimulo, deja al desnudo la postura oficial de la curia y de la CDF en temas de bioética que, dicho sea de paso, no son de su competencia, por no ser cuestiones ni de burocracia curial, ni de disciplina eclesiástica, ni de doctrina (nótese que no digo “postura creyente, ni eclesial, ni teológica”, sino simplemente “postura curial”, en el sentido peyorativo de la palabra cuando se aplica a la curia romana, que ni siquiera el Vaticano II pudo desmantelar).


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18 diciembre: María de Buena Esperanza
18.12.08 @ 14:45:41. Archivado en Mística

Fue en el año 656 cuando fijó la fecha el Concilio de Toledo, invitando a celebrar a la Madre ocho días antes del nacimiento del Hijo.

Lo podemos comprobar en la documentación histórica de los concilios, en el tomo II del famoso Mansi, col. 33 y 34. Era una decisión para la iglesia en España, pero inspirada, si damos crédito al texto latino, en tradiciones lejanas de iglesias orientales.

A quienes somos mucho más conservadores de lo que parece a ojos de quienes nos consideran “dinosaurios progresistas” nos apetece esta semana cambiar de canal de la vernácula al latín y saborear las antífonas gregorianas que originaron el castizo apelativo de María de la O, para cantar que María está de buena esperanza: O Sapientia, O Adonai, O Radix Jesse, O Emmanuel...!

María de O, María esperanzada y de buena esperanza, María, la de la purísima gratuidad, la de la capacidad de arriesgarse a prometer en medio de incertidumbre.

Riesgo en la promesa: porque María ya está embarazada (y, por cierto, no milagrosamente) cuando el ángel la anima diciendo que “el Altísimo la cubrirá con su sombra” (en el budismo, la expresión “bajo su sombra” connota, “al amparo de Buda”, y en la Biblia, a la sombra de la Ruah creativa).

Pero María vive la incertidumbre y el riesgo de no saber si José acogerá a su novia, una vez la vea embarazada. Riesgo de esperar en incertidumbre, como en el Stabat Mater, porque la madre al pie de la cruz no tiene de antemano pruebas de lo que pueda significar un mundo de resurrección y vida eterna en el seno de la Vida de la vida.

Tanto María de la Anunciación como María de la Soledad son Marías de la “O”, esa “Oh” de admiración con que cantaban las antiguas antífonas el adviento de “buena esperanza”. No son canto de cuna adormecedor de una fe como escapismo. Son más bien una “Oh” de esperanza arriesgada, incierta y atrevida que da el salto de prometer y esperar, no apoyándose en el tranmpolín de las pruebas, sino en el riesgo de la fe.


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Navidad ecuménica y cívica
20.12.08 @ 23:29:19. Archivado en Bioética

Las pancartas decían: "Navidad de la ciudadanía". Un grupo de cincuenta niños y niñas de menos de once años (de las diversas confesionalidades) se reunía en la tarde del segundo sábado de Adviento ante la puerta de la estación de Rokkomichi, en Kobe (Japón).

Bien abrigados con gorras y bufandas, resistían el viento helado mientras cantaban villancicos -en japonés, inglés y otras lenguas-. Entretanto, los mayores repartían octavillas anunciando los horarios de las diversas celebraciones religiosas del día 24 y 25.

Acompañaban al grupo sus dirigentes, jóvenes universitarios y universitarias. Un grupo de personas mayores escucha los cantos, resguardándose del frío en la entrada de los grandes almacenes o en los soportales: son abuelos y abuelas de los niños cantores. Más de tres generaciones juntas proclamando gloria in excelsis Deo.Las mismas que estarán echando una mano en la preparación de la olla calienbte de los sin techo en el parque del puerto los días últimos y primeros de año.

Las pancartas decían: ¡Navidad de la ciudadanía! Con ese titular invitaban a participar en la maratoniana gira de villancicos por las calles de la ciudad, tradicional desde hace cincuenta años. Se celebró el sábado 20, organizada por las distintas iglesias cristianas juntas (las diversas denominaciones protestantes, las parroquias católicas, las de la comunión anglicana...). Pero la convocatoria se hace con el nombre de “Shimin Christmas”, que significa, “Navidad de y para la ciudadanía”.

Cuando llegue la noche de Navidad la comunidad cristiana se apresurará a coger sitio en las iglesias, porque el público no cristiano que esa noche asiste a las iglesias es numeroso y se llena el templo como nunca en el resto del año.

Los grupos ecuménicos de diversas iglesias partían el sábado 20 por la tarde desde varios puntos de la ciudad y, tras cantar villancicos en sitios estratégicos y plazas típicas, confluyeron en la iglesia de turno, que este año era la parroquia católica del centro de Kobe, tomando el relevo de la iglesia evangélica encargada el año anterior.

En el clima acogedor de este puerto de mar de tradicional apertura, ni la comunidad cristiana se acompleja por cantar villancicos, ni a la laicidad le molesta escucharlos. ¡Como para ponerlo de ejemplo en los "madriles"!


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Eu-dokia gratis para tod@s
23.12.08 @ 02:56:54. Archivado en Religion y sociedad

Paz a tod@s, amad@s por el Señor, cantaremos y proclamaremos la Nochebuena. En la tierra paz a todos los hombres y mujeres, porque l@s ama el Señor, porque todos y todas son objeto de la eu-dokía gratuita, de la buena voluntad y benevolencia del Señor.

Los 35000 suicidios anuales en Japón y el incremento, tanto de “las personas sin techo” como de las llamadas “working poor” -en pleno corazón de una sociedad próspera, burocrática y tecnologizada-, no son más que la cresta de una montaña de hielo gigantesca: las dimensiones del área de una humanidad desesperanzada y empequeñecida.

Ante las treinta mil personas congregadas en Nagasaki para la misa de beatificación de los mártires, resonó cuestionadora la voz del cardenal Shirayanagi: “Miren a su alrededor, este es el espacio que ocupa una multitud de treinta mil personas. Miren bien y caigan en la cuenta del número, porque ese es el número de suicidios que hay anualmente en nuestro país”. Un silencio escalofriante prolongaba el eco de las palabras del cardenal, invitando a no taparse los ojos ante de la realidad de una sociedad injusta y desesperanzada.(Llovieron e-mail pidiendo copia del texto de la homilía del querido y popular cardenal).

En el mensaje con motivo del sesenta aniversario de la Declaración de Derechos Humanos, los obispos japoneses eligieron la expresión acuñada por el franciscano P. Honda, para referirse a las víctimas de la sociedad injusta y desesperanzada: no dicen “l@s pequeñ@s”, sino “l@s empequeñecid@s”, no meramente pobres, sino “injustamente empobrecid@s” (En japonés, chiisaku sareta hitobito.En japonés no hace falta decir ellos/as, pues el adjetivo no hace distinción de género, ¡uno de los pocos casos en que no se las discrimina...!). Sobre estas personas se posará la estrella de Belén, que se oculta sobre Wall Street.

En la Eucaristía del P. Honda con l@s sin techo en Kamagasaki (Osaka), que me recuerda la de Entrevías en Madrid, resonará la voz del ángel: Paz en la tierra para todos y todas, porque todos y todas son amad@s por el Señor, son objeto de la “eudokía” o benevolencia del Señor

Como bien explica la teóloga Dolores Alexandre en su exégesis, la frase “paz en la tierra a las personas” se completa en su segunda parte traduciendo: “que por algo a todas las ama el Señor”, “porque todas son amadas por el Señor”.

La “eudokía” no se refiere inmediatamente a una mera buena voluntad de las personas, sino a la buena voluntad de Dios que acoge también a las personas de mala voluntad, y sobre todas y todos derrama su benevolencia y gratuidad.

Como canta santa María del Magnificat, “”Derriba del trono a l@s poderos@s y encumbra a l@s humildes”. Encumbra a los humildes para abrazarl@s. Y haced apearse del trono a l@s poderos@s para poder abrazarl@s también. Y envía su paz a todos y todas, encumbrando a los empequeñecid@s y haciendo apearse a los poderos@s para abrazarl@s a tod@s con y desde su eu-dokía.


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Pro-vida y aborto: un debate modelo
26.12.08 @ 16:30:12. Archivado en Bioética

No es imposible debatir serenamente sobre protección de la vida, encontrando terreno común de convergencia entre posturas diversas ante proyectos legislativos sobre aborto. Lo demostraba un alumnado –política y religiosamente plural- del programa de intercambio norteamericano-japonés, que debatió en una Jornada de Bioética (en la Cátedra de Bioética del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Sophia, de Tokyo) sobre legislaciones en torno al comienzo de la vida.

23 participantes: catorce alumnas (8 norteamericanas y 6 japonesas) y nueve alumnos (5 japoneses y cuatro norteamericanos), parte de un intercambio universitario, debatieron sobre aborto en una Jornada en dos partes: A) Convergencias, B) Divergencias

Como condición: dejar entre paréntesis la postura personal (en pro o en contra), para trabajar en grupos unas afirmaciones mínimas compartibles por quienes mantienen posturas opuestas.

Tras ponerlo en común, elaboraron una lista de proposiciones asumibles por un grupo de personas que mantienen posturas opuestas (unas más permisivas y otras más restrictivas) sobre el tema legislativo.

El resultado, un decálogo de convergencias:

“Este grupo, con diversas posturas frente a proyectos legislativos sobre aborto, coincide en afirmar, como mínimo común, las diez proposiciones siguientes:

1) Rechazamos las etiquetas “pro-vida” y “pro-decisión” (pro-life, pro-choice), porque coincidimos en ser todos y todas básicamente “pro-vida”.(Ni la postura pro-vida es incompatible con despenalizaciones, ni la postura pro-legislación significa anti-vida)
2) Coincidimos en afirmar que el aborto no es deseable, ni aconsejable.
3) Coincidimos en unir nuestras fuerzas para desarraigar las causas sociales del aborto
4) Coincidimos en defender que la mujer que no quiere abortar no se debe ver obligada a ello por circunstancias familiares o sociales, y que tiene derecho a recibir ayuda.
5) Coincidimos en exigir que se mejore la educación sexual equilibrada para prevenir; tanto el aborto, como el suicidio y el SIDA, insistiendo en la prevención, que incluye las medidas contraceptivas.
6) Coincidimos en reconocer que en los casos trágicos de "situaciones límite” no hay soluciones prefabricadas. Tendremos flexibilidad para no condenar ninguna de las diversas posturas adoptadas en esas situaciones por diversas personas.
7) Hay que repensar el cambio cultural que supone el ambiente favorable a la permisividad del aborto y el daño que eso hace a nuestras culturas y sociedades.
8) Nos parece importante prestar asistencia psicológica y social a aquellas personas a las que su toma de decisión dejó cicatrices que necesitan sanación.
9) Deberíamos encontrar formas de hacer compatibles las medidas legislativas con la objeción de conciencia individual, con las debidas condiciones.
10) Manteniendo la libertad de expresión de posturas diversas en este debate, coincidimos en oponernos a toda manifestación de agresividad y violencia contra cualquiera de las partes y renuniciamos a hacer bandera ideológica de esta polémica por razones políticas o por razones religiosas.”

La capacidad del alumnado joven para debatir con serenidad encontrando acuerdos en medio del desacuerdo y espacios de convergencia nos infunde optimismo: en vez de una “rearme moral” con violencia y crispación, necesitamos un “desarme moral” con tolerancia y consenso. Si confiamos en esta juventud, el mundo no se encamina a la ruina.


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Año Nuevo, Primavera y Pascuas
01.01.09 @ 09:05:11. Archivado en Religion y sociedad

A la luz del Año Nuevo oriental redescubrimos raíces pre-cristianas de la Pascua y del mensaje de vida de Jesús. Hubo quien se quejó por la pérdida de símbolos visibles navideños y hasta quien protestó por el árbol de Noel en el Vaticano. Pero la historia recuerda orígenes ancestrales de solemnidades religiosas en festivales autóctonos.

La Navidad “bautizó” las fiestas del solsticio de invierno y la Pascua las de primavera: Paso de tinieblas a luz y de muerte a vida.

En mis primeros años en Japón me admiraba, en Navidad y Año Nuevo, su capacidad cultural para conjugar importación y tradición. En la parroquia jesuita del centro de Tokyo, reparten pases de entrada a la feligresía, para asegurar sitio en las misas de Nochebuena, cuando viene a la iglesia una multitud de personas no cristianas. La liturgia candelaria reúne a orar por la paz sin distinción de creencias. Pero, a la mañana siguiente, se barren de las calles adornos de ángeles y estrellas, sustituyéndolos por pino y bambú de Año Nuevo. Los grandes almacenes cambian el disco de villancicos por el gagaku sintoísta o los acordes de shamisen y koto.

En cambio, la Semana Santa -apertura del curso escolar y festival de flores- pasa inadvertida. Comentaba estos contrastes en mis primeras cartas, hasta que el Año Nuevo me redescubrió la Pascua.
En japonés, el uno de enero es Shin-shun: “Nueva Primavera”.

Ya en diciembre, la caída de las últimas hojas del cerezo se solapa con la aparición de los primeros botones, que en abril deslumbrarán de blancura. Empieza el tránsito, pascua o paso de invierno a primavera.

Oriente nos recuerda que Pascua es Primavera, Pascua florida de vida nueva. Las enciclopedias citan raíces judías de la Pascua cristiana y antecesores pre-religiosos de la Pesaj judía. Tránsito, éxodo y liberación se transportaron al Crucificado que Vive. Se mencionan tres Pascuas: de Ramos, Resurrección y Pentecostés. (Evitemos la aberración nacional-católica de considerar al seis de enero “pascua militar”).

Pero en España o Italia se habla en plural de “las Pascuas” abarcando Navidad y Epifanía. En Murcia decimos “hasta san Antón, Pascuas son”, y a seguir con tortas y cordiales.

Me llegan dos felicitaciones opuestas: una exageradamente purista; otra, interculturalista a ultranza. Reza la primera: “No digo felices pascuas, porque Pascua es en Semana Santa; ni mando un Christmas laicista, sino un navidal de belenes”. La segunda dice: “Felices fiestas, descansadas vacaciones y buena entrada de año”. La primera se pasa, por escrupulosa; y la segunda, por aséptica, no llega.

Prefiero apostando por la carta de Juan, felicitar con su resumen evangélico: “La noticia es que hay Vida desde siempre en la Fuente de la Vida; la vida se manifestó en Jesús y os anunciamos su Buena Noticia, para que compartáis con nosotros la alegría” ( 1Jn 1-4) Esa Fuente de Vida no la ha visto nadie, pero Jesús nos mostró su rostro y la interpretó (Jn 1, 18); os lo contamos para que os fiéis de Él y os dejéis dar vida (Jn 20, 31).
En las clases de bioética seguimos repitiendo la conjugación del bios de la biología con el ethos de la ética. En las homilías, nos recuerdan que la palabra griega para vida, en Juan, no es bios sino zoe: vida eterna, auténtica y verdadera.

Tiene mucho sentido decir en español “felices Pascuas” y llamar Pascuas a esta temporada, comienzo primaveral que culminará en abril en una explosion de vida. De las Pascuas a la Pascua, el tema es la Epifanía de la Vida.

Esta fue la solemnidad Cristiana más antigua, ya en el siglo II, era el Bautismo de Jesús en el Jordán, manifestación de la Vida, a la que siguió el recuerdo de los peregrinos de Oriente: tres Reyes Magos, que ni eran tres, ni eran reyes, ni eran magos, sino caminantes capaces de andar a oscuras siguiendo una estrella.

La celebración de Navidad el 24 de dicembre vino después, en la Roma del siglo III y en la Capadocia del siglo IV. Cuando en el siglo VI se multiplican las fiestas marianas, se fija la Natividad de María el 8 de septiembre, copiándola de la del Bautista el 24 de Junio, y la de la Inmaculada se pone nueve meses antes, el ocho de diciembre. Más tardía fue la determinación de colocar la Anunciación el 25 de marzo. La piedad medieval arraigaría en el imaginario popular los evangelios de la infancia mediante los belenes...

Mientras este recorrido por la evolución histórica, nos ayuda a relativizar sanamente las tradiciones, el contacto con otras culturas y religiones nos descubre la convergencia de fiesta, rito y fe en el renacer primaveral de Año Nuevo –o su equivalencia en el verano fructífero y fecundo del hemisferio sur- y, en cualquier caso, a la vez que revisamos la Navidad, recuperamos la vivencia de las Pascuas como Epifanía de la Vida.


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No alarmar, llamando abortiva a la mal llamada "píldora"
05.01.09 @ 02:49:58. Archivado en Bioética

Las afirmaciones a la ligera de un artículo pseudo-científico y pseudo-ético en el Osservatore romano, unidas a las afirmaciones a la ligera de algún vocero institucional, alarman al público inexactamente informado, llamando abortivo a lo que no lo es.

No se trata de "la píldora", sino de "las píldoras", en plural, variadas y no identificables sin más con el calificativo de abortivas.

Con el nombre vago y ambiguo de “la píldora” meten en un mismo hatillo las medicaciones de prevención anticonceptiva, la anticoncepción de emergencia (conocidca vulgarmente como “píldora del día siguiente”) y otras más problemáticas como la mifepristona (RU-486).

Con relación a los anticonceptivos hay que recordar siempre que anticoncepción y aborto son específicamente distintas como reconocía hasta el mismísimo Juan Pablo II (Evangelium vitae, n.13).

Con relación a la anticoncepción de emergencia hay que recordar que, desde 1977, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos estableció que la gestación se inicia en el momento en que se produce la implantación del blastocisto en la cavidad uterina, criterio que ha sido adoptado igualmente por la Organización Mundial de la Salud.

Por eso la anticoncepción de emergencia no se considera abortiva, sino interceptiva. (Otra cosa es que opine lo contrario una instancia de curia eclesiástica sin autoridad sobre este tema, que pretenda hacer cuestión doctrinal o dogmática de lo que no puede ni debe serlo.

Como formula exacta, técnica y atinadamente la Guía para las decisiones clínicas de anticoncepción de emergencia en los centros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, “existe evidencia suficiente para determinar que estos fármacos, con la excepción de la mifepristona (RU-486), no ejercen ningún efecto sobre el embarazo una vez se ha producido la implantación en el endometrio. Por esta razón no es necesario realizar un test de embarazo antes de prescribir un anticonceptivo de emergencia”.


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Ginecólogo católico con sensatez bioética
07.01.09 @ 02:02:42. Archivado en Bioética

El Dr. Miguel Oliveira da Silva, en su libro A sexualidade, a Igreja e a bioetica (ed. Caminho, Lisboa, 2008, que nos gustaría tener traducido al castellano y al inglés) critica las interferencias inoportunas de cierta teología anticientífica, que hoy predomina lamentablemente en medios romanos.

Escribe así el Dr. Oliveira da Silva (pp. 130-133):

“Los principios y normas pueden cambiar a lo largo del tiempo... Los últimos años han sido fecundos en situaciones de esta naturaleza, a causa de los avances técnico-científicos y de los nuevos problemas planteados a la Bioética por las Ciencias de la vida... En algunos casos se trata de cuestiones bioéticas que, aun sin tener repercusión inmediata en la vida afectiva o sexcual de hombres y mujeres, como ocurrió en el caso de la contracepción, no por eso dejan de afectar al respectivo proyecto de vida familiar y a la conciencia. Es el caso concreto del destino de los embriones congelados, la investigación con embriones humanos no implantados y sin proyecto parental, las células madre embrionarias, el diagnóstico pre-implantatorio y los embrones híbridos”

“Ejemplo de interferencia de la teología contra la ciencia es la postura abusiva de algunos bioeticistas (y también de Wojtyla), pretendiendo reformular clásicas definiciones científicas para decir, o al menos sugerir, que la gestación comienza en la concepción en vez de en la implantación y que, siendo así, los métodos anticonceptivos, a veces posiblemente anti-impantatorios (contracepción de emergencia, dispositivo intrauterino y preservativos) serían, según ellos, prácticas abortivas”

“Eso es como suponer que que, en el desarrollo del embrión implantado y del feto, la contribución única de la mujer embarazada fuese algo descartable, tanto en el plano epigenético, como en los planos metabólico, endocrinológico y afectivo. Como si no conociéramos ya desde hace varias décadas la existencia de una especificidad única feto-placentaria”.

Para que se animen a estudiar más y pontificar menos los “neocon y teocon” que invadieron con sus comentarios el post anterior!!!!


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¿Pre-embrión o para-embrión?
08.01.09 @ 23:32:07. Archivado en Bioética

El biólogo y filósofo Carlos Alonso Bedate (miembro de la comisió nacional de bioética) ha propuesto el término “para-embrión” como apropiado para definir al embrión humano temprano.

En su estudio sobre “El estatuto ético del embrión humano” (en el libro editado por Federico Mayor Zaragoza y Carlos Alonso Bedate, Gen-ética, editorial Ariel), escribe así:

“...El término (para-embrión) considera al cigoto como embrión en sentido biológico-temporal sin darle las características plenas de embrión en cuanto carente de las potencialidades que le hacen poder ser caracterizado como potencia real, de forma intrínseca y autónoma, de la realidad biológica terminal definida como individuo-persona”.

La formulación matizada y precisa del Prof. Alonso Bedate me parece mucho más adecuada que la mía para deshacer malentendidos científicos. La copio aquí para precisar lo que en post anteriores he dicho de modo más divulgador.

“Si se aceptara esta propuesta, sigue diciendo el prof. Alonso Bedate, el término para-embrión podría generar un paradigma en el que encontrara cabida la zona de respeto debida a los estadios inciiales del desarrollo embrionario y la aceptación de la posibilidad de que en esa zona de respeto y con las salvaguardas requeridas, se permitiera generar otro fenotípico de vida a partir de ellos.”

A la vez que reconoce este autor que el para-embrión o pre-embrión, antes de la implantación, “tiene características genéticas y biológicas ded lo humano”, añade con precisión que deducir de ahí “que es persona o debe asimilarse a la persona en su aspecto valorativo es otro tema que no se puede deducir de tales premisas” (p.65).

Y concluye: “Los argumentos biológicos esgrimidos para definir que el embrión es poseedor de una dignidad asimilable a la que posee una persona humana ya constituída como sistema integrado no son concluyentes al noser potencia intrínseca y autónoma del mismo. Existe durante la embriogénesis un período de constitución biológica de la que carece el embrión temprano y que no posee como potencia”.


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Ser vivo y embrión no son lo mismo
12.01.09 @ 12:16:31. Archivado en Bioética

Prolongando los posts anteriores, merece recomendarse el artículo del Dr. Diego Gracia sobre “El estatuto de las células embrionarias”, en su libro Como arqueros al blanco, (ed. Triacastela, Madrid, 2004, pp.369-394).

El Dr. Diego Gracia -médico, filósofo, historiador de la medicina, pionero de la Bioética hispánica y fundador del Master de Bioética de la Universidad Complutense-, explica detalladamente por qué “no toda célula embrionaria es totipotente, ni toda célula totipotente tiene por qué ser embrionaria” (p.385.

Se refiere a los muchos factores necesarios para que comience una realidad nueva: “La constitución de una realidad biológica nueva y autónoma es un proceso que requiere la interacción de informaciones muy distintas, en un espacio determinado y a lo largo de un cierto tiempo. El período embrionario es el tiempo de interacción de todo ese complejo conjunto de informaciones”.
Si antes de la implantación asistimos a un proceso de diferenciación, después se trata de un proceso de constitución. “La fase embrionaria es ese contexto, que dará lugar a una nueva realidad biológica, siempre que converjan todas y cada una de las condiciones, voluntaria o involuntariamente, que son necesarias para el logro de esa nueva realidad biológica”.
Este enfoque de biología y filosofía procesuales lleva a repensar, como dice el Dr. Gracia, “términos fundamentales hasta ahora tenidos por intocables, como los de célula embrionaria, realidad embrionaria, embrión, etc.”
Concluye que “un ser vivo se define como un fenómeno constituído y no como un mero programa genético” (id. p. 386).
(Continuará)


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Estatuto del embrión: del primer instante a la octava semana
16.01.09 @ 00:36:54. Archivado en Bioética

Prosiguiendo las aclaraciones a los posts anteriores, vuelvo a citar al Prof. Diego Gracia (cf. “El estatuto del embrión”, en Javier Gafo, ed., Procreación humana asistida, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 1998, pp.98-99).

“Los genes proceden por ensayo y error desde el medio. El plan, de existir, lo tiene el medio, no los genes. Lo que sucede es que ese plan es azaroso, de modo que para el logro de un rasgo positivo tiene que realizar muchas pruebas que resultan negativas, y que llevan a la muerte a muchos seres... “

“Los genes no son sino el resultado del proceso de ensayo y error del medio. Y además no tienen toda la información que necesita un ser vivo para constituirse como tal. Para ello es necesario un complejo proceso de interacción entre la información genética y la que proviene del nuevo medio, del protoplasma, de las otras células, de la madre, y del medio en general. Sin esto no hay expresión posible de la información genética, y por tanto no se forma el fenotipo. La suficiencia constitucional no la tiene el genotipo, sino sólo el fenotipo...”

“El momento preciso no lo sabemos, y quizá no lo sabremos nunca... Lo único que puede decirse es que la sustantividad humana no se logra en el mismo momento de la fecundación, que necesita tiempo y espacio, y que por tanto hay un período "constituyente", sólo al final del cuál cabe hablar de suficiencia constitucional”.

(Se prolonga y completa este texto en el art. Cit. anteriormente, del libro Como arqueros al blanco, p. 385-6).
(Continuará)


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Noche del embrión y alba del feto
17.01.09 @ 23:34:22. Archivado en Bioética

Ilumina la metáfora del amanecer. De la oscuridad de medianoche hasta la luz del sol, un proceso análogo, continuo, de “ir haciéndose de día paulatinamente”, no representable digitalmente.

Imposible precisar, reloj en mano, un instante puntual para el paso de las tinieblas a la luz. Si alguien dijera que se dio ese paso a las cuatro y 23 minutos, sería imposible demostrar que en el minuto 22 la oscuridad era absoluta y en el minuto 24 la claridad era radiante.

Esta imagen sirve de telón de fondo para hablar sobre el proceso de comenzar una nueva vida, la "vida naciente”. Así la llamaba el conocido jesuita norteamericano Richard Mc Cormick, uno de los más notables teólogos morales en la época postconciliar.

Este teólogo decía, en inglés, “nascent human life”, para evitar la mentalidad estática que trata puntualmente el llamado principio de la vida y conduce así a dos extremos: quienes dicen que es intocable esa vida, porque ya ha empezado, y quienes dicen que se pueden manejar irresponsablemente sus gérmenes, porque todavía no ha empezado la nueva realidad.

El profesor de moral jesuita John Mahoney (que fue miembro de la Comisión Teológica Internacional, Consultor del Simposio de Obispos europeos y primer Presidente de la Asociación Teológica Católica del Reino Unido) escribe así:

“No se debe considerar el alma humana, constitutiva de la persona, como si fuera un puro espíritu infundido desde fuera en un receptáculo biológico en el instante de la concepción, sino referirse a ella más apropiadamente, entendiéndola como un brotar o emerger desde el interior del mismo material biológico aportado por los progenitores, genuinos originantes, sin necesidad de tener que acudir a una intervención divina casi milagrosa para la producción de una nueva realidad. Por tanto, la afinidad que existe entre materia y espíritu nos permite, e incluso nos exige, considerar el emerger de la nueva persona humana como un proceso que lleva tiempo y exige un cierto período de existencia pre-personal como el umbral a través del cuál se da el paso a una existencia animada en el sentido pleno de la palabra”. (Bioethics and Belief, p. 81).


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En nombre de un dios: Violencia religiosa
19.01.09 @ 00:29:14. Archivado en Religion y sociedad

  Al ver el título en un escaparate pensarán que es una errata.¿Por qué en el nombre de “un dios” y no “en el nombre de Dios” y con mayúsculas?

No es errata. El articulo indeterminado y la minúscula van a propósito. En el nombre de Dios podrían y deberían llevarse a cabo acciones laudables. Pero en el nombre de “un dios” (no estamos seguros si es divinidad, ídolo o espíritu satánico) se cometieron y se siguen cometiendo barbaridades.

Al acentuar las paradojas de lo sagrado, en cuyo nombre se hace bien y mal, se pone de relieve la ambigüedad de los rostros, imágenes, paisajes y espacios supuestamente sagrados a que remiten las fotografías de un reportaje universal.

Estos espacios no son meros sitios de culto o reunión, sino lugares epifánicos de espiritualidad que suscitan, evocan y prometen caminos de encuentro con el sentido último de todo. Pero, por otra parte, lo sagrado es ambiguo, a la vez fascinante y terrible, seduce y atemoriza. A través de la pluralidad variopinta de imágenes y símbolos, de rostros suplicantes o agradecidos, una selección de vistas nos`puede confrontar con la paradoja de las manifestaciones concretas e históricas de la relación con lo sagrado: invitaciones a la paz y convocaciones de guerra, lemas de concordia y gritos de violencia.

En nombre de lo sagrado se perdona lo imperdonable y se reconcilia lo incompatible, pero también en ese mismo nombre se desencadenan fobias, persecuciones, fanatismos y conflictos bélicos.

Y también en su nombre se desencadenan inquisiciones, persecuciones y acciones agresivas de Caínes contra Abeles, aun en el seno de quienes se supone comparten las mismas creencias religiosas...

(Del libro de Juan Masiá, con ilustraciones de Eduardo Rubio, En nombre de un dios. Lugares y ritos sagrados, ed. Lunwerg, Barcelona, 2008. Trad. francesa: Au nom d‘un dieu. Les lieux saints dans le monde, ed. Rouerque, 2008; trad. inglesa: Holy Places, Sacred Rites. A Journey to the World’s Most Spiritual Locations, ed Thames and Hudson, London, 2008).


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Sutras del Loto, en español
24.01.09 @ 14:30:12. Archivado en Bioética

Acaba de aparecer en español la traducción del Tríptico de Sutras del Loto, en editorial Sígueme, Salamanca, 2009

Resumen del prólogo:

Como la flor de loto blanca: belleza florecida inesperadamente desde el barro, simultaneidad de flor y fruto. Así se compara en este sutra, “soberano entre las escrituras sagradas”, la entraña de la enseñanza budista.

Pasados unos siglos desde el despertar de Gautama a la lucidez perfecta y la compasion universal, las explicaciones teóricas se complican, los rituales se formalizan y las fuentes de espiritualidad padecen sequía. Pero el movimiento Mahayana trae vida nueva al budismo alrededor del siglo primero de nuestra era.

A las exageraciones especulativas y las reacciones místicas habían sucedido los cuestionamientos de ambas por parte de quienes hoy llamaríamos descontructores o desmontadores, equivalentes lejanos de las teologías negativas en el medievo europeo.

Surge, al fin, la sabiduría de la simplicidad compleja diciendo: solamente una cosa es necesaria. Un único Vehículo: Tal es el mensaje de unidad del Sutra del Loto.


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Un Camino, según el Tríptico del Loto
27.01.09 @ 08:30:31. Archivado en Religion y sociedad

Dice el Buda, en el Sutra del Loto: “Moro siempre aquí y ahora con vosotros predicando el Dharma”. Dice Jesús, en el evangelio según Mateo: “Id y haced discípulos de todas las naciones... Yo estoy con vosotos cada día, hasta el fin de esta edad”.

"En el tríptico de Sutras del Loto, presentado en el post anterior, una enseñanza central es que, bajo la diversidad de peregrinantes y peregrinaciones, hay un camino único. No hay muchos vehículos, sino uno sólo. El Buda se manifiesta de diversas maneras y usa diversos lenguajes, que han de ser relativizados. Para salvar a todo el mundo habla en cada momento y lugar el lenguaje asequible al auditorio. Pero todos los lenguajes y vehículos son hábiles recursos, estratagemas salvíficas (hôben, en japonés; upaya, en sánscrito).

En el sabio del clan de los Shaka se manifestó, como en otros budas o iluminados, el secreto del Buda eterno, símbolo de la Vida (¡con mayúscula!) que sostiene y envuelve todo, existe desde siempre y para siempre. Discuten los lingüistas si su nombre se debe traducir literalmente como “el Así-ido” o “el Así-venido”. En realidad, es el “Así-siempre-Presente”. En japonés, Nyôrai, el que viene de la luz y de la realidad; en sánscrito, Tathâgatâ, el “así tal cual”, al que la devoción popular llamará el Baghavant o Bienaventurado, el Reverenciado en todo el mundo.

Su enseñanza no es para un grupo selecto de monjes, sino para todo el mundo. No está en libros o templos, sino en la práctica. Y la práctica es el camino del bodisatva: alguien en camino hacia la iluminación perfecta, hasta convertirse en un buda, pero que retrasa su logro del nirvana para permanecer dedicado a vivir para la salvación de todo el mundo. por el camino de la compasión: maitri y karuna, en sánscrito; jihi, en japonés..

Un oráculo esperanzador para cualquier persona: “Os haréis budas”. Eso es posible porque dentro de cada persona –con total igualdad, sin distinción de castas- se puede descubrir la budeidad, la naturaleza búdica, la iluminabilidad o capacidad de alcanzar la iluminación, porque ya está la luz de vida y el secreto de la flor de loto en nuestro interior frágil de barro."

(Del prólogo al Tríptico de Sutras del Loto, trad.y edición de J. Masiá, I. Tani Y K. Yoshida, coeditado por ed. Sígueme y Kosei Publishing Co., Salamanca y Tokyo, 2009)


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Hace cien años
30.01.09 @ 04:56:25. Archivado en Religion y sociedad

Este mes hace justo un siglo. No había internet, ni etiqueta de “neo-con” para integristas. Pero ya se trepaba en el escalafón curial delatando a “socializantes”. Acusaron de “rojillos” al obispo Radini Tedeschi y a su secretario Roncalli (futuro Papa del Concilio).

En enero de 1909 funda Radini La vita diocesana, siguiendo el modelo y con la mentalidad social del cardenal Mercier. Muchos artículos, con seudónimo,eran de Roncalli.

A la ultraderecha del periodico Perseveranza le parecía sospechoso que apoyasen la huelga de trabajadores y protestaron ante Pío X porque les parecía “una bendición dada a una causa francamente socialista”.

Roncalli defendió a su obispo diciendo: “El sacerdote que vive a la luz del evangelio no puede pasar de largo por la otra acera. Cristo da preferencia a los desheredados, débiles y oprimidos”.

Cien años después es oportuno el recuerdo, en el contexto de crisis de desempleo a escala mundial y la necesidad de movilizarse contra las injusticias estructurales de las políticas económicas.


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Convergencia cívico-parlamentaria en debate de aborto
31.01.09 @ 22:35:56. Archivado en Bioética

Hay parlamentari@s con sentido común cívico y ético, tanto del gobierno como de la oposición (más de los que quizás sospechamos), capaces de converger en temas de estado. Su concordancia plural y respeto a las divergencias favorece el bien común del país, tanto en política exterior y planificación económica como en ética cívica.

Hay también muchos parlamentarios creyentes, en unos y otros partidos de diverso signo, capaces de conjugar su conciencia o religiosidad con la prudencia de legislar garantizando el bien común en una sociedad plural y democrática. Tales legisladores saben de sobra (abc de ética y derecho)que "ni todo lo éticamente rechazable ha de ser penalizado ni todo lo no penalizado es, sin más, éticamente aprobable".

Por eso, independientemente de las presiones recibidas por su pertenencia política o confesional, pueden estos parlamentarios de ambos partidos converger en un terreno común a la hora de conjugar la protección de la vida naciente con la necesidad de evitar aquellos excesos penales que cuestionan o hacen un flaco favor a la vida para cuya protección se determinan.

Esto parece de sentido común, dicho así en general. Pero es bien sabido que no faltan las minorías exageradas por ambos extremos. En temas delicados, como el de las limitaciones legales de la penalización en los casos de interrupción voluntaria del embarazo, no es fácil el debate sereno entre quienes se atrincheran desde el comienzo en un discurso incondicionalmente asertivo.

Para evitar esos extremos y animar a la mayoría convergente en el centro, podría servir de modesto ejemplo el debate celebrado por un alumnado –política y religiosamente plural- del programa de intercambio norteamericano-japonés, que debatió en una Jornada de Bioética (en la Cátedra de Bioética del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Sophia, de Tokyo) sobre legislaciones en torno al comienzo de la vida, con miras a encontrar terreno común de convergencia entre posturas diversas ante proyectos legislativos sobre aborto.

La puesta en común nos sorprendió, mostrando mínimos de convergencia ética cívica como, por ejemplo, los siguientes:

Coincidir en favor de la cultura de la vida; esforzarse por desarraigar las causas sociales del aborto; proteger a la mujer frente a las presiones familiares o sociales y reconocer su derecho a recibir ayuda; mejorar la educación sexual, para evitar tanto el aborto el SIDA, insistiendo en la prevención y el uso responsable de recursos contraceptivos; reconocer que en los “casos trágicos de situaciones límite” no hay soluciones prefabricadas y no condenar las posturas adoptadas en esas situaciones por diversas personas; cuestionar el cambio cultural del ambiente favorable a la permisividad del aborto, que daña que a nuestras sociedades; prestar asistencia psicológica y social a las personas cuya toma de decisión en situación de conflicto dejó cicatrices que necesitan sanación; buscar la compatibilidad de las medidas legislativas con la objeción de conciencia individual, en debidas condiciones; mantener la libertad de expresión de posturas diversas en este debate, oponiéndose a toda manifestación de agresividad y violencia contra cualquiera de las partes y no hacer bandera ideológica de esta polémica, ni por razones políticas, ni por razones religiosas.

El acuerdo es obviamente minimalista; en el paso siguiente, las posturas pro y contra son difíciles de conciliar, pero esta convergencia previa facilita discutir sin crispación.

Reconozco que no esperaba encontrar más de dos o tres proposiciones, ya que la encuesta sobre propuestas legislativas mostraba opiniones muy diversas, desde la más restrictiva hasta la más permisiva. Releyendo las propuestas, me reafirmo en la convicción de que esta educación de la ciudadanía desde la edad escolar es necesaria para formar a quienes en el futuro ocupen escaños en los parlamentos.

Pero, sin pasarme de optimista, asumiré el comentario de Bill y Teruko: “Ni en USA ni en Japón, es posible un debate como el de hoy . ¿Y en su país, profesor?” . “En el estado español, es difícil, por la tradición inquisitorial agresiva, la crispación del todo o nada y la ideologización político-religiosa del debate ético. Pero van creciendo nuevas generaciones menos extremistas que esperamos y deseamos se eduquen en la ética de la ciudadanía dialogante”.

Me pregunto si es posible esta alternativa o se quedará en sueño ingenuo idealista. La pelota está en el tejado de dos debates, el de la ciudadanía y el de los parlamentarios. Por mi parte, quisiera apostar por y contribuir a esa mayoría, tanto ciudadana como parlamentaria. éticamente serena, capaz de independizarse de las patologías extremistas de sus respectivos partidos e iglesias.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 31 de enero, 2009)


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La moral no prohibe desconectar a Eluana
03.02.09 @ 15:56:10. Archivado en Bioética

Se sucede el caleidoscopio de noticias sobre la desconexión de Eluana, en estado vegetativo desde 1992, con opiniones contrastantes por dos extremos que se tocan.

Tanto quienes llaman eutanasia al rechazo de recursos médicos fútiles como quienes enarbolan a ultranza el eslogan del derecho a morir coinciden en malentendidos sobre qué es morir dignamente y en no admitir más que una respuesta única y absoluta para estos casos.

Aumenta la confusión cuando se insiste en no desconectar, en nombre de la moral, o en desconectar, en nombre de la autonomía.

Hay que decir claramente: la moral no prohibe desconectar a Eluna. Desconectar y no desconectar pueden ser decisiones igualmente correctas o incorrectas moralmente, según el motivo que las anime y según el proceso seguido para discernirlas.

Mientras la clínica de Udine daba marcha atrás en su decisión de retirar la alimentación a Eluana tras el veto del Gobierno, la presidenta del Piamonte se mostraba dispuesta a que en alguno de los centros sanitarios de su región se hiciese. Ya el Supremo italiano había permitido dejar la alimentación en ese caso. Berlusconi (paradójicamente “defensor de la vida”, a pesar de lo poco que le han importado en otros casos las vidas de las víctimas de guerra o las vidas de emigrantes) se suma a las tomas de posición por parte de eclesiásticos desconocedores de la tradición de teología moral, que recomiendan, como el cardenal de Turín, la objeción de conciencia. (Es abochornante para profesionales de la teología moral católica escuchar de labios del cardenal Lozano Barragán la barnaridad de calicar el caso como "asesinato abominable"...)

Hay que aclarar el lenguaje con que se habla de “dejar morir” y hay que aclarar el criterio moral, sin confundirlo con la “receta única”.

1. Rehusar recursos médicos fútiles no es eutanasia injusta, sino limitación, moderación o regulación del esfuerzo terapéutico.

2. El criterio para no usar (o interrumpir el uso) de recursos médicos fútiles es el respeto a la dignidad de la persona.

3. En casos como éste puede haber hasta cuatro respuestas distintas, dos correctas y dos incorrectas. Puede ser correcta la decisión de desconectar y también la de no desconectar, si se toman por respeto a la dignidad de la persona muriente. Puede ser incorrecta la decisión de desconectar, y también la de no desconectar, si se toman por otros motivos que vayan contra la dignidad de la persona.

(No parece oportuno reiterar aquí lo que en diversas ocasiones ha sido necesario aclarar -en los posts de los dos últimos años- a propósito de morir con dignidad; pero, si los malentendidos siguen in crescendo, habrá que seguir repitiéndolo en posts sucesivos).

Nota: Véase, como referencia filosófica, ética y teológicamente competente, el impecable estudio de Pablo Simón Lorda (Escuela andaluza de salud pública) y Francisco José Alarcos (Cátedra andaluza de Bioética, Facultad de Teología de Granada), en su Ponencia “Ética y muerte digna”, en la Comisión Autonómica de Ética e Investigación Sanitaria).


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Apoyo al padre de Eluana en moral católica tradicional
05.02.09 @ 02:01:29. Archivado en Bioética

La cita siguiente, tomada de un libro de texto de Ética médica católica -publicado con licencia eclesiástica por dos conocidos teólogos dominicos-, ayudará a confirmar el post anterior con la opinión de moralistas moderados, que matizan con mucho cuidado.

“Quienes se opone a retirar la nutrición e hidratación, administradas médicamente, lo hacen a menudo porque temen que, si se permite la retirada de dichas sondas y se permite dejar morir a personas en estado comatoso, se abra la puerta a abusos de índole eutanásica. Ciertamente es verdad que tales abusos deben ser siempre rechazados. Sin embargo, en tales casos se debe seguir el criterio explicado antes (N.del trad.: se refiere al sentido tradicional de “extraordinario” en la teología católica, sobre el que trata todo ese capítulo)”.

“Si, a pesar del recurso médico que se le está aplicando, la persona no va a poder recuperar la capacidad para ejercitar las finalidades de la vida humana, se puede considerar ese recurso médico exagerado y se puede interrumpir su uso. Dicho de otra forma, si el uso de sonda nasogástrica o nutrición intravenosa o hidratación son proporcionalmente de menos beneficio para la persona paciente que la carga del cuidado prolongado que pesa sobre otras personas, dichos recursos médicos son extraordinarios y no obligatorios. Alguien diría, sin embargo, que el beneficio de seguir manteniéndose con vida esa persona pesa más que dichas cargas; pero no es ese necesariamente el caso cuando se trata de pacientes en situación de coma irreversible. Esta clase de nutrición suele ser inútil para prevenir el creciente debilitamiento. El uso de ese recurso de intubación tan sólo prolonga el proceso de morir de unas personas pacientes que son incapaces de usar ese tiempo para ninguna actividad que les beneficie. Incluso si la persona paciente pudiera ser mantenida en situación de coma indefinidamente, es difícil reivindicar que ese período largo de vida en coma sea de más valor humano que un período corto”.

(Benedict M. Ashley, O.P. y Kevin D. O‘Rourke, Ethics of Health Care: An Introductory Textbook, second edition, Georgetown University Press, Washington D.C. 1994, con imprimatur: de la archidócesis, pp.224-225)


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Berlusconi contra la Constitución y el integrismo católico contra la teología moral
06.02.09 @ 22:45:00. Archivado en Bioética

“Dejadme ir a la casa del Padre”, decía Juan Pablo II. Sufrió el Papa mediático al verse imposibilitado de hablar tras la traqueotomía. En su última aparición en la ventana de la plaza de San Pedro impresionó el gesto rotundo de su mano, incapaz ya de bendecir, golpeando los papeles: era el “no” de Juan Pablo, el Fuerte, que no quiso le llevasen una vez más al hospital. Por su intercesión oramos para que Eluana sea acogida en paz en el seno del Dios Padre y Madre.

Se opone ello la postura de Berlusconi contra la Constitución y la del integrismo de una parte eclesiástica o curial contra la tradición de teología moral católica.

Juan Pablo II había tenido una frase desafortunada, en su discurso de 2004, acerca de considerar la nutrición e hidratación como tratamiento ordinario sin excepciones (ver detalles en Tertulias de Bioética y en Bioética y religión). Dejó perplejos a los teólogos y fue criticado en los medios bioéticos. Pero en los meses siguientes, en vez de responder a esas críticas repitiendo la afirmación como si fuera enseñanza auténtica y definitiva (criterio que suele usar el Vaticano en esos casos de malentendidos), no sólo no la repitió, sino que en noviembre del mismo año reiteró la enseñanza tardicional tal como está en el catecismo y en el documento de 1980 sobre la eutanasia.

El P. John Paris, conocido teólogo moralista norteamericano, lo comentó así:

“Habla el papa un grupo de médicos de orientación ideológica ultraderechista. Dice esas palabras en un discurso de saludo.No son un discurso doctrinal. El Papa saluda a 150 grupos en una semana. Si le visita la Asociación ciclista y les saluda diciendo que la bicicleta es uno de los mejores deportes, a nadie se le ocurre pensar que el tenis y el golf han sido excluidos de la doctrina de la iglesia. Mucho más importante que ese discurso son las repetidas citas del Papa en otras ocasiones aludiendo al documento de 1980 sobre la eutanasia, que claramente permite prescindir de recursos médicos desproporcionados o gravosos”.

De hecho, en su última enfermedad así lo deseó el mismo Juan Pablo II, el Fuerte. Los moralistas como Vitoria consideraban extraordinario hasta el comer un par de huevos o el renunciar al vaso de vino. Cuando le preguntaron a J. Paris por el caso de Terry Schiavo dijo: “Quince años manteniendo a una persona artificialmente es suficientemente desproporcionado y gravoso”.

La respuesta de la CDF a los obispos norteamericanos (2007), que consideró la nutrición y artificial “ordinaria y proporcionada en el caso de estado vegetativo permanente” llevó mucho cuidado de añadir en sus dos respuestas la palabra “en principio” (lo que en el lenguaje críptico-diplomático vaticano –que no satisface, porque se presta a fomentar el doble estándar-, significa que no es absoluto y sin excepciones). Ese mismo cuidado en matizar se nota en el reciente documento Dignitas personae al decir un “no” a lo que sustituye al acto personal y un “sí” a lo que lo favorece, en el caso de Fecundación in vitro. (A muchas personas no les satisfará, pero es la tradición retórica vaticana que puede competir con la japonesa en encontrar soluciones de compromiso diplomático…).

Para explicar la postura de evitar malentendidos y evitar extremismos, pongo en clase dos ejemplos opuestos: 1) El comentario de la CDF en su respuesta a los obispos norteamericanos (2007) y 2)un texto de Peter Singer (Rethinking Life and Death, New York, 1994, p.190).

1)Totalmente de acuerdo con la CDF en su preocupación porque no se deje de cuidar a una persona cuadripléjica o con enfermedad mental o con Alzheimer, y totalmente de acuerdo con que considere a todas las personas sin excepción igualmente valiosas y dotadas de dignidad. Pero de ahí no se sigue que la nutrición artificial sea ordinaria y desproporcionada sin excepciones. Si se suprime en el caso de Eluana, no es por considerarla sin dignidad, sino precisamente para salvaguardar su dignidad.

2) En el texto de Peter Singer (en el que hay mucho de que disentir) se puede coincidir en admitir las excepciones para casos de estado vegetativo prolongado. En cambio disiento totalmente de él cuando da como razón que unas vidas valen más y otras menos. Contra esto último está muy en guardia la CDF y por eso no es de extrañar que evite tanto el peligro de la “pendiente resbaladiza” que se pasa al otro extremo.

Este esfuerzo que hacemos en clase de ética y moral por evitar malentendidos, extremismos e ideologizaciones ayudaría a quienes hablan en nombre de la enseñanza de la iglesia desde puestos de responsabilidad curial de altura a ganar credibilidad y a no atormentar a creyentes razonables y responsables.

Tranquilicemos a la familia de Eluana y recordemos la tradición de teología moral católica que les apoya para respetar la dignidad personal de Eluana.


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¡“Liquidaron” seis millones de judíos!, dijo el embajador al Papa
09.02.09 @ 13:04:10. Archivado en Religion y sociedad

“Judíos y cristianos necesitan que una voz como la del Papa diga al mundo la verdad sobre esta tragedia. Han liquidado a seis millones de judíos”. Así escribía Maritain, embajador de Francia ante la Santa Sede, en carta a Montini (el futuro Pablo VI) en 1946.

Pedía Maritain la iniciativa papal en condenar Holocausto y antisemitismo. Al no ser escuchado, renunció a su puesto (Citado por S Schloesser, en J. W. O‘Malley et al., Vatican II. Did anything happened:, N.Y., Continuum, 2007, p. 112).

Contra el olvido, memoria histórica, para evitar que el mal se repita, nos dice el historiador Stephen Schloesser, en su estudio sobre contexto y antecedentes históricos de la declaración conciliar Nostra aetate, sobre las relaciones de la Iglesia y con las otras religiones.

Esta declaración es un texto originalmente preparado como reaccion contra el antisemitismo de muchos siglos y los horrores del Holocausto, si se leía en el contexto de lo sucedido entre 1939-45, dice Schloesser; pero, en contexto de los años sesenta, requería ampliar la mira hacia el Islam y otras religiones).

Es significativo que quienes no aceptan el Concilio Vaticano II coincidan en ignorar el Holocausto. Lo de Williamson ha sido demasiado fuerte, mucho más de lo que fue para el Papa el golpe de las interpretaciones islámicas sobre su discurso de Ratisbona.

Schloesser evoca las sombras de una historia de antisemitismo:
cuando le costaba trabajo al Papa Gregorio XIV flexibilizar las restriccioines impuestas a los judíos y pasarlos del control de la Inquisición al del cardenal vicario de Roma;
cuando su sucesor Pío VI, recién elegido, establecía ghettos en las ciudades de los Estados Pontificios, prohibía a los judíos dirigirse familiarmente a los cristianos y reintroducía la costumbre del siglo XVI de hacerles llevar un emblema identificatorio;
cuando en Semana Santa de 1808 las tropas francesas tuvieron que intervenir en Pisa para contener la violencia antijudía;
cuando Pío IX se opone a la emancipación de los judíos;
cuando Pío X excomulga a los parlamentarios franceses que votaron la separación de Iglesia y Estado (apoyando la oposición a la democracia y reforzando la postura anti-Dreyfus y anti-semita);
cuando se recuerda que, en 1950, un monitum vaticano ponía en guardia contra el peligro de indiferentismo en el diálogo judío-cristiano;...
cuando se recuerdan estos datos, a la vez que se agradecen los cambios postconciliares (cuando se dejó de decir en la plegaria de Viernes Santo lo de “pro perfidis judeis”...), no puede menos de preocupar seriamente el giro de vuelta atrás en el túnel del tiempo que está adoptando cada vez más el entorno de la curia romana.

¿Cuántas dimisiones o destituciones de altos puestos curiales cardenalicios harán falta para que nuestro hermano Benedicto tome el timón de la nave de Pedro por el rumbo del Evangelio? Ojalá le apoyemos con las críticas, emanadas de la fidelidad creativa, para que no nos reproche la historia por el pecado de omisión de haber callado por miedo, por adulación, por hacer méritos en el escalafón eclesiástico o por otros intereses inconfesables, en estos tiempos de restauracionismo


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Eluana en paz y Berlusconi en guerra
14.02.09 @ 09:05:38. Archivado en Bioética

La crispación parlamentaria desencadenada por el Cavaliere se unió al nerviosismo del ala derecha de la curia pontificia para impedir la muerte con dignidad de Eluana. Dos ideologías integristas, la política y la religiosa, con el pretexto de proteger la vida humana, pusieron en peligro la dignidad de las personas en proceso de morir, la distinción que independiza en democracia al poder judicial frente al legislativo, la separación de las confesionalidades religiosas y el gobierno, la autonomía de las personas pacientes y el derecho a decidir cada cuál cómo vivir la etapa final de la vida hasta morir.

Berlusconi intentó usar a la Iglesia, presentándose como defensor de la vida, algo paradójico cuando es bien sabido lo poco que le han importado en otros casos las vidas de víctimas de guerra o de emigrantes. La postura del primer ministro, cuestionada como anticonstitucional por el presidente de la República se sumó al griterío callejero del integrismo católico, alineado bajo la bandera pro-vida, para hacer un flaco favor a dignidad y derechos de las personas pacientes.

Cardenales y obispos “curiales” han llamado homicidio, asesinato o eutanasia a la voluntad de asumir la muerte en paz de Eluana. No así la teología moral. Abrimos un libro de texto católico de Ética médica de línea moderada publicado con licencia eclesiástica por dos conocidos teólogos dominicos moralistas que matizan con mucho cuidado. Benedict M. Ashley, O.P. y Kevin D. O'Rourke escriben así:

«Quienes se oponen a retirar la nutrición e hidratación, administradas médicamente, lo hacen por temor a abrir la puerta a abusos eutanásicos. Pero si, a pesar del recurso médico que se le está aplicando, la persona no va a poder recuperar la capacidad para ejercitar las finalidades de la vida humana, se puede considerar ese recurso médico como exagerado y se puede interrumpir su uso. Si el uso de sonda nasogástrica o nutrición intravenosa o hidratación son proporcionalmente de menos beneficio para la persona paciente que la carga del cuidado prolongado que pesa sobre otras personas, dichos recursos médicos son extraordinarios y no obligatorios». (Ethics of Health Care: An Introductory Textbook, Georgetown University Press, Washington D.C. 1994, p.224)

Siembra desconcierto la expresión matar de hambre y sed, usadas por quienes se oponían al derecho del padre de Eluana a asumir la muerte con dignidad de su hija. Ni la sonda, más medicación que alimento, se debe comparar con un bocadillo, sino con una inyección, ni la persona está retorciéndose de angustia por hambre y sed, sino necesitada de que la dejemos descansar en paz.

Tanto la prolongación indebida como la aceleración del final son injustas cuando se hace contra la voluntad y dignidad de la persona paciente. Si respetan su autonomía y dignidad, son éticamente correctas. Rehusar recursos médicos fútiles no es eutanasia injusta, sino limitación, moderación o regulación del esfuerzo terapéutico. El criterio para no usar (o interrumpir el uso) de recursos médicos fútiles es el respeto a la voluntad y a la dignidad de la persona.

La Congregación para la Doctrina de la Fe publicó, en 2007, la respuesta del cardenal Levada a la Conferencia Espiscopal de Estados Unidos, considerando la nutrición e hidratación artificiales como medios ordinarios, proporcionados y obligatorios. Es una afirmación que contradice toda la tradición de moral teológica, aunque la CDF llevó mucho cuidado de añadir: "en principio" (lo que en el lenguaje críptico-diplomático vaticano -que no satisface, porque se presta a fomentar el doble estándar-, significa que el criterio no es absoluto y sin excepciones).

El giro retrógrado de instancias eclesiásticas dirigentes, desenmascarado hace un cuarto de siglo en el Informe sobre la fe, alcanza cotas de alarma roja. Dirán que no se debe hablar desde dentro de la iglesia. Pero callar sería irresponsable; nos lo echarían en cara las futuras generaciones.

En todo caso, damos gracias por la muerte en paz de Eluana, deseando que legislaciones como la de nuestro país sobre autonomía de pacientes protejan los derechos amenazados por ideologías totalitarias, políticas o religiosas.

(Publicado en La Verdad de Murcia, el 14 de febrero, 2009)


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¿Pro-vida o pro-persona? Q & A 1
18.02.09 @ 00:55:53. Archivado en Bioética

Ignoro si Barbara es pseudónimo o firma, pero su mail desde USA merece respuesta. “¿Está usted de acuerdo con la enseñanza de Juan Pablo II y de la CDF acerca de la presunción en favor de mantener la nutrición e hidratación médicamente asistidas en el caso de personas en PVS?” (Do you agree with the teaching of Pope John Paul II and the CDF about the presumption in favor of providing medically assisted nutrition and hydration to persons in PVS? -Barbara Reich-).

Gracias, Barbara, por su pregunta, formulada exactamente. Usa usted el término técnico “presunción”, como cuando hablamos de la presunción de inocencia mientras no se den razones suficientes en contra. Las razones de peso para quienes decidan en lugar de la persona inconsciente no deberán ser egoistas ni discriminadoras, sino motivadas por el respeto a la dignidad incondicional de la persona paciente y al valor por igual de toda vida humana.

Con ese presupuesto, diversas personas en situaciones semejantes podrán adoptar opciones diversas (de prolongar o de no prolongar), después de haber sopesado la proporción o disproporción entre los beneficios y la cargas del procedimiento que usted atinadamentge llama “medically assisted”.

Es cierto que, ya antes que lo dijera Juan Pablo II (en 2004) o la CDF (en 2007), lo expresaban así las Directivas los Obispos norteamericanos: “There should be a presumption in favor of providing nutrition and hydration to all patients, including patients who require medically assited nutrition and hydration” (Ethical and Religious Directives for Catholic Health Care Services, 2001, n. 58).

Pero, sentado ese criterio general, añadían las Directivas: “en la medida en que eso supone un beneficio suficiente como para superar las cargas para la persona paciente (as long as this is of sufficient benefit to outweigh the burdens involved to the patient)”. Luego hay una zona gris, ni blanca ni negra, que deja lugar a decisions diferentes, no basadas en cien por cien de certidumbre, pero sí prudentes y responsables.

Como muestra de lo controvertido y controvertible de la cuestión, el contraste entre los Obispos de New Jersey (en favor de mantener la nutrición sin excepciones) y los Obispos de Texas (considerándola sujeta, como los demás tratamientos, a una discreción de pros y contras). A nivel estatal, el asesoramiento proporcionado a los obispos de USA por su Comisión Pro-Vida (U. S. Bishops’Committe for Pro-Life Activities, Origins, 9-IV-1992, p. 705ss.) dijo que estas decisiones sobre el tratamiento de pacientes en PVS “debería ser orientado por una presunción en favor de la nutrición e hidratación médicamente asistidas (guided by a presumption)”.

Con esa orientación, en cada caso concreto , sopesadas cargas y beneficios, sin intención de suprimir la vida, sino de respetar su dignidad en el proceso de morir, se pueden dejar de usar aquellos recursos que no ofrecen expectativa razonable de mejora y conllevan una carga desproporcionada para la persona paciente o su familia.

(Excuse me, Barbara, for not writing the answer in English. I did it so, out of concern for the majority of Spanish speaking readers of this blog. Best wishes. J.M.).


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¿Pro-vida o pro-persona? Ley de plazos
20.02.09 @ 05:31:33. Archivado en Bioética

¿Pro vida o pro-persona? Q and A 2
“Lo que dice Masiá se parece más a los defensores de aborto y eutanasia que a los defensores de la vida, no es ni pro-vida ni pro-persona” (Celestino, 19-II-09).
No estoy de acuerdo contigo, Celestino (por cierto, has elegido un pseudónimo papal de augurio sospechoso...). No defiendo en ningún post ni el aborto ni la eutanasia. En cambio, lo que digo es que los extremos se tocan: el extremismo abortista y el extremismo biologista.

Dicho más claro, el extremismo de quienes plantean el tema de la ley de plazos como si en el tercer mes todavía no hubiese comenzado un nuevo ser humano, y el extremismo de documentos y declaraciones "eclesiásticas" que hablan como si el cigoto o el embrión pre-implantatorio tuviesen el estatuto de persona.

Ambos tratan de justificarse apelando a la biología y manipulándola a su favor.

Lo mismo ocurre cuando el extremismo de un vocero de izquierdas habla de derecho de la mujer a suprimir la vida de un feto de más de dos meses y cuando el extremismo de un vocero episcopal de derechas habla de derechos del cigoto o del embrión pre-implantatorio.

En ese sentido el lenguaje del portavoz episcopal y el lenguaje del portavoz del extremo opuesto me resultan parecidísimos: los extremos se tocan.(Sigamos apostando por convergencias de sensatez en los dos partidos de centro!!!).

Por eso la búsqueda de vía media (tanto en la postura de ética cívica, como en la actitud “eclesial”) de mis posts es condenada a menudo, tanto por el extremismo abortista como por el extremismo “eclesiástico” .

(Nota: Obsérvese que distingo entre postura “eclesial” y postura “eclesiástica”, algo muy necesario tal como está hoy día la cúpula curial en algunos países mediterráneos. Obsérvese también que no identifico Iglesia con Curia vaticana ni con declaraciones de mitras).


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¿Pro-vida o pro-persona? 3. Animación del feto
23.02.09 @ 09:42:30. Archivado en Bioética

¿Pro-vida o pro-persona? Q and A, 3

Me pregunta Eva "¿Tiene alma el cigoto?" Respondo: La pregunta se presta a confusión。En vez hablar de “si tiene alma”, habría que preguntar si es un cuerpo animado.

Pero, puestos a usar esa expresión, habría que decir que todavía no se da el mínimo de base bioológica para hablar de un organismo individual animado (a menos que caigamos en idolatrar y absolutizar el ADN o que tengamos la obsesión que tienen los documentos de la Academia Vaticana de la Vida por llamar persona al cigoto).

No soy partidario de usar en Antropología la terminología “alma-cuerpo”; pero, puestos a utilizarla, no podríamos hablar de cuerpo animado al menos hasta después de la octava semana. (Así lo interpretaba una de las posturas mantenidas tradicionalmente en la teología moral católica, que hablaba de la “animación retardada” y de “feto animado o inanimado”.

Hoy preferimos no comprometernos con esa terminología escolástica que entorpece más que aclara). Obviamente, lo dicho aquí no coincide con la postura expresada por la Academia Vaticana de la Vida o por la CDF, de la que en estas materias de bioética, que son controvertidas y no dogmáticas, se puede disentir con toda libertad de espíritu.

Le recomiendo la lectura de Cuerpo y alma, de Laín Entralgo (edición de bolsillo en Espasa Calpe). Convendría evitar el dualismo helénico de separar cuerpo y alma. Cuando Juan Pablo II aparentaba estar rehabilitando a Darwin, caía en la repetición de ese dualismo al hablar “intervenciones divinas” para infundir un alma, sea al comienzo de cada vida individual o en la aparición del homo sapiens en la evolución. Esa misma mentalidad dualista se reproduce por desgracia en el Catecismo del 92, condicionado por esa interpretación escolástica que tanto daño ha causado a la expresión de la fe cristiana.

Para más detalles me remito al capítulo 1 de mi libro Bioética y Religión, ed. Síntesis, 2008, aprobado por censura eclesiástica antes de su publicación. De él es el extracto siguiente:

“Un cigoto es posibilidad próxima y concreta de dar lugar a una persona, si el proceso de división y diferenciación celular no sufre accidentes o interrupciones. Un cigoto es semilla de nueva vida humana. Un blastocisto es promesa de nueva vida, pero a condición de que se implante en un útero. No es solamente posibilidad concreta, sino promesa; pero es una promesa condicionada. Un embrión implantado es más que promesa. Es capacidad de desarrollarse hasta convertirse en un feto. Los blastocistos y pre-embriones son frágiles, a la vez que estimables, y manejables con cuidado y estrictas condiciones. Los embriones ya implantados son respetables. Los fetos exigen el respeto debido a la realidad de un ser humano dotado de dignidad. Hay que evitar, al hablar de los genes, la imagen de la “chistera del prestidigitador”, de la que salen pañuelos, porque estaban “pre-contenidos” en ella. Hay que evitar el paradigma que ve el programa genético como se veía antiguamente el homunculus dentro del espermatozoide”.


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El "caso Eluana" no fue provocación
25.02.09 @ 20:34:25. Archivado en Bioética

Lo dijo Monseñor Fisichella, presidente de la Academia Vaticana de la Vida. Pero hay que disentir de él. No debería hablarse del "caso Eluana", sino llamarlo el "caso Berlusconi and Company".La provocación fue la de Berlusconi, uncido al mismo yugo de instancias curiales (extraños compañeros de cama).

En todo caso, hay que disentir de las afirmaciones de Mons. Fisichella, Presidente de la Academia Vaticana de la Vida. Insiste Monseñor en que “Eluana estaba viva”. Claro, no se le retiró la sonda porque estuviera muerta, ni para matarla, sino precisamente para respetar la dignidad de una persona viva y respetar el valor de su vida permiténdola encaminarse a una muerte digna y en paz.

Insiste Monseñor en que la vida de Eluana no es comparable a un vegetal. Por supuesto, y precisamente por eso no identificamos el respeto a la vida con la prolongación de sus funciones vegetativas.

Insistía Monseñor en que nos encontrábamos delante de una chica viva, cuya vida debía ser salvaguardada. Pero una cosa es salvaguardar la dignidad y el valor de la persona viva y otra creerse obligados a prolongar su vida biológica en condiciones que no son de ningún beneficio para ella.

Insistía Monseñor en que ninguno de nosotros puede disponer de la vida para la muerte, porque estamos llamados a vivir, no a morir. Hay que corregirle: estamos llamados también a asumir la muerte y tenemos derecho a elegir cómo vivir las fases finales del proceso de morir.

“Es, decía atinadamente el teólogo moral Mc Cormick “una afirmación cristiana reconocer qwue hay valores mayores que la mera preservación de la vida y es una afirmación cristiana que tenemos derecho a decidir cómo queremos vivir mientras vamos acercándonos a la muerte”.

Lo decía así Mc Cormick hace ya años, con motivo del caso “Claire Conroy”. La manera de enfocar el caso Eluana las instancias eclesiásticas romanas estaba ya superada en teología moral hace varias décadas. Convendría recomendar a nuestro hermano Benedicto que, antes de nombrar para puestos importantes en dicasterios romanos a algunos monseñores, los enviase a reciclarse en teología. De lo contrario el sectarismo denunciado por Hans Küng corre peligro de seguir in crescendo...


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Cirugía transexual con apoyo de la iglesia
26.02.09 @ 12:34:47. Archivado en Bioética

Leo la noticia de que el grupo de Nafarroa Bai ha registrado en el Parlamento de Navarra el primer proyecto de ley integral que se plantea en España para la atención y el reconocimiento de derechos de las personas transexuales. Hacía tiempo que contesté un mail en que me preguntaban por ese tema y me parece oportuno contar la siguiente historia.

La persona X. (en anonimato por respeto a su privacidad y para evitarle problemas) telefoneó al obispo Y (con igual necesidad de anonimato). “No soy creyente, pero he frecuentado algunas iglesias hasta que tuve que dejar de hacerlo por sentirme objeto de discriminación. En la iglesia cristiana Z. me hicieron el vacío al conocer mi orientación sexual. En la iglesia P. me exigían una confesión pública. Me han dicho que con usted se puede hablar”. “Sí, respondió el obispo por teléfono a la voz masculina que se lo preguntaba. Le espero esta tarde a las cuatro”.

La persona que se presentó coincidía con la voz telefónica, pero el atuendo era femenino. El obispo, después de escucharla, le dice: “Conozco varias parroquias en las que no harán problema y se encontrará acogida”. Y cogió el teléfono y contactó inmediatamente con los respectivos curas.

“Tengo otro favor que pedirle”, dice X., “llevo tiempo planteándome la operación de cambio de sexo y el cambio de mi nombre en el registro civil. Pero me exigen en el juzgado que presente una carta de recomendación”. “Si le vale mi firma, ahora mismo”, dijo el obispo, y firmó la recomendación.

Hoy esta persona vive como se sentía, como mujer, y lo agradece.

Hasta aquí la historia, que he tenido que narrar con siglas de anonimato: por respeto a la privacidad y por evitar los problemas que crearía a esa persona y a quien firmó la recomendación. Pero que haya que recurrir al anonimato para narrarlo es señal precisamente de que el problema es nuestro, por discriminar y no acoger evangélicamente... Una asignatura pendiente más...


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Nutrición asistida técnicamente en PVS: Ni obligatoria, ni necesaria
01.03.09 @ 18:05:03. Archivado en Bioética

Dudo sobre la conveniencia de convertir el post en clase de ética. Pero hay comentaristas que confunden nociones elementales. Por otra parte, me escriben quienes agradecen clarificaciones. Pues aclaremos con paciencia, para no confundir churras con merinas.

La tradición de moral teológica católica se remonta hasta Francisco de Vitoria (1486-1546) –por no ir hasta el siglo XIII con santo Tomás-. Llevamos siglos repitiendo que hay un deber de conservar la vida, don de Dios, pero que este deber no es absoluto y tiene limitaciones.
Solo estamos obligados a usar medios que ofrecen una expectativa razonable de beneficio para la persona paciente, sin ser carga excesiva.

En cada caso hay que sopesar la proporción entre carga y beneficio. No se puede decir, en general, que una intervención en favor de la persona paciente sea obligatoria en cualquier circunstancia sin excepciones. Es imprescindible tener en cuenta en qué situación se encuentra esa persona paciente.

Quienes juzgan sobre la moralidad de las intervenciones médicas para mantener las constantes vitales de la persona paciente suelen estar de acuerdo en que se debe hacer lo que beneficia a la persona y no es excesiva carga. La división de opiniones comienza cuando se pregunta qué es un beneficio y si la nutrición e hidratación médicamente asistida es un beneficio o no lo es.

Hay quienes insisten en que es obligatoria, como cuidado ordinario de enfermería y no tratamiento médico, independientemente de la condición de la persona paciente. No veía así las cosas la tradición moral católica, para la que cualquier intervención podía ser considerada ordinaria o extraordinaria tan sólo después de sopesar y evaluar la proporción entre beneficio y carga.
Más aún, no se consideraba beneficio solamente la mera prolongación o mantenimiento del funcionamiento fisiológico.

Bien entendido este planteamiento, se comprende que en casos como el de Eluana, recientemente debatido, pueden ser moralmente correctas dos decisiones opuestas: la de prolongar y la de no prolongar. Esta es la principal aportación dfe la tradición moral católica. Lo importante y decisivo es que, a la hora de tomar esas decisiones, se tenga como criterio el mejor bien de la persona paciente y el respeto a su dignidad.

Si se deja de prolongar, no es, ni mucho menos, porque se considere su vida con menos valor. Si se opta por prolongar, no es por miedo a que el no hacerlo sea considerado como “quitar la vida” o “matar de hambre” (expresiones estas últimas inexactas e incorrectas, que han sido usadas por algunas instancias eclesiásticas, que necesitan un reciclaje en moral teológica).


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Compatriotas musulmanes
04.03.09 @ 10:21:40. Archivado en Religion y sociedad

Cuando el rey Juan Carlos, conmemorando al-Ándalus 92, dijo en Medina Zahara que “nuestros compatriotas musulmanes forman parte de un proyecto de vida en libertad y respeto a sus creencias, como el resto de los ciudadanos de un páis democrático”, hubo oyentes que se extrañaron.

Cuando dirigentes musulmanes condenaron los atentados del 11 de marzo de 2004 y oraron por la paz en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá, tampoco faltaron reacciones escépticas. Cuando el Presidente Zapatero promovía la alianza de civilizaciones, la oposición beligerante aprovechaba para corear las tesis confrontacionistas de Huntington y las sospechas monoculturalistas de Sartori.

Pero en la Murcia que recuerda a Ibn-Il Arabí hay motivo para ir en vanguardia del abrazo intercultural e interreligioso.

Tras los atentados del 11 de septiembre, presenté en mi clase de la Universidad Sofía (Tokyo) la Biblia, el Corán y el Sutra del Loto budista, exhortando a la paz. Las religiones heredan tradiciones de paz, pero las traicionan a lo largo de la historia. Por eso han de hacer autocrítica y reformarse.

Unos días después nos reuníamos tres religiones (budismo, islam y cristianismo) para dialogar sobre la paz. Seguimos reuniéndonos en Tokyo cada 11 de septiembre y, a partir del 2004, el 11 de marzo. En una ocasión, nos acompañaba un grupo norteamericano de oposición a Bush. En la recepción se acercaron a preguntarme: “¿Es usted español?”, y me sonrojaron con la foto de las Azores. Menos mal que llevaba en el bolsillo el poema de Ibn-al-Arabi para citarlo en el brindis. “No me identifiquen, por mi nacionalidad, con los del sí a la guerra, ni identifiquen al auténtico islam con el terrorismo sedicente islamista”.

En la VIII Conferencia Mundial de Religiones (Kyoto, 2006) oraban éstas juntas por la paz. Y en Tokyo, hombres y mujeres musulmanes y católicos se arrodillaban hombro a hombro en la mezquita de Setagaya. Oportuna la cita de Ibn al-Arabi, con su “corazón tornado en Tablas de la Torá y Libro del Corán, religión del amor...”

Mientras en España era novedosa la alianza de civilizaciones, en Japón llevábamos dos décadas repitiendo el lema del “encuentro de culturas y abrazo de religiones”. Lo he evocado leyendo Islam. Cultura, religión y política (Trotta, 2009) del teólogo Juan José Tamayo, que deshace prejuicios sobre el Islam remontándose a sus orígenes, colocándolo en un marco de derechos humanos, preocupación feminista actual y búsquedas alternativas de otro mundo y espiritualidad posibles.

La vitalidad y protagonismo del Islam, segunda religión mundial, con más de 1200 millones de creyentes, son un reto ineludible. El futuro de la humanidad, dice el autor, no puede construirse contra el Islam, ni al margen del Islam, sino en colaboración con él.

Para superar la ignorancia y los estereotipos amplificados por los medios, Tamayo reconstruye la figura de Muhammad, reformador religioso, líder político y estratega militar, destacando su experiencia mística y su compromiso con los excluidos, los huérfanos y las mujeres. Recorre la historia del islam y su presencia en España, como uno de los estratos de identidad.

La pluralidad de corrientes sunnitas, chiítas, sufíes, euroislam, feminismo islámico, fundamentalismo, etc., desmiente el tópico de una religión uniforme. Nos presenta esta obra el Corán y la Sunna, no idolatrados al modo fundamentalista, sino estudiados histórico-críticamente; la Sharía, revisada por sectores reformistas de dentro y fuera del islam; los cinco pilares (profesión de fe, oración, limosna, ayuno y peregrinación a Meca), interpretados no ritualistamente, sino desde la opción por los pobres.

Son cuestiones polémicas los derechos humanos y las mujeres en el islam. Tamayo distingue: a) en la Arabia pre-islámica eran consideradas inferiores al varón; b) con la llegada del islam son reconocidas como sujetos jurídicos con igual dignidad que los varones; c) al expandirse el islam e implantarse fuera de la Península Arábiga, se incorporan costumbres discriminadoras, que se introducen en la Shari’a, sin ser islámicas; d) hoy, una corriente feminista dentro del islam lucha por recuperar la tradición igualitaria y por liberar a la mujeres de las tradiciones patriarcales.

Encuentros interreligiosos y la liberación son claves hermenéuticas de esta obra, completada con diálogos emblemáticos entre cristianismo e islam. La conclusión impide identificar al islam con el fundamentalismo o el terrorismo, patologías de la religión denunciadas por los propios musulmanes. Un Occidente reconocedor de sus raíces islámicas promoverá hoy el paso “del anatema al diálogo” y evitará la confrontación, aunque sin caer en la ingenuidad de ignorar las dificultades acumuladas durante siglos.

Concluída la lectura, me apetece compartir con mis paisanos murcianos el deseo de revivir el espíritu de Ibn-al-Arabi para construir la paz con nuestros compatriotas musulmanes.

(Publicado en La Verdad, de Murcia el 1 de marzo, 2009)


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Parábolas del Loto
06.03.09 @ 12:20:00. Archivado en Religion y sociedad

Dice Kotaró SUZUKI que, como budista, se siente a gusto y en casa con las parábolas de Jesús, porque le recuerdan el estilo de la predicación de Shakamuni, conservada en los sutras. A punto de emprender rumbo a Madrid para presentar el Sutra del Loto, le pedimos que dedique al público de habla hispánica una de esas parábolas. SUZUKI no lo piensa dos veces y elige la parábola de la perla escondida.

“Érase una vez un hombre que visitó a un amigo íntimo, tomó unas copas con él y, con la embriaguez, se quedó dormido. Su amigo tenía un asunto de trabajo y debía partir. Antes de salir le cosió en el dobladillo de su capa una joya valiosa. El embriagado no se dio cuenta. Al despertar se pone en camino, marcha a otro país, y allí lo pasa mal buscando qué comer y vestir. Sufre contratiempos y ha de contentarse con lo poco que obtiene. Un día su amigo lo encuentra por casualidad. Y le dice: “¿Cómo te veo así? ¿No tienes qué comer y beber? Y yo que quería proporcionarte consuelo y alegría, junto a la satisfacción de tus deseos naturales... Tal día de tal mes, cuando paré en tu casa, te dejé cosida en el dobladillo del cuello de tu capa una joya valiosa. Seguro que aún la llevas contigo. Por no darte cuenta has pasado penalidades. ¡Que insensato has sido! Ahora sólo tienes que coger esa joya, cambiarla por dinero y tendrás cuanto necesites, sin padecer sufrimientos ni carencias.
Así es el Buda... "


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Menos excomuniones y más prevenciones
07.03.09 @ 12:36:11. Archivado en Bioética

Nos sorprende y apena la actitud inmisericorde del obispo de Olinda y Recife, José Cardoso, que fulminó excomuniones contra los médicos que practicaron legalmente un aborto a una niña de nueve años que esperaba gemelos tras haber sido violada por su padrastro.

La imagen del obispo disparando excomuniones me parece anacrónica y peligrosa, como la de un niño que empuña un arcabuz viejo de la armería de su padre y juega con él a piratas del Caribe. Las armas las carga el diablo, dicen, y no sería la primera vez que el juego se torna accidente letal. En el caso de este obispo, se puede decir que falló varios disparos y con el último se hirió a sí mismo.

Disparar excomuniones no sirvió para salvar ninguna vida; no sirvió para ayudar a la niña víctima; no sirvió para presionar los profesionales sanitarios que actuaron legalmente; no sirvió para prevenir las agresiones y malos tratos a las mujeres por parte de violadores.

Para lo único que hizo efecto el disparo de la excomunión fue para herirse a sí mismo y a la iglesia que representa. Con su actitud inmisericorde ha cometido un acto de violencia, que hace un flaco favor a las vidas que pretende proteger. Más le valdría denunciar los malos tratos a las mujeres y recomendar las medidas de prevención, incluidos los recursos anticonceptivos.

Y repasar los criterios de moral para situaciones límite, con el fin de saber cuándo es irresponsable llevar adelante un embarazo con serio peligro para la madre y en qué casos se debe interrumpir el proceso de gestación antes de que sea demasiado tarde para ello. En casos como éste la pregunta correcta del moralista no es si se puede interrumpir el proceso, sino si es irresponsable el permitir que siga adelante y, por tanto, hay más bien obligación moral de interrumpirlo.


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PARÁBOLAS DEL LOTO:pluralismo sin discriminación
08.03.09 @ 20:35:46. Archivado en Religion y sociedad

Cuando me invitó el señor SUZUKI a predicar sobre el Evangelio en su comunidad budista de Nerima (Tokyo), elegí el texto de Mt 5, 45: el sol y la lluvia enviados gratuitamente sobre todo el mundo sin discriminación.

A la hora de entonar los sutras, el capítulo 5 del Sutra del Loto sirvió de salmo responsorial como respuesta al Evangelio según Mateo. Dice así la Parábola de la arboleda:

"El Así-Siempre-Presente conoce cuanto ocurre en la interioridad del corazón de todos los seres... Imagina, por ejemplo, las plantas medicinales y los árboles y arbustos de las forestas, la flora variopinta que crece en zonas montañosas o fluviales, en un mundo incalculablemente mayor que aquél en que vivimos.

Una densa nube se cierne cada vez más hasta cubrir el conjunto múltiple del mundo; cae una lluvia uniforme, cuya humedad fertiliza por doquier hierbas y árboles, arbustos y forestas; raicillas, pequeños troncos, ramas y hojas pequeñas; raíces, troncos, ramas y hojas medianas; raíces, troncos, ramas y hojas grandes: los árboles grandes y pequeños, según la altura, mediana o baja talla, todos la reciben.

Con la lluvia de una sola nube lograrán, conforme a su naturaleza original, crecer, florecer y dar frutos. Aunque nacidos en un mismo suelo y fertilizados con una misma lluvia, plantas y árboles son todos diferentes.

Has de saber, Kâsyapa, que lo mismo ocurre al Así-Siempre-Presente: aparece en el mundo, como surgió la gran nube; él guía, con su gran voz, a la totalidad de los seres... En el seno de la muchedumbre, proclama estas palabras: «Yo soy el Así-Siempre-Presente, el que salva a quienes no han sido salvados todavía, el que libera a quienes aún no han sido liberados, el que consuela a los que aún no han sido consolados, el que hace alcanzar el nirvana a quienes aún no lo han logrado. Soy quien todo lo conoce, el mundo presente y futuro tal cual son; quien todo lo ve, quien conoce el Camino, abre el camino y lo enseña. Todos vosotros, venid a mí para escuchar el Dharma.»

En ese momento, todo género de seres, en incontable infinidad, vienen cerca del Buda y escuchan la enseñanza. El Así-Siempre-Presente discierne entonces el carácter agudo u obtuso de las facultades de los seres, su energía o su inercia, y adaptándose a la medida en que pueden captarlo, les predica el Dharma de mil maneras, llevándolos a todos a la alegría y a la obtención gozosa de los buenos frutos. Una vez que lo hayan oído, se desprenderán de los obstáculos y, en el seno de las diversas enseñanzas, según su capacidad lo permita, entrarán paulatinamente en el Camino, del mismo modo que, habiendo expandido la gran nube su lluvia sobre hierbas, árboles y arbustos de las forestas, según su naturaleza original, se benefician todas las plantas de ese riego y cada una logra crecer.


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Bienvenida vía libre de Obama a las células madre
10.03.09 @ 12:49:40. Archivado en Bioética

El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, puso fin ayer a la prohibición de financiar con fondos públicos federales la investigación con células madre embrionarias. Es buena noticia para quienes defienden la conjunción de ciencia y ética frente a los condicionamientos de ambas por ideologías pseudo-políticas o pseudo-religiosas.

El Presidente Bush, en dos ocasiones, se hizo la foto de rigor en el Vaticano, primero junto a Juan Pablo II , después junto a Benedicto XVI. En ambas ocasiones nos apenó y nos puso en apuros esa noticia transmitida por el periódico japonés Asahi en un cuarto de plana de su edición vespertina.

El pie de foto presentaba a Bush como aliado de los papas en la defensa de la vida, irónico titular para el carnicero de inocentes en Afganistán e Irak.

El decreto de Obama vuelve a hacer conciliables ciencia y ética y afianza la postura de la sana laicidad de la ética frente a ideologizaciones político-religiosas.

No lo ve así el bloque republicano neoconservador, que ve a Obama como abortista por esta decisión. Igualmente el órgano vaticano Osservatore romano se alía con la postura defendida por la Academia de la Vida en contra de la investigación con células madre, basándose en el prejuicio de considerar al blastocisto como persona (que es, por otra parte, la postura oficial de la CDF en su reciente documento Dignitas personae que, al no distinguir entre aborto y contracepción e intercepción, hace un flaco favor a la vida que pretende defender y corre así el peligro de fomentar los abortos que querría evitar).

Hay que repetir que el problema del aborto no comienza –como muy pronto y puestos a ser maximalistas- sino a partir de la implantación del pre-embrión en el endometrio uterino, cuando se inicia la decisiva interacción embrio-materna que desemboca en el feto hacia la octava semana de gestación.

Ni el tema de las células madre, ni el de las intervenciones interceptivas (DIU, píldora del día siguiente, procedimientos preventivos tras violaciones, etc.) son cuestión de aborto, sino de interrupción del proceso de implantación.

La Conferencia de Obispos estadounidenses también ha visto el decreto de Obama como lo que llaman “victoria de la política sobre la ciencia y la ética". Pero ya sabemos que en dicha Conferencia predomina la línea neoconservadora, como consecuencia de los nombramientos episcopales efectuados durante el gobierno de Juan Pablo II, que dieron la vuelta a la apertura de que gozaba dicha Conferencia a mediados y finales de los años setenta.

No creemos que el decreto de Obama sea una victoria de la política sobre la ciencia y ética, sino todo lo contrario, una victoria de la ética sanamente laica, en conjunción con la ciencia al servicio de la humanidad, sin dejarse condicionar por ideologías pseudopolíticas o pseudoreligiosas.


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Religiones intransigentes y religiosidad tolerante
11.03.09 @ 08:52:39. Archivado en Religion y sociedad

Ya está en Madrid el Dr. Kotaró SUZUKI, budista promotor de la espiritualidad del Sutra del Loto. Animador durante años de grupos de encuentro intercultural e interreligioso, transmite siempre un mensaje pacífico y pacificador.

No oculta su sintonía profunda con el cristianismo, pero reconoce los límites del diálogo. “Díganos sin miedo lo que bloquea su encuentro con nosotros, Sr. Suzuki.”

“La tradición budista facilita en Japón la aceptación y acogida de muy diversas formas religiosas. Pero judaísmo, cristianismo e islam tropiezan siempre en Japón con la misma dificultad. Por muy buena voluntad de diálogo con que se presenten, más pronto o más tarde, se destapan sus actitudes exclusivistas, que provocan rechazo”.

“Así lo percibo yo también, señor Suzuki, comprendo que Japón es alérgico a las intransigencias, intolerancias, fanatismos, absolutismos, dogmatismos tajantes y planteamientos claros dualistas: o sí o no, o blanco o negro.

Precisamente para contrarrestar la situación anómala de la iglesia en mi país, por su tradición de autoritarismo inquisitorial y de agresividad y violencia en nombre de la religión, creo que nos puede servir de terapia el encuentro con el budismo”


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Cordón umbilical de Javier salva a Andrés
14.03.09 @ 23:34:46. Archivado en Bioética

Hay que congratularse con el padre y la madre del niño Andrés Mariscal, porque nos anuncia la Junta de Andalucía que ha superado su enfermedad de beta-talasemia, gracias a la donación por parte de su hermano menor, Javier, nacido tras un proceso de diagnóstico prenatal y selección genética (mejor llamada “solidaridad genética”).

Totalmente de acuerdo con el comentario de Fernando Ónega, que escribe en La Voz de Galicia así”

"En esta breve narración se contiene la historia más emocionante y hermosa de los últimos años. Dicen que es un hito de la medicina, y es cierto: un gran hito. Es de esas noticias que nos hacen bendecir a la ciencia y nos animan a pagar impuestos, si revierten en beneficio de la comunidad. Pero es mucho más: es como un milagro producido en el silencio del laboratorio, donde cada vez se fabrica más vida, y culminado en un hospital."

Con lo que no puedo estar de acuerdo es con el titular de la columna que dice: “A pesar de la Iglesia, una noticia feliz”. No, yo no diría “ apesar de la Iglesia”, sino “a pesar de una parte de la cúpula eclesiástica, retrógrada en moral y cerrada la ciencia”, pero motivo de gratitud y congratulación para esa otra parte de la Iglesia, la que toma en serio la ciencia y vive la solidaridad del Evangelio.

Digan lo que digan los voceros neoconservadores de algunas iglesias, la noticia es feliz para la iglesia y para la teología moral, que deben apoyar a los progenitores. Dice Fernando Ónega en su columna que “la Iglesia nos somete a una dramática elección”. No, porque no estamos obligados a asentir a esa parte retrógrada de la Iglesia, e incluso estamos obligados en conciencia a disentir de ella.

No se debe llamar “bebér medicamento” a Javier; elegir de entre los óvulos fecundados el que, tras el diagnóstico debería implantarse, no es, ni mucho menos, como decía con notable ignorancia cierto portavoz episcopal “sacrificar a un hermano para bien de otro”. No se ha sacrificado a nadie. El proceso ha sido moralmente correcto. Y si instancias eclesiásticas atrasadas en teología moral dicen lo contrario, sepa el pueblo creyente ser adulto y disentir cuando sus pastores meten la pata, cosa que ocurre recientemente con cierta frecuencia en algunos países mediterráneos.


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SIDA y preservativo
21.03.09 @ 02:35:27. Archivado en Bioética

Sobre SIDA y preservativo me pregunta un universitario de Coimbra, lector de este blog, a propósito de una frase inapropiada (un lapsus linguae) del Papa a los periodistas. Ante todo, recordemos que no es papel ni competencia de la iglesia prohibir el preservativo ni recomendarlo.

Dicho esto, como la pregunta es universitaria, responderé con bibliografía, recomendando el libro editado por James F. Keenan, SJ, en colaboración con la teóloga Lisa Sowle Cahill y el moralista Kevin Kelly, en editorial Continuum, 2000: Catholic Ethicists on HIV/AIDS Prevention.

Editor y autores de dicha colección de estudios muestran que ciertas posiciones morales adoptadas por algunas autoridades eclesiásticas chocan con las medidas relativamente eficaces para prevenir la pandemia, usadas por parte del personal sanitario católico implicado en la prevención del SIDA.

Keenan et al. insisten en que la tradición común de teología moral puede ayudar a repensar este tema y reúne para ello en dicho libro a 35 profesionales de teología moral, entre quienes se encuentra el competente Marciano Vidal y el especialista en el tema Jorge Ferrer, que trabajó con Javier Gafo, a quien sucedió como director de la Cátedra de Bioética de Comillas. Como conclusión, enfocan positiva y constructivamente el tema de la prevención.

A la vez que recomiendo este estudio, reitero lo que escribí en mis Tertulias de Bioética sobre el pseudoproblema del preservativo: “Es cuestión de sentido común, responsabilidad y buen humor”, tres características de las que a veces se carece en el mundillo eclesiástico...

El Cardenal Martini, en su diálogo sobre la vida con el médico Ignazio Marino (Mensaje, junio, 2006, traducido de L'espresso 21, abril, 2006) decía así:"Es necesario hacer todo por combatir el Sida... En la situación de los esposos, uno de los cuales está infectado de Sida, éste está obligado a proteger a la pareja y ésta también debe poder protegerse..."

El periódico japonés Yomiuri ha sacado hoy la noticia del comentario del papa a los periodistas, produciéndonos la consiguiente vergûenza ajena a los católicos, que tendremos que explicar que se trata d euna opinión personal del papa, que no es cuestión de magisterio, ni de obediencia, ni de pecado y de la que se puede y debe disentir con sentido evangélico de responsabilidad y misericordia.


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Carta abierta a Soledad Puertas y Javier Mariscal
21.03.09 @ 15:05:04. Archivado en Bioética

Queridos Javier y Soledad

Desde Japón deseo transmitiros mi enhorabuena: por el nacimiento de Andrés, por la curación de Javier y por el bautizo de Andrés.

En mi parroquia hemos comentado favorablemente vuestro caso en el curso para una cultura de la vida y en mi homilía del domingo he invitado a rezar en unión con vosotros dando gracias a Dios y pidiendo que la ciencia ayude, como en este caso, a la salud y la vida.

Me ha apenado que algunas personas hayan dicho barbaridades en nombre de la Iglesia.

Por ejemplo, es una barbaridad llamar a vuestro hijo “bebé medicamento”. No es un medicamento, es una persona.

Es una barbaridad lo que dijo algún obispo de que suprimían la vida de unos hermanos. No se ha suprimido ninguna vida al seleccionar el embrión que se debía implantar para que pudise comenzar la vida que antes de ese momento no ha comenzado.

Es una barbaridad que algunas personas de iglesia cuestionasen el bautismo de vuestro hijo. No hay ninguna razón para ello. Naturalmente ni vuestro obispo ni vuestro párroco se opondrán, ni mucho menos.

Es una barbaridad que algún eclesiástico haya hablado de excomuniones o de abortos, es absurdo, no ha habido ningún aborto. Los embriones no implantados no eran más que mera posibilidad, no se ha suprimido ninguna vida humana.

Es una barbaridad lo que dijo cierto portavoz episcopal sobre un mal medio para un buen fin. En vuestro caso el medio y el fin eran buenos. Aunque sea doctor en teología (y hasta obispo) el eclesiástico que así habla, le daríamos un suspenso en moral si lo dijera en un examen.

En fin, no hagáis caso de todas esas barbaridades. La gente con sentido común, los cristianos y cristianas con sentido evangélico y quienes se dedican al estudio de la moral católica coinciden en deciros enhorabuena y en tranquilizaros, porque lo que habéis hecho es correcto, solidario, amoroso y ejemplo para casos semejantes.

Haced oídos sordos a esa parte de la iglesia que cae en la tentación de ser poco misericordiosa, muy condenatoria y que, además, no estudia ni toma en serio a la ciencia para ponerla al servicio de la salud y de las personas.

Enhorabuena otra vez. Jesús está de parte vuestra.

Un fuerte abrazo.

Juan Masiá Clavel, SJ

Operario pastoral en la parroquia jesuita de Rokko (Kobe) y profesor de Bioética en la Universidad Santo Tomás (Osaka)


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Besos con Jesús en la Obertura de la Pasión
23.03.09 @ 17:57:37. Archivado en Mística

Besó María el cuerpo de Jesús, perfumado con fragancia de nardo (Jn 12,3). Se reclinó Juan con intimidad sobre el pecho de Jesús, inquiriendo un secreto (Jn13,25). Traicionó Judas al Maestro, besándolo con insistencia ambiguamente (Mc 14,45).

Si ocurriera hoy levantaba ampollas: se escandalizarían las mentes inquisidoras, por el tacto y contacto con María; pondrían el grito en el cielo las almas timoratas, por la familiaridad con Juan; protestarían las miradas furibundas de ortodoxia, profiriendo insultos y excomuniones contra Judas con pasaporte a los infiernos.

Pero Jesús, compasión por antonomasia y amor sin fronteras, corresponde con creces a las tres muestras de afecto, superándolas inmensamente con el suyo. Porque Jesús besa con el beso del Espíritu: “Como el Abba es uno conmigo en un beso, yo me uniré con vosotros y vosotras y así aprenderéis a besaros más y mejor”...

Las traducciones literales fundamentalistas no ayudan a captar estos matices. Por muy buena pluma que tenga Lucas para revivir la escena, chocarán sus metáforas leídas fuera de contexto: “regar los pies de Jesús con llanto, besarlos incesantemente, dar masaje a su cabeza con ungüento tónico, servirse como toalla de los propios cabellos”... son metáforas demasiado audaces. Diríase que más propias de un blog picante que de una homilía...

Pero hace ya décadas que nos enseñó el profesor Nida a buscar equivalentes culturales, en vez de traducir al pie de la letra. En versión actualizada, el texto podría decir: “Una chica especializada en alternar con los clientes del bar iba pasando las copas, dudó si ofrecer una a Jesús -el Maestro te mira de un modo que lo adivina todo y da reparo-, pero Jesús se adelantó a tomar una de la bandeja y la invitó a sentarse, tenía ganas de conversación, a medida que pasaba el rato afloraron lágrimas en los ojos de quien se sentía acogida por la mirada que ni desprecia juzgando ni acapara dominando o poseyendo, sino acoge profundamente con ternura... Y dijo Jesús a los que estaban viéndolo desde la barra: ¡De cuantas cargas se está librando esta mujer, cuando tanto lo agradece!”.

La versión en contexto japonés podría ser así: “Se acercó ella a servirle a Jesús un té y rozó se túnica con la manga de su kimono con aire de flirteo, pero quedó desconcertada por la mirada de Jesús, que no la recriminaba como el fariseo, ni la deseaba al estilo de quienes pasaron ayer la noche con ella, sino simplemente la acogía con cariño.”

En las tres escenas bíblicas citadas parece, a primera vista, que Jesús corresponde a expresiones de afecto de diversa índole. En realidad, es Él quien lleva la iniciativa de besar primero con su mirada de acogida honda.

Es muy significativo que sirvan estos tres besos de obertura en la sinfonía de la Pasión. El testamento de quien dio la vida por quienes amaba no es un encargo y carga de reprimir el amor, sino una llamada a amar más y mejor, a besar más y mejor como Él besó. Que el Vía crucis de Pasión y el Via Lucis de Resurrección sean un camino en este difícil aprendizaje, sobre todo en el interior de las iglesias.

No sé qué prédicas se escucharan en los quinarios y novenas de las diversas cofradías de Semana Santa. ¿Caeremos en la tentación de usar los misterios de la Pasión para moralizar, condenar, juzgar, hacer campañas puritanas inoportunas, excomulgar y anatematizar? ¿O descubriremos el mensaje central del Jueves Santo: “Que os reconozcan al ver que os amáis como hermanos y hermanas, en vez de arañaros y morderos mutuamente con odio eclesiástico, envidia clerical y violencia pseudoreligiosa”?


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Grabacion oculta al párroco de Valdealmenaras
26.03.09 @ 17:35:26. Archivado en Bioética

(Perdón por un post largo, para Semana Santa).Estaba el párroco Nicanor acurrucado en el presbiterio el sábado por la noche, a solas con el Maestro. Micrófonos de RD, listos para el Domingo, grabaron por casualidad la conversacion siguiente:

Párroco Nicanor: Señor, hoy ayuno y hago penitencia y mañana, quinto domingo de cuaresma, les invito a mortificarse a propósito del evangelio del grano de trigo que muere.

Jesús de Nazaret: No exageres, Nicanor, sabes que no me gusta el dolor por el dolor.

N. Pero a nosotros nos enseñaron que cuanto más sufres, más merito tienes, que ese es el “Camino”, el de la cruz que nos salva, como dijo cierto santo beatificado a la fuerza por un Papa no muy grande, pero sí muy fuerte...

J. ¡Ojo!, Nicanor, querrás decir que te salvas a pesar de la cruz, no por la cruz; lo que a mi me salvó fue la vida definitiva en la que me introdujo el Espíritu de Abba.

N. Pero Tú, Señor, abrazaste la cruz con gozo y sin esfuerzo.

J. Bueno, lo del gozo es un tanto relativo. Y, desde luego, trabajito me costó, que es mucho salmo y muy fuerte lo del 21, y no me salía entonarlo... Ya habria preferido que Abba no me dejara desamparado. Y lo peor de todo, ver alli cerca a la madre y a mis queridisimos Juan y Magdalena, aguantando desgarrados a pie de cruz... se me clavaba eso más que las espinas... no alcanzaban hasta lo alto y yo no podia desclavarme y abrazarles como me lo pedía el cuerpo.

N. Pero Tú sabias que después venía la resurrección.

J. No, Nicanor eso lo dicen los teólogos romanos, que se olvidan de lo que significa que os precedi en la fe como “pionero de salvación “(Hebr. 2,10) y “pionero y consumador de la fe” (Heb. 12, 2; en ambos casos la palabrita griega, perdona la pedantería, es “arjegós”, que Alonso Shökel atinó a traducir como “pionero”). Más vale que leas a Pagola. A Ratzinger, tan agustiniano siempre, le cuesta asumirlo y hace malabarismos escolásticos para hablar de mi conciencia, como si temiese decir que yo tuve fe. Tienes que olvidar muchas teologias medievales: que si el sacrificio redentor, que si había que pagar infinitos euros de compensación por la culpa, que si el Siervo de Yavé merece más cuanto más sufre, como dicen al son de las guitarras los de cierto Camino espiritual de moda en tu tierra, o que hay que saborear el sadismo de Mel Gibson en su pelicula...

N. Maestro, me has chafao la homilia de mañana. Pero ya comprenderás que yo no sé decir más que lo de siempre, mientras la gente se impacienta y mira el reloj; la mayoria que viene a misa son mayores y los micrófonos no resuelven el problema del oido, no te imaginas lo dificil que lo tenemos cada domingo. Asi que, no hay más remedio que abreviar y... repetir lo de siempre. En mi pulpito te queria yo ver mañana...

J. Pues mira, Nicanor, en vez de lo de siempre, diles que hay vida y esperanza para siempre. Diles que el Espíritu de Abba, que me introdujo a mí desde la muerte en esa Vida verdadera, hará lo mismo con todos y cada uno de ellas y ellos cuando mueran. Diles que yo no soy un mitrado gruñón y regañón como ciertos eclesiásticos profetas de calamidades.

N. Lo intentaré, maestro. Pero si graban mi homilía y me denuncian al cancerbero, al cardenal de la Doctrina y su hosco portavoz, ¿qué hago?

J. Pues les recomiendas que lean el evangelio y hablen conmigo cada noche antes de acostarse.

N. De acuerdo, Señor, pero lo pongas como lo pongas, el caso es que el evangelio que toca para mañana es el del grano de trigo que muere. Me dejas hecho un lío.

J. Aún no has entendido, Nicanor. Esa comparación no era para negar la vida, ni atormentaros. Era un autorretrato de lo que pasó conmigo en la Pasión y entrada en la Fuente de la Vida. El grano de trigo no fenece, sino se abre para que broten raíces hacia abajo y tallo hacia arriba; no perece, sino se transforma para fructificar. Morir no es desaparecer, sino dejar que se abra la envoltura, para que vuele la crisálida convertida en mariposa; morir es expandirse, para entrar en la fuente de la vida que lo llena todo en todo.

N. Tienes razón, Jesús. Si les digo esto, quizás se animarán.

J. Naturalmente, hombre, como que esa es tu misión. El papel de mi iglesia no es ser gendarme de moralismos, sino pregonera de esperanzas. No es hacer campañas negativas y condenatorias, sino animar a vivir hasta la muerte y más allá de la muerte.

(Aqui sonó una interferencia y se cortó la comunicación. Al recuperar la onda apareció en pantalla la pagina web del cielo con el rostro del cura Martin Descalzo que cantaba asi: )

Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.

Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura.”


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De Betania a Jerusalén, Jesús en bicicleta
30.03.09 @ 10:46:26. Archivado en Religion y sociedad

La tecnología de Religión Digital ha puesto en marcha un receptor de ondas que capta las del pasado. El problema es que, a veces, se mezclan con otras de actualidad y sale un cóctel raro como en la grabación siguiente de Domingo de Ramos:

Pedro: Maestro, ¿Dónde te preparamos la Pascua, en el Hilton? (Mt 14,15).
Jesús: No, Perico, en la buhardilla de Pérez, que llaman con eufemismo “cenáculo” (Mt 26, 18).

Juan: Jesús, nos ofrecen desde las legiones estacionadas en Siria enviar una cuadriga especial, llamada “Cristomóvil” para tu entrada en la ciudad el Domingo.
Jesús: No digas eso, Juan, que me dan ganas de llorar cuando pienso en el estilo con que los dirigentes de la capital se cargan a los profetas (Lc 19, 41; 13,34). Anda, déjate de cuadrigas “Cristomóviles”, yo prefiero entrar en bicicleta, como vaticinó el profeta (Zac9,9); así es como se transportaba mi amigo Raztinger cuando daba clase en Tubinga. ¡Qué mal lo está pasando el pobre ahora, rodeado de curialistas y hablando el lenguaje de las siete colinas, que no hay dios que lo entienda!

Juan: Pero ¿no ves, Jesús, que en bicicleta no sales tan guapo en la foto? Si no te gusta el “Cristomóvil”, al menos deberías entrar a caballo y con el turbante bien ceñido para hacer sonreír a las hijas de Jerusalén.
Jesús: Las hijas de Jerusalén van a tener motivos para llorar (Lc 23,27). En cuanto a los caballos, se quedan para los ministros de la guardia imperial (Zac 9,10), para sus compadres saduceos de mangas amplias, o para los obispos acardenalados de capas largas de varios metros (Mt 23, 1-23). Yo prefiero, como dijo el profeta, llegar a la ciudad pedaleando (Zac 9,9; Mt 21,5).

Tomás: Maestro, un grupo de celotes, asistidos por el rabino Kaminares, especialista en hacer campañas por causas perdidas, se ofrecen para apoyarte si les apoyas en la campaña contra Pilatos, contra Herodoes y contra el emperador y en favor de la patria y de la vida.
Jesús: No, ya sabes, Tomás, que a mí no me van las campañas abanderadas, que no soy nacionalista ni patriotero. Al César lo que es del César (Mc 12,17). Además, las campañas cuestan dinero. La vida se defiende mejor caminando hombro a hombro, sin palabras y con hechos, con los vivientes más desfavorecidos (Mt 25. 31-40).

Santiago: Maestro, el Sumo Sacerdote Trouko y el centurión de la legión PP (abreviatura de “portantes paleas”, es decir, "acarreando sacas de trigo"...) ofrecen una fundación de varios millones de talentos para edificar en la cornisa occidental del Templo doce dependencias apostólicas y un Aula Magna donde prediques tus Bienaventuranzas (con tal, eso sí, de que digas que el “Camino” de los pobres dichosos es el de quienes son pobres “solamente en espíritu”) (Lc 7,20)..

Jesús: No lo aceptes, Santiago. Me basta con predicar paseando por el atrio del templo (“Atrio” sería un buen titulo para mi club), gritar a pleno pulmón sin micrófonos que “la verdad os hará libres” (Jn 8,32) y así “brotarán aguas vivas” (Jn 7,38), y de paso le doy un puntapié a las mesas de cambistas y prestamistas, que ya es hora de que dejen de una puñetera vez de convertir la Casa de Abba en una cueva de ladrones (Jn 2,14). Además, no sería estético ni ecológico romper el paisaje de esa cornisa con rascacielos.

Judas: Maestro, la presidenta de la Comunidad del Jordán ofrece costear una alfombra de varios kilómetros para tu entrada triunfal. Dice que no hacen falta recibos, y además te regala una túnica gratis, hecha en las Hispanias orientales por su sastre de confianza.
Jesús: No, Judas, no hace falta alfombra. Basta con ramas de olivo y palmera (Mc 11, 8; Mt 21,8) cuando lleguemos a la altura de la muralla, eso es gratis; el coste de la alfombra que lo pasen a ayudas para el desempleo y la inmigración. En cuanto al sastre, más vale no sentar precedentes de donativos sospechosos. Además, mi túnica es de quita y pon, sin costuras (Jn 19, 23), me la lavo yo solito y a la mañana siguiente está ya seca, aunque se empeñen Marta y María en que se la pase para su lavadora; estas chicas tan majicas, a pesar de que van siendo abiertas, todavía no entran por el feminismo.


Tadeo: Señor, dice Zebedarzón, el alcalde de la capital, que ofrece autobuses gratis y la conexión con los “papal boy scouts”, para que se junten varios miles de jóvenes y jóvenas a tu entrada gritando “Jesús de Nazaré. no hay otro como Él. Jesús de mis latifundios, te quiere todo el mundo”.
Jesús: No, Tadeo, esos folklores se quedan para los Papas del futuro Vaticano, a mí me basta con unos cuantos chiquillos que griten Hosanna (Mc 11, 9), aunque sea sin guitarras, el jaleo de los críos me encanta por lo espóntaneo y auténtico, sin sombra de dolo... En cambio, las manifestaciones con “tongo” no me van... Prefiero un sencillo “portantes ramos olivarum”...

Andrés: Señor, entre Nicodemo y el de Arimatea proponen reunir varios millones de talentos para una cena, invitando al Pretor Pilatos, al Nuncio y a tres peces gordos, como el cacique Jaroy, de la oposición, porque parece que quieren hacer méritos para las próximas elecciones.
Jesús: Recházalos, Andrés. Esa noche yo ceno con mi amigos (Jn 15, 15), parto, reparto y comparto simple pan y vino (Lc 22, 14-17; Mt 26, 26-27), y en eso pongo mi vida, ahí está mi cuerpo (Mc 14, 22), confiando en que cuantas veces lo repitan acordándose de mí (Lc 22,19) y lavándose los pies mutuamente (Jn 13, 1-11), yo estaré presente entre ellos con la presencia más real de todas las realidades (Jn 14, 20). Al día siguiente vendrá lo duro, porque a mí me arrancan de vosotros (¡ay, quien pudiera quedarse, al menos hasta cumplir los setenta, terminar tantas cosas como se me quedan por hacer, y morir después en la cama, en colchón y no en madero...!), por un poco creeréis que no me véis (Jn 16,16), pero enseguida os daréis cuenta de que estoy a vuestro lado cuando viváis entre la gente como yo viví (Mt 25), dándoles esperanza, que me adelanto a ir por delante de vosotros a vuestras Galileas y vuestras Entrevías (Mc 16, 7), que las tumbas vacías no son el lugar de buscarme (Mt 28, 6), que vivo para siempre a la derecha de Abba (Jn 20, 17), que se me encuentra en el viaje, en el hermano y la hermana, en la conversación, en el partir del pan (Lc 24, 13-35) y en el salir de sí (Jn 20, 29), que no ascendí allá arriba sobre las nubes, sino que lo lleno todo en todo (Ef 4, 10), y que vosotros estáis destinados también a entrar en esa vida verdadera y vivir de la vida que yo vivo (Jn 14, 19). Todo esto, dicho en una sola palabra, se llama “Pascua de Resurrección”, porque yo soy la Resurrección y la Vida (Jn 11, 25).


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Sin mitra y en borriquillo
04.04.09 @ 03:13:27. Archivado en Conferencia episcopal

¿Cómo reaccionaría el pueblo si se produjera la escena siguiente al entrar el nuevo obispo a tomar posesión de su diócesis?

La catedral llena, sin asiento libre. En primeros bancos, gente de alcurnia trajeada con glamor. La plaza mayor, florida. Muchos metros de alfombra roja desde Palacio por la calle del Ayuntamiento. Del coro al presbiterio, doble hilera de más de cincuenta obispos: duras y enhiestas testas, coronadas por mitras (ambigüedad evocadora de “sambenitos” inquisitoriales, ridícula y grotesca añoranza de potestades de otros tiempos).

Retraso de diez minutos, el cortejo no llega, se impacienta la banda de música, atenta para arrancarse por claros clarines... De pronto, un rumor creciente por el callejón de la Magdalena. La chiquillería de un grupo pop tararea Hosannas en torno al nuevo obispo que, ataviado con vaqueros y camisa de faena, entra a la catedral por el portalón de sacristía montado en un borriquillo.

Se desconciertan, con mirada escandalizada, las políticas y los políticos (azules o granates, naranjas o verdes,lazos blancos y lazos carmines, todos y todas con semejante glamor y sonrisas de dentífrico para rendir pleitesía a Su Excelencia, por si las moscas).

La homilía, a cargo de la diaconisa Felipa: Me encarga el nuevo obispo que os lea de la Biblia, Zacarías capítulo nueve: “Alégrese hoy la ciudad porque llega el obispo sobre una cría borrica”. Que dice que no toma posesión, que tomen ustedes posesión de él,en nombre de Jesús el "rompe-esquemas de Nazaret", "pa" lo que ustedes manden (sin excelencias ni menudencias que pongan en evidencia)).

No quiere el coche de marca que le ofrecía la caciquería, ni acompañamientos militares a caballo, invita a pacificarse y pacificar, a compartir sin corrupción y a seguir impulsando lo de Jesús,que es lo principal, aunque últimamente lo tengamos "una miajica olvidao".


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Mujeres en la Última Cena
09.04.09 @ 02:17:03. Archivado en Mística

Salomé, Marta, Myriam, Susana y Ana, de acuerdo con María, la madre de Jesús, y apoyadas por ella, consiguieron, a pesar de Pedro, hacerse sitio en la cena de Pascua, de lo que se alegró Jesús diciendo: “No sois sirvientas, sino amigas ” (Jn 15,15), y cuando yo me vaya recogeréis el testigo para ir a curar y dar esperanza a la gente, haciendo bien, porque la Ruah de Abba estará en y con vosotras (Act 10,38).

Salomé, la esperanzada, sentada junto a Tomás, el positivista y posibilista (con expectativas de ser nombrado para una sede importante), dijo: “Jesús, parecemos brotes de olivo en torno a tu mesa (Ps 127,3), las chicas y chicos de tu koinonía (1Jn 1,3), aunque algunos retoños, como éste a mi lado están una miajica retorcidos (Jn 20,25)”. “Mejor, completó Jesús, sois sarmientos de la vid; que corra por este círculo la vida de Abba y su Ruah, que déis fruto permaneciendo en unión” (Jn 15, 1-5).

Se quedaba a menudo libre el asiento junto a Salomé, donde habían puesto un cojín más cómodo para la madre de Jesús, pero no conseguían mantenerla sentada, porque no se fiaba de dejar el asado en manos de Judith y Cleofás (En Nazaret nadie preparaba el cordero mejor que ella).

“María, tú quédate sentada, dice Salomé, y disfruta la Pascua con tu hijo”. “¿Disfrutar dices, Salomé? Me huelo yo que esta Pascua acaba mal. Mi hijo se ha metido en un buen lío con los del Santo Oficio de la Inquisición, por lo del Reino, las redes y la liberación, me dice el corazón que la cosa se pone negra, ya veremos qué pasa mañana”.

“Madre, dice Jesús desde el otro lado de la mesa, tú ya sabes, por la experiencia de cuatro partos que tuviste, que cuando la mujer va a dar a luz se siente triste, porque le ha llegado su hora; pero, cuando nace la criatura, ya no se acuerda del apuro, por la alegría de dar nueva vida al mundo” (Jn 16, 21).

Terció en la conversación Ana,(la simpática y preciosa biznieta de la abuela del mismo nombre) acurrucada en el hueco entre Juan y Jesús –Juan reclinándose sobre Jesús y Ana colándose bajo su brazo y arrimada al talle del Maestro-: “Jesús, eso está muy bien, te lo hemos oido otras veces; pero hoy te preocupa algo serio, no te lo calles, te he estado mirando toda la tarde y tienes cara angustiada, desahógate, hombre, desahógate, se te nota turbado”. “Tú siempre tan intuitiva, Ana. Sí, me siento agitado; pero ¿qué voy a decir?: Abba, líbrame de esta hora? ¡Si para esto he venido, para esta hora! ¡Abba, que irradie tu gloria!” (Jn 12, 27-28).

Pedro se impacientó y, calándose una tiara, dijo: “Acaparáis las mujeres el tema; además con preguntas tontas y comentarios que aguan la fiesta”. “Así es, dijo Felipe, mejor pedirle al Maestro que nos aclare dónde está Abba y por dónde hay que ir para encontrarlo”. ”Pero Felipe, dijo Jesús, ¿con tanto tiempo de amigo mío todavía no te has dejado envolver por la ternura de Abba? Yo soy el camino hacia la vida verdadera de Abba. Yo estoy en Abba y Abba en mí” (Jn 14, 10).

“Pero qué poca vista tienes, Felipe, dijo Ana, mírale a Jesús a los ojos, deja que te absorba hasta meterte dentro de Él, te verás reflejado en ellos y al mismo tiempo descubrirás a Abba”.

“Ya está la soñadora divagando”, dijo el realista Mateo(también, como Tomás con expectativas de ser recomepnsado con una sede importante). “No, añadió Jesús, ha dicho bien Ana, porque Abba y yo somos uno” (Jn 14,9).

Interrumpió Tomás: “Ana, come y calla”. Le dió un codazo Susana, la que siempre sabe estar al quite en su momento: “El que tiene que callarse eres tú. Queremos que siga hablando el Maestro. Yo he dejado hoy a mi marido haciéndose la cena él solo, porque no quería perderme esta Pascua”. “Bueno, Susana, dijo Jesús, pero que no se te haga tarde para estar con él a la vuelta, que el amor es más importante que las misas y los sermones. En realidad, todo lo que yo os tengo que decir se reduce a esto, que os queráis cada vez más y mejor para que, al ver la gente cómo os queréis, descubran el sentido de la vida, ese es mi encargo encarecido (yo no diría mi mandamiento, sino mi testamento)” (Jn 13, 34-35).

Estaba el ambiente un poco tenso y lo percibió Marta, que dio un giro a la velada. “Venga, id pasando los platos, y que no se quede el cesto del pan en el rincón de Mateo, y tú, Andrés, levántate a preparar las copas, que no tengamos que ser siempre las mujeres las que van y vienen del comedor a la cocina”. Mateo pasó el pan a regañadientes y Andrés trajo las copas refunfuñando.

Jesús se incorporó y dijo: “Esta no es una cena cualquiera. Es la Pascua, el tránsito. Es el paso de quien tiene que pasar por un trance amargo de separación. Mirad este pan que se desgarra en pedazos, así ha sido mi vida. Pues aquí está lo que ha sido mi vida. Ahora no lo entendéis, pero os lo recordará la Ruah cuando ya no esté yo con vosotros y vosotras (Jn 16,7)”.

“Pero nosotras no queremos que te vayas, Jesús, dijo Ana, que se pare el tiempo esta noche, te queremos y no te soltamos, Rabboni” (cf. Jn 20, 16). “No, Ana, dijo Myriam, tenemos que asumir que Él se vaya, nos conviene, para que retorne de otra manera desde Abba. Entonces comprenderemos que Él está en Abba y Abba en Él, Él en nuestro corazón y nosotras en el suyo. Comprendo tu estado de ánimo, Ana, yo también quisiera estrecharle con fuerza y retenerle, pero presiento que Él nos dice: Soltadme, que subo a mi Abba y vuestro Abba” (Jn 20,17).

Juan no decía nada, pero intercambiaba miradas de complicidad sucesivamente con Myriam y con Jesús, mientras sugería silencio a Ana tocándole suavemente los labios. Y entonces Jesús siguió diciendo. “Tiene razón Myriam. Ya no beberé más este vino hasta compartir de otra manera en el ágape sin fin, cuando la liberación de Abba reine por completo (Lc 22,18).

"Has hablado bien Myriam, dijo Jesús, Yo te digo que tú te llamas Myriam, pero en adelante te llamarás Petra y sobre esta Petra, de la mano de este Juan, se construirá la Asamblea de Redes de quienes prolonguen la cosa que empezó en Galilea” (cf. Mt 16,18 a la luz de Jn 20).

Pedro callaba consternado. Judas había salido ya para su asunto en la oscuridad de la noche. Juan se ofreció a acompañar a Susana hasta su casa.

Jesús decidió salir al Huerto de los Olivos, acompañado de Pedro y Santiago, que se quedaron dormidos de cansancio. Jesús oraba sudando y diciendo: “Abba, si es posible que pase este cáliz...” (Mt 26, 42; Mc 14, 36; Lc 22, 42). Myriam y Ana se quedaron despiertas a su lado, como ángeles, animándolo, ayudándole a asumirlo y tratando de asumirlo ellas...

(Publicada la versi:on original en La Verdad, de Murcia, el Jueves Santo, 8 de abril, 2009)


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Camino de Emaús: Myriam, Lucas y Cleofás
12.04.09 @ 07:50:32. Archivado en Mística

De Jerusalén a Emaús viajaban a pie tres caminantes al mediodía del domingo (Lc 24,13). Cleofás con jeta cariacontecida (Lc 24, 17), Myriam exultante (Mt 28, 8), Lucas alicaído.

“Alegra esa cara, hombre”, dice Myriam a Cleofás con una palmada en el hombro, “la mañana está espléndida, pasó la lluvia invernal, brotan flores en la vega y llegó la primavera (Cant. 2,11); cielo azul, fragancia de romero y tomillo, almendros como nieve que encandila, nardo, enebro y azafrán, canela y cinamomo” (Cant.4,14) ”.

“No estamos para esas bobadas, Myriam”, dice Cleofás. “Pero, hermanos, ¿cuántas veces tendré que repetirlo para que me creáis? (Mc 16, 10’11) Ya os he dicho que está vivo el Alfa y Omega, el que Vive (Ap 1,17-18), que lo ví de madrugada (Jn 20,1), estaba como nunca, radiante (Mc 9,3). Dijo que nos lo vamos a encontrar en Galilea (Mt 28,7), que va por delante (Mc 16,7), yo quería abrazarlo con toda el alma y cuerpo, estrechar su cabellera mientras le besaba, pero primero era lo de subir a Abba (Jn 20,17), luego la Ruah nos daría ojos del corazón (Ef 1,18) para verle y sexto sentido para caer en la cuenta de que ha penetrado en lo más dentro de nuestro dentro como no penetra ni el abrazo más íntimo en este mundo (Jn 14,23)”.

“Calla, calla, soñadora, que nos aumentas la pena”, dijo Cleofás. “Las mujeres sois ilusas”, dijo Lucas. “Y los hombres... corazones encerrados en concha de tortuga, tenéis ojos que no ven y oídos que no entienden ( Mal, 3,1; Lc 7,27), sois incapaces de tocar el cuerpo del Ungido en lirios y gorriones o en la brisa que acaricia las mieses”(Jn 20-25; Jn 4,35; Mt 6,25-28) ,

Así decía Myriam cuando se les acercó un peregrino, alto, moreno, de turbante ladeado a estilo galileo. “Shalom, muchachos. ¡Qué cosas tan preciosas dice vuestra compañera de camino!”. “Shalom”, contestaron ellos de mala gana. “¿Por qué esas caras largas?”, dijo el del turbante. “¿Eres tú el único que está en la luna esta mañana? ¿No sabes lo del Gólgota?”. “No, ¿qué ha sido?”. “Pues lo de Jesús, el mejor hombre del mundo, el inocente que no debía morir, pero se lo cargaron los dos poderes: la jerarquía religiosa y la política. Nosotros lo dejamos todo para enrolarnos en su movimiento de liberación, nos involucró en el lío ese de las Redes del Reino, habíamos puesto la esperanza en él (Lc 24, 16-21). Jesús era lo que se dice bueno, partía el pan con pobres, a nadie negaba su vino (Jn 6), era un tierno amigo de todos y nos encargó difundir la ternura (Jn 13, 34-35). Pero... se acabó todo, ahora está bajo la losa y los muertos en la tumba no pueden cantar la gloria (Baruc, 2,17)”.

Mientras así se desahogaba Cleofás, Myriam y el del turbante intercambiaban miradas significativas. Y dijo el del turbante, dirigiéndose a Cleofás y Lucas. “¿Es que vosotros no leéis las Escrituras? Tenía que ser así, pasó lo que siempre pasa en la historia, el mal gana, las curias involucionistas derrotan a las corrientes conciliares renovadoras, al inocente lo liquidan, dictadores e inquisidores conspiran a una contra la persona justa (Ps 2), pero Abba lo justifica y le da la razón (Act 2,24), y viene la Ruah para librarlo del Sheol e introducirlo en la Vida más allá de la muerte (Rom 8,11;Rom 1,3; 1Tim 3,16; 1Pe 3,18). Eso se llama Éxodo (Lc9,31) y Pascua (Jn 12,1). Reconocer su rostro al partir, compartir y repartir (Lc24,31-32) origina lugares de transfiguración por doquier (Mc 9,2ss.; Mt 17,1ss.; Lc 9,28ss.)”.

Así decía cuando llegaron a una revuelta con sombra. Era mediodía e iban cansados. Se detuvieron a reposar bajo una higuera. Myriam sacó de su bolsa un cacho de pan y, por la espalda de Cleofás, se lo pasó al del turbante. Aprovechó para disfrutar el contacto con su mano derecha sudorosa, mientras él le devolvía la caricia apretándosela con la otra mano.

“Peregrino, vas a necesitar esto para persuadirles”, dijo Myriam, y le pasó también un cuenco de vino. El del turbante tomó el pan y el vino y, ante la mirada desconcertada de Cleofás y Lucas, elevó los ojos al cielo y comenzó a partir el pan (Mc 6,40’41). “¡Conque eras tú!”, exclamaron a una Cleofás y Lucas, reconociéndolo.

En ese instante desapareció de su vista (Lc 24, 32-35). Estaban los dos atónitos. Ante ellos solamente estaba Myriam de pie, con un pan partido en sus manos. Nunca brillaron tanto los seductores ojos azabache de Myriam como en aquel momento, mientras decía mirando al cielo: “Abba, envía la Ruah para que transforme lo que este pan y vino simbolizan y consagre la vida de quienes lo comparten, convirtiéndola en Cuerpo del que Vive para vida del mundo. Éste es el enigma en que creemos quienes revivimos su presencia cada vez que repetimos sus palabras y practicamos su camino”.

Alargó Myriam el pan a Cleofás y Lucas, que seguían atónitos. “¿En qué quedamos, eras tú o era él o fue solo un sueño? ¿No habrá sido una ilusión?”, preguntaban. “Hermanos, dijo Myriam, quien me ve haciendo lo que él hizo, le ve a Él y así ve a Abba”(Jn 14,9).

“Pero... ¿Adónde se ha ido? ¿Por dónde vino?”. “Ni se va ni viene, hermanos, como decían los budistas, ni el Así-Ido, ni el Así-Venido, el Tathâgata es el Así-Siempre-Presente, que decían en Afgán los maestros aquellos que me enseñaron de pequeña a descubrir en la flor del loto el camino de la iluminación. Cuando se lo conté a Jesús un día, me sonrió diciendo que también allí estaba funcionando la Ruah, que sopla donde quiere y como quiere (Jn 3,8), en las espiritualidades hermanas, sin que te percates. Por eso cualquier hijo de hombre y mujer que se deja llevar por la Ruah despierta y vive de esa Vida”.

Cleofás y Lucas, por fin, se espabilaron. “¿Cómo no nos dimos cuenta, si sus palabras eran de vida, nos refrescó la cabeza y nos caldeó el corazón con esa manera tan original de leer las Escrituras?” (Lc 24,32)

“Pues venga, en marcha, dijo Myriam, corriendo a Jerusalén, esto hay que contarlo, que corra la noticia y se extienda el movimiento (Lc 24,33; Jn 20,18; Mt 28,11; Mc 16,7). Él vive, es el Viviente, es la Resurrección y la Vida."

"Esto ya no hay quien lo pare, lo de Jesús va estar vigente por siglos, a pesar de las religiones y sus jefes, a pesar de las inquisiciones y dictaduras, a pesar de las personas descorazonadas o descerebradas, a pesar de los pesares, lo de Él prevalecerá (Mt 16,18), que es más fuerte que la muerte el amor de este amor mío...”(Cant. 8,6)".


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Cardenal Shirayanagi: ¿Probar la Resurrección?
15.04.09 @ 14:52:28. Archivado en Mística, Conferencia episcopal

El Cardenal Shirayanagi (Emérito de Tokyo, 82 años), acompañando una peregrinación por la ruta de los mártires japoneses, hizo su primera estación en nuestra parroquia de los jesuitas de Rokko (Kobe). No llegó en borriquillo o bicicleta, pero...casi, casi...

En sacristía, desconcierto y sorpresa. Esperaban cardenal en coche y fámulo con báculo plegable y maletín de capa larga. Pero don Pedro -bien le cuadra el nombre de pila a este hermano pescador de “redes”- (guiño al tendido) llegó en autobús, sin acompañamiento porta-ropajes; celebró sin mitra ni báculo, no se puso la casulla larga superadornada (en nuestras iglesias jesuitas siempre quedan restos barrocos); solo pidió: “Prestadme alba talla mínima, soy bajito, y estola sencilla que no pese ni se enrede en los pies. Con eso basta”.

Su homilía no tuvo desperdicio. Nos transmitió como felicitación pascual, la Buena Noticia de Jesús Vivo con estas palabras de su homilía:

“Como creyentes somos recipientes de misericordia. Sembremos en la sociedad la compasión que hemos recibido gratuitamente, para que se curen las heridas de un mundo inmisericorde.

En la Vigilia Pascual hubo bautizos de adultos y renovamos las promesas del bautismo. Ahora, en esta semana de Pascua, María la primera evangelizadora y las mujeres del relato evangélico nos invitan a no buscar al Resucitado donde no está, en tumbas vacías o sábanas abandonadas, sino a encontrarlo en la vida al practicar su camino.

Quienes se bautizaron en la Vigilia Pascual se hicieron cristianos y cristianas, pero no como meros creyentes en solitario, sino entrando en una comunidad testificadora de que Jesús vive. En esta Eucaristía pedimos perdón en plural, porque cada falta de misericordia hiere a toda la comunidad; en plural confesamos la fe, con el Credo; como comunidad creyente; y se nos envía, en plural, a sembrar en el mundo la misericordia recibida.

La Iglesia no se reduce a un edificio ni a una organización burocrática. Hemos de ser, ante todo y sobre todo, comunidad testimonial de la Resurrección. Pero la única prueba de la Resurrección es nuestra práctica del encargo de Jesús: tratarnos mutuamente como Él nos trató, se dió y amó.

Hermanos y hermanas, no nos quedemos en meros recipientes de la misericordia. Convirtámonos en canales difusores de compasión. Recojamos el testigo que nos transmiten los mártires, que dando la vida sembraron frutos de compasión en un mundo necesitado de misericordia.”

Hasta aquí las palabras de monseñor Shirayanagi (no le gusta que le llamen “Eminencia” ni “Excelencia”).

Mientras taquigrafiaba sus palabras lo más literalmente posible, me emocionaba estar junto al altar acompañando, a la vez como concelebrante y acólito, al pastor que hace 36 años, en la Catedral de Tokyo, me impuso las manos ordenándome para el ministerio sacramental del Pan de Vida, la Reconciliación Eclesial y la Proclamación de la Palabra.

Lo comparto, en estos días de gozo pascual, con lectores y lectoras del blog, con una plegaria agradecida por el testimonio de un obispo que confirma en la fe a la comunidad, hablando en positivo, animando y dando esperanza.


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Cardenal Martini: Matiza pro-vida, sin crisparse
20.04.09 @ 15:35:26. Archivado en Bioética, Conferencia episcopal

A personas parlamentarias que me preguntan sobre aborto, en vez de mi opinión, les traduzco esta cita del Cardenal Martini (en L,Espresso, 21, abril, 2006).

"La vida humana debe ser respetada y defendida, pero no es el valor supremo y absoluto. En el evangelio según Juan, Jesús proclama: “Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque muera, vivirá” (Jn 6,25). Y Pablo añade: “No son comparables los sufrimientos de esta vida con la Gloria future que se manifestará en nosotros” (Rom 8,18). Hay una dignidad en la existencia humana que no se reduce a la vida física solamente, sino apunta a la vida eternal.

Dicho esto, me parece que incluso en un tema tan doloroso como es el del aborto (que siempre implica un fracaso) es difícil para un estado moderno no intervenir, al menos para prevenir situaciones arbitraries y sin seguridad jurídica.

Me parece que, en situaciones como la de nuestro país, sería difícil para el estado no hacer una distinction entre lo que es punible por la ley y aquellos actos que no conviene penalizar. Eso no quiere decir que se otorgue, sin más, una “licencia para matar”, sino simplemente que el estado prefiere no intervenir en todos los casos posibles, pero se esfuerza por reducir el número de abortos, impedirlos por todos los medios posibles, especialmente a partir de pasado determinado periodo de tiempo desde que comenzó el embarazo, y hace por disminuir en la medida de lo possible las causas del aborto, así como exigir precauciones para asegurar que la mujer que, sin embargo, decida llevarlo a cabo en situaciones particulares no punibles según la ley, no se vea en peligro serio para su salud o en peligro de muerte. Esto ocurre, en particular, en el caso de los abortos clandestinos.

Así pues, a la vista de todas estas consideraciones, es una buena cosa que la ley contribuya a disminuirlos y, en su día, a que desaparezcan.

Ya comprendo que, en el caso de Italia, tal como están los Servicios Nacionales de Salud, esto conlleva una cierta cooperación por parte de estructuras públicas. Reconozco la dificultad moral de esta situación, pero no sé qué sugerir en este momento, porque cualquier solución que se pudiera buscar conllevaría aspecdtos negativos.

Por eso el aborto es siempre algo dramático, que de ningún modo puede considerarse como remedio al problema del exceso de población, como parece que ocurre en ciertos países.

Naturalmente, yo no pretendo incluir en estas afirmaciones aquellas situaciones límite, que son extremadamente penosas y quizás raras, pero que de hecho se presentan; ocasiones, por ejemplo, en las que un feto amenaza gravemente la vida de la madre.

En tales situaciones me parece que la teología moral ha mantenido siempre el principio de la legítima defensa y del mal menor, incluso en el caso de una realidad que demuestra lo frágil y dramático de la condición humana.

Por esa razón la iglesia ha proclamado también como testimonio evangélico heroico y ejemplar la acción de aquellas mujeres que optaron por evitar cualquier daño a la nueva vida que llevaban en su seno, aun al precio de dar la propia vida.

Pero no soy capaz de aplicar el principio de legítima defensa o del mal menor a otros casos que mi interlocutor plantea hipotéticamente, ni podría suscribir el principio de una “conciencia perpleja”, que no acabo de entender. Me parece que, incluso en los casos en que una mujer no puede por varias razones asegurar el cuidado de su criatura, no deberían faltar personas que se ofrecieran a hacerlo en su lugar.

Pero, en todo caso, mantengo que se debe respetar a cualquier persona que, quizás tras mucho sufrimiento y reflexión, ha optado por obrar de acuerdo con su conciencia, aun cuando yo sienta que no puedo compartir la aprobación hacia esa decisión de ella.


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Confusiones sobre delito y pecado
24.04.09 @ 03:40:23. Archivado en Bioética, Conferencia episcopal

Un reportaje atinado de J. G. Bedoya desarrolla hoy, en El País, la distinción entre delito y pecado -elemental en derecho, ética y teología moral-, con la que la ministra Bibiana Aído puso los puntos sobre las íes a pronunciamientos jurídicamente incorrectos de algunas instancias eclesiásticas sobre el tema.

En efecto, ni compete al legislador dictaminar sobre el pecado, ni a la iglesia llamar pecado al delito. Pero todavía hay que añadir una matización más para que sea cum laude el merecido sobresaliente de la ministra en la asignatura que algunos eclesiásticos no aprueban.

Es que ni siquiera se puede decir, sin más, que la iglesia determine (extrínseca, legalística y preceptivísticamente) lo que es pecado. Si algo es pecado, no lo será por la mera razón de que así lo haya dicho una instancia eclesiástica (Por ejemplo, no tiene por qué ser pecado de ninguna manera la contracepción, aunque lo diga incluso una tristemente célebre encíclica papal).

En vista de las confusiones abundantes sobre este tema, parece oportuno dedicar una serie de post a deshacer malentendidos sobre pecado y culpa, pena o castigo y perdón. Comencemos, de momento, por las reflexiones siguientes.

No es de recibo que algunas personas creyentes tengan una idea de pecado como delito, ni que algunas instancias “eclesiásticas” distorsionen la conciencia “eclesial” llamando pecado al delito o perturben la “conciencia cívica” intentando imponer a la sociedad una idea de delito como pecado.

Vendría bien recordar dos estilos de moral, como distinguía Bergson: cerrada y abierta, legalista o personalista. Quien dice 'no me salto el semáforo [delito] para evitar la multa' y quien dice 'no me voy con la mujer del prójimo porque mi Dios lo prohíbe y me va a castigar' están al mismo nivel de moral cerrada (tanto si son creyentes como si no lo son).

En cambio, tanto quien dice 'observo las reglas de tráfico porque, aunque no me coja la policía, es para mí importante evitar accidentes, proteger otras vidas y la mía' como quien dice 'no violo a esa chica porque merece que la respete y me respete a mí mismo' están a nivel de moral abierta.

Ambas personas están al nivel de la moral abierta, tanto si son creyentes, como si no lo son. Pero las dos personas anteriores, tanto la que solo tiene el criterio de la prohibición penal como la que solo tiene el criterio de la prohibición religiosa, están al mismo nivel de moral cerrada, prohibicionista, negativa y psicológicamente patológica.


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Delito, mal y pecado
27.04.09 @ 02:09:59. Archivado en Religion y sociedad

La ley determina lo que es delito, la conciencia lo que es pecado.

Si decimos que no todo delito penal es pecado, correcto.

Si decimos que no todo lo que pueda ser pecado debe necesariamente penalizarse, también correcto.

Si decimos que la determinación de lo penalizable corresponde a la legislación, también correcto.

Si decimos que la iglesia determina qué es pecado y qué no es pecado, ni correcto ni incorrecto, sino confuso. Porque la razón de que algo sea pecado no es porque lo ponga la iglesia en una lista como quien determina las reglas de un club para sus miembros.

Cuando el Código de Derecho Canónico (en el canon 1398) afirma que quien procura el aborto incurre en excomunión automáticamente (latae sententiae) considera esa acción objetivamente como un “delito en sentido canónico”; pero, como decía el aforismo teológico tradicional: de internis, neque ecclesia, no puede la iglesia dictaminar si dicha persona ha pecado o no. Eso queda en el secreto de la conciencia religiosa ante Dios.

No es lo mismo, sin más precisiones, cometer un pecado que ser un pecador.

Tres casos:

La persona X., tras dudas, sufrimientos y presiones, optó por abortar. Lo hizo dentro del marco de la ley y, por tanto, no se le imputa un delito, no es considerada sujeto de una acción criminal.

La persona Y., es el mismo caso de X. Sabe que no se le va a imputar un delito, pero su conciencia (no especialmente religiosa) le hace sentirse mal. No le imputarán un delito, pero se siente responsable ante su conciencia por haber suprimido una vida.

La persona V., es el mismo caso de X y Y. Pero por ser religiosa sufrió más antes de tomar la decisión, que no hubiera querido tomar. No se le imputa un delito, pero se siente responsable desde su conciencia religiosa.

Reconciliación> La persona V.,acude con fe a la reconciliación sacramental, no como quien va a pagar una multa, no como quien va borrar una mancha o a saldar una cuenta, no como quien va a compensar con una penitencia; tampoco va como quien va un juicio. Va a un doble reconocimiento: reconocer ante el Dios en quien cree que hizo el mal que no debía haber hecho y a reconocer, haciendo un acto de fe en el perdón, que es posible siempre empezar de nuevo.

La persona que, en nombre de Dios y de la comunidad creyente la acoge en el sacramento de la reconciliación no la juzga, no la llama criminal, no le impone una pena que compense o borre mágicamente el mal hecho, no le dice tampoco que “aquí no ha pasado nada”. Le dirá más bien: “Nadie sabe más que Dios lo que esto te ha hecho sufrir. El único que lo sabe es quien más incondicionalmente te acoge y quiere tu sanación. Que esa vida que no nació y regresó al seno del misterio creador sea, de ahora en adelante, tu ángel protector. Oramos juntos agradeciendo el que en esta conversación de reconciliación nos hemos recordado juntamente que todos estamos necesitados de perdón, hacemos juntos un acto de fe en el perdón y decimos juntos con el salmo 51: “Recréame de nuevo con tu Espíritu, crea en mí un corazón puro, devuélveme la alegría “.

NOTA: Este post no está escrito desde diccionarios de teología, sino desde la experiencia de muchas horas sentado en el confesionario.
Se ruega a comentaristas se abstengan de cuanto no tenga que ver con el tema o cause malentendidos.


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Derecho, ética y religión
02.05.09 @ 01:10:02. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

La ministra Bibiana Aído puntualizó sobre delito y pecado. El uso a la ligera (¿o políticamente intencionado?) de la palabra «crimen» por voces de iglesia terciando en debates sobre aborto, obligaba a repasar nociones.

Me lo decía un compañero, que enseña ética cívica en bachillerato: «distingamos penalización legal de un delito e imputación moral por la conciencia».

Lo desarrolló J. G. Bedoya en El País (24, abril). Ni compete al legislador dictaminar sobre pecado, ni a la iglesia llamar pecado al delito o crimen al pecado. Además, no se puede decir, sin más, que la iglesia determine qué es pecado. En perspectiva religiosa, no es algo pecado simplemente porque lo diga una instancia eclesiástica, ni porque lo ponga en una lista como quien fija reglas de club para sus miembros. Cuando el Código de derecho canónico (c. 1398) afirma que quien procura el aborto incurre en excomunión automática (latae sententiae), trata objetivamente un «delito en sentido canónico»; pero, como reza el aforismo: de internis, neque ecclesia, la iglesia no dictamina, en el foro interno, si dicha persona ha pecado.

La confusión en este tema obliga a distinguir para desenredar el embrollo:

1) El fiscal imputa el delito penal y solicita sentencia y penalización apropiada.

2) La conciencia moral acusa en el foro interno y provoca el remordimiento por el mal moral causado, aunque no constituya delito.

3) La conciencia religiosa interpela para reconocer ante la mirada divina el pecado cometido, llamar a la conversión e invitar a creer en el perdón.

Pero hay creyentes con una idea de pecado como mero delito; y hay instancias eclesiásticas que distorsionan la moral religiosa llamando pecado al delito, o perturban la recta autonomía de las legislaturas, intentando imponer a la sociedad una idea de delito como pecado.

Donde la ministra dijo: «A la Iglesia le corresponde decir qué es pecado, no qué es delito», sería más exacto decir: «La ley determina el delito y la conciencia el pecado». (Léase el Elogio de la conciencia, por el teólogo Ratzinger)¿Está en contradicción esta postura con la afirmación del cardenal Rouco cuando dice que «no es hacer política procurar por medios legítimos el reconocimiento efectivo de aquellos valores éticos que trascienden y preceden la misma acción política»? Ojalá se conjugasen ambas afirmaciones. Para ello, en vez de la bina «delito-pecado», pensemos en la terna «delito-mal moral-pecado».

Veámoslo con ejemplos, al hilo de la distinción de Bergson entre moral cerrada o abierta.

Quienes dicen "no me salto el semáforo [delito] para evitar la multa" y quien dice "no me voy con la mujer del prójimo porque mi Dios lo prohíbe y me va a castigar" están al mismo nivel de moral cerrada (tanto si son creyentes como si no lo son).

En cambio, quien dice "observo las reglas de tráfico, no para que no me coja la policía, sino para evitar accidentes, proteger otras vidas y la mía" y quien dice "no violo a una chica porque merece que la respete y me respete a mí mismo" están a nivel de moral abierta. Esta distinción les separa más que la etiqueta de pertenencia religiosa.

Veamos en tres casos semejantes, la triple imputación: jurídica, moral y religiosa.

Tito, embriagado y sin licencia, se salta el semáforo y atropella fatalmente a un peatón. Llevado a juicio, resulta culpable, no solo de infracción de normas de tráfico, sino de homicidio por imprudencia. Cumplirá la pena correspondiente al delito.

Cayo comete la misma acción que Tito. Lo denuncian; pero, por falta de pruebas, se archiva su caso. A él, sin embargo, le remuerde la conciencia como culpable del mal moral causado, aunque no se le impute el delito. Se plantea presentarse ante la autoridad judicial para admitir y reparar, si es posible, el mal causado.

Flavio, en el mismo caso de Cayo, sufre más. Es creyente. Su conciencia religiosa le interpela ante Dios por el mal causado, percibido ante Dios y antre la conciencia como pecado, y le llama a pedir perdón y a confiar en recibirlo. Además, ve el mal causado, más que como infracción de una ley, como traición a lo mejor de sí mismo: al matar a otra persona se ha matado a sí mismo. «Quien peca, más que cometer una ofensa contra Dios, se ofende a sí mismo» (Santo Tomás Contra gentiles, III, 122). «Quien peca se hace esclavo del pecado» (Jn 8,32).

En vez de polarizar la discusión «entre Rouco y Aído», mejor aclarar la distinción entre penalización legal del delito, reconocimiento moral de la culpa y reconciliación religiosa tras el pecado.

Así se podrá debatir con serenidad sobre el aborto, evitando dos extremos: el de entrometerse indebidamente la perspectiva religiosa en la jurídica y el de legislar sin tener en cuenta el mínimo de valores éticos. La autonomía de la laicidad jurídica y ética puede y debe conjugarse con la autonomía de la conciencia religiosa. Para ello necesitamos aprobar en nuestro país la asignatura pendiente de la «nueva transición»: del paternalismo eclesiástico a la laicidad madura, ni antireligiosa ni religiosamente condicionada.

(Publicado en La Verdad, de Murcia,el 2 de Mayo, 2009)


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Tales para cuales: Cañizares y Llamazares
04.05.09 @ 17:01:40. Archivado en Bioética

Por una vez (y sin que sirva de precedente) se puede estar de acuerdo con el obispo Cañizares, que lamenta en su carta reciente la propuesta de recusación al Papa en el Congreso.

Claro que el acuerdo no es por razones de “patriotismo nacional-católico” ni de “papalismo sentimental”, sino por no violar el respeto a la autonomía respectiva de Iglesia y Estado.

Lo del lapsus linguae de nuestro hermano Benedicto fue, ciertamente, una expresión desafortunada sin tacto diplomático. Ya sabemos que lo del preservativo no debería ser problema y que no es misión ni competencia de la Iglesia ni el prohibirlo ni el recomendarlo.

Creyentes y no creyentes, que disienten de la opinión personal expresada por el Papa en un comentario a los periodistas, podrán con toda libertad, a la vez que con respeto, disentir, e incluso decirle, con el cariño y buen humor con que se habla en familia al abuelo, que “calladito habría estado mejor”. Pero de ahí no se sigue que un Congreso, que tiene tantas cosas importantes que hacer, se permita el lujo de perder tiempo en esa menudencia que, además, no le incumbe.

Lástima que no pueda ser el obispo Cañizares quien tenga credenciales para decir esto, porque tras las repetidas ocasiones en que la Conferencia episcopal ha cometido ingerencias violadoras de la correcta relación entre Iglesia y Estado (por ejemplo, sus recomendaciones a los parlamentarios católicos con motivo de legislaciones sobre bioética), se ha perdido la credibilidad para exigir a la otra parte que cumpla con el criterio de la laicidad de mutuo respeto.

En cuanto al señor Llamazares, habrá que aconsejarle que no se rebaje hasta caer en el mismo nivel de la Conferencia episcopal, cometiendo semejantes ingerencias en sentido opuesto. De lo contrario serán, si se permite el ripio, “tales para cuales, los Cañizares y los Llamazares”, dignos siempre ambos extremos de confirmar la idiosincrasia española que escenificaba Buñuel...

La correcta laicidad en las relaciones Iglesia y Estado debe respetarse por ambas partes.
Y conste que esto no lo dice un partidario del nacional-catolicismo, sino quien está convencido de que se deben revisar los acuerdos anacrónicos entre Iglesia y Estado, que el gobierno actual no se atreve a cuestionar por miedo a perder votos, a pesar de que así se lo planteen lúcidamente desde su propio partido y desde las áreas más abiertas de la misma comunidad eclesial.


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Blog de Pablo de Tarso en RD
05.05.09 @ 15:55:04. Archivado en Religion y sociedad

Pablo de Tarso sintió celos ante tanta jerarquía eclesiástica en RD y envió al Director el siguiente post, que JM se apresuró a colgar, fiel a su criterio de pluralismo y libertad. Decía así Pablo:

“Envió Dios a su hijo, nacido de mujer (Gal 4,4)... Para que seamos libres nos liberó (Gal 5,1)... Ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón o hembra, pues hacéis todos uno mediante Jesús (Gal 3,28)... A vosotros os han llamado a la libertad (Gal 5, 13)... ¡Ojalás se mutilasen del todo los que os soliviantan! (Gal 3,12)... Ubi Spiritus ibi libertas (2Co3,17)...”

A las siete de la mañana ya había los siguientes comentarios:

-Pablo, eres un incrédulo. Has llamado a María mujer en vez de virgen. Te denunciaré al Sanedrín desde la web de Sinagoga en Libertad. (Luis Flipando Puscapante y Clorindo Dorindillo)

-Pablo está de parte del movimiento gay, no hay derecho, ha dicho que no hay distinción de varón y hembra, hay que llevarlo a un psiquíatra. (Pruso)

-No os paséis, hijos míos. Se puede disentir como yo, me disgusta la manía que tiene Pablo con eso de la libertad, se parece demasiado al club de las redes (que tanto enredan), pero se lo digo con educación, sin que tengan que bannearme, ni borrarme los zumosoles. (Carmen Kellmer).

.Pues yo me quedo con ley de Moisés y el Camino de JoséMari, en la católica España y en la católica Murcia y en la supercatólica pampa. ( Josephus Gilius Y Manolo Ortodoxia).

-Se nota que Pablo no lee a Sto. Tomás, se merece una excomunión. (Ricardo Gentil y Teodoteo Tomoroso).

-Y mí que me gusta el post... (Sebastianus).

-El post es muy bonito
Y vosotros muy tontitos
Que os borre Zumosol
Y os la den con etanol. (Amicísima de Cirene)

-Sebastianus, eres un asimétrico, atropretorio de Pilatos, que paradigmeas demasiado y no entiendes a Pablo. Y conste que no es que esté en todo de acuerdo, que también yo disiento de Pablo cuando se pone neoparajordánico en el atrio de los gentiles. (Sophistina sofisticada).

-Pablo, eres un resentido, te echaron de la Sinagoga y de la Universidad Natillas por profanar el sábado y porque juegas en ajedrez al “me en-Rouco”. Estás celoso de Tomás, el mellizo al que le caía tan bien Magdalena. Pero irás al infierno (Clorindo, en colaboración de nick con Buscapantes y otros congreantes de los “luises).

-Pablo, qué vergüenza que seas apóstol y defiendas el libertinismo. A tí te lo digo, al todavía sedicente apóstol, te he denunciado a Añastro y a Borgo Sto. Spirito y a mi amigo Bertone, que si tú eres de Tarso, yo soy metatarso y poli-tarso (Policarpino falsotestimoniante)

-Pablo, no les hagas caso, dejemos los comentarios sin borrar para escarnio de sus autores, ellos ladran pero tu cabalgas, que a tí solamente Jesús te tiró del caballo. No entres al trapo de esos comentarios. Como decían en latín macarrónico: Qui picatur ajos manducat et intellectus apretatus discurrit qui rabiat...! (Johny Macías Clavileño).

A PARTIR DE AQUÍ VINO EL PRIMO DE ZUMOSOL Y BANNEÓ A LOS REVIENTABLOGS, POR ESO NO PUDIMOS LEER MÁS. Pero podeís dirigiros directamente a Pablo pidiendo a RD que os de su ID y su mail.

NOTA: CUALQUIER PARECIDO DE ESTE POST CON LA FICCIÓN SE DEBE A QUE ES PURA REALIDAD. PERO CUALQUIER SEMEJANZA CON LOS COMENTARISTAS DEL BLOG DE JUAN MASIÁ ES PURA COINCIDENCIA.


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Entrevista a Lucas, sobre Martas y Marías
11.05.09 @ 10:50:18. Archivado en Mística, Religion y sociedad

Entramos en el túnel del tiempo para entrevistar al evangelista Lucas.
Rd.: ¿Es cierto que es usted el más feminista de los cuatro evangelistas?

Lucas: Pregúntenselo a Teófilo, que es con quien más e-mail intercambio. Pero en feminismo, creo que me gana cierto discípulo querido.

Rd.: A las amigas de María les gusta que Jesús alabe el buen gusto de estar de palique con él y llevarse la mejor parte.
L.: Eso es que no han entendido mi novelita.

Rd.: Ah, pero ¿era novelita y no un suceso sucedido en la sucesión esa que preocupa a los teólogos historiadores anti-Pagolas?
L.: Era lo que dirá veinte siglos más tarde Paul Ricoeur: “Decir la verdad por medio de la ficción”.

Rd.: Pues la verdad que usted dijo sobre las Marías valdría para las carmelitas, pero no les hará ni pizca de gracia a las activas, que están dando el callo en colegios, hospitales o centros de acogida.
L.: ¿Y eso que tiene que ver con lo que yo transmití? El tema era “lo único necesario”, como insistió el Maestro.

Rd.: Pues eso es justamente lo que molesta, que sea la contemplación embobada lo principal.
L. Que no, hombre, que no, que ni es embobamiento, ni es ese el punto de la cuestión, que no tenéis ni pajolera idea, que lleváis años repitiendo el cuentecito de lo activo y lo contemplativo, se os raya el disco los domingos y la gente se duerme en la homilía.

Rd.: Entonces, ¿qué quiso decir usted, o Jesús según usted, en el capítulo diez?
L.: Vaya, vaya, conque hasta sabe que es capítulo diez, qué listillo, le doy un punto bueno. Pero contésteme para sobresaliente, ¿qué viene antes de esa historieta?, ¿de qué trata la historieta anterior? Le doy una pista, es parábola...

Rd. Pues no me acuerdo, déjeme que chequee con el Google...
L.: Otro con el Google, ese Bill Gates os encandila, mucho buscador y servidor, mucha religión en libertad e info-cato-cibernética, pero ni una miaja de hermenéutica.

Rd.: Pues no se qué decirle...
Lc.: Pues fíjese, hombre, preste atención (ese es el punto de las dos parabolillas: fijarse, pararse a prestar atención). La historieta anterior es la del Buen Samaritano, que forma un díptico con Marta y María.(Lc 10, 25 al fin)

Rd.: Me deja patidifuso.
L.: Claro, yo no opuse las Martas a las Marías. Marta y los que pasaron de largo en el camino ante el herido (el que iba con prisa hacia oficinas de Añastro y el que corría hacia las de la Alumudena) son el mismo personaje. Y María, en la casa, y el Buen Samaritano en el camino son el mismo personaje. En masculino y femenino, en casa y en el camino y, hasta si os empeñáis, contemplando y actuando. Y el herido y Jesús son el mismo. Lo único necesario era pararse y no pasar de largo, tener capacidad para caer en la cuenta de que Jesús te interpela y te cambia la ruta. Pero os ha pasado como a quienes comentan los blogs, que se fijan en todo lo que no tiene nada que ver con el post y discuten entre sí de las mil monsergas desplegando un ego impresionante.

Rd. Sin palabras, Don Lucas, voy a decirle al Director que le de un premio.
L.: No, no volvamos a las andadas. Aquí lo que cuenta es lo que dijo Jesús, el galileo peligroso: Solamente una cosa es necesaria, escuchar y caminar. Y lo demás, monsergas...


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Equilibrio al debatir sobre aborto
14.05.09 @ 16:13:35. Archivado en Bioética

Sin caer en la trampa del dilema entre pro-life y pro-choice, bastantes personas (incluyendo representantes con responsabilidades parlamentarias de diversa pertenencia, confesional o aconfesional, así como de diversa afiliación partidista dentro del espectro político), preocupadas seriamente por proteger la vida, la dignidad y los derechos de cada ser humano, coinciden en buscar la via media para debatir serenamente. Con el deseo de apoyar su discernimiento, propongo el siguiente decálogo de criterios éticos.

1. Buscar convergencia pro-persona en posturas divergentes ante el aborto.Posturas opuestas pueden, sin embargo, coincidir al afirmar que el aborto no es deseable, ni aconsejable; que hay que unir fuerzas para desarraigar sus causas; que nadie debe sufrir coacción para abortar contra su voluntad; y que debe mejorarse la educación sexual para prevenir el aborto.

2. No confundir delito, mal y pecado Rechazar desde la propia conciencia el mal moral del aborto puede ser compatible con admitir la posibilidad de que, en determinadas circunstancias, las leyes no lo penalicen como delito. El apoyo a esas despenalizaciones no tiene que identificarse necesariamente con favorecer el aborto a la ligera, ni considerarlo deseable para la mujer.

3. No ideologizar el debate, ni política ni religiosamente. Evitar agresividad y violencia contra cualquiera de las partes y no hacer bandera ideológica de esta polémica por razones políticas o por razones religiosas. Ni deja de ser un mal moral cuando la ley no lo penaliza, ni la razón de considerarlo mal moral depende de una determinación religiosa.

4. Dejar margen para excepciones inéditas en situaciones confictivas. Las situaciones límite no deberían formularse como colisión de derechos entre madre y feto, sino como conflicto de deberes en el interior de la conciencia de quienes quieren (incluída la madre) proteger las vidas de madre y feto. En los casos trágicos no hay soluciones prefabricadas. Las campañas de mal gusto –por ambos extremos, pro-abortistas y anti-abortistas- no ayudan al debate.

5. Acompañar personas antes de juzgar casosNi las religiones deberían enarbolar banderas de excomunión, ni las presuntas posturas defensoras de la mujer deberían jugar demagógicamente con la apelación a derechos ilimitados de ésta para decidir sobre su cuerpo en supuesta colisión con la exigencia de respeto por parte del feto. El aconsejamiento moral o religioso puede acompañar a las personas en sus tomas de decisión, pero sin decidir en su lugar ni condenarlas.

6. Comprender la vida naciente como proceso. La vida naciente en sus primeras fases no está plenamente constituída como para exigir el tratamiento correspondiente al estatuto personal, pero eso no significa que pueda considerarse el feto como mera parte del cuerpo materno, ni como realidad parásita alojada en él. La interacción embrio-materna es decisiva para la constitución de la nueva vida naciente y merece el máximo respeto y cuidado: a medida que se aproxima el tercer mes de embarazo aumenta progresivamente la exigencia de ayudar a que éste se lleve a término. Para evitar confusiones al hablar de protección de la vida, téngase presente la distinción entre materia viva de la especie humana (p.e., el blastocisto antes de la anidación) y una vida humana individual (p.e., el feto, más allá de la octava semana).

7. Confrontar las causas sociales de los abortos no deseados. No se pueden ignorar las situaciones dramáticas de gestaciones de adolescentes, sobre todo cuando son consecuencia de abusos. Sin generalizar, ni aplicar indiscriminadamente el mismo criterio para otros casos, hay que reconocer lo trágico de estas situaciones y debatir ampliamente sobre cómo abordar el problema social del aborto, cómo reprimir sus causas y cómo ayudar a su disminución.


8. Afrontar los problemas psicológicos de los abortos traumaticosEs importante prestar asistencia psicológica y social a aquellas personas a las que su toma de decisión dejó cicatrices que necesitan sanación. No hay que confundir la contracepción de emergencia con el aborto. Pero sería deseable que la administración de recursos de emergencia como la llamada píldora del día siguiente fuese acompañada del oportuno aconsejamiento médico-psicológicos.

9. Cuestionar el cambio de mentalidad cultural en torno al aborto. Repensar el cambio que supone el ambiente favorable a la permisividad del aborto y el daño que eso hace a nuestras culturas y sociedades.

10. Tomar en serio la contracepcion, aun reconociento sus límitaciones.
Fomentar educación sexual con buena pedagogía, enseñar el uso eficaz de recursos anticonceptivos y la responsabilidad del varón, sin que la carga del control recaiga solo en la mujer. Sin tomar en serio la anticoncepción, no hay credibilidad para oponerse al aborto; hay que fomentar la educación sexual integral, que abarque desde higiene y psicología hasta implicaciones sociales, e incluya suficiente conocimiento de recursos contraceptivos, interceptivos y contragestativos.


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Raíces socráticas de Europa
19.05.09 @ 17:52:06. Archivado en Religion y sociedad

Al aproximarse las elecciones, me telefonean de un semanario para pedir opinión de voto. “Busquen a alguien mejor informado”, digo, pero insiste el reportero: “Hay muchas opiniones conservadoras y queremos contrastar con otras más liberales. “Perdone, pero esos adjetivos ¿no estaban anticuados hace medio siglo?”. “Bueno, responde, ya me entiende, me refiero a las derechas berlusconianas, bendecidas a veces por las vaticanas”.

“Ya veo, buscan morbo en rojo y verde para contrastar con el azul y amarillo en el spot electoral. Pues, mire, le propongo un trato, si me deja hablar de la filosofía de Husserl, acepto la entrevista...”

El desconcierto del reportero debió llegar al límite. El tema le parecía muy abstruso para su público semanal. Se disculpó por quitarme tiempo y colgamos ambos casi a la vez.

Pensarán ustedes que fue broma o recurso para escapar de la prensa. Pues no, va en serio y muy en serio. Hace un siglo que el padre de las corrientes fenomenológicas percibió a Europa en crisis y denunció el olvido de sus raíces filosóficas en el humus del logos socrático.

Hoy hablan de raíces europeas quienes enarbolan banderas de colores muy diferentes. Estandartes de amarillo papal piden recuperar raíces cristianas. Lábaros azules tradicionales proclaman raíces patrióticas añorando Recaredos. Banderas roji-verdes jalean raíces de modernidad y progreso. Pero, como decía Lucas en su libro de los Hechos apostólicos (cf.19,32 ), “cada uno gritaba una cosa, porque la asamblea estaba hecha un lío y la mayoría ni sabía para qué se habían congregado”, algo muy propio de muchos debates parlamentarios.

Pues mientras cada cuál busca imponer sus raíces, me quedo con las de Edmundo Husserl (1859-1938 ) desde su arraigo a orillas del Danubio. Hace 74 años, el 7 de mayo de 1935, pronunciaba en el Círculo Cultural de Viena su conferencia sobre La crisis de las ciencias europeas (Crítica, Barcelona, 1991, pp. 323-358).

Veía las raíces europeas en un logos socrático olvidado. No como el racionalizador de la clase magisterial ratzingeriana en Ratisbona, sino un logos de diá-logo y dia-léctica crítica, arrumbado en la buhardilla por las ideologías dogmatizadoras políticas o religiosas de cada época.

Pensar es confrontarse con lo diferente, ponerse en lugar de lo otro, dejarse corregir y fecundar mutuamente. Denunciando la falta de este talante, decía Husserl: "las naciones europeas están enfermas... el mayor peligro de Europa es el cansancio". Invitaba a filosofar como "funcionarios al servicio de la humanidad", para fomentar una "crítica universal de todas las formaciones y sistemas culturales... una actitud crítica, que parte de la negativa a asumir, sin cuestionarlas, opiniones y tradiciones previamente dadas, y, a la vez, plantea, a propósito del universo entero tradicionalmente dado de antemano, la cuestión de lo verdadero": la “verdad”, más allá de los absolutismos de “la razón” y los relativismos de “las opiniones”.

Para que esto sea posible, hay que dejar de partir de un yo aislado. "El yo deja de ser una cosa aislada entre otras del mismo tipo en un mundo dado... para dejar paso a un ser-unos-en-otros y unos-para-otros". Es tarea al mismo tiempo para la filosofía y para la política esta toma de conciencia, "autorrealización de la humanidad"; tarea que ha de llevarse a cabo desde un yo inseparable de un nosotros y convencido de que "el mundo es nuestro mundo común".

El paso por lo otro nos llevará a una continua corrección mutua y el paso por el tiempo nos llevará a seguir corrigiéndonos mutuamente en una tarea inacabada de diálogo, crítica y búsqueda. "Yo soy necesariamente, dice, un Yo que tiene su Tú, su Nosotros y su Vosotros, soy el Yo de los pronombres personales..."

Lo dañoso para Europa no ha sido la racionalidad, sino el racionalismo estrecho y mal entendido. La búsqueda comunitaria de la auténtica racionalidad, a través de un diálogo crítico y creador, es para Husserl la tarea de la filosofía como educación y creación de cultura.

Pensar es, repetiremos recogiendo la antorcha husserliana, preguntar juntos. R.Barthes sugería: "si no relees, lees siempre lo mismo". Y Foucault sentenciaba: "pensar es pensar de otro modo". Al cuestionar lo que habitualmente pensamos, caemos en la cuenta de que estábamos pensando mal y nos animamos a un continuo "re-pensar", volver a pensar lo mal pensado, continuo diálogo crítico y creativo.

Dialogar y criticar para crear, tal fue el secreto radical de Europa para engendrar arte, técnica y pensamiento. Esa herencia le hace falta hoy a la política para salir del estancamiento y a las religiones para salir de sus fundamentalismos.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 16 de Marzo, 2009)


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Obispo Camino y Ministra Aído: ¿Cara y cruz?
20.05.09 @ 00:13:11. Archivado en Bioética, Conferencia episcopal

Con el debido respeto, disiento de la afirmación que negase la realidad de ser humano al feto en la semana 13.

No he escuchado directamente la entrevista y no sé si la señora ministra Aído dijo exactamente 13. Esa afirmación sería válida para una fecha anterior, pero tanto el decir que no hay un ser humano en la semana trece como pretender que lo haya en la semana 2 son exageraciones, que no veo cómo se puedan apoyar biológica ni filosóficamente.

Otra cuestión es que haya situaciones límite que obliguen a interrumpir un embarazo incluso en esa fecha, pero en ese caso habrá que aducir otras razones y no justificarlo diciendo que no ha comenzado la nueva vida individual, sino que, a pesar de ya ha comenzado hay un conflicto que obliga a tomar esa decisión no deseable.

Tanto la Conferencia episcopal, al ver como ser humano individual al blastocisto de una semana, como quienes no lo ven así en la semana 13 caerían en el mismo error de tratar de justificarlo manipulando la biología al servicio de la ideología.

En ese sentido, las afirmaciones del obispo Mtez. Camino y las de la citada entrevista serían... hermanas gemelas (Paradójica y curiosa compañía...) Dos exageraciones nacidas de la misma raíz.

Juan Masiá (blogger)


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Ascensión y Nirvana: Presencia impalpable
22.05.09 @ 16:28:46. Archivado en Mística

Jesús no se subió a un helicóptero, como el camerlengo de Ángeles y demonios, para trepar a las nubes y dejarse caer en paracaídas.

Ya había dicho “Os conviene que me vaya” (Jn 16,7), para regresar como Espíritu. Por eso no había que "retenerle" en su presencia física (Jn 20,17), para dejar que quien “lo llena todo” (Ef 4, 10) nos inunde con la presencia impalpable del “Dios y Abba de todos y todas, que está sobre todos y todas, entre todos y todas, y en todos y todas” (Ef 4, 6).

El mensaje de la Ascensión es: “Dejó de verse, pero no se fue; es impalpable, pero está presente; su presencia es elusiva, pero real”. Tan verdad es que está en nuestro interior como que estamos en el suyo: “Alma, buscarMe has en tí, buscarte has en Mí”.

Ni tres días para resucitar, ni cuarenta para ascender a los cielos... El tercer día es alusión a Oseas: lo definitivo; los cuarenta días aluden al éxodo... Ni Jesús espera tres días para dejar una tumba vacía, ni juega al escondite cuarenta días con los apóstoles, ni trepa a las nubes en despegue vertical a propulsión...

Lucas pone cuarenta días por medio y confecciona un relato con metáforas del lenguaje mítico de “subida a los cielos” (Hechos 1,1-11).

Marcos nos remite a la praxis: el que Vive nos espera en la Galilea cotidiana (Mc 16, 7).

Mateo percibe la presencia del Maestro acompañando el movimiento de la misión hasta el fin de los tiempos (Mt 28,16-20).

Para Juan, ascender a Abba y adentrarse en su Vida es el éxodo de Jesús que tiene lugar en el momento de su muerte: cruz, resurrección y ascensión concentradas en la lanzada que traspasa el costado de quien lo consumó todo entregando el Espíritu. (Jn 19, 30-37).

La profundizaciíon mística del tema la expresa la carta a la iglesia de Éfeso (4, 10: “para llenarlo todo”, “ina pleróse ta pánta”).

Este mensaje evangélico dejó sus huellas en textos de otras culturas, a través de intercambios poco explorados, desde Oriente Medio al noroeste indio, pasando por Afganistán. Leemos en el Sutra del Loto estas palabras:

“He aquí que siempre habito entre vosotros, no he desaparecido, aunque usando estrategias salvíficas a veces me presento como extinguido y a veces como no extinguido. Si hay seres en otros lugares que suspiren por mí con reverencia, también habito entre ellos proclamando la excelencia del Dharma” (cap. 16).

Atisbamos la resonancia de la Ascensión en el telón de fondo de este Nirvana. El punto común es la presencia impalpable, la inmanencia elusiva de la Fuente de la Vida.

Como dice el Sutra del Nirvana: “Aquí y ahora la Vida te vive... todo cuanto vive ha sido engendrado por el Así-Siempre-Presente”.


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Ven, huracán de Espíritu, arrasa las iglesias
27.05.09 @ 01:10:24. Archivado en Mística, Religion y sociedad

“Creemos en el Dios, Vida de la vida, cuyo rostro se mostró en Jesús. Creemos respirando en el soplo de su Espíritu que da vida”. Así confiesa la fe el credo cristiano.

Creer es respirar en Espíritu Cuando una epidemia peor que la gripe de nuevos virus debilita la fe, el ambiente contaminado se hace irrespirable, dentro y fuera de las iglesias.

Creer es respirar en Espíritu (Mejor decir “en Espíritu” que “en el Espíritu”, como precisaba liberadoramente el teólogo Ratzinger hace medio siglo). El pez está en su ambiente en el agua y el pájaro en el aire. El pensamiento respira en el ser, decía el filósofo Heidegger. La fe respira en Espíritu, dice el credo. Sin aire no volarían las aves, aunque tuvieran alas. La fe está en su ambiente respirando en el soplo del Espíritu.

Juan XXIII, el Bueno, abrió de par en par las ventanas para ventilar la iglesia con soplo de Espíritu, hace ya medio siglo. Últimamente reina la oscuridad y el aire contaminado en el interior de las iglesias, como cuando los discípulos estaban en el interior del cenáculo con puertas y ventanas atrancadas. Hace falta un huracán, un auténtico tifón de nuevo Pentecostés que haga saltar todas las cerraduras.

La oración para la liturgia del Espíritu Santo este domingo será: “Ven, Espíritu, como un tifón, y arrasa tu iglesia, para que resucite tras morir al pesado fardo de sus dogmas, morales y rituales. Ven y sopla para que se descubra el medio divino en germen en este mundo y lo liberemos de cuanto lo asfixia”.

Lo que se llama en los evangelios “el Reinado de Dios” o “el Reino de los cielos”, la gran metáfora preferida por Jesús en su predicación, se podría traducir, con palabras de Teilhard de Chardin, como “el medio divino”, el espacio vivificado por la actuación del Espíritu.

Jesús proclamó un mensaje central con dos caras: esperanza y liberación: en primer lugar, esperanza: porque este mundo, a pesar de que no lo parezca, es ya todo un medio divino, porque está ya llegando en todo momento y lugar ese “reinado de Dios” (Mt 4,17: “Está cerca el reinado de Dios”). En segundo lugar, liberación, porque las fuerzas inexplicables del mal hacen violencia continuamente, impidiendo o frenando la realización de ese reinado (Mt 11,12: “Desde que apareció Juan hasta ahora, se usa la violencia contra el reinado de Dios y gente violenta quiere quitarlo de en medio”). Hay esperanza, porque todo está empezando ya a ser un “medio divino”, un “lugar del Espíritu”. Pero hay que trabajar por la liberación frente a las fuerzas del mal, para que acabe de realizarse ese “medio divino” o “espacio de Espíritu”.


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Espíritu Santo es Pluralismo y Convivencia
30.05.09 @ 17:28:57. Archivado en Religion y sociedad

En la escenificación por Lucas del acontecimiento de Pentecostés, la irrupción del Espíritu como terremoto, ráfaga de viento y lenguas de fuego sobre la comunidad reunida desencadena un proceso de comunicación desconcertante: los galileos transformados de timoratos en audaces transmiten la Buena Noticia a gente “de todas las naciones que hay bajo el cielo”, pero no hace falta traducción simultánea.

Ni Pedro y Salomé, ni Magdalena y Juan utilizan un esperanto, ni obligan a los oyentes a aprender arameo, ni se refugian en el griego como hoy en el inglés. Habla cada cuál en su propia lengua y se entiende cada hijo de humano en la suya.

Por supuesto, ya sabemos que no ocurrió así. Se trata del ideal; lo que Lucas, como las primeras comunidades deseaban que ocurriera; lo que el Espíritu de Jesús les animaba a que ocurriera y hacia lo que nos hace hoy a nosotros encaminarnos para lograr que ocurra: la unidad, como en el mandala oriental de la variedad y la armonía, la síntesis de pluralismo y convivencia.

Cuando los constructores de la torre de Babel tuvieron que desistir de su empeño a causa del caos multicultural, la interrupción de las obras fue castigo y bendición. Castigo para quienes querían uniformar a todos y todas bajo la misma torre y lengua. Bendición porque, al dispersarse, se conservó la pluralidad de lenguas y la heterogeneidad de culturas.

El mensaje de Pentecostés no es sustituir la torre de Babel por una plaza de san Pedro y dicasterios vaticanos para uniformar y unificar a todos y todas bajo latines, dogmas, morales y ritos homologadores a machamartillo, sino una llamada a construir la convivencia promocionando la pluralidad al amparo del Espíritu que da vida, libertad y capacidad para relativizarlo todo, porque todo cambia menos el Espíritu que nos hace seguir cambiando continuamente.

El evangelio según san Juan que se lee este domingo dice así: “El Espíritu desvelador de la Verdad os guiará por el camino hacia la plenitud de la verdad” (Jn 16, 13: eís ten aletheian pásan). Si nos tiene que encaminar a la totalidad de la verdad, es porque todavía no estamos en ella.

Ninguna de las confesionalidades cristianas, ninguna de las iglesias hermanas, ni ninguna de las religiones hermanas está en posesión de la totalidad de la verdad, ni nosotros tampoco, por supuesto. La presencia del Espíritu que nos encamina hacia esa plenitud “subsiste” (en latín “sub-sistit”, está latente, inacabada e incipiente) también en la iglesia católica, pero sin que ésta tengan ningún derecho de monopolio sobre el Espíritu (no obstante la pretensión de algunas declaraciones como la instrucción Dominus Jesus de la CDF, de 6 de agosto del 2000, que interpreta en su n.16 el “subsistit” como si solamente subsistiese la autenticidad eclesial cristiana en la iglesia católica. Lamentaremos durante mucho tiempo el insulto a las iglesias hermanas y la marcha atrás en el ecumenismo que supuso este documento).


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Celibato, sexualidad y amor
02.06.09 @ 03:52:56. Archivado en Religion y sociedad

¿Origina abusos el celibato del cura? ¿Son compatibles matrimonio y ministerio? ¿Es inhumano renunciar al sexo? Preguntas retadoras piden respuestas audaces.

Arriesguémonos a plasmar en aforismos el tema vidrioso.

1) Celibato no se opone a matrimonio. Ambos contrastan con solteronías o emparejamientos insignificantes. La opción religiosa célibe será minoritaria; no por eso elitista, ni mejor que el matrimonio, no monopoliza la dedicación apostólica o el seguimiento radical de Jesús.

2) Sexualidad es más que genitalidad y amor es más que sexualidad. La especie humana, al amar, se diferencia por elegir en la encrucijada: ayudarse a crecer personalmente, o destruirse mutuamente.

3) Necesitamos redescubrir la ternura, más allá de la permisividad y el moralismo. Un beso amoroso puede fundir a dos personas más íntimamente que un coito sin ternura. La psicología social critica la obsesión “an-orgasmo-fóbica”, es decir, el miedo a no alcanzar el orgasmo utópico prometido por la literatura excitante.

4) El acoso sexual del clero es abuso de poder e injusticia, no mero incumplimiento de voto o lastre de formación de invernadero: crisis de pubertad reprimidas explotan con retraso en forma de abusos y desviaciones en la integración sexual, Reconocidas sin ocultamiento, habrá que cortarlas y repararlas.

5) En vez de ética sexual prohibitiva, una ética constructiva de las relaciones, centrada en el respeto y ayuda al crecimiento mutuo, valdrá para parejas heterosexuales u homosexuales; para relaciones interpersonales en comunidades célibes; o para relaciones de amistad entre personas con diversas opciones de vida.

6) Compatible la vida en pareja con el ministerio, podría conferirse la ordenación a personas casadas, solteras o viudas de ambos sexos, con aptitud para animar, servir y unir a las comunidades. Tampoco sería obstáculo la orientación sexual para el celibato opcional. Homosexual, heterosexual o asexual, lo decisivo es la aptitud de la persona.

7) Varios desenlaces son posibles, si incide un enamoramiento en la opción celibataria:

a) cambio de rumbo en la vida;

b) represión, pero con siembra de expectativas dañosas;

c) funambulismo por la cuerda floja de la doble vida ;

d) a la defensiva, la persona se incapacita para amar y, por tanto, para el ministerio;

e) re-elegir la opción, con gratitud y dolor, asumiendo los límites y proseguir el aprendizaje de amar más y mejor. El celibato opcional no niega el amor, pero conlleva tres renuncias: a la exclusividad de una relación íntima; al ejercicio de la sexualidad; y a la procreación y formación de una familia. No es fácil, sin represiones ni ambigüedades, integrarlas con el aprendizaje del amor. Vivir sin relación sexual puede tener sentido, pero vivir sin amar deshumaniza.

(Publicado en "El País" el pasado domingo, 31 de Mayo)


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Pasa la Trinidad, vuelve lo trinitario
06.06.09 @ 08:57:02. Archivado en Mística, Religion y sociedad

Preguntan en Japón: ¿Son politeístas ustedes? ¿Creen en tres divinidades masculinas, Padre, Hijo y Espíritu, y una femenina, la diosa María? ¿Son dioses como los del hinduísmo o sintoismo los santos y santas del retablo? Preguntas incómodas, pero tiene la culpa la evangelización hecha a base de catecismos de Trento, Ripalda o Pío X.

La palabra “Dios” es un indicador que señala camino (sin demostrarlo, ni ahorrarnos andar a oscuras)al encuentro del secreto de la vida.

“Padre-Abba” es una palabra-clave, que remite al origen radical, Vida de la vida. Se traduce como Padre y Madre, pero quiere decir más que padre y más que madre.

“Hijo” es palabra-clave para referirse al sentido de la vida de Jesús, rostro de Dios, imagen, presencia real y cercanía encarnada de Abba: filiación sin límites y fraternidad-sororidad sin fronteras.

“Espíritu” es palabra-clave, que expresa la riqueza de la presencia vivificadora del Dios todo en todo, en todos y en todas, en el río imprevisible de la historia y en la intimidad inefable de cada biografía.

Hablando “desde arriba hacia abajo” (como le gusta a la teología romana) se dice: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, con ecos de fórmula bautismal, vehículo de “la” fe en “la” Fuente dc la Vida-Abba, “la” Ruta del Amor-Jesús-Cristo y “la” Respiración de la Esperanza-Ruah. (¿Interpretarán algunos varones como discriminación positiva el uso de todos estos artículos de género femenino?). Fuente, río y mar, preferirán decir en poesía.

Hablando “desde abajo hacia arriba”, como las tradiciones orientales cristianas de antaño o las teologías de la liberación de hogaño, decimos: “En el Espíritu, por el Hijo al Padre”, justamente como quien se santigua al revés.

“Trinidad” es una palabra abstracta que esquematiza esta expresión de la fe y aleja la presencia divina a las alturas de dogmas, doctrinas y especulaciones ahumadas. Aunque se añada el adjetivo “santísima”, no se endereza el entuerto. Aún la hace más infumable la añadidura de “misterio”.

En vez del “Misterio de la Santísima Trinidad”, lo importante para creyentes es la experiencia histórica y biográfica del encuentro con “la” actividad vivificadora de “la” Fuente de la Vida, de “la” Ruta del Amor y de “la” Respiración de la espranza, que pacifica, alienta y reconcilia.

Pasa así la trinidad abstracta, pero retorna y se recupera lo trinitario concreto.

Pero conservaremos en el museo de familia (que eso son los catecismos) los recuerdos de aquella gigantomaquia intelectual que, desde Niceas a Trentos, pasando por Calcedonias y Lateranenses, jugó al ping-pong teológico, intercambiando raquetazos de “naturalezas”, “personas”, “esencias”, “propiedades”, “relaciones”, “sustancias”, etc. Como decía Unamuno, la única “sustancia” buena, el caldo del cocido...

Hoy no nos sirven esas nociones de escuela, pero vuelve a recuperarse y permanece la intuición profunda bajo la complejidad armónica de todas ellas, como en el mandala oriental o en el retablo medieval: unidad en la multiplicidad; no uniformidad, sino creatividad, comunión y donación mutua gratuita. Y liberar al secreto último de la vida de las etiquetas que lo encierran en términos de politeísmos, panteísmos, monoteísmos o agnosticismos.

Nota: Me he alimentado espiritualmente esta semana, preparando el domingo trinitario con la lectura de Raimon Panikkar,La Trinidad. Una experiencia humana primordial, Siruela,2004, tercera edición, y Teresa Forcades I Vila, La Trinitat, avui, Publicaciones de la Abadía de Monserrat, 2005. Pero si prefieren opiniones contrarias, las podrán encontrar, como de costumbre en la proliferación de diarrea mental, verborrea dogmática y libido loquendi del pseudo-blogger porteño que padece adicción a este blog, como pueden comprobar por sus impenitentes comentarios. Los dejaremos sin borrar, tzmbién esta vez, con perdón del resto del público, para más inri...


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Premio de la Paz, por luchar contra el SIDA
09.06.09 @ 23:05:24. Archivado en Bioética

El pasado 7 de Mayo tuvo lugar en Tokyo la entrega del Premio de la Paz al canónigo anglicano Gideon Byamugisha. Este sacerdote de Uganda ha sido designado para el premio por la Fundación Budista Niwano para la Promoción de la Paz, siendo así el vigésimo sexto beneficiario de dicho galardón, que en su primer año se otorgó al obispo católico brasileño Helder Cámara.

Coincidió la fecha de la ceremonia con días de alerta mundial por un nuevo virus gripal y el galardonado tuvo que renunciar a su presencia en el acto de condecoración, en el que le representó el obispo anglicano de Tokyo, Makoto Uematsu, quien nos leyó el mensaje del Rev. Byamugisha con un exordio esperanzador: “Las pandemias no son solamente amenazas, sino oportunidades de interconexión solidaria global”.

Con claridad y brevedad, el discurso de aceptación del premiado desarrolló pedagógicamente el acróstico que su autor viene repitiendo durante dos décadas en conferencias por más de cuarenta países. La mnemotecnia es SAVE, al mismo tiempo significativa de “salvar” y resumen de cuatro estrategias: Seguridad (safe practice) en el ejercicio de la sexualidad; acceso (access) a tratamiento y nutrición; voluntaria (voluntary) participación habitual en reconocimientos y consejo médico sin discriminación); y empeño (empowerment) en capacitar a hombres y mujeres, jóvenes y mayores, familias y naciones para convivir con la vulnerabilidad sin estigmatizar a nadie.

El Pastor Byamugisha es conocido mundialmente por su labor en favor de la dignidad y los derechos humanos de las personas que viven con VIH/SIDA. Pocos días después de perder a su esposa, a causa del virus, se enteró de que también él lo tenía. Decidió compartir su problema y se convirtió en la primera figura religiosa que confesaba abiertamente su condición seropositiva. "Entonces, poca gente hablaba abiertamente de ello y se asociaba la enfermedad con la promiscuidad sexual. Me costó aceptarlo, pero opté por no ocultar mi enfermedad, sino compartir con quienes me importaban". En vez de rechazo, halló aceptación. Le daban por terminal, pero remontó gracias a la medicación que le consiguieron generosamente.

Se casó de nuevo con una mujer viuda seropositiva. “Se puede aprender de los éxitos y los obstáculos de Uganda”, dice, “actualmente la abstinencia entre los jóvenes solteros es mayor, la primera experiencia sexual se retrasa y disminuye el sexo ocasional a la vez que aumenta el uso de preservativos. Pero los bajos ingresos, las discriminaciones de género y los bajos niveles educativos no desaparecen fácilmente”.

El Rev. Gunnar Stalsett, obispo luterano emérito de Oslo que presidió la Conferencia Internacional del SIDA en Toronto (2006), escribe sobre “El cambio de actitud de las religiones ante el SIDA” en la revista budista Dharma World (Abril, 2009): “Ningún tema ha afectado tanto en tan poco tiempo a las diversas confesiones religiosas, obligándolas a replantearse su modo de relacionarse con la sexualidad humana. Hoy reconocemos la necesidad de apoyar el acceso equitativo a escala mundial a los programas de educación, prevención, tratamiento y cuidado.. Para apreciar este cambio de actitud en las religiones, hay que recordar las resistencias opuestas por tabúes ancestrales. Les cuesta a las religiones encarar con naturalidad el tema de la sexualidad humana. Contradicen sus mensajes de amor y solidaridad con actitudes, enseñanzas y normativas estigmatizadoras de las víctímas del virus”.

En el libro Prevención del VIH: Una conversación teológica global (ed. Gillian Paterson, 2008), profesionales de la teología y creyentes de diversas religiones, junto con personas víctimas de la enfermedad, estudian cómo contribuir a la prevención del SIDA, desde un terreno común intercultural e interreligioso. Convergen en las conclusiones diversos grupos religiosos para apoyar en su totalidad el conjunto de medidas preventivas y curativas, así como la lucha contra todo estigma de discriminación. Destaca en esa obra la aportación derl Rev. Byamugisha, junto a la de la teóloga católica Margaret A. Farley.

El discurso pronunciado por Niwano Nichiyo, Presidente de la Asociación Budista Koseikai, al hacer entrega del 26 Premio de la Paz a Gideon Byamugisha estuvo a la altura de un líder religioso con amplitud de miras. “La lucha contra el SIDA, dijo, es inseparable de las estrategias para la desaparición de la pobreza y el acceso equitativo al cuidado total de la salud. Por eso las religiones no pueden permanecer indiferentes”. Y, a continuación, añadió con finura japonesa: “No perdamos tiempo en discutir sobre las ramitas del árbol, lo principal es regarlo, cuidarlo y curarlo”. Para quien lee entre líneas, las “ramitas” eran un fina alusión, sin descender a detalles, para restar importancia al nerviosismo con que algunas instancias religiosas se obsesionan con el tabú del preservativo.


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Ni Misa sin mesa, ni Corpus sin cuerpo
11.06.09 @ 01:52:57. Archivado en Religion y sociedad

Si Malaquías levantara la cabeza, invitado a ver desde un balcón con colgaduras de la enseña nacional el paso de la lujosa custodia en la procesión del Corpus, diría: “No acepto la ofrenda de vuestras manos” (1, 10). Y si viese la foto del obispo rodeado de los empresarios, ¿qué diría?Jesús señalaría la crisis y diría : “Dadles vosotros de comer” (Mt 14,16).

A misa no se va para “despacharse” por haber “cumplido el precepto”, sino a celebrar, compartir y convivir. No hay misa sin mesa, en la que se comparte la vida, la fe y la Palabra y Pan de vida que las alimentan. No hay ofertorio con sentido, si no refleja la solidaridad compartida.

Puede celebrarse sin ornamentos y sin rúbricas, pero no sin comunidad. Le preguntan a Jesús en qué templo adorar y contesta: “En Espíritu y Verdad” (Jn 4, 24), es decir, la comunidad, reunida por su Espíritu de Verdad, prolonga el cuerpo de Cristo y sustituye al templo antiguo.
A mediados del siglo pasado, en los altares laterales de la capilla del seminario celebraban la misa varios sacerdotes a la misma hora, cada uno a solas en su altar con un acólito. Un sacristán era capaz de ayudar en tres altares, yendo y viniendo con lavabos y vinajeras (y de paso se tomaba un sorbito del vino que sobraba...). Desde el Concilio Vaticano II se recuperó el sentido convivial de la eucaristía, en torno a la mesa, compartiendo la vida, el Pan y la Palabra.

Si la última cena de Jesús con sus discípulos se hubiera celebrado en Nagasaki, Jesús habría tomado en sus manos un cuenco de arroz y una taza de te o una copa de “sake” para decir: Esta es mi vida, aquí pongo yo mi vida, que se parte y reparte, repetidlo en memoria mía.

No decimos: “Este pan es mi cuerpo”, sino: “Esto es mi cuerpo”. “Esto” no es solamente pan y vino, sino lo que ellos representan: la vida entera de la comunidad reunida: sobre ella pedimos que venga el Espíritu a consagrarla y convertirla en cuerpo y vida de Cristo para la liberación del mundo.

Dos lecturas para el domingo, festividad del Corpus: Luis Alonso Schökel, Meditaciones bíblicas sobre la Eucaristía, Sal Terrae, Santander, 1986; José Antonio Pagola, Jesús, PPC, Madrid 2007, cap. 12: Conflicto peligroso, pp.363 ss.: “Despedida inolvidable”


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Con el Corazón de Jesús... sin corazonismo patriotero
16.06.09 @ 02:54:24. Archivado en Religion y sociedad

Hoy ya no se canta la estrofa del nacional-catolicismo: “Reinará en España más que en todo el resto del mundo”. Hoy sería al revés: “Hará a España salir de sí misma, para abrirse al reinado de Dios en el resto del mundo”.

“Reinará en España” fue uno de los lemas emblemáticos del “corazonismo monárquico pseudopiadoso”. Evoca lo que, en los años sesenta se leía en la solapa del pasaporte del estado español: “Recuerda, decía, que como español ostentas una dignidad sin igual”.

Ante la anunciada ceremonia “patriótico-ideológica” de la consagración de España al Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, será oportuno distinguir entre el Corazón de Jesús sucedáneo (el del corazonismo nacional-católico) y la espiritualidad del Corazón de Cristo. Una cosa es el “café-café” y otra los sucedáneos descafeinados.

Rahner escribió hace medio siglo sobre la espiritualidad del Corazón de Cristo como antídoto contra las desviaciones en el modo de entender y practicar la espiritualidad de los Ejercicios ignacianos. Decía el teólogo alemán que, sin la premisa mística y el acompañamiento crítico, los grandes temas de la pedagogía espiritual ignaciana (por ejemplo, el “magis” de “la mayor gloria de Dios”, la “indiferencia”, la “tercera manera de humildad”, el “sentir con la iglesia”, etc...) se pueden convertir en un arma de dos filos que origina extravíos y engendra violencias.

Dicho artículo no tendría hoy mucha garra para invitar a su lectura. Se titulaba “Espiritualidad ignaciana y devoción al Sagrado Corazón” (Revue d‘ascétique et mystique, 35, 1959, 147-166). Como antídoto contra los autoengaños, proponía Rahner redescubrir una devoción, cuyas exageraciones empezaban ya en aquellas fechas a ser cuestionadas.

Uno los autoengaños de la religión bajo capa de bien (sub angelo lucis, decía Ignacio) es la cohabitación con el poder (político, empresarial o ideológico). La justificación del militarismo nacional-sintoísta por parte de monjes del Zen durante la guerra del Pacífico o las bendiciones de la guerra como cruzada “por Dios, por la patria y el rey”, por parte de obispos españoles durante la época del nacional-catolicismo, son muestras de una religión al servicio del patriotismo ideologizado, como en algunas interpretaciones cuestionables de la jihad islámica.

El Cerro de los Ángeles queda como símbolo de una de esas desvirtuaciones de la religión al ayuntarse con el poder.

Pero mis reflexiones críticas van dirigidas contra los sucedáneos “corazonistas”, no contra la auténtica espiritualidad de la confianza (propia de la devoción al Corazón de Cristo, con la que siempre me he identificado y me identifico muy especialmente como jesuita) a que invita la Buena Noticia de Jesús sobre la misericordia.

Acabo de releer la selección de textos del P. Pedro Arrupe sobre el Corazón de Cristo, publicada por el Secretariado del Apostolado de la Oración con el título En Él solo... la esperanza, Roma, 1983, con un prólogo de Karl Rahner. Pedro Arrupe (1980) cita a Teilhard de Chardin (1891-1955), admirado por su conjunción de ciencia y mística, biología y teología.

El corazón de Cristo, en el centro de la espiritualidad del jesuita francés, pionero ya antes del Concilio Vaticano II, conectaba con el “punto Omega” del universo, que el paleontólogo y teólogo del “Medio divino” concebía como “fuerza centrífuga de amor acogedor” y “fuerza centrípeta de amor sin fronteras”. Unos meses antes de morir, este pensador de convergencias acuñaba en su diario esta fórmula de su intuición científico-mística: “El gran secreto y la gran síntesis es que hay un corazón del mundo (un hecho de reflexión) y este corazón del mundo coincide con el corazón de Cristo (un hecho de revelación). Dos caras de un misterio: el centro de convergencia en que se concentra el universo y el centro cristiano, el corazón de Cristo”(Diario, VI, p. 106).

Sintonizando con la intuición de Teilhard, el P. Arrupe veía el resumen de todo el Nuevo Testamento en la “relación Corazón de Cristo y corazón humano” (id.,n.7) y el centro de esta relación en el amor que capacita para la esperanza (id., n.12), título de dicha antología: “En Él solo... la esperanza”.

Sus reflexiones sobre la espiritualidad de la confianza se pueden agrupar en cuatro bloques: 1) Esperanza agradecida. 2) Esperanza comunicativa. 3) Esperanza crítica. 4) Esperanza contra toda esperanza. Corresponden a experiencias repetidas en su biografía:

1)Experiencias de dejarse querer y ser querido . Vivir la benevolencia divina a través de la experiencia concreta de ser querido intensamente por diversas personas, que nos capacitamos para querer y sembrar cariño. Al reconocernos bien queridos, nos animamos a más y mejor.

2)Experiencias de transmitir y comunicar cariño, quitar miedos, infundir ánimos, transmitir acogida humana y benevolencia divina.
3)Experiencia de detectar odios que desactivar y agresividades que desarraigar: conjugar la tolerancia con la denuncia de lo intolerable y hacerse voz profética de personas sin voz, como hizo Pedro Arrupe al movilizar las últimas energías de su vida por las personas refugiadas.
4)Experiencia de sentirse capacitado para sonreir a pesar de los pesares. Aquí bajaba la cabeza en silencio el P. Arrupe ante el enigma del mal, insoluble racionalmente y solo asumible en la “esperanza contra toda esperanza”, sobre todo cuando el mal y las ideologías avasallan el interior de las iglesias...


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Bienaventuranzas, según Caffarena
21.06.09 @ 11:00:55. Archivado en Religion y sociedad

Merece releerse, un cuarto de siglo después, la paráfrasis de las Bienaventuranzas, según el filósofo J.G.Caffarena SJ., que propugna una mansedumbre dinámica (no de opio evasivo, sino de energía constructora de paces), muy necesaria hoy cuando reviven, incluso entre personas supuestamente creyentes, agresividades y venganzas, ensañamientos y rencores.

Escribe así el P. Caffarena:

“Bienaventurado el que ama y ha descubierto la dicha de compartir el mundo.

Bienaventurado quien no se aísla en su pequeñez pensando ilusamente que con eso se va a ”realizar”. Bienaventurado el que ama la vida tal como ella es y no como él tiende a representársela.

Bienaventurado el humano que es capaz de acoger al otro humano más allá de toda consideración de las ventajas que le pueda traer; por encima de las simples leyes de la atracción biológica, por encima también de sus reacciones agresivas. Que ha entendido el perdón sin memoria y la ternura sin retorno.

Bienaventurado el que ha llegado a concebir el inmenso proyecto de la universalidad reconciliada, porque eso ha sido querer realizar a Dios en su imagen; y vivirá así de una comunicación de la plenitud divina.

Bienaventurado el que es consciente de que en su pequeñez es puro don y gracia; y sabe sin embrago sentirse desde ella como responsable del entero Reino de la justicia, partícipe de una mirada divinamente maternal hacia los más débiles y dolientes, las víctimas de la opresión.

Bienaventurado quien no se escandaliza de la pequeñez humana, ni la propia ni la ajena; y cree que es posible que esa pequeñez florezca en la grandeza de una fraternidad sin fronteras.

Bienaventurado quien no se escandaliza de las caricaturas en que el hombre se ha desfigurado en su desconcierto por esa pequeñez y en su deseo desorientado de grandeza individual. Bienventurado quien acepta el dolor de la lucha sin odio por la superación de esa desviación, por el alumbramiento de la verdad.

Bienaventurado quien es capaz de ver la posibilidad de la paz anticipada, quien comprende que la violencia es promesa engañosa, quien encuentra fecundo creer en la bondad nativa del corazón humano; quien se decide a desarmar con la mansedumbre los baluartes de la fuerza.

Bienaventurado quien no se escandaliza de que el dolor y la muerte tengan su tiempo que nunca cabe definitivamente eliminar; quien no se escandaliza de que al Reino no se pueda llegar sin el fracaso. Bienaventurado quien cree que una muerte prematura de profeta es también eternamente fecunda.

(Tomado de José Gómez Caffarena, La entraña humanista del cristianismo, Desclée, Bilbao, 1984; segunda edición: Verbo Divino, Estella, 1987, pp.132-133).


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Al cielo se entra por la puerta trasera
23.06.09 @ 01:02:32. Archivado en Religion y sociedad

Justamente lo decía el evangelio de esta mañana, 23 de Junio. “Entrad por la puerta angosta; porque ancha es la puerta y amplia la calle, que llevan a la perdición, y muchos entran por ellas. ¡Qué angosta es la puerta y qué estrecho el callejón que llevan a la vida! Y pocos dan con ellos” (Mateo 7, 13-14).

Érase que se era, érase una vez... un obispo rumboso y ortodoxo, en sermones un poco soso. Murió y se fue derecho al cielo, dispuesto a entrar por la puerta grande, pero no había un alma en los alrededores.

“¡Qué raro!”, pensó para sus adentros, “¡Una toma de posesión sin autoridades a la espera, ni coche oficial que me conduza hasta las alturas de la Trinidad Beatísima!”

Revoloteaba un arcángel que le puso al tanto: “Monseñor, por aquí no se entra, tome la senda de la izquierda que acaba en la puerta trasera. ¿No se acuerda que el Maestro entró en Jerusalén en borriquillo?”.

Monseñor frunció el ceño. ¡Mencionarle a él la izquierda... qué atrevimiento... ese arcángel debe ser un infiltrado del gobierno...!

Había mucho barro en la senda. Se pusieron perdidos los mocasines de raso episcopales. Lunares de fango ensombrecieron los calcetines purpurados.

Hecho una pena llegó al fin a la puerta de la cocina. Allí estaba Jesús echando un cigarrillo con un grupo de los sin techo. “Bienvenido, amigo mío, en buen momento llegas. Estamos preparando olla y migas. Últimamente, con esto de la crisis, no damos abasto. Pero pasa, hombre, pasa, no te quedes embobado ahí fuera, remángate los faldones y acomódate. Por cierto, tira esa mitra, que aquí te va a estorbar. Y antes de la faena échate un trago de este vino, que esta es mi vida, y prueba este pan de horno de pueblo, que esto es mi cuerpo...


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Murcia peregrina a Monteagudo: Corazón sin fronteras
26.06.09 @ 04:24:06. Archivado en Religion y sociedad

El día del Corazón de Jesús Murcia peregrina por los senderos de la huerta hacia lo alto de Monteagudo, para orar abriéndose al mundo entero.

A mis seis años la huerta significaba ir a casa de la tía Carmen, la prima de la yaya, abuela paterna en nuestra familia mitad alicantina y mitad murciana. La huerta era merienda-cena: morcillas, migas, pimentiquios, berenjenas, costillas... Trepábamos a la higuera a por brevas. “Nene, no las comas calientes, que sueltan la tripa”. De regreso, al atardecer, oscurece por la vereda junto a la acequia: “Nene, no te sueltes de la mano, que vas a tropezar”.

Habíamos estado en la huerta, pero sin ver la huerta. En la huerta, diría Unamuno, hay paisanaje, pero falta paisaje.

Sentándose bajo los limoneros, el único horizonte es la senda, que desaparece “a la revueltiquia” y no ayuda en la depresión. A Vicente Medina le producía “cansera” la nostalgia de esa sendica por la que se fueron sus penas. En el armario de recuerdos de abuelos conservábamos la colección de Blanco y Negro. En el del 18 de junio de 1898 (n.372) leeríamos de mayores al poeta murciano dolorido por “aquel hijo que se fue a la guerra” por esa sendica sin horizonte...

Desde dentro de la huerta no se ve la huerta. La ví desde lo alto, cuando mi padre nos subió a los dos hermanos a la torre de la Catedral, otro día a Monteagudo, otro día a la Fuensanta. Nos impresionaba de cerca la campana Águeda o las dimensiones del Corazón de Jesús que esculpió Nicolás Martínez. “Hay que subir a las alturas para mirar a lo lejos, al horizonte”, sentenciaba mi padre, siempre cuidadoso de resumir la lección con aforismos lapidarios.

En aquellos días los únicos edificios altos en Murcia eran el Hospital y la Casa de los Nueve Pisos. “Para ver la huerta, hay que salir fuera de la huerta”, proseguía mi padre, inculcándonos afición a filosofar. Nos explicaba que la torre de santa Catalina era una de las alturas de Murcia cuando él era un niño y la veía desde el terrado de su casa en la calle de Madre de Dios. “Cuando había un incendio, avisaban desde ese campanario”. Ahora esa torre está asfixiada entre edificios que duplican con creces su altura.

Hoy, al otear desde la Fuensanta, apenas queda ya porción de huerta sin edificar. Mayor razón para salir de vez en cuando en busca de alturas donde se respire amplitud de miras y anchura de corazón. El 19 de junio sube la peregrinación tradicional desde el corazón de la ciudad hasta el castillo de Monteagudo. Murcia quiere salir de la estrechez cotidiana y mirar a lo largo y a lo ancho, desde la amplitud sin fronteras del corazón de Cristo, con los brazos extendidos sobre la ciudad.

No estoy en mi tierra ese día. Lo recuerdo desde el monte Rokko, en Kobe (Japón), donde la juventud de la parroquia celebra una eucaristía oteando desde la cumbre el puerto y debatiendo sobre la acogida a la inmigración, cada vez más difícil por el endurecimiento de la legislación y burocracia japonesas.

En lo alto de este monte hay una estatua de Kannon, bodisatva de la misericordia, dedicada a Miyoshi, la azafata que salvó vidas infantiles, ayudando a salir por la rampa de emergencia de un avión en llamas tras un aterrizaje forzoso. Ella no pudo salir y pereció en la explosión. “Nadie tiene mejor amor que quien da la vida”, reza el epitafio.

A la vuelta, releo la conferencia “Corazón humano”, en que el P. Pedro Arrupe (1980) comenta a Teilhard de Chardin (1891-1955), admirado por su conjunción de ciencia y mística, biología y teología.

El corazón de Cristo, en el centro de la espiritualidad de este jesuita francés, pionero de nuevos signos de los tiempos, ya antes del Concilio Vaticano II, conectaba con el “punto Omega” del universo, que el paleontólgo y teólogo del “Medio divino” solamente podía concebir como “fuerza centrífuga de amor acogedor” y “fuerza centrípeta de amor sin fronteras”.

Unos meses antes de morir, este pensador de convergencias acuñaba en su diario la síntesis final de su intuición científico-mística: “El gran secreto y la gran síntesis es que hay un corazón del mundo (un hecho de reflexión) y este corazón del mundo coincide con el corazón de Cristo (un hecho de revelación). Dos caras de un misterio: el centro de convergencia en que se concentra el universo y el centro cristiano, el corazón de Cristo”(Diario, VI, p. 106).

Me sumo desde la distancia a la peregrinación murciana a Monteagudo. Menos mal que hoy ya no se cantará, como en tiempos del nacional-catolicismo, aquella estrofa que decía: “Reinará en España más que en todo el resto del mundo”. Hoy es la revés: “Hará a España salir de sí misma, para abrirse a descubrir el reinado de Dios en todo el resto del mundo”.

Así lo medito, al aura del vaho salino de la bahía al anochecer, mientras diviso desde mi ventana la noche iluminada del puerto de Kobe y anhelo que las atalayas de Monteagudo y la Fuensanta o la Torre como vigía avizoren para Murcia el camino de salir de sí misma para buscar convergencias y crear alianzas de culturas en un mundo sin fronteras, según el Corazón de Cristo.

(Publicado en La Verdad de Murcia, en la fiesta del Corazón de Jesús)


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De la confesión neurótica al sacramento de paz
28.06.09 @ 05:02:03. Archivado en Religion y sociedad

"Adiós al confesionario y bienvenida al pacificatorio". Con este lema se abre una serie de posts sobre la reconversión del sacramento de la paz, lamentablemente reducido a la confesión rutinaria, a veces neurotizante. El papable cardenal Martini coincide con los últimos papas en revalorizar el sacramento de la conversión y reconciliación. Pero su preocupación no es que disminuya el número de penitentes ni la frecuencia con que lo practican, sino recuperar la riqueza pacificadora y terapéutica del “confiteor”.

Confiteor significa “yo confieso”. Pero, ¿Qué confesamos cuando confesamos? No sólo confesamos el pecado, dice el cardenal Martini. Confiteor significa alabar, reconocer y manifestar.

Confesamos la alabanza y gratitud. Confesamos la manifestación de la vida con sus luces y sombras, reconociendo ambas. Y confesamos la fe. Confiteor significa “yo alabo, yo reconozco y yo creo”.

Confesor y penitente se ayudan mutuamente a reconocerse pecadores perdonados, a agradecer el perdón y a confesar la fe orando juntos. La palabra de reconocimiento de quien se confiesa y la palabra de absolución de quien ratifica de parte de Dios el perdón son sacramento de la transformación pacificadora y terapéutica operada por el Espíritu, que hace crecer frutos de gracia donde se habían sembrado semillas de culpa.

En sus Meditaciones de Ejercicios, al hilo del evangelio, comenta el exegeta Martini: “La confesión de alabanza repite la experiencia de Pedro en Lc 5. Comienza el coloquio penitencial recordando el itinerario de la propia vida; ¿Qué tengo que agradecer desde la última confesión?”

Al comienzo de este Año del Ministerio, es oportuno recomendar tres lecturas que ayuden a cambiar el confesionario por el pacificatorio:

1. Vicente Gómez Mier, Adiós al confesionario, Ed. Nueva Utopía, 2000

2. Domiciano Fernández, Dios ama y perdona sin condiciones, 1989 (Ver nueva edición de 1999 en: http://www.servicioskoinonia.org/biblioteca/teologica/CelebracionPenitencia.zip
http://personal.auna.com/rubio/confe0.htm

3. Conferencia episcopal española, Dejaos reconciliar con Dios, 1989


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Muere la confesión, ¿Resucitará el sacramento?
01.07.09 @ 18:33:15. Archivado en Religion y sociedad

(Reconciliación,2) Reconoce el cardenal Martini que la confesión frecuente, como expresión del camino penitencial, está en decadencia. Atribuye una de las razones de la crisis de la penitencia al formalismo en que se había caído.

Pero al agonizar la confesión, puede resucitar el sentido de la conversión. “La Iglesia, dice Martini, ha recuperado un sentido penitencial mucho más fuerte que antes, sobre todo por lo que atañe a la conciencia de los pecados sociales, de la injusticia, de la necesidad de fraternidad”.

Durante siglos no existió en la iglesia la celebración de la penitencia por el método de la confesión con absolución individual. Pero desde el principio existió en la iglesia la llamada a la conversión, la fe en el perdón como parte del Credo y la oración que nos capacita para perdonarnos mutuamente en el Padre Nuestro.

La desaparición de una determinada forma de confesarse y recibir el perdón no significaría la pérdida de nada esencial. Pero si desapareciera la llamada la conversión, la fe en el perdón y el propósito de perdonar, entonces sí que se estaría perdiendo algo fundamental.

Por tanto la crisis de la penitencia no consiste en que se confiese menos gente con menos frecuencia. La crisis estaría en la pérdida de sentido de la ambigüedad humana (que nos hace ser portadores inevitablemente de luces de bien y sombras de mal), la falta de expresiones simbólicas para reconocerlo, la falta de fe en el perdón y la disminución de la capacidad de dejarse perdonar, sentirse perdonado y tratar de perdonar.

El problema no es la falta de visitas al “kiosko”, como a veces llaman al confesionario. Más bien la muerte del “kiosko” prefigura la resurrección del sacramento. Hay que pasar del confesionario al pacificatorio...


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Proponer sin imponer. Cuestionar sin condenar
04.07.09 @ 01:16:11. Archivado en Religion y sociedad

(A petición de quines no pudieron tener acceso al artículo publicado en El País (el pasado 26/06/2009 ), se publica de nuevo en este blog. A petición igualmente de lectores y lectoras que han sentido malestar por los comentarios impertinentes, se mantiene el blog de momento cerrado a comentarios).

PROPONER SIN IMPONER, CUESTIONAR SIN CONDENAR

Ningún Gobierno tiene derecho a arrogarse el monopolio de la democracia. Ninguna Iglesia o confesión religiosa tiene derecho a detentar el monopolio de la moral. La elaboración y presentación de un anteproyecto legislativo para someterlo al debate parlamentario es un servicio a la comunidad política, pero no puede dictar de antemano a ésta los resultados de dicho debate. Asociaciones profesionales, medios de comunicación, entidades educativas e investigadoras o representantes de tradiciones religiosas ejercen su derecho a contribuir al debate cívico, enriqueciéndolo con aportaciones y matizándolo con cuestionamientos; pero no pueden imponer esas opiniones saltando por encima de las reglas constitucionalmente consensuadas por la comunidad política para su funcionamiento parlamentario.(Los obispos no son ni más ni menos que uno de esos grupos...) Todos pueden proponer, sin imponer. Todos pueden cuestionar, pero sin condenar.

Cuando la tradición del debate parlamentario está arraigada en una sociedad sanamente plural, laica y democrática, no tiene sentido que un determinado grupo cultural o religioso se erija en portavoz exclusivo de la moral ante la opinión pública, como tampoco se concibe que haga tal imposición un determinado sector político, ya sea del Gobierno o de la oposición.

No parece, sin embargo, que disfrutemos en el Estado español de esa situación equilibrada. Aparecen a menudo ante la opinión portavoces eclesiásticos que enarbolan la bandera de la moral, presuntamente amenazada por el Gobierno, tentando a portavoces gubernamentales para que entren al trapo devolviendo la pulla, con el regocijo de quienes pescan morbo informativo en el río revuelto de la polémica.

En el debate sobre la interrupción del embarazo, tal reducción del tema a una contienda de romanos contra cartagineses lo ha desenfocado. Parece un pugilato de izquierdas contra derechas, Gobierno contra Iglesia, posturas pro mujer contra posturas pro vida, defensa de madres contra protección de fetos y un interminable etcétera de oposiciones maniqueas. Seguimos sin aprobar la asignatura pendiente: proponer sin imponer; despenalizar sin fomentar; cuestionar sin condenar; concienciar sin excomulgar.

En el caso de parlamentarios creyentes, en unos y otros partidos, se espera que conjuguen su conciencia religiosa con la prudencia legislativa, sin condicionamientos de pertenencia confesional o política. Sabrán que no todo lo éticamente rechazable ha de ser penalizado, ni tampoco lo despenalizado es, sin más, éticamente aprobable. Sin ceder a presiones, ni partidistas ni religiosas, buscarán conjugar la protección de la vida naciente con la necesidad de evitar aquellos excesos penales que harían un flaco favor a la vida que se desea proteger.

No es fácil el debate sereno entre quienes se atrincheran en un discurso incondicionalmente asertivo y dilemático, incapaz de alternativas al blanco y negro. Deseando contribuir a esa búsqueda de alternativas, reformulo una vez más un decálogo de reglas para el debate sobre el aborto.

1) Evitar el dilema entre pro-life y pro-choice. Posturas opuestas pueden coincidir en que el aborto no es deseable, ni aconsejable; hay que unir fuerzas para desarraigar sus causas; nadie debe sufrir coacción para abortar contra su voluntad, y debe mejorarse la educación sexual para prevenirlo.

2) No mezclar delito, mal y pecado. Rechazar desde la conciencia el mal moral del aborto es compatible con admitir, en determinadas circunstancias, que las leyes no lo penalicen como delito. El apoyo a esas despenalizaciones no se identifica con favorecer el aborto a la ligera.

3) No ideologizar el debate. Evitar agresividad contra cualquiera de las partes, no hacer bandera de esta polémica por razones políticas o religiosas y no arrojarse mutuamente a la cabeza etiquetas descalificadoras ni excomuniones anacrónicas. Ni el aborto deja de ser un mal moral cuando la ley no lo penaliza, ni la razón de considerarlo mal moral depende de una determinación religiosa autoritaria.

4) Dejar margen para excepciones. No formular las situaciones límite como colisión de derechos entre madre y feto, sino como conflicto de deberes en el interior de la conciencia de quienes quieren (incluida la madre) proteger ambas vidas.

5) Acompañar personas antes de juzgar casos. Ni las religiones deberían monopolizar la moral y sancionarla con condenas, ni las presuntas posturas defensoras de la mujer deberían jugar demagógicamente con la apelación a derechos ilimitados de ésta para decidir sobre su cuerpo. El consejo psicológico, moral o religioso puede acompañar a las personas, ayudándolas en sus tomas de decisión, pero sin decidir en su lugar ni dictar sentencia contra ellas cuando la decisión no es la deseable.

6) Comprender la vida naciente como proceso. La vida naciente en sus primeras fases no está plenamente constituida como para exigir el tratamiento correspondiente al estatuto personal, pero eso no significa que pueda considerarse el feto como mera parte del cuerpo materno, ni como realidad parásita alojada en él. La interacción embrio-materna es decisiva para la constitución de la nueva vida naciente y merece el máximo respeto y cuidado: a medida que se aproxima el tercer mes de embarazo aumenta progresivamente la exigencia de ayudar a que éste se lleve a término. Para evitar confusiones al hablar de protección de la vida, téngase presente la distinción entre materia viva de la especie humana (p. e., el blastocisto antes de la anidación) y una vida humana individual (p. e., el feto, más allá de la octava semana).

7) Confrontar las causas sociales de los abortos no deseados. No se pueden ignorar las situaciones dramáticas de gestaciones de adolescentes, sobre todo cuando son consecuencia de abusos. Sin generalizar, ni aplicar indiscriminadamente el mismo criterio para otros casos, hay que reconocer lo trágico de estas situaciones y abordar el problema social del aborto, para reprimir sus causas y ayudar a su disminución.

8) Afrontar los problemas psicológicos de los abortos traumáticos. Es importante prestar asistencia psicológica y social a quienes su toma de decisión dejó cicatrices que necesitan sanación. No hay que confundir la contracepción de emergencia con el aborto. Pero sería deseable que la administración de recursos de emergencia como la llamada píldora del día siguiente fuese acompañada del oportuno aconsejamiento médico-psicológico.

9) Cuestionar el cambio de mentalidad cultural en torno al aborto. Repensar el cambio que supone el ambiente favorable a la permisividad del aborto y el daño que eso hace a nuestras culturas y sociedades.

10) Tomar en serio la contracepción, aun reconociendo sus limitaciones. Fomentar educación sexual con buena pedagogía, enseñar el uso eficaz de recursos anticonceptivos y la responsabilidad del varón, sin que la carga del control recaiga sólo en la mujer. Sin tomar en serio la anticoncepción no hay credibilidad para oponerse al aborto; hay que fomentar la educación sexual integral, desde higiene y psicología a implicaciones sociales, e incluya suficiente conocimiento de recursos contraceptivos, interceptivos y contragestativos.

¿Será posible este modo de debatir alternativo o se quedará en sueño? La pelota está en el tejado de dos debates: cívico y parlamentario. Quisiera apostar por una mayoría éticamente serena, capaz de independizarse de las patologías extremistas de sus respectivos partidos e Iglesias.

Juan Masiá, profesor de Bioética en la Universidad de Santo Tomás de Osaka (Japón).


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¿Qué quiere decir "perdón de los pecados"?
05.07.09 @ 03:08:21. Archivado en Religion y sociedad

(Penitencia 3, prosigue la serie, tras la interrupción de ayer))

El P. Sawada, sacerdote de la diócesis de Tokyo, juega con la gramática para explorar el perdón de los pecados.

Invita a comparar las frases siguientes:

Yo perdono tus pecados
Yo te perdono
Yo te perdono tus pecados
Tus pecados son perdonados
Tus pecados te son perdonados.

Llega el P. Sawada a la conclusión de que ninguna de las fórmulas satisface por completo. Perodonar no es borrar, ni limpiar, ni decir que “aquí no ha pasado nada”, porque sí ha pasado y lo mal hecho, hecho está. Perdonar es decir que, a pesar de todo eso, a pesar de los pesares, yo te libro de la esclavitud con que te esclaviza tu pecado.

Retraduce así las frases evangélicas, sustituyendo la expresión “tus pecados son perdonados” o “te perdono tus pecados” por otra más exacta que sería: “Yo pongo una barrera entre tus pecados y tú, yo doy un corte a la cadena que te esclaviza a tus pecados. El pecado y el mal siguen estando ahí, pero yo corto la relación (en japonés, lo dice con la noción budista de “EN”) , la vinculación, el encadenamiento entre el pecado y tú. En pocas palabras: “Yo, dice Jesús (el único que puede decirlo) te libero del pecado”. El perdón es liberación, penitente y confesor ruegan por esa liberación y dan testimonio juntos de recibirla. Por eso el sacramento es pacificatorio, terapéutico y letificante.


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¿Qué confesar?
06.07.09 @ 13:38:40. Archivado en Religion y sociedad

(Penitencia 4) Las meditaciones del cardenal Martini que originaron esta serie de posts insistían en el triple significado del confiteor: confesar la alabanza y gratitud; confesar la vida con sus luces y sombras; confesar la fe.

Recomendaba Martini: “Si me es difícil hacer la confesión breve, ¿por qué no probar a hacerla más larga?” Y siguuendo la sugerencia del Ordo poenitentiae propone escuchar juntos una palabra evangélica, orar juntos y reaccionar a ella según los tres pasos siguientes::

1. Confesión de alabanza.¿En qué he encontrado últimamente motivos para dar gracias? Reconocerlo es confesar la alabanza.

2. Confesión de la vida. ¿Cuáles han sido recientemente las luces y sombras en mi cotidianidad? ¿Sucedió algo que me pesa y quisera que no hubieraq sucedido? Reconocer ese “peso de los días” y pedir liberación es confesar la vida.

3. Confesión de fe. ¿Soy capaz de perdonarme a mí mismo y dejarme perdonar, creyendo en el perdón, con ese acto de confianza que me lleva más allá de las patologías de autocondenación o de las de autojustificación?

Realizar este camino, acompañada la persona por el ministerio del perdón, es lo que Martini llama "hacer el recorrrido del camino penitencial". Se sale de la celebración sacramental con alegría y paz. Ha muerto el confesionario torturador y ha resucitado el pacificatorio terapéutico y esperanzador.


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El confesor se confiesa
07.07.09 @ 02:33:10. Archivado en Religion y sociedad

(Penitencia 5)El añorado Martín Descalzo tituló su famoso libro "Un cura se confiesa". Estaría de acuerdo en decir, al hilo de Martini que "confesor y penitente se confiesan y perdonan mutuamente".

No es ripio, sino una verdad como una casa. Lo acentuaba el cardenal Martini al decir que penitente y confesor se ayudan mutuamente a reconocerse pecadores y receptores de perdón por parte del Único que perdona...

Lo que ocurre es que el confesor sale ganando. Viene una persona penitente, me recuerda que yo también soy pecador perdonado, mientras yo se lo recuerdo a ella y oramos juntos para ser liberados. La persona se marcha alegre. A continuación, viene otra y otra. Y yo salgo ganando.

Cada una de estas personas ha tenido una oportunidad de que le recuerden su condición pecadora y la alegría del perdón, a la vez que esa persona se lo ha recordado al confesor. Pero este último sale ganando, porque si han venido esta tarde veinte personas, le han recordado a él veinte veces que es pecador perdonado. Él sale ganando por uno contra veinte.

Desde mi experiencia puedo asegurar que es así, resulta privilegiado el confesor. Veinte personas me han recordado veinte veces esta tarde que soy llamado a convertirme, que no estoy libre de pecado y que puedo y debo creer en el perdón. Yo he tratado de recordárselo a cada uno de ellas, pero sin duda me llevo la parte del león, he salido ganando... Pues muchísimas gracias...


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Perdonarse y dejarse perdonar
08.07.09 @ 23:19:40. Archivado en Religion y sociedad

(Penitencia 6) Experiencias de sentirse querida la persona y dejarse querer hacen posible superar la amargura, el rechazo a o la angustia que se producen ante los males pasados, presentes o futuros.

La celebración del sacramento de la pacificación podría y debería convertirse en expresión y confirmación de que somos objeto del amor y la acogida incondicional por parte de la única instancia absoluta que es capaz de perdonar más allá y por encima de todas las traiciones. Qui salvandos salvas gratis...

Si la celebración del sacramento en forma de coloquio penitencial sirve de mediación para esa experiencia de sentirse la persona acogida, querida, sanada, liberada y perdonada, entonces la absolución no es un borrón y cuenta nueva, ni una invitación al olvido, ni una amnistía barata.

Lo mal hecho, mal hecho está, se sigue recordando para que no se repita, no se finge que no haya pasado nada, pero se acepta que una instancia absoluta corte el lazo entre ese mal y yo y me libere. (No es meramente poner un manto que lo tape, sino cortar radicalmente la vinculación entre la persona y lo que la esclaviza).

El sacramento deja de serlo y no ayuda a fomentar esta experiencia cuando se convierte en rutina, en tensión neurotizante, en saldo de cuentas, en pago de multas o en ventanilla burocrática para expedir permisos que tranquilicen los autoengaños.

Por el contrario, la vivencia auténtica del reconocimeinto simultáneo del pecado y del perdón abre perspectivas de paz y serenidad.

En efecto, solamente de esa vivencia se puede recordar el mal pasado ,sin que sea morboso el recuerdo; solamente desde esa vivencia se puede afrontar el mal presente, sin que el asco disuelva el buen humor; y solamente desde esa vivencia se puede anticipar el mal futuro ,sin que el miedo deje a la persona bloqueada”

Libera nos, quaesumus, Domine, ab omnibus malis praeteritis, paesentibus et futuris...


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Degustando paella, revisar la moral
10.07.09 @ 18:06:24. Archivado en Bioética



Para santo Tomás los juicios y decisiones morales en casos concretos se parecen más al arte de cocinar que al de confeccionar pócimas para medicación.

La moral no es cuestión de recetas y medidas, sino de criterios y saituaciones. Por eso el doctor Angelicus daba tanta importancia a las circunstancias (Secunda secundae, q.47, a.3; etc).

Éstas forman parte del objeto y por eso modifican la moralidad de los actos, permitiendo conjugar criterios con situaciones y dando lugar a la flexibilidad para la que no había sitio en el estilo de moral sin excepciones de la encíclica Veritatis splendor de Juan Pablo II.

No bastan las recetas ni las medidas de agua, arroz y condimento. Para que salga bien la paella es necesario, habría dicho el Aquinate, pasar por la experiencia de logros y éxitos, por haberlo intentado muchas veces.

Conozco un japonés que conserva en el diario de su viaje por España sesenta recetas diferentes para hacer la paella. Le sale suficiente bien (mejor que a mí); pero, desde luego, no le sale tan buena como la que hacía mi yaya, de solera alicantina.

La que se ve en la foto adjunta, la hice para el grupo juvenil de la parroquia de Rokko, en Kobe, en colaboración con el P. Katayanagi; no me salió muy bien, por exceso de azafrán y falta de sal... Un fallo como tantos otros en que caemos todos: unos, al dar clase de moral; otros, al hacer declaraciones de portavoz eclesiástico; y otros, al redactar borradores de encíclicas para el obispo de Roma...


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El bioderecho andaluz apoya a la bioética

11.07.09 @ 13:35:29. Archivado en Bioética




En la foto, el Dr. Suzuki, budista (coautor con JM de El Dharma y el Espíritu, PPC,2008), conversa con Juan Masiá sobre bioética y diálogo intercultural, en Tokyo. Hablamos sobre la ley andaluza de muerte digna, que serviría de referencia para la legislación que hace falta en Japón.

Reproducción del artículo publicado en La Verdad de Murcia el 11 de Julio:
Bioderecho en favor de bioética

Cuando se aprobó el mes pasado por el gobierno andaluz el proyecto de Ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, los medios de comunicación telefonearon a las cátedras de bioética para contrastar reacciones. Preguntaban si la ética está de acuerdo con esta ley sobre muerte digna y si la bioética apoya o cuestiona este proyecto legislativo.

Hay que responder poniendo del revés la pregunta: Es la bioética la que se encuentra apoyada por el bioderecho. La legislación presente protege unos comportamientos ya aprobados hace tiempo por la ética, que reciben ahora salvaguarda de seguridad jurídica.

Confirma el bioderecho lo que hace tiempo recomendaba la bioética: la necesidad de garantizar a todas las personas que se respetará su derecho a afrontar el trance final de su vida, respetando la dignidad de cualquier persona durante el proceso de morir y hasta el momento de su muerte; también en el acompañamiento humano de estos procesos, desde situaciones paliativas y terminales hasta el tratamiento del cadáver y los procesos de duelo.

Una lectura sin prejuicios del proyecto de ley confirma el apoyo del bioderecho a la bioética para mantener el término medio entre la obsesión terapéutica y el descuido irresponsable o la mala práctica, asegurando derechos de pacientes y deberes de profesionales, en centros públicos o privados. La postura equilibrada entre ambos extremos está formulada en el presente proyecto siguiendo el criterio de la moderación, regulación y limitación de la aplicación de tecnologías sanitarias en las etapas irreversibles de enfermedades que desembocan en el final de la vida, pero teniendo siempre presente la autonomía y los valores del paciente.

No es novedosa la exigencia de fomentar los cuidados paliativos, aunque habrá que admitir que no está suficientemente asegurado el acceso equitativo a ellos.Tampoco es novedad la admisión del rechazo de los recursos médicos exagerados; pero casos que crearon malestar innecesario, como el de Inmaculada Echeverría, estarán más amparados por la ley. Se espera que esta ley autonómica sea referencia significativa para futuras mejoras y revisiones legislativas a escala estatal.

Como explican quienes participaron en la preparación o presentación del proyecto, la preocupación por salvaguardar derechos pretende abarcar a todas las partes implicadas: proteger al personal sanitario frente a denuncias injustificadas; proteger el ejercicio de los derechos de autonomía del paciente frente a limitaciones indebidas, desde la burocracia de las instituciones o desde el paternalismo familiar; protección para las familias respecto a derechos de privacidad y respeto a la intimidad personal o a los datos personales de pacientes y familiares.

Hay que evitar los malentendidos ocasionados con motivo de la aplicación de la sedación en agonía. No es una práctca eutanásica, sino un recurso para reaccionar ante síntomas refractarios, no suprimiendo la vida del paciente, sino sumiéndole en un sueño profundo, excluída la administración de fármacos letales.

Poco será cuanto se insista en deshacer los malentendidos que provocan las críticas hechas en nombre de una oposición a la eutanasia en términos generales e imprecisos. El presente proyecto de ley para una muerte digna no regula la eutanasia, ni el suicidio asistido, tipificados en el Código Penal y fuera de las competencias autonómicas. Hay que reiterarlo claramente, para evitar oposiciones demagógicas no bien fundamentadas.

Entre los derechos reconocidos se encuentra el recibir o no, si así lo desea el paciente, información clínica veraz y comprensible sobre su diagnóstico y pronóstico, para ayudarle en la toma de decisiones.Se puede renunciar a iniciar tratamientos desproporcionados o interrumpirlos. Se puede hacer esto, aunque conlleve la aceleración del proceso de morir.

Se asegura el acceso a paliativos. Se contempla el derecho a recibir tratamiento del dolor, incluyendo la citada sedación paliativa cuando esté indicada, consentida y debidamente protocolizada. Se garantizan los cuidados paliativos integrales, proporcionables, si la persona lo desea, en su domicilio.

Hay que disentir, con el debido respeto y reconociendo su buena intención, de las reservas manifestadas ante esta legislación por representantes de la jerarquía eclesiástica o por profesionales de la sanidad que hicieron declaraciones en contra desde perspectivas religiosas. No prejuzgaremos la posible intencionalidad política que, a veces, empaña estas declaraciones presuntamente hechas en defensa de la vida o las personas.

Y, desde luego, no entraremos aquí al trapo de discusiones con quienes se ponen de parte de propuestas como las berlusconianas, avaladas sin rebozo por el ala de extrema derecha de algunas posturas teológicas .


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No hay crisis de confesión, sino de perdón
13.07.09 @ 00:58:36. Archivado en Religion y sociedad

Hortensias, flor de Kobe. Lluvia fina (kirisame japonesa y sirimiri en Donosti) empapa la tierra, da matices a las hortensias y encanto al paseo. “Mi Palabra, como lluvia, no volverá a mí vacía” (Isaías 55, 11).

Dice en un post José Manuel Vidal, haciéndose eco de lamentaciones papales jeremíacas, que está en crisis la confesión. Pero no importa que esté en crisis el confesionario o que desaparezca la confesión, si se recupera la fe en el perdón y la práctica de la reconciliación.

La celebración de la penitencia no es cuestión de número y frecuencia. Más importante que la confesión es el perdón como parte del Credo: Creo en el perdón de los pecados.

Más importante que la confesión es el perdón como parte del Padre Nuestro: Pedimos perdón y capacidad para perdonar. Más importante que la confesión es el perdón que pedimos y recibimos al principio de cada Misa y a lo largo de toda la celebración Eucarística.

Más importante que la confesión es que luchemos juntos para desarraigar el “pecado estructural, social y colectivo del mundo”.

Pero puestos a celebrar con sentido en algunos “momentos fuertes” el perdón en forma de conversación (que no es privada, “entre Dios y yo”, sino pública, con el acompañamiento mutuo de quien confiesa y quien es testigo, no juez, testimonio de que Dios perdona), entonces habrá que hacerlo, no al estilo del confesionario, sino del pacificatorio (como exliqué en la serie de posts anteriores sobre la penitencia).

Cuando sustituimos el confesionario tradicional por unos locutorios favorables al coloquio penitencial, insistí al arquitecto en que evitásemos colocar a penitente y confesor frente a frente, como ante una mesa burocrática. No se arreglaba nada con solo cambiar la rejilla de celosía por el cara a cara de ventanilla.

Tampoco eran solución las celebraciones penitenciales colectivas, si no se daba la absolución colectiva. Por eso fracasóla reforma de los nuevos rituales, mezcla explosiva de lo ritual y lo rutinario. En los cambios hay que ir más al fondo.

Había que formar un triángulo. Penitente y confesor, en oblicuo, se orientan hacia el icono, la imagen o el crucifijo, formando un triángulo. Se rompe la imagen del examinador o el juez, incluso la del mero terapeuta. Confesor y penitente, mirándose lateralmente, orientan a la vez sus miradas juntas hacia la imagen mediadora de la instancia absoluta desde la que viene el perdón y la acogida.

Penitente y confesor dialogan, pero a la vez oran juntos, se dirigen la mirada y la palabra mutuamente, pero a la vez que las dirigen y orientan hacia un más allá de ambos.

Y ahora que Roma ha anunciado el año del sacerdocio ministerial (mejor que ministerio sacerdotal; aunque habría sido mejor llamarlo el Año Ministerial), es el momento de desear y orar porque en el futuro, tanto la presidencia de la Eucaristía como celebración del perdón no se reduzcan al ministerio de varones ordenados, sino se lleven a cabo indistintamente por mujeres o varones dispuestos y disponibles para esa diakonía... Pero para eso habr:a que esperar al siguiente Papa del siguiente del siguiente, no lo verán nuestros sobrinos nietos...

(Nota: La foto está tomada del blog japonés del P.Katayanagi, muy leído por nuestra juventud parroquial. Gracias).


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Paella mixta y encíclica variada... de la casa

14.07.09 @ 23:35:57. Archivado en
Religion y sociedad



Paella mixta y ensalada variada: menú ambiguo, según el sitio. En Valencia, maravilloso (testigo, doña Carmen Bellver). En restautante barato madrileño para turistas, no sabe igual ese plato, ni aun regado con vino del país. Aplíquese el cuento a encíclicas “de la casa”.

Ingredientes de la última encíclica-paella (tantos que casi no se ve el arroz):

Almejas: Más de 35: citas de Populorum progressio (Usen la calculadora lectoras y lectores con escrúpulo, para confrontar el dato exacto).
Trozos de magra: preconciliar:
Gambas: la media docena escasa: citas d eGaudium et spes
Pimientos morrones: a mansalva, casi excesivos: más de 65 citas Juan Pablo II
Calamares: Más de 20 citas del propio Benedicto.
Guisantes: citas postconciliares con metralla preconciliar disimulada, ej. la cita n. 13: que leamos a Pablo VI, pero... evaluándolo a la luz del “correcto punto de vista” de la tradición, “patrimonio de lo antiguo y lo nuevo.(Suel e ser la manera vaticana de decir lo contrario del predecesor, precediendo la frase “como dijo admirablemente mi venerado predecesor”).
Arroz: de Valencia y Calasparra, pero mezclado con el de China, bueno para tres delicias, pero menos bueno para paella. La dosis de solidaridad, derechos humanos, ataques a las raíces de la crisis económico-financiera, el salvaguardar de la dignidad de toda persona sin discriminaciones y un largo etcétera es de clase y abundantísima, todo arroz del bueno, aunque los excesivos tropezones no dejen verlo. Pero se mezcla sutilmente con cucharadas de arroces preconciliares,. Como en el Catecismo y en la Veritatis splendor (y hasta en el mismo Concilio), el problema es la mezcla de los dos arroces (el “sí, pero no”; y el “no, pero sí” de la retórica estilo Osservatore romano)
A fuego lento: a esta encíclica la han dejado reposar, lo que mejora el arroz antes de servirlo.
Algún mejillón d elos buenos: Unas poquitas citas escasísimas, por compormiso y de pasada, de la Pacem in terris, de Juan XXIII
La encíclica Caritas un veritate repite y confirma la Doctrina Social de la Iglesia, Ha sido valorada por algunos comentaeristas como un “giro a la izquierda”; pero, en el fondo, su interpretación del Vaticano II es siempre en términos de continuidad y no de ruptura. He puesto luz roja en el n. 12 donde dice que "el vínculo entre el Vaticano II y Populorum progressio no significa que el magisterio social de Pablo VI marque una ruptura con el de papas anteriores, porque el Concilio constituye una exploración más profunda de este magisterio dentro de la continuidad de la vida de la Iglesia" Y lo confirma poniendo una cita de pie de página (la número 19): el discurso de Benedicto XVI a la curia romana en Navidad, el 22 de dic de 2005, en el que insiste en que el Concilio no es ruptura sino continuidad. Su lectura del Concilio tranquiliza a la minoría de oposición al Concilio.Muy distinta de la lectura que hace H. Küng en sus Memorias, o de la que hace John O Malley en su libro What happened at Vatican II. O sea, que:

Aunque el teólogo se vista
Papalmente de seda...
¡Parabién a lefebvristas!:
Escolástico se queda


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Venid vosotros solos aparte (Mc 6, 31)
18.07.09 @ 12:57:02. Archivado en Mística

A punto de acabar la estación lluviosa en Kobe: tonos malva y blancos empapados de kirisame/sirimiri (foto por gentileza del blog del P. Katayanagi). El Evangelio del Domingo, 19 de Julio, dice: "Venid vosotros solos aparte".
Ni los discípulos, ni el pueblo entienden a Jesús: ”Venid vosotros solos aparte”.

Me preguntan en la parroquia de qué hablaríamos hoy, a propósito de esta palabra. Alguien propone comentar sobre el descanso. En Japón se hacen demasiadas horas extraordinarias no pagadas, hay mucho estrés y faltan vacaciones y descanso.

Otra opinión sugiere hablar de oración.También Jesús se retira a orar en despoblado en Mc 1, 35.

Bien, lo del estrés hace falta decirlo en Japón y lo de la oración hace falta en todas partes. Pero el punto que hay que subrayar, según Marcos, es que Jesús necesita llamar "a los discípulos solos aparte” para corregirles las entendederas, para educarles y liberarles de su incomprensión.

Ni los discípulos ni las masas comprenden lo que pretende Jesús. El pueblo busca su propio interés y beneficio: que le curen y le den pan. Los discípulos querrían hacer a Jesús cabecilla de un levantamiento en el que ellos serían los ministros. Jesús pretende otra cosa.

Jesús quiere instaurar una nueva manera de relacionarse en confianza con Dios y una nueva manera de relaciones humanas de mutua confianza: Hacer ver que está empezando a llegar ese “Medio Divino” o “Reino de Dios”, pero que hay que hacer por construirlo. En el evangelio según Marcos llama la atención cómo Jesús rechaza todas las ideologías (de la religión establecida, de los discípulos, de las masas, de la derecha o de la izquierda).


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Agosto: Vacaciones y Ejercicios. Día 1
19.07.09 @ 17:00:03. Archivado en Mística

En agosto, descansar: vacaciones de mar o sierra, o retiro en un espacio verde de espiritualidad para encontrarse con y dejarse encontrar por el Misterio.

¿Ejercicios espirituales, con acompañamiento? Bien, si quien acompaña no habla demasiado y quien se ejercita no piensa, ni se cansa demasiado: ejercicios en reposo, corpóreo-espirituales. Re-aprender a respirar, a reposar, a callar y escuchar.

Reposar: receptividad para dejarse absorber por lo que trasciende, dejándose llevar por el viento que tensa las velas, pero sin ser arrastrado a la deriva por la corriente. Relajada, decía Teresa, pero no embobada; distendida, pero no aflojada.

Día primero: ante todo, una pausa de concentración y contemplación.

T. , enferma de cáncer, antes de ingresar en el sanatorio vino de visita. La cita era a las cuatro. Pasó media hora y no llegaba. Cosa rara en ella, siempre puntual. Se presentó con una hora de retraso y pidió excusas. Al salir de la estación y cruzar el parque, le impresionaron los cerezos en flor. Se sentó extasiada. Cuando se percató, había pasado más de una hora. "Llevo, decía, veinte años pasando a diario por aquí, camino de la empresa. Jamás me detuve". Veinte años a la carrera. En su empresa, a pesar de ser mujer, mandaba sobre muchos hombres y era reconocida su eficiencia y creatividad. Su agenda incluía mensualmente viajes al extranjero. Organizaba reuniones internacionales y conferenciaba en varios idiomas. "Pero nunca me detuve, decía, a disfrutar de este parque" Aquella tarde, la víspera de su ingreso en el hospital, sintiendo que se le iba la vida, empezó a descubrir de pronto que la estaba desperdiciando, mientras parecía aprovecharla hasta el minuto. "¿Adónde iba yo, decía, con tanta prisa?".

Su recuerdo, veintiún años después, sugiere la necesidad de la pausa corpóreo-espiritual para orar en forma de pregunta.

La persona creyente no se diferencia de la no creyente por haber visto a Dios. A Dios nadie le ha visto (Jn 1,18). La persona creyente no deja de preguntar por Dios a Jesús, cuyo Espíritu hace preguntar.

La persona creyente no es quien tiene los problemas resueltos, porque la fe no resuelve problemas, sólo ayuda a situarlos desde otra perspectiva, haciendo posible orar en forma de pregunta desde las incertidumbres.

La persona creyente no tiene un manual con soluciones a los enigmas de la vida, del universo o del mal. Tiene muchísimas más preguntas que dirigir al Dios de la esperanza.

La persona creyente, por Jesús, con Él y en Él sigue haciendo preguntas a Abba, oración interrogativa: "¿Por qué, Señor?" (Sal 74). Y se queda en silencio, con Jesús, ante el silencio de Dios.

(Para ampliar detalles, ver: Respirar y caminar. Ejercicios espirituales en reposo, Desclée, Bilbao, 2001)

Textos bíblicos para el día primero:

Estoy llamando a la puerta (Apoc 3, 14-22)
Voy a prepararos un lugar (Jn 14, 1-11)
Sal 116: Alma mía, recobra tu calma
Sal 13: ¿Hasta cuándo he de estar cavilando, con el corazón apenado todo el día?
Sal 6: Cura, Señor, mis huesos dislocados
Salmo 4: En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque sólo Tú, Señor, me haces vivir tranquilo.
Mc 6, 31: Venid a descansar
Lc 8, 18: Mirad, pues, cómo escucháis
Lc 10, 41: Solamente una cosa es necesaria
Mt 11, 28-29: Acercáos a mí todos los que estáis rendidos y agobiados, que yo os daré respiro
1 Jn 5, 4: Sus mandamientos (encargos) no son una carga
Mt 6, 7: Al orar, no habléis mucho
1 Re 19, 12-14: No estaba el Señor en el fuego... Vino una brisa suave... Se escuchó una voz: Elías, ¿dónde estás?
Gen 3, 9: El Señor dijo a Adán: ¿dónde estás?
Sal 86: Alegra mi alma, orienta mi corazón, dame una señal
Sal 118: Muéstrame tus senderos
Sal 42: ¿Por qué te alborotas, alma mía?
Sal 142: En la mañana hazme escuchar tu gracia
Sal 62: Descansa en Dios, alma mía
Sal 5: Por la mañana te expongo mi causa y me quedo aguardando
Sal 6: Tengo el alma en delirio. Tú, Señor, ¿hasta cuándo?
Sal 107: Espabílate, alma mía, despertaré a la aurora


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Agosto: Vacaciones y Ejercicios. Día 2

21.07.09 @ 03:21:10. Archivado en Mística

El arco iris, con su gama completa de colores (pluralidad), abarca en esta foto con sus 180 grados la ciudad entera (perspectiva), pasadas las lluvias. Para el segundo día de Ejercicios, el tema es PERSPECTIVA: punto de vista nuevo sobre la cotidianidad.

La visión de conjunto plantea preguntas sobre las coordenadas de la vida: ¿de dónde saco fuerza para vivir?, ¿en qué suelo arraigo?, ¿dónde estoy y hacia dónde miro?, ¿qué me sostiene?, ¿hay un centro absoluto que convierta en relativo todo lo periférico?...

La respuesta, desde la Buena Noticia de Jesús: "Yo nunca estoy solo", vivo asentándome en el misterio del Padre y Madre que lo envuelve todo (cf. Jn 8, 17). El salmo dice: "Me envuelves por delante y por detrás... si tomo las alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar, también allí descanso en la palma de tus manos" (Ps 139).

En la parábola budista, el mono saltarín reta al Buda: "de un salto me planto en tres cumbres lejanas, escribo mi nombre y regreso al instante". El Buda sonríe: "Haz la prueba, no irás muy lejos". Salta el mono de cumbre en cumbre firmando y regresa. Le recibe el Buda, mostrándole sus dedos: en sus yemas, la firma del mono; los picachos lejanos coincidían con los dedos del Buda. "Vayas donde vayas, estás en la palma de mis manos".

Ignacio junto al Cardoner, Buda bajo el tilo, y Pablo en su caída ¿tuvieron vivencias análogas?. De pronto, todo es distinto; todo es lo mismo, pero ha cambiado la persona; se capta el mundo de otro modo.

Malas traducciones de Mt 5, 48: "Sed perfectos como el Padre del cielo." Ese "como" significa: “No seáis perfectos como los perfeccionistas, sino como Dios, que llueve sobre buenos y malos." Decía un párvulo: "Si yo fuera Dios, sólo mandaba lluvia al campo de los buenos; los malos, que se... fastidien." Pero el Dios Padre y Madre del cielo llueve sobre justos y pecadores (Mt 5, 45).

Lucas quiso evitar el malentendido y reformuló: "Sed misericordiosos, como Dios es compasivo" (Lc 6, 36 ). En el original griego de Mateo, teleios, en vez "perfecto", sugiere amplitud de horizonte desde lo alto de la montaña, lo "consumado, imparcial e ilimitado".

Retraducimos: "Aspirad a amplitud de miras y anchura de corazón, a la perspectiva del Padre y Madre del cielo". Desde esa altura, las cosas no se ven como obstáculos, ni las personas como enemigas. Desaparecen ideas fijas, miedos y ataduras desproporcionadas: los budistas las llaman “deseos desorientados” e Ignacio "afecciones desordenadas" (Ejercicios, 21).

Textos bíblicos para el segundo día:

Mt 3, 3: Preparadle el camino al Señor
Rom 8, 15-17: Recibisteis un Espíritu que nos hace hijos y nos permite gritar: ¡Abba!¡Padre! Ese mismo Espíritu le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
Mt 5, 48: Sed perfectos (amplios de miras y anchos de corazón) como el Padre (no como los "perfeccionistas")
Jn 1, 50: Natanael, verás cosas mayores (¡Lo que te queda por ver, Natanael!)
Rom 14, 17: Si vivimos como si morimos, del Señor somos
Ef 1,3: Bendito sea el que nos bendijo en Cristo
Sal 4: Tú en el aprieto me diste holgura
Jn 4, 31-34: Mi alimento es hacer su voluntad
Mt 6, 7-13: Padre Nuestro, que estás en los cielos...,que estás en la vida.

(Para ampliar detalles, ver: Respirar y caminar. Ejercicios espirituales en reposo, Desclée, Bilbao, 2001)


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Agosto: Vacaciones y Ejercicios. Día 3

22.07.09 @ 01:33:48. Archivado en Mística

Maravilla del loto blanco, belleza florecida inesperadamente desde el fango, simultaneidad de flor y fruto. Dejarse aceptar gratuitamente por la fuerza que nos hace florecer, a la vez que asumimos la realidad del propio barro sin justificarla. El tema del tercer día es ACEPTACIÓN.

Reconocer la sombra y responder al llamado de la luz, pero sin obsesionarse con las negatividad ni desperdiciar la gratitud. La gota de agua sucia, dijo el maestro, refleja la luna. Equivocación: creerse agua limpia. Mayor error: no percatarse de que la gota de agua sucia puede reflejar la luna.

Al filtrar agua, hay quien se queda mirando la suciedad recogida en el filtro, en vez de beber la que sale limpia.

"La iluminación, dice la tradición budista, es como flor que brota inesperadamente a la vera del camino y nos sorprende cuando nos habíamos equivocado de sendero".

Somos peores de lo que creen otras personas cuando nos valoran y aprecian. Somos mejores de lo que creen quienes nos minusvaloran. Y, desde luego, somos mejores de lo que nosotros mismos creemos. Lo descubrimos cuando alguien se fía de nosotros. Soy mejor de lo que creo cuando me autocondeno. Soy peor de lo que me creo cuando me autojustifico. Lo mejor de mi yo soy yo tal cual me ve quien, al mirarme, me crea.

Si descubrimos una instancia absoluta que nos acepta sin condiciones, tocamos fondo en lo mejor del propio fondo, donde somos más que nosotros mismos.

Textos bíblicos para el día 3:

Sal 90: Enséñanos a contar nuestros años, para cultivar sabiduría de corazón
Sal 30: Desde lo hondo clamo a Ti...
Sal 73: Soy como un borriquillo delante de Ti
Rom 7, 15: Lo que realizo, no lo entiendo, pues lo que yo quiero, eso no lo ejecuto, y lo que detesto, eso lo hago.
Lc 7, 47: Mucho debe habérsele perdonado, a juzgar por lo mucho que agradece
Dt 4, 29: Al cabo de los años retornarás a mí
Os 11, 2: Cuanto más los llamaba, más se alejaban
Is 43, 1: No temas... Te he llamado por tu nombre
Sab 11, 26: Tú a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, que eres amigo de la vida
Sal 51, 14: Devuélveme la alegría de la salvación
Mt 11, 25: Sí Padre, así está bien

(Para ampliar detalles, ver: Respirar y caminar. Ejercicios espirituales en reposo, Desclée, Bilbao, 2001)


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Agosto: Vacaciones y Ejercicios. Día 4

22.07.09 @ 16:09:44. Archivado en Mística



Se hace camino al andar
Nada es como era antes
El encuentro, caminantes,
Os recrea identidad.

"El azar, decía el filósofo Paul Ricoeur, se convierte en destino mediante la repetición de una elección". Comenzó por coincidencia y maduró en paso definitivo, algo que acaba convirtiéndose en destino, a fuerza de reiterar a diario la opción. ENCUENTRO EN EL CAMINO es el tema del día cuarto.

Una pareja, en su aniversario, lo cuenta así: "Fue casualidad, coincidimos... " La oportunidad maduró en relación, se consolidó en compromiso. "¿Y así hasta hoy?". "Sí, a fuerza de volver a elegirnos cada día".

Alguien con opción de vida consagrada dice: "Todo empezó con el cambio de planes, las vacaciones en el monasterio". Pasó el tiempo (chronos), llegó el momento oportuno (kairós) y cuajó la decisión. "¿Y así hasta hoy, la misma y lo mismo?". "No, sino re-eligiendo diariamente el camino, aunque una no sea la misma, ni todo sea lo mismo".

Eran las cuatro de la tarde cuando preguntaron al Maestro: "¿Dónde vives?", y los invitó a parar en casa aquella noche? (Jn 1, 39). También para Ignacio de Loyola todo empezó por casualidades: bala perdida, pierna rota, convalecencia sin novelas de caballerías, sino solo vidas de santos. La oportunidad desembocó en momento oportuno, tras una elección.

Dos experiencias decisivas: un encuentro, que cambia la ruta, y una serie de extravíos, al caminar. Hay que discernir.

En Marcos, tras la invitación al descanso, la escena de los panes (Mc 6, 30-46); entre la gente, y después la incomprensión (M 8, 14-21). Tres temas centrales del encuentro con “lo de Jesús que nos mete en el lío del Reino, en el movimiento de las Redes”: llamamiento para 1) estar con El, 2) trabajar en su misión, 3) y compartir su destino.

"Dadles vosotros de comer" (Mc 6, 37), iniciad un movimiento de compartir y repartir, estilo de vida contrastante, incomprendida por quienes solo esperen aprovecharse del reparto de panes y por quienes quieran manipular a Jesús para ponerlo en cabeza de lista en sus elecciones.

“Los obligó Jesús a toda prisa a subir a la barca” (Mc 6,45 y Jn 6,15). Se dió cuenta de que querían hacerlo cabecilla y huyó al monte, solo e incomprendido.

Tras la iluminación, la vivencia se formula así: "Me he desengañado, mediante este encuentro decisivo que me cambia". Y tras el momento siguiente, humanamente inevitable, la vivencia se expresa así: "De nuevo me extravié".

La historia de la iglesia y de cada comunidad se bifurca en esta encrucijada. Ignacio la llamó "Dos banderas" (Ej. 136-148). ¿Qué camino elegimos? ¿Optamos por quedarnos sólo con los dos primeros puntos, "con El y para su obra", pero no "por su camino y a su estilo"? ¿Optamos por los tres puntos completos, sobre todo acentuando el tercero: su estilo que nos desconcierta, nos mete en más de un lío y nos escandaliza?

(Para ampliar detalles, ver: Respirar y caminar. Ejercicios espirituales en reposo, Desclée, Bilbao, 2001)

Textos bíblicos para el día 4:

Mt 11, 3: ¿Eres tú el que aguardamos o tiene que venir otro?
Mt 16, 15: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Jn 1, 14: La Palabra se hizo carne, acampó entre nosotros, contemplamos su gloria
Flp 1, 21: Para mí vivir es Cristo
Gal 2, 20: Vivo… no yo, Cristo vive en mí
Flp 2, 6-7: No se aferró a su categoría divina, se despojó de su rango
Heb 4, 15: Probado en todo igual que nosotros, excluido el pecado
Gal 4, 4-7: Envió Dios a su Hijo, nacido de mujer… envió a vuestro interior el Espíritu de su Hijo, que grita: ¡Abba!¡Padre!
Jn 14, 5-7: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida


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Agosto: Vacaciones y Ejercicios. Día 5
23.07.09 @ 23:41:01. Archivado en Mística

La foto está tomada por el P. Katayanagi, SJ, que cuenta en su blog cómo debe su vocación de jesuita a la Madre Teresa de Calcuta. Ella, con sus crisis de fe, es buen acompañante para el quinto día de Ejercicios, cuyo tema es EXTRAVÍOS.

Oscuridades, inquietudes, angustias, duda. ¿Quién y cómo es Jesús, quiénes y cómo somos nosotros? Iluminación y desorientación, consolación y desolación, mociones de buen espíritu y colas serpentinas de mal espíritu: cara y cruz de la fe. Autoengaños y extravíos, mal y tinieblas siempre a mano. Conduce el Espíritu y tienta el mal. ¿Es Abba quien es, es Abba El Que Es, y por eso nos quiere?

Uno quisiera ser libre, pero se esclaviza. "La verdad os hará libres". Verdad se dice Makoto, nombre de persona. "Makoto os liberará".

Momentos de desierto y de Tabor, en la persona, en el grupo, en la cultura y en la época. Cada cuál se hace "imágenes de Cristo", con sus idolatrías. Lo peor, cuando una época, persona, grupo, iglesia o teología se arroga certificar una imagen de Cristo, monopolizándola.

En el prendimiento, menciona Marcos a un joven envuelto en una sábana: "intentaron atraparle, soltó la sábana y huyó desnudo" (Mc 14, 52). Sugerente simbolismo del despojo y desnudez. Los orientales dirían: "Si te encuentras al Buda, mátalo". Para que resucite la fe, hay que pasar por la muerte de sus falsas imágenes.

"¿Quién soy yo?" Responde el espíritu de Jesús y da identidad. Responde el mal espíritu y aliena. La vida, cadena de altibajos entre ser uno mismo y alienarse extraviado, iluminación y autoengaño: luz y tinieblas. Para encontrarse, hay que olvidarse, salir de sí para volverse a encontrar y recuperarse (Ejercicios. 189).

"Tú conoces mis entradas y salidas" (Sal 139). Subidas y bajadas, entusiasmos y depresiones... La paz es como la salud. Se confunde la paz con el fin de la guerra y la salud con la ausencia de enfermedad. Paz y salud son afines: se pierde la salud por exceso de medicinas, se pierde la paz por demasiados calmantes. Paz más profunda y salud más plena son hermanas gemelas, moran juntas: armonía consigo mismo, con las otras personas, con la naturaleza, con la Vida.

Textos bíblicos para el día quinto:

Sal 30: Al atardecer nos visita el llanto, por la mañana el júbilo
Sal 126: Quienes siembran entre lágrimas, cosechan con alegría
Sal 139: Tú conoces mis entradas y salidas
Mt 4,1: Fue conducido Jesús al desierto por el Espíritu, para ser tentado.
Lc 6, 22: Dichosos vosotros cuando os odien y os expulsen y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa de este Hombre
Lc 6, 26: ¡Ay de vosotros, cuando a todos les caigáis bien!
Is 42: Mirad a mi siervo
Jn 24,18: Otro te ceñirá
2 Co 12, 10: Cuando soy débil, entonces soy fuerte
Dt 30, 15-20: Escoge lo que da vida


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Ejercicios. Día 6: Éxodo
24.07.09 @ 23:48:44. Archivado en Mística



PASCUA: LUNA LLENA Y CEREZO EN FLOR

LA FOTO, DEL BLOG DEL P. KATAYANAGI, ESTÁ TOMADA EL JUEVES SANTO DE 2009, A LA SALIDA DE LA CENA DEL SEÑOR EN LA PARROQUIA JESUITA DE KOBE, JAPÓN. COINCIDIÓ ESTE AÑO LA PLENA FLORACIÓN DEL CEREZO CON LA PASCUA. LOS PRIMEROS BOTONES SE INICIABAN A FIN DE AÑO, SE CUBRIERON DE NIEVE EL 31 DE DICIEMBRE, SE ABRIERON EN PRIMAVERA Y ALCANZARON EL CLIMAX EL MISMO JUEVES SANTO. PASCUA ES ÉXODO Y RESURRECCIÓN ES PASO DE MUERTE A VIDA.

"La divinidad se esconde", dice Ignacio (Ejercicios, 196): silencio de Dios y de Cristo en cruz; silencio sereno de sepulcro y de alba de resurrección. Orar preguntando, sin palabras, que cale hondo el silencio de Dios. "Desde lo profundo..." (Sal 30): desde lo hondo del no saber, no entender, no poder y no sentir. "Os conviene que yo me vaya" (Jn 16,7). "Lo que ocurre lo entenderéis después" (cf. Jn 16, 12-13). "Otro te ceñirá"(Jn 21,18). Orar así, desde el enigma de las "pasividades que depuran" (Teilhard de Chardin).

"Jesús callaba" (Mc 15,5). La gloria coincide con el éxodo de la crucifixión. ¿Nacer es morir y morir es nacer? Cuando Jesús decía que la enfermedad de Lázaro no era de muerte, o que la hija de Jairo estaba dormida, o que no había que llorar por el hijo de la viuda de Naím, o que Nicodemo debía renacer, la gente no entendía. Cuando el budista Dogen decía que la vida y la muerte son aconteceres en el anverso y reverso de la "Vida", tampoco le entendían. Mel Gibson, con el dolorismo sadomasoquista de su película, tampoco lo entendió.

Hay algo más profundo que el dolor físico en la pasión de Jesús: los evangelios nos lo muestran humanamente fracasado, juzgado y abandonado. En esa soledad, experimenta la máxima tentación, la de bajarse de la cruz. Sin embargo, no hace un milagro espectacular, ni se baja de la cruz para demostrar quién es.

Ante esta escena de la muerte de Jesús, se ven bajo una nueva luz los temas de los días tercero, cuarto y quinto: la necesidad de desengañarse de nuestro lado oscuro, de salir de sí; el enigma del mal y el misterio del amor que lo trasciende; la dura realidad de la muerte del inocente, que no debería morir; la ausencia de respuestas claras y de soluciones fáciles; lo superficial de esas racionalizaciones que tratan de explicar cómo o por qué Dios permite que ocurra lo que ocurre.

La contemplación de la pasión de Jesús conduce por el camino de un "sano envejecer" que rejuvenece, como a la Madre Teresa, a través de "noches oscuras". Paradójicamente, se puede descansar en estas meditaciones. Puede animar la Pasión para superar la tentación de la última soledad. Jesús "descendió a los infiernos", es decir, a la soledad del morir humano. Pero dice: "no estoy solo, Abba está conmigo" (Jn 8, 29).

Cristo no nos salva por la cruz, sino a pesar de ella. Podía decir Ignacio: "Pasión de Cristo, confórtanos".

Textos bíblicos para el día sexto:

Lc 9, 29-32: Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió... Aparecieron Moisés y Elías, conversando con él sobre su éxodo...
Jn 11,4: Esta enfermedad no es de muerte sino para gloria de Dios. v.25: Soy la resurrección y la vida.
Jn 13,33: A donde voy no podéis venir
Jn 14,1 y 14,27: No os desaniméis.
Lc 22, 42: Padre, si es posible, pase de mí este cáliz...
Lc 22, 45: Levantándose (poniéndose en pie, resucitado) de la oración, fue adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos...
Rom 8, 8-11: Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte habita en vosotros, el mismo que resucitó al Mesías dará vida también a vuestro ser mortal, por medio de ese Espíritu suyo que habita en vosotros
Jn 11, 1-45: Yo soy la resurrección y la vida. El que tiene fe en mí, aunque muera vivirá; y todo el que vive y tiene fe en mí, no morirá nunca.
Jn 12, 24: El grano de trigo muriendo da fruto
Flp 3, 21: Reproduciendo en nosotros el esplendor de su rostro, con esa energía que le permite incluso someterse el universo
Jn 16, 7: Os conviene que yo me marche…


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Vacaciones y Ejercicios: Ultimo día
27.07.09 @ 00:40:19. Archivado en Mística

Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación, decía Isaías (12, 3). Agua de sentido en las fuentes de la cotidianidad. Es desperdicio calmar la sed con agua embotellada por un euro o cien yenes en la máquina vendedora automática. Redescubrimos el tesoro del sentido del agua lavándonos la cara en el arroyo y bebiéndola en el cuenco de la mano. Tema del día 8: COTIDIANIDAD.

Desfilaban turistas ante el Buda de Nara. En la penumbra, una anciana junta sus manos en plegaria muda. La serenidad del Buda contrastaba con el ajetreo del hormiguero humano.
El monje-guía comenta: "Cuando entré en el monasterio, me gustaba contemplar la serenidad de estas estatuas. Un día me dijo el maestro: "No entenderás la compasión honda del rostro de Buda si no te identificas en la vida cotidiana con el rostro doliente de una persona abandonada. He tardado años en comprenderlo".

Aquel día, antes de visitar Nara, habíamos hecho escala en el barrio marginado de Kamagasaki. La frase lacónica del monje superpuso ambas imágenes. La madre Teresa hablaba de dos encuentros diarios con Cristo: en el momento contemplativo y en el cuidado cotidiano del prójimo necesitado.

Jesús, al hablar del Reino (Mt 13, 11), insistía en lo cercano. En rincones de cotidianidad se palpa el Todo. Sumergiéndose en el momento presente, bebiendo agua en el cuenco de la mano, se descubre la puerta: ¡Yo soy la puerta!, por donde entrar y salir al Todo (Jn 10, 8). Pero no se logra a fuerza de razonar, así no añadimos un codo a nuestra estatura, sino palpando y oliendo los lirios del campo (Mt 6, 28).

Descubrir Presencia en cotidianidd no es como imaginarla virtuosamente. Lo que creíamos era fe impedía, por miedo a perderla matando al Cristo/al Buda, percatarnos de lo hondo de "estar en El".

Lo abstracto y lo concreto se identifican, dicen en el Zen, en la gota de rocío sobre el pétalo, el mosquito, al rascarse el grano en la nariz o tender la ropa a secar. Para hacer este descubrimiento en medio de lo cotidiano, hay que concentrarse en el presente: penetrar en la nada/plenitud de todo. Estás en lo que estás, te dejas absorber y, desde ahí, irradiar a todo.

Textos bíblicos para el día octavo

1 Jn 1, 2-4: Os anunciamos la Vida
Rom 8, 39: Nada nos separará del amor de Dios
Gal 5, 1: Para que seamos libres, nos liberó Cristo
Lc 24, 35: Contaron lo ocurrido por el camino y cómo le habían reconocido al partir el pan
Gal 3, 28: Ya no hay más judío ni griego, siervo ni libre, varón ni hembra, dado que vosotros hacéis todos uno con Cristo Jesús
Col 1, 29: Sostenido por su fuerza, que despliega en mí su eficacia
Ef 5, 20: Dad gracias por todo sin cesar
Lc 17,20-21:"El Reino no viene de modo que se le vea"
Rom 14, 8: "Vivimos y morimos para el Señor”
Gal 2,20: "Vive Cristo en mí".
Para concluir, textos apropiado al último de los ocho dias son los de la Ascensión:
Cinco maneras de expresar el simbolismo de la Ascensión:
1) Subir al cielo (Lc 24, 51): lenguaje apocalíptico de victoria. Sirve en momentos difíciles a comunidades perseguidas, mártires que "resucitan en el pueblo".
2) Vendrá desde allí de nuevo (Hch 1, 11). Lenguaje escatológico: consumación en otro espacio y tiempo. Ambivalente, como esperanza o con peligro de evasión.
3) Se separa de nosotros, pero estamos alegres (véase Lc 24, 51-52). Lenguaje profético-sapiencial; no se ve, se escucha en lo cotidiano; retorno al lugar de donde veníamos, para encontrar el secreto de la vida.
4) Envía testigos hasta el fin del mundo (Mt 28,19-20; Lc 24, 48-49 y Hch 1, 8). Envío: "Id por todo el mundo.. Estoy con vosotros todos los días" (Mt 28, 19-20)
5) No os quedéis embobados mirando hacia arriba. Recibiréis su Espíritu dentro de vosotros (ver Hch 1,11 y 1, 8 y Lc 24,49). Lenguaje místico, que se hace "cósmico" al interpretar “subió” como camino "para llenarlo todo" (Ef 4, 10). No esperar que venga volando por los aires; sino vivificando desde dentro a la comunidad y al mundo.


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Rito japonés, tras el aborto
28.07.09 @ 01:38:44. Archivado en Bioética

La ritualización japonesa del duelo tras el aborto es criticada como negocio explotador de traumas de pena o culpa; pero también se interpreta como catharsis de sanación. El fenómeno deja perplejo al turismo occidental; lo compruebo, guiando a un grupo español por Kamakura, al mostrarles en el templo de Hase las estatuillas-ofrenda por las criaturas no nacidas. Se llaman mizuko: «infantes de las aguas», navegantes por la transmigración hacia un nuevo renacer.

W.R. LaFleur lo estudió en su Vida en estado líquido (Liquid Life, 1992), cuestionando por qué la sociedad japonesa no se escinde entre dos posturas irreconciliables, pro y contra el aborto.

A los bioeticistas extranjeros, en un congreso de Kyoto, les extrañaba la compatibilidad de la compasión budista con la permisividad social hacia el aborto. A los bioeticistas japoneses, en un congreso de Berlín, les extrañaba el debate antitético y occidental las diversas ponencias polarizadas en torno a dos extremos: tratar el aborto como derecho, por una parte, o como crimen, por otra.

He recibido en Japón consultas de personas sin afiliación religiosa que, conociéndome como sacerdote católico, me solicitaban un rito funeral de duelo por el feto perdido. No lo cuento como si fuese una alternativa a las discusiones occidentales, ni para idealizar el ritual de mizuko. Pero da qué pensar esta percepción cultural del feto, que repercute en el aconsejamiento y acompañamiento de personas antes y después de su toma de decisión.

Mizuko viene de Mizu: agua y Ko: niño. Es la criatura abortada, ya sea espontánea o intencionadamente. Percibido el feto como viviente, su vida se considera flotante, a la espera de otro renacer. En el cultivo sericícola del XVII, los agricultores se deshacían de los gusanos de seda inservibles colocándolos sobre esterillas de paja flotantes en el río. Con ese imaginario de fondo, el feto abortado flotaría de regreso al mar originario de la vida.

Para ritualizar el duelo, se presentan ofrendas y plegarias al bodisatva Jizô (que aparece en la foto, toma en el templo de Sanzen, en Kyoto, por cortesía del P. Katayanagi S.J.), imagen monacal e infantil, de quien se espera interceda para disculpar a la madre, y por el feto, para que cruce de nuevo el río del más allá y renazca. La mitad de madres abortantes recurre a estos rituales (¿pidiendo disculpa o para evitar un maleficio?). El anuncio en un semanario informa sobre la variedad de precios por los ex-votos: treinta mil yenes, sesenta mil o más, según la clase.

Aborto e infanticidio, en la historia de la cultura japonesa, se designan con metáfora agrícola: Mabiki (Ma: espacio intermedio. Hiku: arrancar) significa sacrificar selectivamente, arrancar de un bancal brotes excedentes. Así aparece en el diccionario japonés-portugués de los jesuitas de Nagasaki (1603). La aplicación al control de natalidad, a mediados del XVII, justificaría prácticas abortivas o infanticidas desde una percepción religioso-cultural de la muerte de fetos o neonatos como retorno al mundo de dioses o budas.

La cosmovisión budista ve nacimiento y muerte, no como eventos puntuales, sino como tránsitos en un proceso: nacer es ir saliendo del mundo búdico al humano; morir es ir saliendo de éste para retornar a aquél. En la cultura popular del Japón medieval, el nacimiento no bastaba para reconocer pleno estatuto humano al individuo. Los ritos de tránsito (presentación en el templo a los cinco y siete años, paso a la pubertad y a la adultez, etc.) señalaban el reconocimiento social, así como las etapas del duelo (ritos en los días tres, siete, cuarenta y cinco y cien después de la muerte; conmemoraciones en el aniversario, y en los años tercero, séptimo, décimo tercero, etc.) reflejaban el alejamiento paulatino de la persona fallecida. Nacer y morir se percibían como caminos de transición entre esta y la otra orilla. No es extraño que se aplique al feto abortado el verbo Kaeru (regresar), cuya forma transitiva sería Kaesu (devolverlo al origen).

Ante la pregunta por la culpabilidad, muchas mujeres japonesas coincidirían en reconocer un «sentirse mal por lo ocurrido» y una necesidad de «hacer algo para repararlo». A veces podría ser, en vez de remordimiento, miedo a un tatari: maleficio o retribución contra quien infringió un tabú.

Esta ambigüedad divide las opiniones acerca de la posibilidad de asumir estos ritos. Por eso se discute en las iglesias cristianas: ¿Deberían incorporarse semejantes ritos en los procesos de sanación tras el trauma de un aborto; o, en el caso católico, en el sacramento de la reconciliación? ¿Se teme que estas ritualizaciones favorezcan una justificación del aborto? Evitando el peligro de comercialización de la ritualización japonesa, ¿conectaría con la celebración cristiana del perdón? El tema es controvertido.

Cuando el día de san Ignacio, en la cripta de la iglesia parroquial de los jesuitas en Tokyo, acompañe, como otros años, a una madre a orar ante el nicho de sus difuntos, leeré sobre la lápida tres nombres: junto a dos, fallecidos prematuramente con solo unos meses, hay un tercer nombre elegido por ella para el que, lamentablemente, no llegó a nacer. Rogaremos que los tres sean sus ángeles protectores.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 28 de Julio, 2009)


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"Inquisición, S.A" contra el blog de Masiá
28.07.09 @ 11:31:54. Archivado en Compañía

“Inquisidores, S.A”, contra el blog de Masiá
CARTA ABIERTA AL DIRECTOR DE RELIGION DIGITAL
Querido José Manuel
Contra el vicio del secreto está la virtud de la información. Para que haya transparencia, te informo públicamente en carta abierta de los intentos de “Inquisición, S.A.” contra este blog.

(Nota: No es errata, por S.J.; efectivamente, es S.A., es decir, Sociedad Anónima; el anonimato suele caracterizar las autorías terroristas).

Hace unos meses, el Superior de los jesuitas en Japón me mostró una carta del P. Elías Royón, Provincial de España, que le transmitía quejas episcopales sobre mis escritos. Me dijo que no había problema de ortodoxia, sino de malestar por parte de algunas “sensibilidades” y me recomendó prudencia y evitar bromas con los mitrados.

(Tú sabes muy bien como periodista que, en este país, se permite gastar bromas con todos los santos y hacer chistes sobre la Trinidad, pero ¡ay de quien se atreva a tratar con humor a los obispos!).

El mes pasado me volvió a informar el P. Sumita de las presiones ejercidas sobre él para persuadirle de que me silencie y acordamos mostrar los posts a una tercera persona imparcial para que examinase si había algo inconveniente que pudiese soliviantar las frágiles sensibilidades de alguna mitra.

Pero parece ser que esto no basta, ya que, según fuentes fidedignas, se siguen multiplicando las quejas desde Madrid a Tokyo; provienen de lo que podríamos llamar, a falta de mejor eufemismo, “una parte de instancias eclesiásticas de una parte del estado español muy identificada político-religiosamente con corrientes neoconservadoras”.

Mi superior japonés desea, naturalmente, mantener una buena relación, tanto con el episcopado español como con sus colegas españoles en el gobierno de la orden, por lo que me aconseja, prudente y conciliadoramente, reducir mis actividades periodísticas a Japón.

Siento renunciar al contacto con un público que me dice le ayudan esos posts tan sencillos. Pero ninguno somos imprescindibles y no merece la pena gastar energías discutiendo con quienes parecen vivir en la España de Buñuel o en los días de Torquemada (les recomendaría que lean a Forges o escuchen La alegría de la huerta...).

Después de haber dedicado los posts del mes de agosto a meditar en voz alta al hilo de los ocho días de Ejercicios Espirituales, he considerado el asunto durante esta semana, en vísperas de celebrar a san Ignacio el día 31, y he decidido tomar bajo mi responsabilidad la iniciativa de dejar este blog.,

Quisiera evitar de este modo que mi inmediato superior, el P. Sumita, al que aprecio y valoro, se vea obligado a ordenármelo formalmente (en lenguaje vulgar, obligado a “tragarse el marrón”), con lo cuál quedaría él como el “malo de la película” y. se quedaría sin dormir la noche antes de decírmelo, como me consta que le pasaba también a quien fue y sigue siendo mi buen amigo, José Ramón Busto, Rector de Comillas, el día antes de defenestrarme, contra su voluntad, de la Cátedra de Bioética, para sosegar nerviosismos cardenalicios y defender la institución.

Además, es preferible que haya transparencia y se conozca desde donde tiran piedras quienes esconden la mano.

Que el periodismo, fiel a la libertad de expresión, siga contribuyendo a que no se sofoque la libertad de espíritu.

Orando por la intercesión de los añorados Vicente Tarancón y Javier Gafo, para que revivan como en Ezequiel los huesos secos de la situación anómala de la iglesia en “algunas áreas del estado español”, con un saludo también para todo tu equipo, recibe un fuerte abrazo esperanzado y esperanzador de

Juan Masiá Clavel, S.J


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Parábola del blog y la ci...zaña

José Manuel Vidal, Religión Digital, 28.07.09 | 16:35. Archivado en Jesuitas

Querido José Manuel Vidal: Muchísimas gracias por tu acogida y por conjugar la transparencia con la discreción y respeto a la privacidad. Abrumado por la nube de comentarios, no me da tiempo a agradecer uno por uno, lo hago por tu medio. Quienes disienten educadamente, que sigan disintiendo, por favor, con libertad de expresión. Y quienes denuncian o claumnian, que recapaciten sobre el octavo mandamiento. Con mi gratitud, permite que te dedique la última parábola escuchada del Maestro.

Entró Jesús en la barca (Mt 13,2) de RD para dirigirse a los internautas con esta parábola. Érase un blogger que colgó trozos del evangelio en su blog, incrementando el número de lecturas.

Pero durante la noche llegó el Maligno (Mt 24, 30), desde las antípodas entraron los hackers y llenaron la página de posts insultantes. Los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Quieres que los borremos? Pero Jesús dijo: No, haced como José Manuel Vidal, dejad crecer el trigo junto a la “ci...zaña”. Los discípulos se tranquilizaron y decidieron dejar la sentencia para Abba en el último día.

Pero, al salir de la red y abrir el mail, Jesús se encontró un correo que decía: “Si sigues predicando las bienaventuranzas y publicándolas en El País, nos juntamos los fariseos digitales y los herodianos que se hacen oir para planear cómo liquidarte (Mc 3,6) y te denunciaremos al Sumo Sacerdote.Pero si hablas como los voceros de la sinagoga te nombraremos secretario del Sanedrín y auxiliar de Caifás con derecho a sucesión. Jesús sonrió y mostró el mail a los discípulos diciendo: Colgadlo en la red, que lo que decís a escondidas se oiga desde los tejados (Mt 10,27). Y vosotros seguid colgando en la red cosas antiguas y nuevas, como buenos aprendices de lo del Reino (Mt 13,51) y las Redes (Lc 5,11)".

Dicho esto se retiró a un lugar solitario en el monte para orar y desahogarse con Abba (Jn 6,15).

Juan Masiá

3 comentarios:

Bernardo Pérez Andreo dijo...

Felicitaciones para el blogger. Ha sido una magnífica idea esta de colgar todo el blog de religión digital en este espacio que parece de libertad. Si esto sigue en serio podría ser el remedo del anterior y podríamos participar.

Un saludo afectuoso
Bernardo

Anónimo dijo...

¡¡Gracias!! Esperaremos gozosos sus nuevos art. que espero siga compartiendo con todas las personas que queremos seguir su pensamiento y sus experiencias. ¡¡gracias!!
mª pilar

Anónimo dijo...

ESTIMADOS AMIGOS:
Soliciten al sitio UN.ORG/ES de la organizacion de las naciones unidas a mis emails denominados DOGMAS CRISTIANOS RESTAURADOS, SACERDOCIO LEVITICO, APOSTASIA CRISTIANA, EL LIMBO CRISTIANO, JUDAISMO MUSULMAN, SOMOS SEMIDIOSES, MI BIOGRAFIA, LA MAFIA, CRIMINOLOGIA EFICAZ, JURISPRUDENCIA, MI SACERDOCIO DEMONIACO Y CELESTIAL, MISTERIOS DIVINOS, EL ORIGEN DEL POLITEISMO, LOS LINCHAMIENTOS DELINCUENCIALES, SOY EXTRATERRESTRE CONVERSO, CONSULTA POPULAR DE MI OPROBIO SEXUAL, INMUNDICIAS SEXUALES, CASTIDAD SEXUAL, SOY EL PROFETA ELIAS CONVERSO, AUTOSUFICIENCIA SEXUAL, PROMISCUOS ADQUIRIDOS, MISTERIOS, INFIERNO CRISTIANO, GLORIAS DIVINAS, TRIADA DIVINA, INDIFERENCIA SEXUAL, MI CITA ONANISTA, ETERNA JUVENTUD porque resuelven a mi presitigio moral como tambien al evangelio de Dios y a la regeneracion de la mafia y tambien al peligro inminente del planeta.

Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.