En el blog que apunto con el dedo hay otra tortilla igual de sabrosona.

viernes, 31 de julio de 2009

1ª Entrega. Desde 26/2/7 a 15/8/8

Sobre el autor de este blog
26.02.07 @ 19:20:04. Archivado en Sobre el autor

Jesuita, Profesor de Ética en la Universidad Sophia (Tokyo) desde 1970, ex-Director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas, Asesor de la Asociación de Médicos Católicos de Japón, Consejero de la Asociación de Bioética de Japón, Investigador del Centro de Estudios sobre la Paz de la Sección japonesa de la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz (WCRP), Colaborador del Centro Social “Pedro Claver”, de la Compañía de Jesús en Tokyo.


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Despenalizacion del aborto en Portugal
02.03.07 @ 08:19:57. Archivado en Sobre el autor

Aunque por una diferencia pequeña, debido al margen de la abstención, ganó en el referendum portugués el “sí” prudente al “no” timorato. Quienes han respondido con el “sí” quieren acabar con la situación lamentable del aborto clandestino, la estigmatización de la mujer y la doble moralidad.

Su apoyo a la despenalización no significa que estén a favor del aborto a la ligera, ni que lo consideren deseable para la mujer.

Hacía tiempo que se eludía en el país vecino el problema social del aborto: un 85 por ciento realizados clandestinamente en el caso de mujeres desfavorecidas, por contraste con el 15 por ciento de las que tenían facilidad para cruzar la frontera y abortar en España a mitad de precio.

Quienes hicieron campaña por el “no” de forma exagerada, mostrando fetos de plástico (por cierto, de un tamaño de fetos desarrollados, superior al embrión de dos meses) y enviando cartas azules a las madres en nombre del bebé, hacían un flaco favor a la vida que pretendían defender. Mejor sería concentrarse en fomentar una educación sexual con buena pedagogía, que enseñe el uso eficaz de recursos anticonceptivos y la responsabilidad del varón, sin que la carga del control recaiga exclusivamente sobre la mujer.

El cardenal de Lisboa tuvo la discreción de intentar evitar que los púlpitos se convirtieran en spots de campaña. No así los grupos pro-vida que, con intención de proteger la vida, a menudo la perjudican, como en el caso de las pedradas y pintadas del día de los Inocentes en el portal de una clínica de interrupción del embarazo.

Hay que decirles claramente: sin tomar en serio la anticoncepción, no hay credibilidad para oponerse al aborto.


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Apoyar a Inmaculada Echevarría
02.03.07 @ 08:38:46. Archivado en Sobre el autor

Inmaculada Echevarría, con distrofia muscular progresiva, conectada desde hace nueve años a un respirador, solicitó el pasado noviembre la retirada de dicho soporte vital (El País, 2, II, 07). El Comité Autonómico de Ética de Andalucía ha confirmado que la solicitud está de acuerdo con la Ley de Autonomía del Paciente y con los criterios bioéticos sobre limitación del esfuerzo terapéutico y derecho al rechazo del tratamiento.

El Cardenal Amigo Vallejo ha instado a la paciente a que no tire la toalla y viva llena de esperanza (Granada hoy, 16, II, 07).

Aunque es comprensible el interés pastoral del Cardenal por infundir ánimo y deseos de vivir, sería un malentendido interpretar sus palabras como si la decisión de Inmaculada se opusiese a la ética o a la enseñanza cristiana.

La paciente tiene derecho a elegir cómo vivir su proceso de morir. Sería una lástima que el Hospital de San Rafael se sintiese presionado para rechazar la solicitud y se viese obligado a remitirla al hospital público. Confiemos en que eso no ocurra.

Recordemos que para Francisco de Vitoria, un recurso médico desproporcionado no era ni lo muy caro, ni lo muy complicado técnicamente. Algo tan simple como la renuncia a un vaso diario de vino era considerado por Vitoria como un tratamiento que no estamos obligados a seguir para prolongar la vida.


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Etica cívica en todos los colegios
04.03.07 @ 20:51:49. Archivado en Bioética

Durante una temporada compaginé la enseñanza de la ética en la Universidad Sophia (Tokyo, Japón) con la de una clase de ética cívica en bachillerato, en el colegio de los jesuitas de Ofuna, en las cercanías de Tokyo. La ética (enfocada como ética ciudadana), es asignatura obligatoria en Japón durante todos los años de educación primaria y secundaria, según la orientación del Ministerio de Educación.

Durante los doce años de educación obligatoria (seis de primaria, tres de bachillerato y tres de bachillerato superior) hay un programa de ética ciudadana, de acuerdo con las directrices del Ministerio de Educación.

En su marco, los centros públicos o privados, organizan sus contenidos concretos. Abarca desde urbanidad y civismo en los primeros cursos, pasando por formación del carácter y vida social, en los años siguientes, hasta los temas de relaciones internacionales, derechos humanos, igualdad y respeto, educdación sexual o cuidado del medio ambiente; incluye, al final del bachillerato, historia del pensamiento y del hecho religioso.

En esa clase, sin adoctrinar ni imponer, tuve que tratar con mi alumnado sobre Sócrates, Platón y Arístóteles, sobre Buda, Confucio y Jesús.

Tuve también otra experiencia pedagógica extracurricular. Se reunía un grupo de alumnos, con carácter libre y en competencia con actividades de club o deportivas, para participar en sesiones de Biblia. El ambiente era distinto del marco académico de las clases.

Estas experiencias me hicieron percibir la diferencia entre la pedagogía de la ética de la ciudadanía como asignatura troncal, en contexto de sociedad plural, democráticas y secular, y, por otra parte, la enseñanza optativa de una determinada religión.

Esta doble experiencia coincide con la que he relatado en mis Tertulias de Bioética (ed. Trota, Madrid, 2006, cap. 4), acerca de la necesidad de moverse en una doble clave: la de las creencias y la de la laicidad, para ser capaces de dialogar con el mundo de hoy de cara a la sociedad del mañana.

Tras lo dicho sobre de Japón, late mi preocupación ante la estrechez con que se plantean en nuestro país la ética de la ciudadanía y la enseñanza de la religión.

No comprendo la postura de los obispos españoles contra la ética de la ciudadanía, ni la postura de la CONCAPA exhortando a objetar contra esta asginatura. Creo que el proyecto no se pasa de más, sino de menos. En mi opinión, debería estudiarse ética cívica (que incluyera el hecho filosófico y el religioso) en todos los colegios a lo largo de toda la enseñanza secundaria.

En cambo la enseñanza de una determinada religión en forma de catequesis debería darse en otros ámbitos. Para ello será necesario en un futuro próximo revisar los acuerdos concordatarios, hoy ya anacrónicos.


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Derrotar no es vencer
11.03.07 @ 23:15:45. Archivado en Sobre el autor

“No te dejes vencer por el mal. Vence al mal a fuerza de bien”, dice san Pablo (Rom 12, 14-21). Hay manifestaciones por la paz nada pacíficas ni pacificadoras. La del día 10 de marzo contra el gobierno, bajo la apariencia de paz y libertad, atizó fuegos de guerra civil. Preocupa el lenguaje belicoso: “derrotar”, “vencer”, “acabar con”, “enviar al hoyo, junto con su abuelo”, etc. Rezuma –inhumana y anticristianamente- llamamientos al odio y la venganza.

Se abusa del lenguaje de retribución: “pagar por lo que hicieron”, “expiar”, “satisfacer a las víctimas”, “hacer justicia”. Oyéndolo ese lenguaje, resultan explicables, aunque injustificables, los horrores del 36. Es increíble escuchar ese lenguaje en labios de personas (o de emisoras episcopales) supuestamente cristianas: el evangelio de Jesús es paz, unidad y diálogo.

Con tono evangélico, monseñor Blázquez recomendó, el pasado 3 de febrero, la unidad, en vez de la división de los partidos. Pidió que desaparezca ETA, pero insistió en la unidad que “fortalezca en la sociedad la erradicación de la violencia”. Invitó a agresores y víctimas a pedir perdón y a otorgarlo, pero antes reconoció la parte de culpa que todos tenemos, por lo que “en la medida de nuestra responsabilidad pedimos una vez más perdón”. El lema era: “Muévete por la paz” y concluyó diciendo “Dichosos los que trabajan por la paz”.

Desarraigar la violencia y el terror abarca más que “derrotar al terror y castigar la violencia”: Desarraigar el terror del corazón de los terroristas. Desarraigarlo del corazón de las víctimas, para que no se conviertan en agresoras y verdugos, manipuladas electoralmente. Desarraigar el terror del interior de cada persona y de la sociedad entera.

Insistía monseñor Blázquez en “limpiar de odio el corazón”, clave para “erradicar la violencia”. ¡Qué diferencia entre quienes insisten frenéticamente en “derrotar a los terroristas” y quienes predican evangélicamente la “erradicación del terror”! El talante de Blázquez es humano y cristiano. Juan Pablo II (1-I-2002) decía: "Ni paz sin justicia, ni justicia sin perdón... ". Son palabras que animan a los cristianos por la paz y el diálogo a mediar en procesos de paz para que no se interrumpan...


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Nacional-sintoísmo nipón y nacional-catolicismo celtibérico
15.03.07 @ 20:33:21. Archivado en Religion y sociedad

En el vuelo a Tokyo, leí una columna del Mainichi sobre corrientes fundamentalistas en el catolicismo español. A quienes recelan ante el resurgir en Japón de la ideología sintoísta de pre-guerra, al amparo del partido gobernante (antes con Koizumi y ahora con Abe, inseparables de la Casa Blanca), interesan las noticias sobre neoconservadurismos: ya sean imanes iraníes, rabinos judíos u obispos castellanos obsesionados con la unidad nacional.

Ya en Tokyo, leí un reportaje sobre una guardería infantil en Osaka. Un maestro asustado ante el desmadre moral, pretende solucionarlo adoctrinando y hace recitar a los pequeñines el obsoleto edicto de los años treinta: «Somos un imperio, daríamos la vida por el emperador...»
La ideología nacional-sintoísta manipuló la religión al servicio de los militarismos responsables de la masacre de Nanking, la catástrofe de Pearl Harbour y la locura de la guerra del Pacífico, que desembocó en la tragedia de Hiroshima y Nagasaki.

Japón y España son diferentes, pero cuando se habla a los japoneses del nacional-catolicismo español de postguerra, con sus consignas de «por el imperio hacia dios» o el patriotismo de la «unidad de destino en lo universal», les evoca la memoria histórica del nacional-sintoísmo.

A la inversa, la ideología nipona de los kamikazes nos da qué pensar sobre la sacralización de conflictos en términos de cruzada, sea por Franco o por Bush.

El P. Juan Sopeña (jesuita español fallecido en 1991), reconocido en Japón como especialista sobre la España del 36, orientó sobre este tema a los historiadores japoneses. Chiaki Watanabe es una discípula suya, catedrática en la Universidad de Aoyama (Tokyo), que en su tesis doctoral analiza las posturas exageradas de la Asociación Católica de Propagandistas en 1931, provocadoras de reacciones opuestas por parte del anticlericalismo (Confesionalidad católica y militancia política: La Asociación Católica Nacional de Propagandistas y la Juventud Católica Española, 1923-1936, UNED Ediciones, Madrid, 2003).

El libro contiene interesante documentación sobre la iglesia española del 31, pero no me extrañaría que la línea actual de algunos herederos de aquellas instituciones simpatice poco con el sensato juicio histórico de la profesora japonesa. Señala esta autora las reacciones pendulares hispánicas y no quiere que se repitan los errores del pasado. En una ponencia reciente de un congreso de historia, manifestaba su preocupación ante el resurgir del tema de las dos Españas en el discurso de la cúpula eclesiástica de nuestro país hermanada con la oposición política.

Esta voz desde el país del sol naciente viene bien en los momentos actuales de crispación celtibérica. El desastre del nacional-sintoísmo nipón puede servir de vacuna para que no crezcan brotes de nacional-catolicismo celtibérico.


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Humanizar el morir
19.03.07 @ 08:40:30. Archivado en Bioética

No hay enfermos in-cuidables, aunque haya enfermos in-curables». Así plantea el cuidado terminal un volumen recién publicado (Humanizar el proceso de morir. Ética de la asistencia en el morir, Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Comisión Interprovincial, ed. Fundación Juan Ciudad, Madrid, 2007). Aparece este libro en un momento delicado: hace falta aclarar malentendidos sobre dolor, sufrimiento y muerte, tanto en la sociedad como en el seno de las iglesias.

Hay que informar, acompañar y humanizar; cuidar la calidad del vivir, pero tambien del morir; evitar la obstinación terapéutica; implementar los cuidados paliativos; afrontar sin miedo dilemas éticos de situaciones irreversibles y tomar en serio el alivio apropiado del dolor y sufrimiento.

En vez de enfrentar a la sanidad y la ética, o a ambas contra los medios de comunicación, deberían colaborar los profesionales de estos tres campos para evitar confusiones en la opinión pública, contrarrestar la desinformación científica y deshacer malentendidos éticos.

Dos ejemplos recientes nos dan qué pensar: 1) El daño infringido a la sanidad pública por la politización de denuncias anónimas y la criminaliz ción injusta de profesionales que implementaban debidamente el alivio del dolor, incluida la sedación médicamente indicada, consentida y protocolizada (Me refiero al caso Lamela vs. Leganés. 2) La confusión suscitada por instancias religiosas que confundían el derecho a la justa renuncia a la exageración pseudoterapéutica con la supresión irresponsable de la vida (Me refiero al caso Conferencia episcopal vs. Hospital San Rafael).

Tales confusiones alientan la desconfianza entre pacientes y profesionales. O lo que es aún peor, fomentan una medicina a la defensiva. Ante el temor a la judicialización exagerada de los casos, se cae en dos extremos: pasarse de prolongar tecnológicamente situaciones irreversibles y no atreverse a paliar como es debido dolores y sufrimientos.

La citada obra propugna una bioética más humana y más cristiana.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, 19, marzo, 2007)


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¿Hace falta rezarle a San José por las vocaciones? Parece que no...
19.03.07 @ 08:58:38. Archivado en Religion y sociedad

Están de actualidad, sobre todo en el día de San José, las estadísticas sobre la disminución de vocaciones al seminario y a los noviciados. Se empezó a decir hacia la década de los ochenta. Muchas congregaciones religiosas redactaron documentos hablando de la promoción de vocaciones, se preocupan de la disminución de sus miembros y del aumento de la edad media de sus comunidades. Por la misma fecha se comienzaron a construir en muchas congregaciones enfermerías y casas de tercera o cuarta edad montadas con toda clase de instalaciones (¿“privilegio”del voto de pobreza para proporcionar presupuestos de los que no disfruta una gran parte de la humanidad? Lo atestiguo desde la experiencia de haber cuidado a mi madre durante los últimos meses de su vida, con una modestísima pensión, en un apartamento estrecho...).
Sin embargo, los fundadores y fundadoras se preocupaban menos de aumentar el número de seguidores o de cuidar de su vejez.

Lo mismo Ignacio de Loyola que la Madre Teresa decían que, si su grupo se disolvía y desaparecía, lo dejaban tranquilamente en manos de la Providencia. Tampoco se obsesionaron con comodidades para la etapa final. Les preocupaba más la pastoral y la misión. Hoy, las dos señales de decadencia de los grupos religiosos serían la obsesión por la falta de vocaciones y la excesiva preocupación por asegurarse la vejez.

Hay analistas, con prejuicios propios de la época de involución que vivimos, cuyo diagnóstico se formula diciendo que la causa de muchas salidas del sacerdocio y de la vida religiosa fue el Concilio Vaticano II. Hay que rebatirles. Aquí no vale el adagio latino: “post hoc, propter hoc” (“después de esto, luego a causa de esto”). Todo lo contrario. Si no hubiera sido por el Concilio, las salidas habrían sido aún más numerosas. Si no hubiera sido por el Concilio, no estaríamos dentro muchos que permanecemos en la vocación gracias precisamente a la renovación Conciliar.

La Superiora General de una congregación religiosa lo formulaba así: “Si la razón para desear que aumente el número de vocaciones es para rellenar los agujeros que dejamos vacíos al jubilarnos, más vale que no vengan vocaciones. Pero si su motivación es sentirse llamadas por el Espíritu a este Camino nuestro evangélico, bienvenidas sean las vocaciones, aunque no sea para hacer lo mismo que estamos haciendo, ni para rellenar los huecos que dejemos al retirarnos de un trabajo”. Admiré la reflexión de esta religiosa. Me gustaría que hablasen como ella muchos dirigentes en la Iglesia, en vez repetir rutinariamente el eslogan de la promoción de vocaciones.

Más evangelio, en vez de más curas. Más comunidad, en vez de más dirigentes. Más calidad en la práctica del mensaje de Jesús, en vez de más número religiosas y religiosos.

Más bien habría que plantearse las preguntas siguientes:
¿No nos estará queriendo decir algo muy importante el Espíritu mediante la disminución de vocaciones?

¿No llegó hace años el momento de que, además del sacerdocio célibe en la vida religiosa, se ordene a mujeres y varones casados?

¿No es más importante cambiar el modo de realizar en equipo la pastoral y la evangelización, en vez de centrarla en una figura dominante de un responsable de la comunidad, ya sea varón o mujer?

En vez de promover las vocaciones mediante el encerramiento en seminarios o noviciados de estilo invernadero, ¿no será más urgente preparar a la comunidad cristiana para vivir en la frontera y respirar sin resfriarse el aire de la secularidad, viviendo en comunidades esperanzadas y críticas la vocación humana y religiosa, tanto en la vida de matrimonio como en el celibato, ambos con sentido?


El destape vaticano: Centenario de la caza de brujas antimodernista
21.03.07 @ 11:41:30. Archivado en Religion y sociedad

A Jon Sobrino, con gratitud, solidaridad y cariño:
Tenía 26 años Roncalli, joven profesor de historia en el seminario de Bérgamo, cuando se desencadenó la caza de brujas desde la Curia romana, en 1907. Medio siglo más tarde se convertiría en Juan XXIII quien aquellos días parecía sospechoso. A Jon Sobrino le animará encontrarse en tan buena compañía a la hora de recopilar la lista de víctimas del terrorismo inquisitorial.

La Notificatio vaticana contra Sobrino ha sido calificada de “inoportuna”, “inexacta”, “exagerada”, o incluso “suave”, según interpretaciones. Pero quizás el mejor calificativo sea el de obscena, porque ha significado el “destape vaticano”, tras las esperanzas que hizo abrigar en algunos ambientes la encíclica Deus caritas est.

El 3 de julio de 1907 se publicó el decreto Lamentabili, que enumeraba 65 errores sin atribución a personas. Uno de los supuestos errores era “que el catolicismo moderno pudiera reconciliarse con la auténtica ciencia”. Había sentado mal en Roma la famosa frase de Loisy: “Jesús anunció el Reinado de Dios, pero lo que vino fue la Iglesia”.

En su n. 32, el documento del entonces Santo Oficio (hoy Congregación para la doctrina de la fe: mismo cancerbero, con collar diferente) anatematizaba a quienes considerasen irreconciliables los textos evangélicos “con lo que los nuestros teólogos enseñan sobre la conciencia y ciencia infalible de Jesucristo”. (“Nuestros”, subrayado por mí, se refiere a la teología romana escolástica, que hoy sigue siendo referencia para algunas instancias eclesásticas que fomentan la marcha atrás del Concilio Vaticano II con documentos como el recién publicado Sacramentum caritatis).

En septiembre del mismo año 1907 apareció la encíclica Pascendi, retrógrada y negativa, firmada por el Papa Pío X. En noviembre se anunció que quienes se opusieran a la encíclica serían reos de excomunión. Se organizaron ”consejos de vigilancia” en cada diócesis. El cardenal Merry del Val movilizó una “red de informadores” sobre seminarios o escritos “sospechosos”. Un jesuita fustigador de errores, el P. Guido Matiussi, recorría los seminarios exhortando como vacuna preventiva contra la modernidad, mientras los espías vaticanos averiguaban en las librerías qué sacerdotes habían comprado un libro considerado heterodoxo (Entonces eran algunos jesuitas quienes hacían para la Curia romana el papel que hoy hacen otros movimientos, institutos o “entidades”).

Pero Roncalli no tenía miedo. El 4 de diciembre del mismo año, al celebrarse en el Seminario de Bérgamo el tercer centenario del Cardenal Baronio, habló Roncalli con audacia sobre la crítica histórica y el encuentro de la fe con la ciencia. Comparó el siglo XVI con el comienzo del XX para reconocer que la reforma de los estudios católicos era asignatura pendiente. Contra quienes tenían miedo a la hermenéutica científica alemana, señaló el peligro opuesto de quienes eran anticientíficos.

Unos años más tarde le riñeron desde la Curia romana y Roncalli, al salir deprimido de la plaza de San Pedro, se encerró a llorar en una iglesia. Pero Roncalli contaba a su favor con el apoyo de un obispo local tan abierto a la preocupación social, a la modernidad y a la iglesia de los pobres como Radini Tedeschi. No siempre ocurre así hoy. Solidarios con Jon Sobrino, entonamos lo del Cid: “Dios qué buen vasallo, si hubiese buen señor”...

He recordado estos episodios para consolarme por la Notificación contra Jon Sobrino (¡Cómo hay que agradecerle que no haya caído en el servilismo de firmarla!). He releído este anecdotario en un libro que les recomiendo encarecidamente: Juan XXIII, Papa del Concilio, por Peter Hebblethwaite (PPC, Madrid, 2000), sobre todo el capítulo cuarto: En el remolino del modernismo. Releí al mismo tiempo el famoso pasaje sobre “El gran Inquisidor” de Dostoyevski: Si Jesús apareciera hoy en Roma lo crucificarían algunos cardenales.

Pero, para no abandonar el optimismo, recordaré también un episodio del P. Arrupe. Le dijo Pablo VI: “Padre Arrupe, quiero que los jesuitas estén en la frontera y en primera línea, pero cuidado con los abusos y peligros” (Enumeró a continuación del “pero” una lista de peligros y abusos). Al salir de la audiencia, le preguntan al P. Arrupe: “¿Qué le ha dicho el Papa?”. Respondió: “Que llevemos cuidado con los peligros, pero que no dejemos de estar en primera línea”.

Seguro de que Jon Sobrino comparte el buen humor y optimismo evangélico de Roncalli, Ellacuría, Arrupe y, sobre todo, de tantos millones de creyentes pobres y esperanzados, le envío desde estas páginas el más fuerte abrazo en el Señor Jesús.


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Bioética y fe: 25 de marzo, Mensaje Pro- Vida
24.03.07 @ 14:08:47. Archivado en Bioética, Conferencia episcopal

El domingo 25 de marzo celebraron muchas comunidades y asociaciones el “Día de la Vida”. Para implementar la propuesta puede ayudar, como material de reflexión, la declaración publicada en septiembre de 2006 por el Congreso de Teología Juan XXIII. La reproducimos a continuación, completándola con textos bíblicos, en cursiva- y comentarios personales –en negrita-.

Cristianismo y Bioética.

La Teología puede sumarse al movimiento de diálogo interdisciplinar de la bioética, búsqueda común de valores, pero sin arrogarse el derecho de intromisión para dictar normas de moralidad a la sociedad civil.

La Bioética puede sumarse al movimiento de diálogo interreligioso, que se está llevando a cabo en la teología, para ayudar a transformar, a la vista de nuevos datos, algunos de sus paradigmas y conclusiones; pero sin imponer exclusivamente interpretaciones de sentido sobre la vida y la muerte, el dolor, la salud o la enfermedad

En el contexto de la sociedad plural y secular, las personas creyentes pueden participar en la conversación pública sobre bioética, conjugando su propia fe con el talante de diálogo en medio de situaciones interculturales e interreligiosas.

Decálogo:

1. Nos sumamos al movimiento de diálogo interdisciplinar de la bioética como conversación pública para buscar en común respuestas a los retos que plantea el cuidado de la vida en la era biotecnológíca. Para las ciencias y las humanidades vale el programa emblemático: “Elige la vida y vivirás” (Dt 30, 19). En vez de enfrentar a las éticas o las creencias contra las ciencias y tecnologías, conviene fomentar su integración mediante la educación, la colaboración de los medios y el debate cívico sin crispación.

2. Para converger en una ética auténticamente global nos ponemos a la escucha de perspectivas diferentes mediante el diálogo intercultural. Como decía Pedro, “Dios enseña a no llamar profana o impura a ninguna persona” (Hch 10, 29). La alianza de civilizaciones es imprescindible para fomentar una cultura de la vida.

3. Esperamos de las diversas religiones que se sumen a esta búsqueda en común de valores de cara al futuro de la vida y de la humanidad. Respetaremos la pluralidad, sumándonos a la búsqueda común de convergencias en valores para garantizar responsablemente el futuro de la vida y la humanidad. “Ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón o hembra, pues todos hacéis uno...” (Gal 3, 28). Las diversas creencias deberán pasar por la criba de la autocrítica para librarse de sus respectivas exageraciones, por ejemplo, la homofobia, el maltrato a la mujer o la discriminación de las vidas más desfavorecidas

4. Las actitudes aprendidas en el evangelio de Jesús nos motivan especialmente para apoyar una ética de la gratitud responsable en el cuidado de toda vida. Propondremos, sin imponerlas, alternativas para el cuidado de la vida desde la perspectiva del evangelio de Jesús, con tal de hacerlo en el momento oportuno y con tolerancia constructiva. Pero al contribuir a un diálogo plural desde perspectivas evangélicas, no centraremos la aportación de esta tradición en citas de documentos eclesiásticos oficiales. Partiremos de la palabra de Jesús: “Yo he venido para que vivan y estén llenos de vida” (Jn 10, 10), para exhortar con lenguaje positivo y esperanzador, que anime a vivir y a vivificarnos mutuamente.Es deseable que, en el estado español, apoyemos las leyes de reproducción assistida e investigación biomédica, para implementarlas y mejorarlas.

5.La acogida responsable del proceso humano de nacer ha de realizarse en el marco del respeto a la dignidad y derechos de la mujer en lo relativo a la reproducción. Reconoceremos la necesidad de revisar a fondo la propia tradición por lo que se refiere a los enfoques sobre género, sexo y relaciones humanas, para superar los límites de una teología demasiado condicionada por pesimismos, maniqueismos, estoicismos o puritanismos.”Me has tejido en el seno materno” (Sal 139, 13) es un texto programático que invita a respetar el proceso constitucional de una nueva vida –camino y no momento instantáneo-, acompañándola con el proceso humano de acogerla responsablemente, de acuerdo con la gradualidad de dicha exigencia de respeto según las fases de su formación. Sin tomar en serio la educación sexual integral –incluídas la anticoncepción e intercepción responsables- carecerán de credibilidad los esfuerzos por la protección del feto.

6. El acompañamiento responsable del proceso humano de morir incluye el respeto al derecho de decidir cómo vivir la fase final de ese proceso digna y autónomamente. Haremos por redescubrir y reapreciar elementos olvidados de la propia tradición terapéutica corpóreo-espiritual; por ejemplo, asumir la muerte y tomar autónomamente las riendas del proceso de morir. Pero tendremos presentes las deficiencias de la propia tradición por lo que se refiere a las escisiones dualistas entre el ser humano y la naturaleza o entre lo corporal y lo psíquico; para poder recrear una teología de la creación capaz de valorar y liberar la tierra, el cuerpo y la vida. “Yo soy la resurrección y la vida” (Jn 11, 25). La tradición de la moral teológica católica ayuda a discernir situaciones de limitación del esfuerzo terapéutico, por ejemplo, la decisión del caso de Inmaculada Echevarría, que fue legal, ética y teológicamente correcta.

7. No se debe hacer un ídolo del dolor, hay que fomentar su alivio y asegurar el acceso por igual a los cuidados paliativos. “Mientras lo exterior se deteriora, lo interior se renueva” (2 Co 4, 16). No se debe hacer un ídolo del dolor, que tenemos derecho a aliviar, incluída la sedación oportuna, médicamente indicada y debidamente consentida y protocolizada. La tradición católica ayuda a evitar criminalizaciones injustas como, por ejemplo, la de las irresponsables acusaciones anónimas del caso Lamela vs. Leganés.

8. Es responsabilidad ética apoyar la investigación científica para curar, mejorar y proteger la calidad del vivir. Reconoceremos la necesidad de soltar lastre de la propia tradición, para que no naufrague una teología que durante demasiado tiempo ha minusvalorado la tecnociencia. “No brotaba hierba porque aún no había llovido, ni había quien labrase y regase” (Gen 2, 4-5). Cultivar la tierra, sin quedarse cruzado de brazos a esperar el don del cielo, es el comienzo de la tecnología, misión del ser humano para quien es natural modificar artificialmente la naturaleza con la tecnología. La teología de la creación fomenta el diálogo para aprender de la ciencia.

9. Admirando y agradeciendo los avances científicos, fomentaremos las aplicaciones de la investigación al servicio de lo terapéutico. Pero el cuidado de la vida ha de extenderse al conjunto de los vivientes y ecosistemas. “Aguardamos un cielo nuevo y una tierra ueva en que habite la justicia” (2 Pe 3, 13). La Bioética incluye la Ecoética. No basta haber pasado del paternalismo a la autonomía; hay que globalizar y ecologizar la ética de la justa distribución de los recursos de la vida.

10. El cuidado de la vida ha de incluir también la responsabilidad hacia las generaciones futuras. Por eso tendremos siempre presentes las preguntas motrices del movimiento bioético: “¿Es responsable y merece la pena hacerse cuanto puede técnicamente hacerse? ¿Para beneficio de quién serán los logros?” Así, enfocaremos cualquier problema bioético, captando su aspecto de problema social. “Esta es mi vida, que se parte y reparte para que todos y todas compartan” (cf. Mc 14, 24). Jesús repartió pan de vida, pero para todas y todas. Esta ética global de la justicia es, a la vez, ética de la vida. Por eso van unidos el no a la guerra, al asesinato y a la pena de muerte, el no a la contaminación de las aguas y a su injusto reparto, el no a las interrupciones injustas del proceso de nacer y el no a las prolongaciones injustas del proceso de morir, así como el no a la destrucción del ambiente y a la dilapidación de los recursos de la vida.


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No alargar la vida a ultranza: moral budista y cristiana
03.04.07 @ 14:54:23. Archivado en Bioética

No estamos obligados a prolongar la vida, decía Francisco de Vitoria en 1557 (Relectiones theologicae, B.A.C., 1069 ). La respiración artificial es lícita, pero no obligatoria, decía Pío XII (24-IX-1957).“No estamos obligados a usar recursos desproporcionados”, repetía en 1980 la Congregación para la Doctrina de la Fe: “No se puede imponer el recurso a una técnica que, aunque sea corriente, es una carga. Rehusarlo no es suicidarse, sino asumir la condición humana” (Iura et bona, n. 28). Lo confirmaba Juan Pablo II Evangelium vitae, en 1995 (vitae, n.65). Instancias eclesiásticas “más papistas que el Papa” lo olvidaban al censurar a Inmaculada Echevarría (cuya decisión fue legal, ética y teológicamente correcta). Budistas y cristianos coinciden.en no confundir el adelanto injusto de la muerte con la limitación del esfuerzo terapéutico.

Aunque hay variedad de opiniones según épocas, la tradición budista rechaza el homicidio, aun por compasión (Vinaya, II, 79), pero admite asumir la muerte sin prolongar situaciones incurables.

Buddhagosa (s.IV) contrasta casos diferentes. Considera culpables a los monjes que procuraron la muerte del enfermo para aliviarle (Vinaya, Comentario, ed. Pali Text Society, II, 464). Ve falta leve en rehusar comida y medicación sin motivo, sólo por el deseo de morir. Pero lo justifica en el caso de una enfermedad seria y larga, sin expectativa de recuperación a pesar de los muchos cuidados.

En vez de discusiones sutiles en favor o en contra de un procedimiento, convendría plantear cuándo y cómo se muere dignamente. ¿Respetamos la dignidad humana durante el proceso de morir y la autonomía de quien muere? Poder elegir cómo vivir mientras se va muriendo: eso es muerte buena en el sentido ortodoxo de la palabra.


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Viernes Santo sin crispación
04.04.07 @ 15:05:55. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

“Alta la sangrienta frente...” Así empieza el himno del Cristo del Perdón (Murcia), que eleva los ojos al cielo desde su conciencia humana, para recibir energía del Dios Padre y Madre. Y, a continuación, la difunde con su mirada sobre la humanidad. “Baja los ojos al suelo” para extender por el mundo una mirada acogedora que sane heridas, extinga crispaciones, desarme extremismos, apacigüe agresividades y facilite encuentros por la paz y el diálogo.

“Es su mirada clemente” un rostro de misericordia. No un ceño condenatorio de juez, sino un rostro misericordioso y reconciliador. Por eso, la meditación de la Pasión no es angustiosa ni oprimente, sino consoladora. Una de las jaculatorias más atinadas de la tradicional oración Anima Christi decía así: “Pasión de Cristo, confórtame”. No se debe exaltar el dolor por el dolor, ni caer en el “dolorismo” de algunas manifestaciones exageradas de la religiosidad popular. No tiene más mérito quien más sufre, ni Dios envía el dolor como castigo, ni tampoco lo planea para sacar bienes de él. No, Jesús no nos salva gracias a la cruz, sino a pesar de ella. Nos salva porque, a pesar de ser el inocente crucificado, está vivo para siempre en Dios y es la base de nuestra esperanza.

Recuerdo que hace cincuenta años asistía al quinario de mi cofradía, la del Cristo del Perdón, en Murcia. No recuerdo los detalles retóricos de aquellas predicaciones, pero sí están impresos en las sinapsis de mi cerebro los ecos del himno que entonábamos, acompañado por los acordes de un anciano organista invidente. Pasaron los años y, al regreso de la misión en Japón, de paso por Murcia en Semana Santa, acompañé a mis padres al besapié. Fallecidos ellos, acompañé a mis tías. Un año después, también acudí, pero esta vez ya solo. Mi último recuerdo de nuestro entrañable Presidente Juan Pedro es un cálido y emotivo apretón de manos a la salida de la Iglesia de San Antolín en aquella ocasión. También este año se han arrodillado los cofrades ante el Cristo del Perdón para pedirle que “de sus labios soberanos, broten para los murcianos blancos lirios de perdón”. Necesitamos especialmente en nuestros días que Él plante en nuestros corazones esas flores de comprensión y de paz, que triunfen por encima de todas las espinas de violencia y crispación.

“Es su mirada clemente, firme y luminoso puente entre la tierra y el cielo”. He meditado estos versos de su himno ante el Cristo del Perdón y me ha parecido escuchar de sus labios tres palabras: una palabra de lucidez, una palabra de acogida y una palabra de misión.

La primera es una palabra de lucidez: “Mírate ante mí, me dice, y reconoce que tú también eres responsable.” Al escuchar esta palabra ya no puedo autojustificarme, ni decir, “los malos son ellos”. Si todos nos sentimos víctimas con las víctimas, también es cierto que, en la medida en que hay en mí rencor, odio o venganza, algo tengo que me asemeja a los agresores.

La segunda es una palabra de acogida. “Deja de mirarte a tí mismo, me dice, y mírame a mí que te acojo.”.Al escuchar esta palabra ya no puedo autocondenarme. No hay lugar para culpabilizarse patológicamente. Su buena noticia es sanación.

La tercera es una palabra de misión: “Sube aquí junto a Mí, me dice, y mira cómo se ve el mundo cuando se lo contempla desde la cruz.” Hay que dejar de mirarse a sí mismo para pasar a dirigir la mirada a un mundo tan lleno de crucificados a los que hay que descolgar de sus cruces, como dice tan atinadamente la cristología de Jon Sobrino.

Sale uno de esta meditación de la Pasión animado y confortado. Su mirada clemente deja un poso de calma y serenidad y envía a la praxis de liberación, pero sin agresividades, desactivada ya toda crispación...

(Publicado en la revista Magenta, de la Cofradía del Cristo del Perdón, en Murcia).


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Arriesgarse al compromiso en procesos de paz
10.04.07 @ 00:21:57. Archivado en Religion y sociedad

La palabra clave “compromiso” está sobre la mesa. Las partes implicadas juegan con esa carta. Pero por uno y otro lado asoma el peligro de confundirla con el chantaje y se teme al riesgo que acompaña a los compromisos. Parece oportuno recordar los dos sentidos de esta palabra: compromiso como ceder y compromiso como cumplir.

En inglés se usan dos palabras distintas. “Compromise”, en el sentido de ceder. “Commitment”, en el de comprometerse: obligarse a sí mismo a cumplir lo prometido.

Hay que conjugar ambos sentidos. Quedarse con la mitad pone en peligro de bloquear el proceso por dos extremos: el del chantaje o el de cerrar todas las salidas.

Comprometerse en un proceso de paz significa embarcarse sin miedo en un camino largo y difícil, con disponibilidad para los compromisos. Para ello hay que: 1) arriesgarse a salir de sí y ceder mutuamente, aunque se tenga razón; 2) superar la postura que divide en vencedores y vencidos, malos y buenos; 3) renunciar a hurgar en el pasado para dilucidar culpas; 4) vivir de cara al futuro, mediante la creativivdad de la reconciliación y la esperanza; 5) pero de un modo realista, aceptando el compromiso y la negociación, así como comprometiéndose a construir juntos la situación nueva.

El ser humano es capaz de perdonar y prometer, por eso es capaz de asumir compromisos, en el doble sentido de ceder y de comprometerse a cumplir lo prometido. El ensañamiento vindicativo y la renuncia a volver a empezar nos deshumanizan. Hay que hacer fructificar la capacidad de prometer. Pero nadie puede demostrar de antemano que cumplirá una promesa. Solamente se demuestra cumpliéndola. Al prometer nos arriesgamos comprometiendo nuestra propia persona, con su identidad y su credibilidad.

Monseñor Blázquez llamó, el 3 de febrero, a la unidad, con el lema “Muévete por la paz”. Es una postura, a la vez humanista y evangélica, que invita a asumir compromisos y a comprometerse para construir juntos un nuevo futuro social y político de la convivencia.

¿Se decidirán por fin todas las partes implicadas a asumir compromisos y comprometerse a cumplirlos? Eso sería lo humano y también lo cristiano.


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Reproducción asistida: ¡sí es procreación!
19.04.07 @ 23:40:41. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

Leimos en Ecclesalia Digital esta afirmación: “Producir niños en el laboratorio es impropio de la dignidad humana, porque se trata de un acto de producción. Los niños no se deben producir, hay que crearlos”. Así lo afirmaba cierto teólogo, vocero oficial para más señas, amigo de acelerar sin licencia de conducir por las autopistas de la bioética. Habrá que tachar con lápiz rojo algunas frases de su texto para que, al menos, logre el aprobado en moral.

Hace años que cayó en desuso el calificativo de “artificial” para la fecundación in vitro, tan natural como las otras. Calificarla de “producción o fabricación en laboratorio” , o verla como “lesiva del ser humano” o como opuesta al “acto personal” y a la “relación íntegramente humana” es un modo de hablar insultante para los esposos y progenitores de la criatura.

En la Enciclopedia de Bioética (Georgetwon, 1978) todavía se hablaba de “tecnologías de reproducción” (reproductive technologies). La edición revisada de 1993 ya pasó a decir “reproducción humana” (human reproduction). Ahora hablamos (en portugués, francés y español, con la misma abreviatura: PMA) de “procreación médicamente asistida”, porque es auténtica procreación.

Como dijo el cardenal Lehman: “Ni fabricamos bebés como muñecas, ni nos los trae la cigüeña. Hacemos los hijos que Dios nos da y Dios nos da los hijos que hacemos nosotros”.

Este cardenal presenta la enseñanza de la iglesia de modo positivo y esperanzador, sin quitarle credibilidad ni hacer un flaco favor a los criterios y valores que todos deseamos promover.


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Católicas y católicos por la ciudadanía
23.04.07 @ 18:19:33. Archivado en Conferencia episcopal, Religion y sociedad

La directora de un colegio concertado pregunta sobre la educación para la ciudadanía. Le respondo que no sólo es compatible con el ideario del colegio, sino deseable y recomendable por las razones siguientes.
1. Contiene un tanto por ciento elevado de criterios y valores coincidentes con el Evangelio.
2. Se puede desarrollar su programa de acuerdo con la línea y temática central de Gaudium et spes, del Concilio Vaticano II.
3. Responde a la necesidad de acentuar, como dice Monseñor Blázquez, en un Estado aconfesional, la sana laicidad de unas bases morales mínimas y comunes.
Nota 1: Ayudarán mucho los textos de F.Torralba y J. A. Marina (en SM) y el de A. Domingo Moratalla, Ética de la vida familiar . Claves para una ética de la ciudadanía (en Desclée).
Nota 2: En cambio, no ayudará la propuesta de la CONCAPA sobre objeción de conciencia o las diatribas crispadas del cardenal Cañizares descalificando sin fundamento esa asignatura.


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Cumpleaños de Buda y Pascua florida

28.04.07 @ 11:59:10. Archivado en Japón, Religion y sociedad

Este año coincidieron, el ocho de abril, la Pascua florida cristiana y la conmemoración budista del nacimiento de Shakamuni; en sincronía, además, con los cerezos en flor. Si la última cena del Nazareno hubiera sido en Japón, habrían compartido arroz y bebido sake, en vez de pan y vino. Me reuní en Tokyo a charlar con un grupo interreligioso, en el marco de un brindis al aire libre; en Murcia lo habríamos hecho con un tinto en las barracas. Espontáneamente, se suma a la fiesta un grupo de “gente sin techo”, de quienes plantan tenderetes ilegales en el mismo recinto del parque.

No perdemos tiempo en discutir sobre reencarnación y resurrección, ni en cotejar nacimientos maravillosos: el elefante de la leyenda sobre el nacimiento virginal de Gautama y el ángel Gabriel del evangelio. Budistas y cristianos actualizados descubren tras lo simbólico el misterio de la Vida que vivifica toda vida.

Gautama Shakamuni, sabio de los Shaka llamado el Buda o Iluminado, despertó y. ayudó al despertar de otras personas a la espiritualidad y la compasión. Jesús, profeta de Nazaret, para sus seguidores el Cristo o Ungido, guiado por el Espíritu, pasó por el mundo animando y liberando. Ambos parecen ateos, peligrosos para la religión y los poderes establecidos. Ambos reaccionan ante la agresividad crispada con serenidad dialogante. Ambos originan movimientos de transformación de la religiosidad: de lo exterior a lo interior y del egoísmo a la solidaridad. Ambos son traicionados por sus herederos: restauración involutiva de estructuras dogmatizadoras, moralizantes o ritualistas, contra las que Gautama y Jesús se rebelaron. El rey Ashoka protegió al budismo y el emperador Constantino al cristianismo. Las confesionalidades estatales (con “subvenciones”) desactivan la espiritualidad.

Pero en ambas tradiciones, tras el invierno, rebrota vida. Budistas y cristianos, bajo el cerezo, compartimos esperanza desde la iluminación y la resurrección. El encuentro anima, pero no hay que adormecerse. Urge el compromiso por la paz y la vida: fomentar juntos, local e interculturalmente, procesos de paz y procesos de vida. El intercambio me ha recargado las pilas para un doble compromiso: la ética de la liberación y la bioética global.


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En Galilea de Entrevías: Pan de Vida
29.04.07 @ 17:46:02. Archivado en Conferencia episcopal, Religion y sociedad

Tras la Eucaristía dominical en Entrevías, regresamos con las pilas recargadas de fe, esperanza y amor para mucho tiempo. Verdaderamente nos esperaba el Señor en esa Galilea en la que se había adelantado a presentarse.
Aquí no se viene a cumplir o a despacharse o a quitarse el cuidado de cumplir un precepto, sino a celebrar y a compartir y a convivir.
Aquí no se viene a dormitar durante una homilía aburrida de diez minutos. Pasa hora y media y sigue la comunidad transmitiendo lo que el Espíritu hace decir en la homilía compartida.
Enrique abre la reunion en el nombre del Dios padre y madre. Habla como eco espontáneo de la Palabra, sin atacar a nadie ni defenderse de nadie, sin adular a la institución ni insultarla, simplemente comunicando evangelio que interpela y anima.
Hablan los no creyentes y el Espíritu nos habla por su boca. Hablan los creyentes de sensibilidades diferentes. Cuando alguien se pasa de cello, el Espíritu sugiere un contrapeso de humildad y paciencia en la intervención siguiente. Y cuando alguien se pasa de mansedumbre, el Espíritu espolea en la intervención siguiente para no acobardarse. No sera el discípulo más que el Maestro. Como a Él le rechazaron, os rechazarán. Como a Él le acogieron, os recibirán.
Si estuviera aquí Malaquías no denunciaría como en el templo de aquellos días: “No acepto la ofrenda de vuestras manos” (1, 10). Dicho en el lenguaje burocrático institucional: “Esto sí que es ortodoxo y homologable, si lo viera de cerca nuestro obispo lo reconocería”. Aquí no hay duda de que se acepta lo que se ofrece con la autenticidad de Melquisedec, aquel extranjero que dio sentido a una simple ofrenda de pan y vino. Isaías comparó la comunidad ideal con un banquete (Is 25, 6). Eliseo hizo de panadero para más de cien personas hambrientas (2 R 4, 42-44). Todo este telón de fondo encuadraba el encargo de Jesús: “Dadles vosotros de comer” (Mt 14, 16).
Enrique repite los gestos de Jesús: vista al cielo en acción de gracias, ojos fijos en el pan mientras lo parte y mirada alrededor. Primero, da gracias a la fuente de la vida. Segundo, contempla el pan, fruto de la tierra y del trabajo de muchos hombres y mujeres, que ha de partirse y compartirse. Tercero, invita a repartir y... a asegurarse de que el reparto es justo.
Jesús no fue un prestidigitador. Su pan de vida no es un truco de Harry Potter, ni un juego escolástico para elucubrar sobre sustancias y accidentes. Antes de partir el pan se ha partido a sí mismo, se ha dado y repartido a diario, dejándose comer. Toda su vida fue eucaristía. Su vida entera da significado al partir, compartir y repartir el pan de vida. Comida en Galilea, Cena en Jerusalén, Sangre de Vida en el Gólgota, Eucaristía dominical en Entrevías, Y vivencia cotidiana de hacer por las personas en un mundo de paz y justicia: todo esto se integra en un único acontecimiento liberador. Eso es la Eucaristía, bien diferente de una misa rutinaria.
No dijo Jesús en la Cena: “Este pan es mi cuerpo”, sino dijo: “Esto es mi cuerpo”. “Esto” significa no solamente este pan y vino, sino lo que ellos representan: la vida entera de los hombres y mujeres aquí reunidos, con sus penas y alegrías, éxitos y fracasos, deseos y súplicas. Sobre todo eso se pide que venga el Espíritu para consagrarlo. Todo eso es lo que se convierte en cuerpo y vida de Cristo para la liberación del mundo. Por eso son insuficientes las finísimas obleas que pierden la fuerza significativa del pan de vida cuando son tan finas y estilizadas que apenas parecen pan. Comprendemos y vivimos la realidad de la Eucaristía con sentido, en vez de “despacharnos”, “oyendo misa “ o “dando misa” con la satisfacción de cumplir rúbricas minuciosas con vestimentas anacrónicas y fórmulas estereotipadas.
En esta Galilea de Entrevías comprendemos que la mesa de Jesús no es la de un medium de sortilegios, ni la de un mago hipnotizador. Tampoco es una mesa donde sacrificar animales como en las religiones primitivas. Su mesa es de comedor: para partir, repartir y compartir. Por eso no hemos cerrado los ojos cuando Enrique decía “Esto es mi cuerpo”. Ni nos hemos quedado hipnotizados como en sesión de magia, como quien aguarda a que cambie de color una oblea alucinantemente ensangrentada.
Habíamos estrechado mutuamente las manos al rezar el padrenuestro. Ahora Jesús nos invita a mirar al cielo dando gracias, para luego mirar alrededor, como hizo Él en Galilea y en la última cena. Quiere que salgamos de aquí animados a prolongar lo que Él hizo, hacerlo presente entre nosotros reunidos en su nombre, hacer lo que Él hizo, lo que lleva años haciendo la comunidad en esta Galilea de Entrevías: partirse, repartirse y compartir. Partir el pan, repartir a quien no tiene, compartir la vida, la fe y la palabra. Hacerlo así es la única prueba de que Él sigue vivo.


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Dadles vosotros de comer: Corpus Christi, sin custodias de plata
09.05.07 @ 00:48:43. Archivado en Religion y sociedad, Justicia y paz

Nos invitaba Carmen Bellver, en su blog del 1 de Mayo, a fundamentar en Jesucristo la enseñanza social cristiana. Muy apropiada para ello la escena simbólica del reparto de los panes entre la muchedumbre que seguía a Jesús en Galilea (Aludí a ella en mi blog: Galilea en Entrevías).

“Dadles vosotros de comer” es el reto de Jesús en Marcos (6, 37), Mateo ( 14, 16) y Lucas (9, 13). El Jesús con buen humor, según Juan, pregunta: "¿Dónde comprar pan para tanta gente?" (6,5).

En el barrio marginado de Sanya (en Tokyo) un grupo de voluntariado distribuye mantas entre los "sin techo" y colabora en la casa de acogida de las religiosas de la Madre Teresa. Al atardecer se reúnen para una eucaristía casera. Comentan su lectura del evangelio y hacen autocrítica. "Nos parecemos, dicen, a Felipe y Andrés. Felipe, el calculador y Andrés, el timorato.

Felipe calcula con su computadora: “Harían falta más de doscientos panes”. Andrés se agobia y dice tímidamente: “No hay más que cinco panes y dos peces”. Ambos coinciden en no mover un dedo y sentir que no se puede hacer nada.

Entretanto Jesús se ha puesto a partir en trozos su pan con los chiquillos. La gente de alrededor lo imita y se extiende la cadena del reparto. Cuando todo el mundo comparte, al final sobra…”

Hace más de medio siglo los especialistas en exégesis nos explicaron que Jesús no hizo ningún prodigio milagrero sobrenatural de multiplicar panes, sino invitó a repatir con justicia y compartir con solidaridad.

Insisten los especialistas de la Biblia en que el detalle histórico más seguro de este pasaje es la huída de Jesús. Coinciden Marcos 6, 46 y Juan 6, 15 en destacar que Jesús se escapa de la multitud y se va al monte solo.

Dice Juan que lo querían hacer "cabecilla" o "rey". Hoy diríamos "ponerlo en cabeza de lista” para ganar votos. Pero Jesús huye de ese protagonismo, dolido porque no le entienden. Hoy también huiría Jesús a la vista de nuestros cálices de oro y custodias de plata en ciertas procesiones, muestras de las "raíces menos cristianas" de cierto tipo y estilo de cristiandad...


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Votar en conciencia, pero no sin ciencia
19.05.07 @ 13:02:58. Archivado en Conferencia episcopal, Religion y sociedad

Don Fernando Sebastián exhortó a sus feligreses el 27 del pasado abril a “votar en conciencia”. De acuerdo, como decía Newman, en la primacia del “brindis por la conciencia”. Pero remitía el obispo a la declaración de “Sobre la situación actual de España” (23-XI.2006). A partir de ahí, cabe la discrepancia, lamentando el complejo de víctima de una parte de la Conferencia episcopal, su beligerancia antigubernamental y su apoyo a la estrategia crispadora de la oposición. El desencrispador que nos desencrispare...

Coincidiremos con los obispos cuando denuncien las ideologias de “ciencia sin conciencia”. Pero discreparemos cuando caigan en la estrechez de una “conciencia sin ciencia”. A santa Teresa le asustaban los confesores muy fervorosos, pero de poco estudio. La santa castiza los prefería menos celosos, pero más capaces de discernir.

Tenian razon los obispos cuando denunciaban ideologias pseudocientificas : el “oscurecimiento y debilitamiento de la conciencia moral” y la “obnubilacion de la conciencia ante el rápido desarrollo de los recursos de la ciencia y de la técnica” (Declaracion citada, n. 19). Al hablar asi defendían una “ciencia con conciencia”, como repetía Juan Pablo II.

Pero se equivocaban cuando aludían indirectamente al proyecto de ley biomédica acusándola de “producir de seres humanos como materia de investigación” o cuando criticaban el programa de ética de la ciudadanía (declaración citada, n.18). Al hablar así caían en el extremo opuesto: “conciencia sin ciencia”.

También llama la atención, en la nota sobre el voto publicada por los obispos de Madrid, la equiparación en una misma línea de los métodos anticonceptivos con el aborto y la eutanasia. Es una errata seria que convendrá corregir en el examen de teología moral con una cita de Juan Pablo II: “anticoncepción y aborto son males específicamente distintos” (Evangelium vitae, n.13).

Hay un problema serio en la cúpula eclesiástica del estado español. Hace falta que la conciencia vaya acompañada de ciencia, de experiencia y conocimiento, tanto de la realidad de la vida cotidiana como de la actualidad cientifica. Ojalá el laicado creyente, con su experiencia de la vida, y el laicado profesional, con su conocimiento de la ciencia, se atrevan a decir: ¡Basta ya!

Y, dicho así, a votar en conciencia como recomiendan los obispos, aunque el voto no coincida con el que desearían algunos obispos.


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¿Alianza de religiones?
27.05.07 @ 15:14:29. Archivado en Japón, Religion y sociedad

Festival sintoísta en el santuario de Ise (Japón): religiosidad folclórica y sensibilidad ecológica. Cada veinte años se reconstruye el oratorio con madera nueva. Dos mil participantes tiran de las kilométricas maromas para arrastrar la carroza con el tronco de cedro gigante. Este 25 de mayo los sintoístas no iban solos en procesión. Dos centenas del “Movimiento por otra sociedad mejor”, formado por budistas y cristianos, tiramos de las cuerdas jaleando al unísono tonadillas rituales.

Todos de blanco, color de peregrinación y fiesta, pero uniformados con el traje de faena de los madereros. La lluvia no impidió el cortejo. La organización japonesa regaló impermeables de plástico. En el pórtico nos exhortan: “Gracias por la lluvia, purificación y vida. Regresemos a lo cotidiano, construyamos un mundo más limpio”. Tras el ruido del desfile, el silencio por la alameda hasta el recinto sagrado donde se inclinan cabezas y juntan manos reverentemente.

A la salida, de nuevo fiesta: torta de arroz y vino del país. Pienso para mis adentros: ¡Cuántas Galileas diversas desde Japón a Brasil, pasando por Taizé o Entrevías! ¡Cuántas Epifanías, desde religiosidades precristianas hasta nuevas espiritualidades!...

Y, tras los puntos suspensivos... la crítica. Las religiones son ambiguas; orientan hacia lo sagrado, pero lo desfiguran. No monopolizan la verdad. Hay que relativizarlas.

En el sintoismo, cuatro caras admirables y una denunciable. Las positivas son: 1) religiosidad popular, 2) sentido ecológico e identificación con la naturaleza, 3) espiritualidad cotidiana, 4) tradición estética.

La negativa es: el sintoísmo convertido en ideología al servicio del pseudopatriotismo militarista de ultraderecha.

Los obispos japoneses fueron pioneros en sanar la memoria histórica pidiendo perdón por la connivencia con el nacionalsintoísmo justificante de la guerra del Pacífico. Ahora denuncian el apoyo del partido conservador al uso del sintoísmo como ideología de unidad nacional. (Aplíquese el cuento el nacionalcatolicismo castellano).

¿Inculturación y alianza de religiones? Sí, para la paz; pero sin que la religión se deje manipular por ultraderechas políticas pseuderreligiosas.

(Me remito a mi blog del 15 de marzo sobre “nacionalsintoísmo” y a los libros Aprender de oriente, Desclee, 1998, y El otro Oriente, Sal Terrae, 2006)


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Telegrama de Tokyo a Entrevías
02.06.07 @ 02:02:47. Archivado en Japón, Religion y sociedad, Justicia y paz

Queridos Javier, Pepe y Enrique: En eucaristía de estudiantes teólogos (Tokyo), oramos en comunión con Entrevías. Un abrazo, con la Palabra:

1. Para animar a comunidades incomprendidas por instancias superiores:“
"Un discípulo no es más que su maestro... Si al cabeza de familia le han puesto de mote Belcebú, ¡cuánto más a los de su casa! Conque no les cojáis miedo...” (Mateo 10, 25-26; Lc 6, 40). “Acordaos de aquello que os dije yo: que un siervo no es más que su amo; si a mí me han perseguido, lo mismo harán con vosotros,y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las vuestras” (Juan 15, 20).
2. Para suscitar en esas instancias comprensión y compasión:“
"La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará” (Isaías 42,3; Mateo 12, 20).
“Misercordia quiero y no sacrificios” (Mateo 9, 13; Oseas, 6,6).


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Ciudadanía, educación y ética
07.06.07 @ 15:53:54. Archivado en Religion y sociedad

Estaba desconcertado al escuchar opiniones episcopales exageradas sobre la constitucionalidad de la EpC, así como descabelladas invitaciones a la objeción de conciencia contra ella. Menos mal que opiniones recientes de intelectualidad serena (Cortina, Elzo, Torralba, etc...) disipan los nubarrones apocalípticos de los que Juan XXIII llamaba “profetas de desastres”. Al ver aparecer el arco iris, me animé a desempolvar el enfoque del pasado octubre en Vida Nueva y colgarlo en el blog.

En la Universidad Sofía (que administran desde 1913 los jesuitas en Tokyo) se cursa una asignatura de ética cívica en todas las facultades. Además, hay un programa optativo de humanidades, que incluye estudio de las religiones. Comentarlo servirá de contraste en medio del debate sobre Ética para la ciudadanía en el estado español.

Hasta finales de los sesenta, se enseñaba en la universidad Sophia ética, filosofía y religión en cada departamento. Tras el 68, coincidiendo con la iglesia postconciliar, se revisó el enfoque de los cursos comunes. Era impensable una clase de religión obligatoria. Las visiones de sentido se proponen, no se imponen, como decía Juan Pablo II ern su encíclica Redemptoris missio. La obligatoriedad de la religión hace aborrecerla.

Pero la historia de la cultura incluye el hecho religioso, el artístico, el científico, el literario, etc. Por eso es natural que forme parte de la educación general. También la introducción al pensamiento ético, mano a mano con la historia, ayuda a formarse para valorar, discernir y elegir responsablemente en una sociedad democrática.

Durante una década dí un curso de ética cívica, como asignatura troncal, a la vez que impartía religión como optativa. Hoy se ofertan las humanidades en dos partes: la troncal: “Aprendizaje de lo humano”; la segunda, una oferta de optativas (literatura, sociología, historia, filosofía de las ciencias, introducción al cristianismo, textos bíblicos, textos budistas, etc.), con que el alumnado confecciona el menú, independientemente de su especialización.

“Aprendizaje de lo humano” incluye una introducción a la antropología integral (evolución biológica y cultural, cuerpo humano, sexo y género, lenguaje y libertad, sociedad e historia, vida y muerte), y un mínimo de ética ciudadana (relaciones humanas, justicia global, etc.).

Al no imponer una creencia, es posible proponer como troncal esta asignatura. Diversas mentalidades exploran en común la convergencia en un mínimo de valores de cara al futuro de la humanidad, de la vida y del planeta.

En el caso de las optativas, los presupuestos y el método son distintos. He tenido dado, como optativo, un curso sobre teología de la liberación y otro de lectura del evangelio según Marcos. De doscientos alumnos y alumnas, no más de diez eran creyentes. El enfoque no era catequético, sino académico. Habría sido impensable enseñar tales materias en un curso obligatorio. Al ser libremente elegidas, se presupone interés por el tema, independientemente de las propias convicciones.

Tuve una experiencia parecida, al enseñar ética en bachillerato en el colegio de los jesuitas de Ofuna. La ética de la ciudadanía, durante todos los años de educación primaria y secundaria, es asignatura obligatoria, según la orientación del Ministerio de Educación. Abarca desde urbanidad y civismo en los primeros cursos, pasando por formación del carácter y vida social, hasta los temas de relaciones internacionales, derechos humanos o cuidado del medio ambiente; incluye, al final del bachillerato, historia del pensamiento y del hecho religioso.

En esa clase, sin adoctrinar ni imponer, tuve que tratar con mi alumnado sobre Sócrates, Platón y Arístóteles, sobre Buda, Confucio y Jesús. Tuve también otra experiencia pedagógica extracurricular. Se reunía un grupo de alumnos, con carácter libre y en competencia con actividades de club o deportivas a la misma hora, para participar en sesiones de Biblia. El ambiente era distinto del marco académico de las clases.

Estas experiencias hacen ver la diferencia entre la ética cívica como troncal, en una sociedad plural y secular, y la propuesta optativa de una religión. Al moverse en doble clave alternativamente, de laicidad y de creencias, nos capàcitamos para dialogar en la sociedad pluralista.

He hablado de Japón. Pero se detectará entre líneas mi preocupación ante la estrechez con que se plantean y debaten en nuestro país la ética de la ciudadanía y la enseñanza de la religión desde posturas extremistas, tanto por parte de instancias eclesiásticas que la consideran inconstitucional, como por parte de quienes desearían aperovecharla para adoctrinar.

Lectoras y lectores conspicuos, al oírme hablar de Japón, recordarán el refrán: “díselo en voz alta al yerno, para que lo entienda la suegra”. ¿No necesitaremos un poco de aire fresco venido de otras latitudes para ensanchar los horizontes y flexibilizar las sensibilidades religiosas o políticas, condicionadas por las tradiciones extremistas e inquisitoriales de nuestro país?


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Víctimas y acusados: proceso pacificador en Japón
12.06.07 @ 14:33:12. Archivado en Japón, Religion y sociedad, Justicia y paz

Masahiro Harada (60) había pedido al ministro de Justicia que no ejecutaran la pena de muerte del asesino de su hermano. Su petición fue denegada, pero consiguió entrevistarse cuatro veces en la prisión con el agresor, antes de la ejecución, en 2001. Ahora sigue fomentando en Japón el movimiento por la supresión de la pena capital. Le conocí personalmente hace cinco años, cuando accedió a participar en una mesa redonda sobre procesos de paz y reconciliación, organizada por el Centro Social de los jesuitas de Tokyo, en la Universidad Sophia.

Me impactó su postura. Decía el señor Harada, y sigue diciendo hoy, que no se siente capaz de perdonar; sin embargo, está convencido de que, ajusticiando a criminales, no se sanan las heridas de las víctimas.

Promovida por él, se constituyó el pasado 4 de junio en Tokyo una mesa de encuentro entre víctimas y acusados. Quieren así oponerse al proyecto de modificación legislativa, actualmente en debate en el Congreso, por el que se propone otorgar a las víctimas el derecho a interrogar a los acusados durante el juicio.

El grupo de víctimas encabezado por Harada ha recibido, según informa el diario Mainichi (Tokyo, 4 de junio), el apoyo de la Asociación Americana de Víctimas contra la Pena de Muerte.

Miembros de movimientos cívicos y un grupo de abogados japoneses se han sumado al proyecto de conseguir que víctimas y agresores se encuentren y dialoguen para sanación mutua. En nuestro Centro Social, cooperando con budistas y otros grupos, tanto religiosos como aconfesionales, también estamos apoyando el proyecto.

«El lugar para el encuentro de víctimas y agresores, dice Harada, no debe ser la sala de los tribunales. El tema no ha de ser echarse en cara los respectivos derechos, sino escucharse mutuamente, para que todos nos sanemos y reconciliemos».

Al redactar esta noticia para mi país, me duele una vez más la manipulación de las víctimas por parte de la oposición política en el estado español durante todo el pasado año; con su crispación han echado leña al fuego destructor del proceso de paz, dejándonos expuestos al eterno retorno de la espiral de violencia tras la ruptura de la tregua terrorista.

El ejemplo del señor Harada que, sin ser ni budista, ni cristiano, ni sentirse capaz de perdonar, insiste, sin embargo, en el encuentro sanador y en el proceso reconciliador, debería hacernos reflexionar a todos: a ETA y a sus víctimas, a Zapatero y a Rajoy, y a cuantas personas sufren y sufrimos las consecuencias de la incapacidad para dialogar.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, 11 de junio, 2007)


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Mitras, microscopios y... móviles
15.06.07 @ 03:56:46. Archivado en Bioética, Conferencia episcopal, Religion y sociedad

¿Qué le dijo la mitra al microscopio? “No investigues con pre-embriones, que te condeno”. ¿Qué le dijo el microscopio a la mitra? “No condenes y deja avanzar a la terapéutica”. ¿Y qué dijeron los teólogos y teólogas pro-ciencia? Se comunicaron enseguida por el móvil la noticia: “Ayer (14-VI-07) aprobó, por fin, el Congreso la Ley de Investigación Biomédica. Enhorabuena".

"Faltaron -¡no faltaba más!- los votos consabidos de la oposición, respaldada por algunas mitras obsesionadas con el estatuto del blastocisto. No les preocuparon miles de muertes inocentes en Irak, pero levantan estandartes pro-vida para frenar la investigación con células carentes de individualidad personal.”

Hijas de madres hermanas son primas. Ciencia y teología, primas hermanas, celebran la ley de investigación biomédica. La era digital, con la receptividad de móviles e internet, entiende el parentesco entre investigación y contemplación, ciencia y mística receptivas. La iconología budista representaba a Gautama con orejas inmensas: atento y acogedor. Lo contrario, los oídos sordos fundamentalistas: sin escuchar a la vida, ni a la ciencia.

La ley merece el parabién de ciencias y teologías al servicio de la humanidad, aunque no satisfaga a la ideología de mitras condenadoras o microscopios politizados.

Quien no pregunta, no investiga. Quien no duda, no cree. Ciencia y fe, investigación y teología son primas hermanas. La ciencia es hija de “doña Interrogación”. La fe es hija de “doña Escucha”. Las madres se asemejan, con herencia genética de audacia y decisión en incertidumbre. La interrogación científica crea hipótesis, confiando en los descubrimientos. La escucha fiducial se atreve a esperar que se desvelen revelaciones. Ambas son capaces de buscar, cuestionar y cambiar de parecer ante la presencia de nuevos datos, sin el síndrome del miedo al relativismo.

Pero las ideologías, ya sea con máscara de ciencia o de fe, ni dudan ni inquieren: se aferran a certezas engañosas, anhelando seguridades. Pseudociencia y pseudoreligión son el uniforme de fanatismos dogmáticos. En páises con tradición inquisitorial necesitamos que las dos primas hermanas, ciencia y teología, aúnen sus esfuerzos para que aprendamos a dudar.


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Enhorabuena al Dr. Montes y Educacion para Polifonia (EPP) a los obispos
23.06.07 @ 02:31:45. Archivado en Bioética, Eutanasia, Conferencia episcopal, Religion y sociedad

Aunque llega tarde el sobreseimiento del mal llamado “caso Leganés” (llamado “caso Lamela”, por la actuación improcedente de la Consejería de Sanidad), damos la enhorabuena al Dr. Montes y equipo, acompañándoles en el sentimiento por lo irreparable del daño recibido. Dicen los manuales clásicos de moral que la difamación, el falso testimonio y la calumnia son como paja derramada al viento: una vez esparcida, ya no es posible recogerla,la reparación de la fama vulnerada es muy difícil.

Si la sentencia se hubiese dado antes de las elecciones, habría servido para abrir los ojos a votantes, pero tanto la sentencia como la dimisión de Lamela han llegado demasiado tarde.

Este caso invita a recordar la necesidad de evitar malentendidos en bioética por razones de ideología política o religiosa. Es chocante que algunas instancias eclesiásticas y políticas, que aunaron sus fuerzas en este caso para protestar, confundiendo la sedación con la eutanasia, también cayeran en el equívoco de confundir, en el caso de Inmaculada Echevarría, la limitación del esfuero terapéutico con la eutanasia.

En vista de eso, parece que vamos a necesitar una nueva asignatura. No basta con que el alumnado curse Educación para la ciudadanía (asignatura que obviamente debemos apoyar todos, sobre todo, los católicos que defienden los derechos humanos), sino que hará falta otra asignatura para obispos y políticos, que se podría titular “Educación para la Polifonía”: a ver si aprenden de una santísima vez a escuchar la polifonía de voces de la pluralidad democrática, de la laicidad, de la ciencia y de la conciencia...


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Recé en latín con budistas y... hablamos de Entrevías
04.07.07 @ 13:25:40. Archivado en Japón, Religion y sociedad

Lo conté por e-mail a un amigo y se escandalizó: “Me decepcionas, Juan, te creía “progre” a tí, al lado de Entrevías, y ahora me sales rezando latines”. Le contesté: "Gratias propter litteram tuam. Gratias agamus in omnibus. Sit unitas in pluralitate". Ni Entrevías es peyorativamente “progre”, ni rezar en latín es “ultra”. ¿Es que no creemos en la Presencia Real Única en celebraciones diversas?

Por ejemplo, estas tres:

Primera Celebración. La semana pasada celebré en Tokyo una eucaristía informal: veinte personas, incluídas no creyentes o de otra religión. Lectura evangélica sencilla, anáfora eucarística abreviada y adaptada a las circunstancias, compartir espontáneo. Cualquiera entiende que Jesús diga en vísperas de su ejecución: “En esta copa pongo mi vida, cada vez que brindéis así prolongad lo que yo hice, partíos y repartíos compartiendo...”

Segunda Celebración. Una reunión de plegaria interreligiosa, en un templo de nueva religión de tradición sintoísta. Tras la oración en común por la paz, cada grupo ora según su religión. Entonó el sintoísta un Norito con toda solemnidad. Cantó el monje budista devotamente el Sutra del Corazón. Recitaron en recto tono los budistas seglares de Koseikai unos versos del Sutra del Loto. Cuando llegó el turno a los católicos (éramos tres, una profesora de música y dos jesuitas), entonamos el Pater Noster en latín, Ave Maria y Gloria Patri. Luego invitamos a la comunidad a quedarse en silencio meditativo para dejarnos acoger por el Misterio que envuelve, une y desborda a todas las religiones. Tras la oración, compartir la cena, mientras cada representante explica su modo de orar. Les hablo de otros modos de orar, bien en silencio o cantando, bien compartiendo espontáneamente. Y les cuento cómo se ora en Taizé y Entrevías.

Tercera Celebración. A las seis de la mañana, es mi turno en el oratorio de la Casa de Ejercicios, misa con la comunidad de religiosas que la atienden, con ornamentos y rúbricas...hasta con lavabo y todo... Es, como habría dicho nuestro pastor de Madrid, don Antonio María Rouco, una “misa homologable”. Lo único especial fue acordarnos en la oración de los fieles de unirnos a la concelebración solidaria del viernes en Entrevías.

En resumen, tres celebraciones y una Presencia. Permítanme quienes me lean en mi país (incluidas las personas que a veces, con buena intención exagerada, se dejan llevar de arrebatos de ataque o insultos, por un exstremo o por otro) que les diga, sin insultos ni ataques a nadie: En las tres celebraciones me sentí realizado y realizando mi vocación ministerial. En las tres viví la presencia del Espíritu. Este es sinceramente el testimonio de quien cree cien por cien en la Presencia Real Eucarística y en La Presencia Real del Espíritu en la Vida.

NOTA Habrán observado las lectoras y lectores conspicuos que no he llamado al Cardenal S.E.R (Su Eminencia Reverendísima) para no exagerar renacentísticamente; pero tampoco he querido tratarle de "Rouco a secas", pues eso sería una incorreccón que iría en contra de la urbanidad y respeto que se aprende en la asignatura de educación para la ciudadanía. Mejor un trato intermedio, como "don Antonio, nuestro muy querido hermano don Antonio". Y que él él me diga con sonrisa simpática gallega: "Juan, hijo mío, no te pases..."


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No hay monopolio del Espíritu de Vida
14.07.07 @ 01:01:29. Archivado en Religion y sociedad

Ninguna espiritualidad tiene derecho al monopolio de lo sagrado. Ninguna religion tiene derecho al monopolio sobre lo divino. Ninguna de las iglesias hermanas tienen derecho al monopolio sobre el Espíritu de Cristo, que sopla donde, cuando y como quiere sin que lo controlemos. La Presencia del Espíritu de Vida subsiste (en latín, subsistit) también en la iglesia católica, a pesar de que sus miembros traicionemos el soplo de ese Espíritu con nuestros exclusivismos, inclusivismos y rechazos del pluralismo fomentado por el mismo Espíritu.

Subsiste igualmente en las iglesias hermanas y en las otras religiones, coexistiendo la autenticidad de su soplo con las inautenticidades de las que ningún grupo humano está libre.

Todos y todas estamos en camino, in via, en búsqueda continua de ese Espíritu de Vida. Dentro de cada iglesia no detentamos el monopolio del Espiritu, sino creemos y celebramos lo que ya está ocurriendo fuera: que para su soplo no hay barreras.

El Espíritu nos quita el miedo al cambio, a la diferencia, a la pluralidad y al fantasma del relativismo. Porque el Espíritu nos enseña que lo único que no cambia es su soplo que nos hace cambiar “haciéndolo todo Nuevo”.

Hay que decir esto bien alto, como confesión de fe, a pesar de documentos como el recientemente publicado por monseñores Levada y Amato en la CDF, que es tan infumable como el documento Dominus Iesus; que nos produce vergüenza ajena frente a nuestros hermanos de las iglesias hermanas y de las religiones hermanas (a quienes querríamos pedir perdón ; que pone en medio siglo de retraso el reloj ecuménico, contra el impulso del Concilio Vaticano II, que lo había puesto en hora. HOY EL ESPÍRITU GRITA A LAS IGLESIAS;
!!!BASTA YA DE MONOPOLIZARME!!!


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Don Antonio se pasa y don Ricardo no llega. San Vicente Tarancón, ora pro nobis
26.07.07 @ 00:08:47. Archivado en Conferencia episcopal, Religion y sociedad

Es hora de que laicas y laicos creyentes de las comunidades eclesiales reaccionen responsablemente para hablar sin miedo en nombre del Evangelio de Jesús y parar la situación anómala y dantesca de la iglesia en este país. Al hablar sobre la educación para la ciudadanía, Don Antonio Cañizares se pasa, Don Ricardo Blázquez no llega y el P.Camino, comodín de pelea, riega fuera del tiesto reiterando despropósitos éticos y disparates teológicos a diario. Aunque Don Ricardo propone, Don Antonio impone y el P. Camino dispone. ¿Quien nos recompone? San Vicente Tarancón, ora pro nobis.
La incomprensible siuación actual, anómala y dantesca, de buena parte de la administración eclesiástica en el estado español exige una reacción profética (educada, pero valiente) por parte de laicas y laicos creyentes de la comunidad eclesial para decir : BASTA YA.
Basta ya de oponerse a algo tan necesario y constitucional como la educación para la ciudadanía.
Basta ya de empeñarse en lidiar todos los toros que no les corresponden.
Basta ya de pelear por intereses de poder, influjo u...otros inconfesables.
Basta ya de imposiciones ideológicas y de alianzas beligerantes del dogmatismo religioso con la crispación de la ultraderecha política.
Basta ya de apoyar a locutores radiofónicos especialistas en falso tesimonio.
Basta ya de nostalgias de nacional-catolicismo, de "Santiago y cierra España", y de fomentar con falsa memoria histórica situaciones como la que condujo al enfrentamiento civil hace setenta años.
Basta ya de oponerse a procesos de paz.
Basta ya de condenar, en vez animar y proclamar esperanza.
Basta ya de miedo: miedo a la ciencia, a la democracia, a la mujer, al laicado adulto, al diálogo, a la tolerancia, al pluralismo, al disentir razonable...
Es obligación moral de los profesionales laicos y laicas creyentes hablar claro para decir a los dirigentes de la involución religioso-política que no den marcha atrás al reloj del Concilio Vaticano II.


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Riñeron al arzobispo por no usar latín
02.08.07 @ 15:48:40. Archivado en Religion y sociedad

Ocurrió hace casi un siglo, pero desempolvar memoria histórica ayuda a consolarse con buen humor cuando soplan vientos de involución en las alturas eclesiásticas. A Roncalli (luego Juan XXIII) le reprocharon por apearse a la lengua vernácula.

Era delegado apostólico, sin rango diplomático, en la Turquía de Atatürk y se esforzaba en mejorar las relaciones con las autoridades del islam laicizado. La ley de 13 de junio de 1935 prohibía los atuendos religiosos en público. La modernidad, que había destocado del fez a los musulmanes, suprimía la sotana de los clérigos. “¿Qué más da, escribía Roncalli, que llevemos sotana o pantalones, con tal de que proclamemos la palabra de Dios”. Las biografías de Juan XXIII reproducirían años más tarde su oronda figura de chaqueta y bombín.

Roncalli quiso, con pequeñas modificaciones en la liturgia, acercarse a la cultura local. El cambio era diminuto: simplemente pasar del latín al turco en algunos momentos. Por ejemplo las alabanzas del “Bendito sea Dios, bendito sea su santo nombre...” después de la bendición con el Santísimo.

Bastó para que los integristas se escandalizasen; lo denunciaron a Roma. Entonces no había blogs para condenar con insultos por internet, pero la vieja tradición inquisitorial de enviar cartitas de denuncia a Roma estaba arraigada en los portavoces de la ortodoxia. Siempre los ha habido y...ya se sabe, de Roma viene lo que a Roma va (y si no, que se lo pregunten a mis hermanos de Entrevías).

A partir del 12 de enero de 1936, se recitó el “Bendito sea Dios en turco en la catedral de Estambul”. Roncalli escribió así en su Diario: “Cuando se recitó el Tanre Mubarek Olsun (Bendito sea Dios), mucha gente se marchó de la iglesia disgustada... Pero yo estoy contento. El domingo se leyó el evangelio en turco delante del embajador francés.. Hoy, las letanías en turco delante del embajador italiano. La Iglesia católica respeta a todos. El Delegado Apostólico es un obispo para todos y trata de ser fiel al Evangelio, que no admite monopolios nacionales, no está fosilizado y mira al futuro”

Este “pecadillo” le costó reprimenda de Roma. En octubre de ese año, en sus Ejercicios, escribía: “Me hiere muchísimo la diferencia entre las maneras de ver las situaciones de cerca y ciertas maneras de juzgar las mismas cosas en Roma desde lejos. Ésta es para mí una verdadera cruz” (P.Hebblethwaite, Juan XXIII. El Papa del Concilio, Madrid: PPC, 2000, p.205).

Así era en el 36 quien se convirtió tres décadas después en el Papa del Concilio, Juan XXIII, el Bueno. Sirva esta pieza de memoria histórica para animar a quienes sufran tentaciones de desaliento ante ciertos fruncimientos de ceño cardenalicios que anatematizan en la actualidad.


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Otras iglesias hermanas: también iglesias, también hermanas
08.08.07 @ 22:58:51. Archivado en Bioética

Cuando Juan XXIII soñó con compartir la mesa del pan de vida con las otras iglesias hermanas (son iglesias y son hermanas), la vieja guardia cardenalicia se asustó. La frase no era políticamente correcta. Tijeras y lápiz rojo de censura dejaron el texto “afeitado”, listo para las páginas del periódico vaticano.

Cuando Juan habló a los seminaristas, un mes después de elegido Papa, dijo que le daba apuro oirse llamar “Santo Padre” o “Santidad”. La censura cortó esta frase.

En noviembre, Juan dio órdenes al redactor jefe de L,Osservatore Romano para que suprimiera melosas expresiones como “el inspirado Santo Padre”, “el muy supremo Pontífice” o “sus augustos labios”. En Navidad de ese año visitó la cárcel de Roma y les contó a los presos la anécdota de su hermano, que había sido pillado cazando furtivamente. Tampoco esto pareció apropiado en labios papales; el periódico se sintió obligado a suprimir la frase.

Pero fue más grave la censura conservadora cuando, al anunciar a los cardenales el proyecto del Concilio Vaticano II, añadió Juan XXIII: “una amistosa y renovada invitación a nuestros hermanos separados de las iglesias cristianas a participar con nosotros del banquete de gracia y hermandad, al que aspiran tantas almas en tantos rincones del mundo”. El lápiz rojo de la censura tachó la palabra “hermanos” y la palabra “iglesias”, convirtíéndolas en “fieles de las comunidades separadas”. También tachó la frase “participar en el banquete de gracia y hermandad”, traicionando así el deseo de Juan de que llegase el día de la eucaristía compartida por todos y todas. La sustituyeron por la frase “buscar la unidad y la gracia”, como si las iglesias protestantes no aspirasen a la unidad o como si no tuviesen la gracia y ésta fuera monopolio católico.

A Juan XXIII le dolió que la censura lo tratase como a niño de escuela elemental. Pero le dolió, sobre todo, porque “la versión corregida que se había dado a conocer era mucho menos amistosa y dejaba perplejos a los otros cristianos: no sabían si se les tomaba en serio, ni a qué se les invitaba. El filo del compromiso con el ecumenismo por parte del papa Juan quedaba embotado por lo timorato de los censores” ( Véase: P. Hebblethwaite, Juan XXIII. El Papa del Concilio, Madrid: PPC, 2000, p. 415; lástima que este libro de más de seiscientas páginas no se haya reeditado en edición de bolsillo, ya que vendría muy bien hoy día para fomentar memoria histórica eclesial).

Me he acordado de estas anécdotas de Juan XXIII mientras leía con pena y perplejidad el documento recientemente publicado por monseñores Levada y Amato, de la Congregación para la Doctrina de la Fe (Responsa ad quaestiones, 29-VI-2007: Respuesta a algunas preguntas acerca de ciertos aspectos de la doctrina sobre la iglesia.). La historia se repite. Este documento, tan poco ecuménico como el titulado Dominus Jesus (6-VIII-2000: Declaración sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia), pone en medio siglo de retraso el reloj ecuménico, al que dio cuerda el Espíritu Santo en los días del Concilio.

Que el Espíritu nos renueve la memoria histórica para frenar los intentos de involución eclesial.


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Hiroshima y Nagasaki, 62 años después
13.08.07 @ 01:49:42. Archivado en Japón, Religion y sociedad, Justicia y paz

Eran niñas y niños de entre 1 y 10 años cuando estalló la bomba atómica. Al cumplir entre 60 y 70 años, siguen apareciendo las consecuencias de las radiaciones en quienes hasta ahora eran supervivientes de aquella tragedia. En la ceremonia anual que mantiene viva la memoria histórica para que no se vuelva a repetir la barbarie, los niños y niñas de hoy, nacidos en tiempo de paz, han ofrendado miles de racimos variopintos de pajaritas de papel: las grullas simbolizadoras del no a la guerra que confeccionaron en tiempo de trabajo manual en la escuela.

El alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, criticó en su discurso conmemorativo la política gubernamental: tanto el actual primer ministro, Abe, como su predecesor, Koizumi, han mantenido su apoyo a Bush al modo que los japoneses llaman “perrito faldero a la voz de su amo”.

El mes pasado el Ministro de Defensa, Fumio Kyuma, se vio obligado a dimitir después de haber cometido el lapsus de afirmar en público que las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki fueron algo inevitable para concluir la guerra.

El 15 de agosto, durante la misa del día de la Asunción, doblarán las campanas de Nagasaki, fundiendo su eco con el del gong de los templos budistas que elevan a la misma hora la plegaria por la paz. Las homilías recordarán el mensaje reiterado de los obispos japoneses. Ya al cumplirse medio siglo del fin de la guerra repitieron una vez más la petición pública de perdón “a Dios y a todas las víctimas”. Lo volvieron a hacer a los sesenta años, diciendo: “Hoy, cuando tras las invasiones injustas de Afganistán e Irak crece en todo el mundo la espiral de violencia, la Iglesia debe optar más que nunca por la postura profética de defender la dignidad y los derechos humanos y el diálogo entre las diversas culturas y civilizaciones”. Lo vuelven a repetir este año, ante la preocupación de que el ala de ultraderecha política insiste en modificar la Constitución en su opción incondicional por la paz.

En la cumbre interreligiosa de Kyoto, el cardenal Shirayanagi se alineaba la semana pasada junto con los representantes de las diversas religiones para orar juntos y apoyar desde la cooperación interreligiosa todo lo que sean procesos de paz y soluciones reconciliadoras de conflictos en cualquier parte del mundo. (Se le ocurre a este blogger que el estado español no debería ser excepción, a la hora de aprovechar mediaciones religiosas en procesos de paz, que deben resucitarse, y que la Conferencia Episcopal del Estado español podría aprender mucho de sus colegas japoneses en el episcopado).


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Pater noster ecuménico
25.08.07 @ 09:57:19. Archivado en Mística, Japón, Religion y sociedad, Justicia y paz

“Creer, vivir y convivir”: Lema de la Jornada de meditación cristiano-budista para profesorado de colegios, celebrada en Himeiji (Japón) el 21 del pasado agosto. Tras presentar, como introducción, la iniciativa del Pacto de Convivencia (Véase página web: www.pactodeconvivencia.org), estudiamos, meditamos y oramos en común con la oración al Padre y Madre nuestro/a. Como clausura, redactamos la siguiente versión doble, en contexto interreligioso, de la oración de Jesús (en dos partes y seis temas):

Primera parte:

1. A) Padre y Madre nuestro/a, que estás en los cielos B) Fuente de la Vida, que estás en la vida, que estás en mi vida, que estás en todas partes, vivificándolo todo.

2. A) Santificado sea tu nombre B) Gracias por la vida con que somos vivificados, alabada sea la Vida.

3. A) Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. B) Que nos demos cuenta de que ya ha llegado el Reinado de la Vida y que lo construyamos, vivificándonos mutuamente, que nos demos vida unos/as a otros/as y demos en todo un sí a la Vida.

Segunda parte:

4. A) Danos hoy nuestro pan de cada día B) Danos fuerza de vivir, fortalece nuestro cuerpo y espíritu con el pan de vida y esperanza

5. A) Perdona nuestras ofensas, como también perdonamos a quienes nos ofenden B) Haznos capaces de convivir en reconciliación, recibiendo y dando perdón. Haznos capaces de convivir con las personas más desfavorecidas, con quienes son diferentes y con quienes muestran enemistad.

6. A) No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal B) Líbranos del mal en nuestro interior, haznos capaces de convertir el mal en bien en las relaciones humanas, y de trabajar por la liberación del mal social.


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Coros gregoriano y budista en la catedral de Tokyo
12.09.07 @ 03:18:49. Archivado en Japón, Religion y sociedad, Justicia y paz

11 de septiembre, inolvidable aniversario, día de plegaria por la paz y en memoria de las víctimas. Cristianos y budistas, de diversas denominaciones, junto con movimientos de ciudadanía (ni gubernamentales, ni confesionales), se han unido para orar en la catedral de Tokyo, bajo el lema “Música y oración por la paz”, recordando a las víctimas inocentes de atentados e invasiones bélicas, y reiterando el “no a la injusticia de las guerras”.

La organización, a cargo de la Asociación por una Sociedad Saludable del barrio de Nerima, los budistas de Koseikai y jesuitas del mismo barrio. La colecta, para apoyar el mantenimiento de la escuela que se construyó en Bamiyan (Afganistán) gracias a esta iniciativa hace ya cuatro años.

El genio arquitectural de Tange se lució en la catedral de Tokyo(inaugurada en 1964, época de los Olímpicos en Japón y del Concilio en Europa): sustituyó la cúpula por una altísima espadaña, solapando la doble imagen eclesial de la nave y la tienda de acampada, símbolo apropiado para una iglesia peregrina, misionera y ecuménica.

El coro gregoriano -albas blancas- hizo ayer (11-IX) su entrada por el lateral del evangelio, mientras el coro budista -túnicas verdes- avanzaba por el de la epístola. A la par con las variaciones del Requiem aeternam dona eis Domine, se acoplaba el entonado del Shomyo.

La alta techumbre sobre el presbiterio acogía los sones, ascendientes como incienso vespertino, y la acústica del templo repleto nos devolvía los ecos, como si una voz desde las alturas consagrase nuestro ofertorio ecuménico diciendo: “Esto, esto es precisamente mi cuerpo para la vida del mundo, haced la paz en memoria mía”.

Entorné los ojos soñando con optimismos esperanzados de Juan XXIII y Pedro Arrupe, soñando con el día en que esta escena se pueda repetir en las mezquitas de Arabia o Turquía, o en las catedrales de Córdoba y La Almudena.


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Ciudadanía y koinonía
16.09.07 @ 16:57:10. Archivado en Religion y sociedad

La ética de la ciudadanía (Rom 2,14; Phil 4,8; Mt 22, 15-22; Mc 8, 14, 23, etc.) y la espiritualidad de la koinonía (1 Jn 1, 1-7; Mt 18, 15, 35, etc.) no deberían enfrentarse, sino ayudarse para cooperar al bien común de una sociedad sin discriminación de ninguna clase (Gal 3,28).

La ética de la ciudadanía y la espiritualidad de la koinonía ni se suplantan ni se absorben la una a la otra. Ni se excluyen con agresividad, ni se incluyen confusamente. Se respetan mutuamente en el seno de la sociedad plural. Caminan paralelas, sin chocar, por diversos carriles de la misma autovía. A veces se adelanta una; a veces, la otra. Y, al llegar a las paradas de descanso, pueden compartir mesa y vino, mientras se proponen (sin imponerlas) aportaciones para transformarse mutuamente.

La ética de la ciudadanía promueve la convivencia social (en relaciones de amistad, justicia y solidaridad); promueve el respeto a la conciencia, la libertad, la dignidad y derechos de las personas, y protege la vida en todas sus dimensiones.

La espiritualidad de la koinonía brota de la gratitud por el sentido de la Vida, manifestada en Jesús, invita a convivir dándonos mutuamente vida, y proporciona luz, fuerza y esperanza para realizar lo más difícil de la convivencia humana: convivir con lo diferente, perdonar la enemistad, orar por las personas adversarias y optar preferentemente por ponerse de parte de las personas más desfavorecidas. (A estas últimas actitudes es más difícil llegar tan solo de la mano de Aristóteles, aunque su ética nos ayuda a conjugar la justicia con la amistad).

Un ejemplo de conjugar la ética de la ciudadanía y la espiritualidad de la koinonía es la encíclica de Juan Pablo II Dives in misericordia (1981): No basta la justicia, si no arraiga en misericordia. Es inauténtica la misericordia que no practica la justicia (cf. n.12). Lo reiteró en su mensaje de paz tras los atentados terroristas del 11 de septiembre: ¨Ni paz sin justicia, ni justicia sin perdón”.

En esa línea ha formulado el señor obispo Blázquez sus afirmaciones sobre la construcción de la paz, como tarea ciudadana y cristiana, urgencia actual en las comunidades e iglesias del estado español: estar unidos por la paz, la libertad y la vida, más allá de condicionamientos ideológicos, cálculos electoralistas o motivaciones interesadas inconfesables.


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Apoyo del Nuncio a "Justicia y paz", en Japón
25.09.07 @ 03:45:55. Archivado en Bioética

Más de mil personas desbordaron el aforo del Auditorio en la Universidad Elisabeth (de los Jesuitas, en Hiroshima): 33 Jornada nacional de “Justicia y Paz” (22-25, IX, 07). Ante la derechización política que busca modificar la opción de paz de la Constitución, nos estimuló el simposio de obispos: Monss. Matsuura(Osaka), Takami (Nagasaki), Tani (Saitama) y Mizobe (Takamatsu). Con Gaudium et spes, defendieron separación de Estado y Denominaciones Religiosas, frente al involucionismo de retorno nostálgico al nacionalsintoísmo de pre-guerra. La carta del nuncio, Mons. Alberto Bottari de Castello, nos confirmó el apoyo de la Santa Sede al compromiso por la paz y la justicia.

La carta dice así:

“Las leyes recientemente aprobadas sobre educación, así como las que facilitan los cambios en la Constitución de Japón han sido motivo de preocupación no sólo en Japón sino en muchos otros países. Se teme que la libertad de expresión y la libertad religiosa se vean amenazadas.

La Constitución japonesa proclama la renuncia a la guerra y es para muchas personas un símbolo de sus esperanzas y súplicas por una humanidad que no recurra a la violencia para resolver los conflictos. Se teme que sea sustituída por algo de menor importancia para el bien de la humanidad.

Ustedes, el episcopado japonés, han expuesto con toda claridad el principio de la separación de Iglesia y Estado, el valor del artículo 9 de la Constitución, no sólo para Japón sino también para otros países, y la importancia de trabajar por la paz.

Su declaración es laudable y valiente. Deseo aprovechar esta oportunidad para asegurarles el apoyo a dicha declaración y a sus esfuerzos por mantener la paz y armonía social, que han hecho posible que la Iglesia florezca y fructifique en Japón en el último más de medio siglo. Son muchas las personas que esperan una orientación clara y un liderazgo valiente en las presentes circunstancias. Estoy seguro de que su reciente declaración será bien recibida por cuantas personas se preocupan del futuro de Japón y de la paz mundial.”


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Estado vegetativo permanente : ¿Suspender soportes vitales?
28.09.07 @ 16:23:14. Archivado en Bioética

La “Respuesta a ciertas cuestiones de la Conferencia episcopal estadounidense acerca de la nutrición e hidratación artificiales” (Congregación para la Doctrina de la Fe, CDF, 1-VIII-2007)deja perplejos a los moralistas familiarizados con la tradición teológica, que se remonta a Francisco de Vitoria. La Nota de la CDF provocará malentendidos por dos extremos.

Por un lado, en quienes la tomen a la letra, identificando el respeto a la dignidad con la prolongación a toda costa de la vida biológica. Por otro, en quienes opten por suspender los soportes por motivos meramente económicos u otros intereses egoistas o por no reconocer la dignidad de la persona en esa situación.

El comentario tan ponderado y cuidadoso que hizo en su blog Carmen Bellver (desde la propia vivencia personal de cuidar al ser querido hasta el final, admitiendo honestamente que uno no desearía para sí esa situación)fue un ejemplo de evitar ambos extremos, pero es de temer que no todas las reacciones, sobre todo en nuestro país tan propenso a la crispación extremista, sean tan comedidas.

La CDF ha hecho, una vez más, un flaco favor a la vida que quiere proteger, redactando un documento teológicamente pobre, éticamente mal fundamentado y redactado con ambigüedad.

Según la CDF la nutrición e hidratación artificiales, aun en estado vegetativo permanente, son medios “ordinarios, proporcionados y obligatorios”. La premisa mayor (con la que obviamente estaremos cien por cien de acuerdo) es que la persona en ese estado es una persona con dignidad humana fundamental. Pero no se sigue la conclusión de que mantener los soportes vitales sea siempre y en todos los casos la mejor manera de respetar su dignidad.

Si la persona ha manifestado de antemano su voluntad de que en esa situación se suspenda la prolongación artificial hay que respetar su decisión.

Si no consta su voluntad y ha de tomarse una decisión sustitutoria, tres opciones son posibles: a) prolongar durante algún tiempo hasta discernir y decidir responsablemente, b) optar desde la propia convicción por seguir prolongando, c) optar responsablemente por no prolongar más.

Cualquiere de las tres decisiones puede ser éticamente correcta, si la razón por la que se toma es para respetar la dignidad de la persona paciente.

Pero cualquiera de las tres opciones sería éticamente incorrecta, si se toma de un modo irresponsable, no en conciencia. Por ejemplo, si se opta por prolongar tan solo para defenderse de posibles demandas judiciales posteriores, o por asumir a ciegas que esa es la norma ética, o si se hace sin pensar ni discernir, tan solo por obedecer a una instancia eclesiástica autoritaria, o si se opta por no prolongar meramente por quitarse una carga o por considerar a esa persona sin valor o dignidad, o por falta de cariño hacia ella. En todos estos casos sería irresponsable la decisión.

La Nota de la CDF comete además otros muchos errores (los veremos en posteriores posts), por ejemplo: 1) Califican la Nota como “Documento doctrinal”; pero en cuestiones de bioética no hay ninguna que sea objeto de doctrina y no son competencia de dicho dicasterio (que, a pesar de haber cambiado su antiguo nombre de “Santo Oficio” por el de CDF, ha seguido siendo inquisitorial, desde los días del Cardenal Seper, pasando por el Cardenal Ratzinger, hasta el actual Cardenal Levada). Pablo VI le cambió el nombre; pero, por desgracia, no se atrevió a suprimirlo). 2) No admiten más que una única solución para todos los casos, sin margen para excepciones. 3) Lo formulan en lenguaje retóricamente ambiguo repitiendo dos veces la frase “en principio”, pero desdiciéndose al no admitir diversidad de opciones, con lo que dan lugar a malentendidos por los dos extremos. 4) Pretenden imponer esa solución autoritariamente como doctrina católica. 5) Dan la impresión de estar condicionados por la postura políticamente conservadora de gran parte del episcopado estadounidense.
Por consiguiente moralistas creyentes se verán en la obligación de disentir, respetuosa pero firmemente, de esta Nota involucionista, aunque lleve la apostila de haber sido aprobada en audiencia papal.


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Vivir dignamente al acercarse a la muerte
05.10.07 @ 04:38:31. Archivado en Bioética, Eutanasia

Me preguntan por e-mail, tras leer en mi blog sobre “suspensión de soportes vitales”, si apoyo la “muerte digna” como el señor Bernat Soria. Para no fomentar en los blogs morbo y crispación (aunque ello asegure aumento en el número de visitantes) no haré ni ataques al Ministro, ni tampoco apologías. Solamente una lista de aclaraciones sobre vivir dignamente al morir y en el morir.

1. El adjetivo “digna” califica a la persona, no a la muerte. La persona tiene derecho a vivir dignamente hasta el momento de morir. Por tanto, tiene derecho a que no se prolongue tecnológicamente de modo irresponsable su proceso de morir; a que se le alivie el dolor, en la medida necesaria, aunque pueda conllevar adelantamiento de la muerte (no lo conlleva siempre necesariamente); al cuidado paliativo y acompañamiento humano que ayude a la calidad del vivir mientras se va muriendo; a recurrir a la sedación médicamente indicada, correctamente protocolizada y debidamente consentida.
2. No es exacto comparar la nutrición e hidratación artificiales con un bocadillo, sino con una inyección, en aquellos casos en que no son más que un tratamiento futil o inútil, en vez de alimentación en el sentido propio de la palabra.
3. Engendra confusión la terminología de “medios ordinarios” y “extraordinarios”.(Se había desechado hace años, pero ahora la resucitan algunos documentos eclesiásticos). En moral, el término técnico “extraordinario” no significaba algo muy caro ni muy complicado, sino algo que no proporciona razonable expectativa de mejorar la calidad del vivir y es una carga molesta para la persona paciente que tiene derecho a rehusarlo, desde un criterio subjetivo (por tanto, no se puede hacer una lista de medios ordinarios siempre y para todos los casos sin excepciones). Para Vitoria, tanto el tomar como el dejar de tomar un vaso de vino sería un ejemplo de recurso extraordinario.
4. “La vida del cuerpo en su condición terrena no es un valor absoluto” (Juan Pablo II, Evangelium vitae, n. 47).
5. Tener derecho a un buen morir significa tener derecho a que se respete la voluntad, autonomía y dignidad de la persona paciente y se cuide la calidad de su vivir durante el proceso de morir, sin adelantarlo ni retrasarlo irresponsablemente.
6. El criterio de respetar la dignidad de la persona no se identifica con el de mantener a toda costa la preservación y prolongación de su vida biológica. Éste es el error fundamental de la respuesta dada por la CDF a los obispos norteamericanos, que crea más problemas de los que, con buena intención pero con mala argumentación y redacción, pretende resolver. (Por supuesto, habrá que estar de acuerdo totalmente con su intención de no negar dignidad a personas ancianas, discapacitadas, o en estado vegetativo, o en estado de demencia senil, o en rechazar cualquier “nazismo ” eliminador de vidas a las que se negase su valor. Justamente por estar de acuerdo en algo tan fundamental, se ve uno obligado a disentir de la CDF por su modo tan poco apropiado de argumentar, que se presta a hacer un absoluto de la preservación y prolongación tecnológica a ultranza de la vida biológica).


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Yahve, Abba, Allah y... X
07.10.07 @ 22:21:03. Archivado en Mística, Religion y sociedad

La implicación radical de tres revelaciones monoteístas: judía, cristiana y musulmana, invita a dialogar entre sí a creyentes de esas religiones. El libro de José Manuel Martín Portales, La fractura relacionada, fruto de tales diálogos, nos dió qué pensar hace dos años en el encuentro de Cuenca.
La unión no consiste en persuadirles a ellos/as de errores para convertirles a nosotros, sino en salir cada cuál de sus exclsuvismos o inclusivismos, para convertirnos todos/as al Misterio único/a que nos envuelve y desborda, sin que nadie lo monopolice.
(Al leer esto se sotorríe el Buda diciendo: No me dejéis fuera. Y enarca las cejas la ortodoxia gritando: ¡Que miedo, que viene el coco del relativismo!)
Se acerca de nuevo el coloquio de Cuenca y merece anunciarse. Reproduzco el programa. Ver detalles en el blog de X. Pikaza:

Jueves 18 octubre
La Naturaleza en la Poesía clásica china, Anne-Hélène Suárez, Universidad Autónoma de Barcelona
El haiku japonés como Vía espiritual, Vicente Haya, Universidad Nacional Educación a Distancia
La existencia nómada en la cosmovisión
del pueblo mongol, Miguel Peyró, Universidad de Sevilla
Viernes 19 octubre
Taoismo, Tien Cheng Yang, Presidente Asociación Taoísmo de España
Shintoismo, Federico Lanzaco, Niponólogo
Budismo tibetano, Thubten Wangchen, Presidente Casa del Tibet en España
Los principios del Taÿuîd, Yaratullâh Monturiol, Especialista en hermenéutica coránica
Los principios del Yoga, Oscar Pujol, Instituto Cervantes de Benarés
Los principios del Aikido, Francisco Javier de León, Universidad Castilla - La Mancha


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Embriones híbridos y sana experimentación
11.10.07 @ 22:20:35. Archivado en Bioética

Los titulares dijeron: El reino Unido permite embriones híbridos de animal y humano. 60% de los ciudadanos a favor de esta práctica terapéutica (El Pais, 5, IX, 07). Pero llamar embriones a los preembriones no resultantes de la fusión de óvulo y espermatozoo engendra confusion; hace creer que se trata de seres humanos, cuando no lo son.

Llamar “híbridos de animal y humano” a ovocitos fertilizados por clonación interespecifica engendra confusión; hace creer que se implantarán en un útero para lograr algo así como un centauro. Nada de eso. No está prevista su anidación.

Además, aducir la insuficiencia de donaciones de óvulos para experimentación es inexacto; hace creer que el problema es la escasez. Pero no es así. Aun con abundancia de donantes, quedaría la cuestión de cómo afecta el procedimiento a la dignidad de la mujer y a la exigencia de respetarla sin discriminaciones. ¡No es tan fácil como donar sangre!

El experimento de los llamados inexactamente “embriones híbridos” tiene un nombre técnico (abreviado en inglés con las siglas SCNT): “transferencia nuclear de células somáticas”: insertar células de animal humano en un ovocito de otra especie animal, previamente vaciado de su núcleo; desencadenar un proceso de división celular y obtener en sus primeros días células troncales (células-madre), para investigar con expectativas terapéuticas. Pero no se admite la fertilización de un ovocito de otra especie animal con esperma de animal humano.

Fertilizar clónicamente un ovocito para uso experimental, sin finalidad reproductiva, no es lo mismo que ayudar tecnológicamente a la fusión de un ovulo y un espermatozoo como recurso de reproducción medicamente asistida, en el marco de un proyecto progenitor. La reproduccion humana asistida se hace en el contexto de un proyecto de maternidad-paternidad: una pareja que desea descendencia, para superar un problema de esterilidad, recurre a la ayuda de la tecnología durante una fase del proceso de fecundación que conduce a una gestacion tan natural como la que ocurre en condiciones habituales en cualquier otro embarazo.

Por tanto, no se la debe llamar “reproducción artificial” (como dicen algunos portavoces eclesiásticos y declaraciones episcopales), sino “reproducción humana asistida”: algo muy distinto del uso de técnicas de clonación para experimentar, sin finalidad reproductiva, con unos pre-embriones que no son seres humanos, sino conjuntos de células.

(Publicado en La Verdad, Murcia, 14-IX)


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¿Domund de las misiones o de las religiones?
18.10.07 @ 17:35:56. Archivado en Bioética

Pasó “el siglo de las misiones”. Estamos en la era de la “Nueva Misión”: otra misión posible, la alternativa de las religiones unidas para ayudar al mundo a descubrir la humanidad y la espiritualidad.

“Id por todo el mundo y haced discípulos”. Para cumplir este encargo hay que "ir a escuchar y aprender de todas las gentes". No que aprendan de nosotros, sino que aprendamos juntos. Judíos, cristianos, musulmanes y budistas aprenderán criticando sus respectivas trayectorias misioneras y pensando juntos "la Nueva Misión".

No la conversión de una religión a otra, sino la conversión de todas a otra humanización y otra espiritualidad posibles. Jesús promovió humanización y religiosidad al exigir: "el sábado para el ser humano y no éste para el sábado".

Para ir sin miedo a la "Nueva Misión", hay que renunciar al monopolio de la bondad o esperanza y a las exclusivas de salvación. "Todas las iglesias para todo el mundo entero", como nos ha dicho el hermano Benedicto en el mensaje del Domund de este año. El Reinado de Dios, es decir, el Espacio del Espíritu va más allá de las fronteras visibles de las iglesias. El Espíritu actúa dentro y fuera de ellas. La "Nueva Misión" no incrementará el propio grupito "de dentro"; sino descubrirá la Presencia del Misterio “allí fuera". Ya no diremos: “fuera de esta iglesia no hay salvación", sino "donde hay salvación, allí actúa el Espíritu". Donde se promueven liberación, fraternidad y esperanza, germina lo que Jesús llamó el Reino.

A veces las religiones se convierten en obstáculo para el encuentro con lo sagrado. Dice la parábola budista que una balsa sirve para cruzar el río; luego, se la deja en la orilla para seguir caminando. Pero las iglesias caminan a veces con la balsa a cuestas y, en el peor de los casos, la convierten en arma arrojadiza para defender fanatismos.

Decían los obispos japoneses en el Sínodo asiático: “Jesucristo es Camino, Verdad y Vida; pero, antes de acentuar la Verdad, practiquemos su Camino y Vida.”.


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Jesuitas en turno de noche
23.10.07 @ 07:25:18. Archivado en Compañía, Justicia y paz

Reunidos un grupo de jesuitas para orar juntos y discernir los signos de los tiempos de cara a la misión de la Compañía en el mundo actual, llegamos a la conclusión de que se nos pide “estar despiertos” (Lc 12, 35), como en turno de noche, aguardando en esperanza en puestos fronterizos “como espera la aurora el centinela” (Ps 129-130-).

Hay cuatro noches oscuras en la actualidad: la oscuridad del sinsentido, la oscuridad de la incomunicación, la oscuridad de la manipulación ideológica y la oscuridad de la injusticia.

El Reinado de Dios que Jesús invita a descubrir y a construir es luz para esas cuatro oscuridades: Regnum sanctitatis et gratiae (que da sentido y esperanza, identidad e integración), regnum vitae et amoris (que crea comunidad de amor y cultura de vida), regnum veritatis (que desvela la mentira, desenmascara y desengaña), regnum justitiae et pacis (que libera de todo empobrecimiento y opresión).

En los Ejercicios Espirituales, Ignacio de Loyola percibe la triple llamada de Jesús: a) a estar con Él en la comunidad de ese Movimiento del Reino, b) a trabajar con Él en ese Movimiento del Reino, c) a pasarlo mal en la frontera, metiéndose en líos con Él por su mismo camino del Reino.

Por eso, cuatro claves de los Ejercicios, según el P. Arrupe son: 1) Presencia de Dios en todas las cosas (Ej. 23, 230-237). 2) Presencia de Dios en todas las personas (Ej. 91’98, 137). 3) Llamada a discernir entre las “dos banderas”, cuestionando nuestros criterios y escalas de valores (Ej. 133-189, 313-336). 4) Asumir las consecuencias de esa llamada en opciones por estar de parte de las personas empobrecidas o perseguidas (Ej. 146, 149-156, 165-168).

Esto lo percibió claramente, a la luz del Espíritu bajo la guía del optimismo evangélico del P. Arrupe, la Congregación General 32 de los jesuitas, reflejándolo en sus cuatro palabras claves: 1) Integración (decreto 4, nn. 51, 52, 59-61; dec. 2, n.11; dec. 6, n. 9). 2) Comunidad e inculturación (dec. 4, nn.13-16; 53-56; 62-69; dec. 2, 16-19; dec. 11, 14-26). 3) Discernimiento y reflexión (decr. 4, nn. 7, 10, 16, 19, 25, 26, 51, 52, 54, 58, 63, 71’73; dec. 2, n.19). 4) Inserción en lo marginado (dec. 4, nn.19, 26, 30, 35, 36, 39-50, 74).

Por eso se nos invitó a renovar y reavivar cuatro bloques tradicionales de ministerios: 1) Los Ejercicios Espirituales, 2) el cuidado pastoral y misionero, 3) la labor educativa e intelectual, 4) El apostolado social por la paz y la justicia.

En la reunión de jóvenes candidatos al pre-noviciado nos decía con entusiasmo un joven que madura estos días su decisión: “Me apunto al turno de noche”. “Bienvenido, le dirá Jesús, bienvenido a la frontera, pero agáchate un poco, hermano, que en este puesto pasan rozando las balas...”

NOTA: Jóvenes con vitalidad, apertura y optimismo que, al leer este post, deseen apuntarse al "turno de noche en la frontera" contacten con la Compañía de Jesús: P. Higinio Pi, Avenida de la Moncloa, 6 MADRID 28003, tel: 91-5344810. e-mail: procast@jesuitas.es


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En vez de "marines del Papa", "colegas de Jesús"
27.10.07 @ 02:35:04. Archivado en Compañía

Atinado el reportaje (El País, 10-X) sobre jesuitas. La Compañía podría firmar su 99 por ciento, con otro títular. “Marines” huele a “guerra preventiva” y, por tanto, “tufillo de Satanás”: como diría Ignacio, “cola serpentina”. Mejor “colegas” del Jesús que trajo esperanza y liberación a oprimidos y opresores, al precio de ser ajusticiado por el orden política y religiosamente “correcto”.

Cierto que desde antiguo se habló de “caballería ligera”; por ligera, más que por caballería. Es metáfora de movilidad para acudir rápidamente donde hace falta. Hoy la comparación sería con las ambulancias del SAMUR.

En septiembre del 74, durante una reunión de jesuitas en Loyola, el P. Arrupe se cruzó conmigo en un pasillo por la noche. Silencio de la hora de Completas. Me limité a una inclinación de cabeza a la japonesa; pero él rompió el silencio. Jugueteando con el llavero, me lo puso ante los ojos: “¿Qué es esto?”. “Una llave, Padre”. “Eso es, la llave, la clave... No te pierdas la conferencia de mañana, que es la clave”.

Al día sigiente tuvo una de sus mejores charlas sobre la movilidad y disponibilidad en y para la misión “Esa es, dijo, la clave de los Ejercicios, de las Constituciones de la Compañía y de acompañar a Jesús, con Él, para su obra y por su camino en el mundo de hoy”.

Por eso la vinculación especial al Papa es para la misión, no para una lealtad de vasallaje adulador.

Por eso, como explicó el P. Kolvenbach desde el comiento de su cargo, el sentir “con” la iglesia incluye el sentir y disentir “en” la iglesia. Por eso hay ocasiones en que, para salvar al Papa de su Curia y de “algunos” cardenales, obispos o comunidades fundamentalistas, hay que saber disentir respetuosa y cariñosamente.


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Noviembre 2: ¿Purgatorio o refrigerio?
31.10.07 @ 13:47:29. Archivado en Religion y sociedad

Aunque el Tenorio sea típico y en noviembre cuenten chistes de ánimas en pena, no se empeñe la piromanía devota en avivar fuegos de purgatorios. “Nada de fuego, ni de sala de espera; nada de purgar, expiar o pagar penas para satisfacer; nada de comprar indulgencias como quien paga multas de tráfico...” ¿Qué queda entonces de la simbología del “Purificatorium”, mal llamado “Purgatorium”?

Pues que en vez de purificarnos para contemplar el Misterio, es su vista la que nos purifica: “Se manifestará lo que somos... Veremos cara a cara... Esa vista nos purifica” (1 Jn 3,1-3).

Orar recordando a los seres queridos (más que para su sufragio, en su compañía y bajo su amparo) es tradición antigua en la iglesia. Pero sólo desde el siglo cuarto se menciona un “purgatorio”: predicaron a la letra lo del “fuego que quema la paja y purifica el oro” (1Co 3, 12-15); usaron la palabra “purgar”, y de ahí salió “purgatorio”. La mentalidad jurídica latina elucubró sobre expiar y pagar penas, incluso por lo ya `perdonado. Los griegos preferían hablar de purificación y divinización en el trance de la muerte, en vez de purga y satisfacción. El Concilio de Florencia buscó un compromiso: quitó lo del fuego, contentando a los griegos, y mantuvo la expiación, tranquilizando a los latinos.

Se complicó la cosa por el trapicheo mercantil de las indulgencias, que con razón criticó Lutero. Trento prohibió exageraciones pirómanas de la predicación, pero no se le hizo caso y siguieron las reproducciones “artísticas” (?) de ánimas achicharrándose entre llamas. El Vaticano II corrigió de nuevo (LG 49-51) y el Catecismo del 92, en vez de “purgar”, habló de purificarse.

El texto clave ya no será Pablo a Corintios, sino Juan (Jn 3, 1-3): En el trance de la muerte, al encontrarnos cara a cara con el Misterio, lo vemos tal cual es y nos vemos por primera vez tal cual somos; su vista nos purifica. No hace falta fuego,ni tiempo de espera, ni "sala de espera". Rico símbolo refrescante como el agua del bautismo cristiano o del Kiyome sintoísta. Lo conté en vida de mi madre (q.e.p.d.) en una homilía, y me comentó ella: "Qué buena explicación, pero ¿por qué lo tenías callado tanto tiempo sin contárnoslo?

El dos de noviembre recordamos a los seres queridos deseándoles, como dice el Memento, el lugar del “refrigerio, la luz y la paz”.


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Redes Cristianas: Redes para la Vida
01.11.07 @ 22:05:55. Archivado en Religion y sociedad

¿Redes de pesca o redes de comunicación? Ambas a la vez, rica polisemia de la metáfora “redes”. Se acerca la Asamblea de Redes Cristianas. Oramos por sus frutos de amor crítico y crítica amorosa (veritatem facientes in caritate, Efesios 4, 15).

En la era informática diría el evangelista: “La Palabra se hizo carne... La Palabra se hizo digital y montó en la web su blog de humanidad”.

Aunque también las metáforas bíblicas de pescadores conservan relevancia hoy. Por ejemplo, las “redes de tolerancia” de Mateo 13, 4: “red que admite toda clase de peces”, sin arrogarnos el papel jueces; dejando al Señor el discernimiento final.

Pero la mejor es la de Lucas 5, 10: Pescad personas para la vida, no para la hoguera. “Ahora lo que pescarás serán personas vivas”. Explica el exegeta Juan Mateos: “Salvar personas de un peligro”, “dejarlas vivas” (cf. Num 31, 15-18). El filólogo Zerwick explica: el verbo griego “zôgréô” se compone de “zôs” (vivo) y agréo (atrapar). Se puede traducir: “atrapadlas vivas y dejadlas vivas”. El pescador de peces, al pescarlos, los saca de su ambiente, donde están vivos, y los echa al cesto del pescado, donde son peces muertos. Pero el pescador de personas recibe el encargo de liberarlas del ambiente de muerte en que están y sacarlas de la muerte a la vida.

Digamos hoy a las instancias jerárquicas inquisidoras, que sospechan de Redes cristianas: “No tengáis miedo. No pesquéis creyentes para la hoguera. En unión de pluralidad y diversidad, compartamos y extendamos “lo de Jesús”, “el movimiento de Jesús” de pescar personas para la Vida Verdadera.


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Prueba de selectividad para obispos
05.11.07 @ 00:43:40. Archivado en Bioética

Cuando el morbo por los rumores (a veces cotilleo politiquero de mal gusto, por no decir “mala… X”) especula sobre nombramientos episcopales, conviene recordar la pregunta del millón en el examen de selectividad para obispos. ¿Recuerdan las que transmite la tradición litúrgica de la consagración episcopal?

Se le hacen al obispo dos preguntas: a) ¿Quieres poner todo el empeño para penetrar con toda tu sabiduría en la inteligencia de la Sagrada Escritura? b) Lo que has leído en el estudio de la Sagrada Escritura, ¿quieres enseñarlo al pueblo, para el que eres consagrado, de palabra y con el ejemplo?

Al hacerlo así, el obispo es alguien que anima y ayuda a crecer. El P. Alonso Shôkel (q.e.p.d.) traducía así el texto de la primera carta a la iglesia de Tesalónica 5, 11: “Animáos mutuamente y ayudaros a crecer mutuamente; como ya, de hecho, oigo que lo estáis haciendo”. (San Jerónimo eligió para su Vulgata las expresiones consolamini invicem et aedificate alterutrum).

La tradición monástica desarrolló formas de corrección fraterna (siguiendo los pasos recomendados en Mt 18, 15, no con otros procedimientos de manipulación) y acentuó la relación de ayuda (dirección o acompañamiento espiritual) en procesos de discernimiento. La ayuda mutua en la comunidad para tratar temas morales es algo que hay que redescubrir hoy. Hay que utilizar la capacidad de discernir que tiene la comunidad eclesial en su conjunto. La comunidad es el lugar donde nos ayudamos mutuamente en el discernimiento de los casos morales. Es también el lugar en el que la celebración de la fe nos ayuda a crecer en identidad cristiana. A la luz de lo que somos discernimos lo que hemos de hacer.

Tradicionalmente se ha hablado de tres papeles responsables: curar, enseñar y dirigir. Los tres han de ir acompañados del adjetivo "pastoral" o del adverbio "pastoralmente".

Si la autoridad no se ejerce pastoralmente, no es autoridad en el sentido evangélico. El papel de quienes velan por la unidad en la iglesia es más el de curar que el de juzgar; más el de ayudar a discernir que el de enseñar todas las respuestas a todos los problemas; más el papel de reconciliación que el de un autoritarismo apoyado en órdenes más que en razones (Como cuando decía el otro día un obispo a uno de sus sacerdotes que le preguntaba acerca de la imposición de un pequeño cambio en su parroquia; “Se hace así porque lo digo yo que soy tu obispo, y punto…”).

Enseñar, curar y dirigir de un modo pastoral quiere decir con la finalidad de ayudar a las personas creyentes a acercarse más a Cristo. Ejercer, por tanto, el triple ministerio de curar, enseñar y dirigir, al estilo de Cristo. Como decía Juan XXIII, que la iglesia no sea solamente maestra, sino madre. Y que cuando sea maestra, lo sea como madre.

También hay que aceptar la mayoría de edad de los fieles. Que la iglesia, al ser madre, no sea madre posesiva. Que nos sintamos más responsables de dar esperanza que de vigilar para que no se desvíe nadie. Otra manera de entender el magisterio en la comunidad es posible...


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Otros mártires: para el 2008
08.11.07 @ 03:42:08. Archivado en Japón, Religion y sociedad

188 víctimas martirizadas entre 1603 y 1639, serán beatificadas el 24 de noviembre del 2008 en Nagasaki. Aunque encabeza la lista el jesuita Pedro Kibe, 183 son seglares.

¿Martirizados por su fe o ajusticiados por violar la ley?, pregunta el periodista. “Las dos cosas”, responde el obispo Mizobe. “Murieron por negarse a apostatar y por violar una legalidad injusta que negaba el derecho a la libertad religiosa”. “¿Los mataron por religión o por política?”, le preguntan al cardenal Hamao. “Por ser cristianos”, responde; pero añade: “No eran oposición política, pero si era peligroso para el gobierno su rechazo a la divinización del estado”.

Dos siglos más tarde, durante el militarismo nacional-sintoísta, su recuerdo animaría a quienes resistían a la ideología politizadora de la religión al servicio de la unidad nacional: no iban a sacrificarse como kamikazes por el emperador y por la patria cantando el Kimigayo.

La aprobación de la beatificación animó el 1 de junio al episcopado japonés, que había publicado en febrero un mensaje sobre libertad religiosa y separación del estado y las confesionalidades: contraste profético frente a un gobierno condescendiente con ideologías nacional-sintoístas de ultraderecha. Dos semanas después, la carta del Nuncio Bottari de Castello, corroboraba el compromiso por los derechos humanos, la paz y la justicia. “Ustedes han expuesto con claridad el principio de la separación de Iglesia y Estado y el valor del artículo 9 de la Constitución. Deseo asegurarles el apoyo a dicha declaración”.

¿Dará qué pensar esta noticia en países con sensibilidades diversas, eclesiásticas o políticas, ante problemas parecidos?

(Publicado en Vida Nueva, 3 noviembre, 2007)


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Eva y Ave: depurar imágenes y recuperar símbolos
15.11.07 @ 06:53:27. Archivado en Religion y sociedad

La narración mítica sobre Eva o la metáfora de una concepción inmaculada son armas de doble filo. La predicación pesimista sobre el mal llamado pecado original (que ni es un pecado ni es lo más originario) impide depurar la imagen de “Eva –dadora-de-Luz” y recuperar el símbolo del “Ave-toda-Mujer-agraciada”. Al acercarse el 8 de diciembre, pasemos por el cedazo de la hermenéutica las catequesis contaminadas por pesimismos teológicos y machismos ideológicos.

Para ir preparando el terreno, valgan las sugerencias siguientes: 1. Dar a luz es dar luz, porque toda criatura que nace es una chispa de luz originaria para un mundo con oscuridad original.
2. Nadie nace con mancha, ni el dar a luz mancha a nadie. Ni la criatura ni la madre necesitan purificarse por el nacimiento. Lo que necesita purificación es el mundo que entre todos y todas contaminamos.
3. Si alguien entra en una habitación con el aire contaminado por el humo del tabaco y empieza a toser no tiene culpa ninguna. Si, en vez de abrir las ventanas para ventilar , enciende un puro, contribuye por su parte a aumentar la contaminación.Toda criatura nace sin mancha y ve la luz en un mundo que ya hemos enrarecido entre todos y todas de antemano: es la metáfora del mal original. Cuando alguna vez esa criatura contribuya a aumentar la contaminación, se dirá por primera vez que ha cometido un mal, ha desperdiciado su propia luz originaria y ha contribuido a aumentar la oscuridad original.
4. Pero todo esto no es más que el prólogo para poder hablar el 8 de diciembre de la Inmaculada como metáfora sin insultar a la mujer… (Continuará)


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Más sobre Eva y Ave. 2
16.11.07 @ 11:27:31. Archivado en Bioética

En el post anterior recordamos la enseñanza de la iglesia sobre el mal original y la gracia originaria ( cuando se la entiende bien, con fidelidad creativa y hermenéutica adecuada!!!, no como la entienden quienes no han pasado del mito infantil a la fe adulta, cosa que ocurre a menudo en algunos movimientos de espiritualidad de ultraderecha anticonciliar que merodean por los blogs de los alrededores…). Hoy seguimos preparando el terreno para la fiesta de la Inmaculada que se acerca. Hay que dar el paso a la adulted de la fe, capaz de reintepretar y actualizar. En la educación religiosa no se ha hecho siempre bien esta transición. Se siguió hablando de un san José anciano viendo nacer al niño Jesús como “a través de un cristal, sin romperlo ni mancharlo”, que decía el catecismo. No necesita cortar el cordón umbilical, se pensaba, quien no tuvo arte ni parte en el embarazo. Es decir, que no había teología hermenéutica. Hoy ya no se puede hablar así. Pero hemos llegado tarde y el lenguaje de iglesia no se entiende. Los fundamentalismos lo toman al pie de la letra. La reacción opuesta “tira al niño junto con el agua de la bañera” y deja de creer. La reacción miedosa se limita a callar por “prudencia”, a la espera de declaraciones eclesiásticas que digan lo que hay que creer, prohibiendo pensar. Otra reacción es posible: pasar de la creencia infantil a la fe adulta; reinterpretar los lenguajes mitificadores y seguir caminando en busca de lo principal.
En astronomía se hizo la transición. El más inculto sabe que el sol no sale, sino la tierra gira, aunque en la vida cotidiana se siga hablando de sol naciente o los poetas canten puestas de sol. Tampoco las cigüeñas explican la embriogénesis; aunque la imagen sigue adornando boutiques de lencería. Hay que cambiar de clave en teología.
¿Cómo hablar de pecado original? Diciendo que es el negativo de una foto: la gracia original, ¡amazing grace!. El mito de Adán y Eva no es una historia de cómo empezó el mal en el pasado, sino una imagen de lo que ocurre siempre en el presente; la contradicción de no hacer el bien que queremos y hacer el mal que no queremos, a la vez seducidos y responsables, víctimas y autores del mal. Pero, a pesar de los pesares, hay esperanza, que es el núcleo del símbolo de la Inmaculada que meditaremos en los proximos días (Continuará).


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Continúa Eva y Ave.3
23.11.07 @ 08:13:50. Archivado en Religion y sociedad

En los dos posts anteriores quitamos la “capa de cal” de malentendidos sobre pecado original, para poder “restaurar el fresco” del cuadro de la Inmaculada. Con las expresiones metafóricas de los dogmas pasa como con los frescos de San Isidoro en León.

Esas pinturas estuvieron mucho tiempo encaladas, hasta que la restauración artística las recuperó. Así pasa con la hermenéutica, que los fanatismos fundamentalistas no comprenden. Se asustan de que algo sea “nada más que una metáfora”. Hay que aclarar: “Nada menos que toda una metáfora, que dice la realidad por medio de la figuración”.

Cierto que si la restauración se hace mal, al quitar la cal hay peligro de destruir el fresco, con escándalo de pusilánimes... Pero si no restauramos, nos perdemos la riqueza del fresco. Hay que revisar hermenéuticamente para que la fe adulta recupere las riquezas (sin magias, sin fanatismos y sin lecturas al pie de la letra) del lenguaje religioso, todo él metafórico. Hay que aplicar esto a las nociones de : 1) concepción inmaculada de María, 2) concepción de Jesús por obra del Espíritu Santo, 3) alumbramiento de Jesús, nacido de mujer y 4) los relatos sobre los otros hermanos de Jesús.

Juan Pablo II dijo: “La Navidad pone de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano” (Evangelium vitae, 1995, n.1). Es un giro de ciento ochenta grados al enfoque de las homilías sobre María, José y ... la Vida. No aleja de nosotros el nacimiento de Jesús, reduciéndolo a lo excepcional. Al contrario, se pone de relieve, a la luz del nacimiento de Jesús, nacido de mujer, lo extraordinario de todo nacimiento. En vez de medir el nacimiento de Jesús con el patrón de los demás nacimientos, confundiendo lo extraordinario con lo anormal, se da la vuelta a la frase y se ven los demás nacimientos a la luz de éste, que muestra el misterio de todo nacimiento humano.

El exegeta Jean Radermakers, en su comentario a Mateo, dice: “Tomando imágenes de las mitologías paganas, depuradas por la reflexión judía, Mateo no se sitúa en un plano de fisiología, medicina, ginecología o sexología, sino en el de una realidad más profunda... Deberíamos releer nuestra experiencia del alumbramiento y de la responsabilidad parental a partir del nacimiento de Jesús... Toda criatura recién nacida viene de Dios. Asumir una maternidad y paternidad humanas es dejar que Dios se revele en la criatura nacida... La misión de todo varón y mujer que se unen es dar lugar a que aparezca en el mundo la realidad de Enmanuel, Dios con nosotros” (Au fil de l,évangile selon saint Matthieu, 34-48).

Lástima que el evangelio haya sido malentendido desde enfoques negativos sobre la sexualidad, que veían la actuación del Espíritu en confrontación con la relación matrimonial. Encandilados por la luz de un alumbramiento excepcional, no dejaban percibir el soplo del Espíritu vivificando cada procreación. Todo nacimiento se origina, de algún modo, por obra del Espíritu.

Releído el pasaje desde esta hermenéutica, diría el ángel a José: “No dejes de llevarte a María contigo. No creas que porque intervenga el Espíritu tu papel como varón está de sobra. No tienes que alejarte para dejar paso a que Dios haga algo grande con vuestra familia. No vas a entrar en competencia con el Espíritu por tu relación con María. Tu papel es compatible con la acción de Dios y con que Jesús sea el Cristo.”


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Eva y Ave: conclusión para el 8 de Diciembre
26.11.07 @ 02:37:36. Archivado en Religion y sociedad

Desbrozado el terreno en los tres posts anteriores, de cara al 8 de diciembre, revisemos en el decálogo siguiente (si se disculpa un post largo) el modo de hablar en catequesis y homilías sobre María: novia, esposa, mujer y madre, símbolo de esperanza.

1. La fiesta de María Inmaculada invita a repensar desde la Biblia cómo hablar sobre María y la mujer, y su repercusión en el respeto a la mujer en la sociedad y en la iglesia.
2. Inmaculada ( 8 de diciembre) y Asunción (15 de agosto) son dos nociones-límite, como el cero y el infinito, metáforas de salvación y esperanza. Del principio al fin no hay punto donde no alcance la voluntad salvífica universal de Dios. Dos caras del mensaje: “Dios te ha amado, María, desde antes de nacer, y te ama tras la muerte, vives en Él para siempre” (cf. Eph 1,4). No sólo María. Ella es símbolo de lo que Dios quiere para todo el mundo: salvación, vida y esperanza. Ella participa, como prototipo, de la mirada divina amorosa desde el principio de la existencia. No hagamos de María caso aparte alejándola de la humanidad en pedestal inaccesible, como si no fuera mujer: cotidiana y creativa, novia y esposa, madre y viuda...
3. La lectura del Génesis sobre el origen del mal contrapone dos símbolos: la mujer, símbolo de vida y esperanza, y la serpiente, símbolo de engaño, mal y muerte. Evitemos lecturas equivocadas, que insultan a la mujer identificándola con la tentación. No leamos lo de la costilla de Adán como si fuera emblema de subordinación de la mujer. Según Mateo, Jesús lo cita (Mt 19, 9) para defender la igualdad de la mujer cuando se la discriminaba para el divorcio.
4. Arrastramos, desde san Agustín, la interpretación equivocada del pecado original como si estuviera relacionado con la procreación y transmitido por herencia. Unido esto a la discriminación de la mujer y a la obsesión en la iglesia con todo lo relativo a sexualidad, redujo la imagen de María a símbolo de pureza asexuada. Pero, en la Biblia, pureza significa más: honradez consigo mismo y con los demás, sinceridad ante Dios, justicia y solidaridad, ausencia de dobles intenciones, corazón leal, reflejo de la misericordia divina, etc. Por cierto, la biblia hebrea usa la metáfora del “útero de misericordia”. Lo dije en una homilía y alguien se ruborizó comentando: “Ha dicho “útero” desde el altar, en plena misa. ¡Qué atrevimiento!” (Tan condicionados estamos en la iglesia en temas de sexualidad y procreación).
5. La lectura de la presentación en el templo de Jesús recién nacido (Lc 1, 26-38) siembra confusión, por la idea mosaica sobre purificación de la madre tras dar a luz. A nivel popular, con insuficiente cultura bíblica, se confunden las nociones de “concepción inmaculada” y “nacimiento virginal”. Para más inri, la tradición inculcó la triple expresión “virgen antes del parto, en el parto y después del parto” (La iglesia y la teología nunca se comprometieron con la segunda y tercera parte –in partu, post partum- de esta afirmación, excepto el error del catecismo de Ripalda: decía que Jesús salió del vientre de su madre como a través de un cristal, “sin romperlo ni mancharlo”, lo cuál equivaldría a negar que es verdadero hombre, nacido de mujer, además de sugerir el tabú de que dar a luz mancha a la madre).
6. También el evangelio de la Anunciación (Lc 1, 26-38), si no se entiende lo mito-poético, engendra malentendidos. Al acentuar lo excepcional, se olvida lo principal: el Espíritu, que actúa en todo nacimiento. Tambien nuestros nacimientos fueron, a la vez, gracias a nuestros progenitores y por obra del Espíritu. María es símbolo de acogida del don de Dios a toda madre, que al dar a luz nueva vida ilumina la oscuridad de la vida.
7. Hay que explicar para adultos el sentido de la evolución del dogma y el condicionamiento histórico de las expresiones usadas en las formulaciones dogmáticas.
8. La definición de la Concepción Inmaculada presuponía una determinada manera de entender el pecado original. La presunta no intervención de José en el nacimiento de Jesús se debía a que se la creía incompatible con la divinidad de Jesús. El modo de hablar sobre la virginidad de María presuponía una determinada visión negativa de la sexualidad. El modo de hablar de nacimiento virginal presuponía los tabúes sobre la sangre como mancha. La insistencia en la virginidad post partum presuponía igualmente una mentalidad estrecha acerca de la sexualidad y las correspondientes discriminaciones de la mujer.
9. El que se revisen y depuren hoy crítica y hermnéuticamente todas estas expresiones es perfectamente compatible con seguir confesando, como confesamos, en el credo que Jesús, nacido de mujer (Gal 4,4), es verdadero hombre y verdadero Dios, es decir, manifestación decisiva y rostro de Dios en la historia humana.
10. No hemos destruído la pintura del fresco, sino quitado la cal y restaurado su vigor original. No somos fundamentalisas literalistas, sino críticos hermeneutas. Ni estamos fuera de la iglesia, ni se nos ocurre remotamente salirnos de ella. No estamos en la ultraderecha eclesiástica, sino en el centro eclesial (reconociendo que es un “centro izquierda”, arropado por el Vaticano II...). Como dijo Juan XXIII al comienzo del Concilio, una cosa es la sustancia de la fe y otra su envoltura circunstancial en cada época. Prosigamos con la tarea de reeducarnos en la adultez de la fe.


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Somos iglesia en las redes del Espíritu
27.11.07 @ 11:40:26. Archivado en Religion y sociedad

Lo aclaró en sus escritos de juventud el teólogo Ratzinger. Cuando en el Credo se dice “Creo en el Espíritu Santo” y “Creo en la Iglesia”, la expresión gramatical se presta a confusión, porque la preposicíón “en” no tiene el mismo sentido en ambas afirmaciones de fe.

Creer en el Espíritu de Jesús que actúa en el mundo y en la comunidad es fiarse de él, confiarse a él y entregarse a él. El Espíritu, a quien se cree, es término de la fe. El Espíritu, que nos hace creer, es origen de la fe. La iglesia no es objeto de la fe, sino lugar de la fe: espacio y tiempo en que se despliega la fe, evolucionando su comprensión y su práctica en el seno de una “comunidad de interpretación” que la transmite.

Creemos en el Espíritu, siendo iglesia o comunidad reunida por el poder del Espíritu allí donde dos o tres se reúnen en su nombre.

No creemos en la iglesia del mismo modo que creemos en el Espíritu, aunque la preposición “en” (en el latín del Credo “in”) nos confunda. (En latín también es ambiguo el uso de “in Spiritum”, “in Ecclesiam”). Creemos en el Espíritu, estando en el lugar de la comunidad, en el espacio eclesial, siendo iglesia.

“Creer en la Iglesia” no es un artículo más de fe a la misma altura que creer en el Espíritu. Tampoco debe entenderse como “creer todo lo que se diga en la iglesia” o “creer a ciegas como nos diga un magisterio eclesiástico exagerado” o “creer literalmente sin dejar lugar a la interpretación de la fe y la evolución de loa expresión de los dogmas”. Para evitar confusiones habría que decir en castellano; “Siendo iglesia y estando en el seno de la iglesia, creemos en el Espíritu desde la iglesia”. Por eso es posible sentirse iglesia cuando hay que disentir “en” la iglesia (no “de” la iglesia). (Lo veremos en próximos posts dedicados a aclarar confusiones sobre el magisterio eclesiástico y la hermenéutica).

Nuestra actitud de fe se despliega alimentada, sostenida y multiplicada por los nudos de la red eclesial, las redes cristianas de creyentes que se animan mutuamente en su fe, las redes por la que circula el Espíritu animador y y vivificador de Jesús.


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Ya viene Manuel, ya llega

01.12.07 @ 11:57:08. Archivado en Mística, Religion y sociedad

¡Manuel, Epifanía de la Vida! La carta primera de Juan (1,2) resume el mensaje en dos palabras: ¡Manifestóse Vida! Lo palpamos, lo certificamos (1,1) y os lo contamos para alegraros y que compartáis vida en comunidad, enkoinonía (1,3-4).

Se llama Manuel, dice Mateo (Mt 1,23-25), Emanuel, porque acerca a Dios; Jesús, porque salva. Lo repite Lucas: Jesús, liberador (Lc 1,31). Lo suyo es dar buenas noticias, él es en persona la Buena Noticia, se adelantó a decir Marcos (Mc 1,1). Dios con nosotros, cuando dos o tres se reúnen en su nombre, son iglesia, son redes cristianas (Mt 18,19); y a nuestro lado, dando buenas nuevas de esperanza, curando y liberando a diario dondequiera que lo proclamemos hasta el fin de los siglos (Mt 28,20).

La teología se empeñó en explicar y complicó, pero a los poderosos les venía bien apoyarse en teologías y manipularon Niceas, Calcedonias y etc. Al analizar el chiste, sofocaron la risa. Al dogmatizar el Misterio, mataron la vida. Al analizar las metáforas, trituraron el sentido. Alejaron a Manuel y nos alejaron de él.

La religiosidad popular y la predicación sencilla recuperaron el alma y el duende, las fibras de sentimiento y el calor de hogar. Nos acercaron a Manuel en belenes y villancicos.

Unos, al exaltarlo, lo alejaron. Otros, al acercarlo, lo infantilizaron. Unos hicieron comulgar con ruedas de molino. Otros redujeron la comunión al biberón. Hoy, la fe adulta confronta el reto de las interpretaciones: quitar la cal para ver el fresco; eso sí, raspar con cuidado, que el original es frágil y también por este lado o te pasas o no llegas. ¡Ay de los hermeneutas incapaces de poesía! Que aprendan en la escuela del P. Lamet...

En culturas y países propensos a la crispación nos hace falta aumentar la dosis de buen humor y poesía para sanar cicatrices de dogmatismos, moralismos y absolutismos: nadar en cueros vivos en aguas de relativismo sano. Como dicen los sintoístas, nada purifica tanto como la ducha fría de la cascada.


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Isabel y María, embarazos de riesgo

03.12.07 @ 04:57:16. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

Están las dos primas de buena esperanza. Gozosas y preocupadas. La metáfora es doble: una concepción impensable y una gestación arriesgada. Ambas símbolo: irrumpe lo divino en lo humano, nada imposible para quien es todo en todos y todas.

Las dos en el sexto mes. Isabel y María dan qué pensar: ambigüedad del embarazo, riesgo y gozo, tarea y don, peligro y promesa. Y, pase lo que pase, presencia activa de Espíritu en cada nacer.

Isabel: muy entrada en años como para concebir. María: muy joven, como para no dejar de asustarse por lo que viene. Isabel, deseosa de dar a luz e inquieta. María, aguardando la hora con zozobra y esperanza (¡María de la “Oh”!). Ambas con anhelo y preocupación, fiándose de una fuerza y palabra que las desborda.

Pero hagamos hermenéutica, interpretemos y actualicemos. Isabel es señal para que María se fíe. María es señal para la comunidad venidera. Nuestras comunidades, nuestras redes cristianas, al recibir la Palabra, quedan preñadas de vida y misión por obra del Espíritu. La comunidad entera concibe, queda preñada por la semilla de la Palabra para dar al mundo su fruto.

Son metáforas poderosísimas: la estéril y la virgen fecundas son símbolos que hacen caer en la cuenta del enigma en todo nacer y de la cercanía privilegiada de la mujer al misterio del origen de la vida.

Habrá que repensar las actitudes con que se acoge cada nuevo brote de vida. No sólo la madre y el padre, sino todo el alrededor participa de la responsabilidad de acogida: fomentar las condiciones (sociales, económicas, jurídicas, políticas, psicológicas...), para hacer posible recibirla como don. Como decía Juan Pablo II, no podemos olvidar que en cada aborto procurado, la víctima no es sólo el feto, sino también la madre (cf. Evangelium vitae, 195, nn. 58 y 59).


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Salve, Mujer y Madre

08.12.07 @ 17:29:16. Archivado en Mística, Religion y sociedad

Tras un mes de debates, cese el balbuceo de la teología y cálmese la ortodoxia crispada, dejando el paso a la poesía. Aunque los ripios sean pobres, cantamos el 8 de diciembre a la mujer y madre María.

Salve, mujer y madre.
Salve, seno de misericordia,
vida, ternura y esperanza nuestra.
De tu mano clamamos, gimiendo y llorando
con todos los desterrados de la tierra,
con todas las aplastadas por la fuerza.

Contigo liberación cantamos:
Liberación, sin violencia, de todo poder armado.
Por tus labios de Magníficat denunciamos injusticias
los hijos e hijas de Eva,
al grito de Ave, tocamos a rebato, porque urge la tarea
de desclavar de sus cruces a pueblos injusticiados.

Te abrazamos, María y te besamos,
bebiendo de tu cara galilea
sonrisa incondicional, acogida eterna,
que trueque valles de lágrimas
en ubérrimas cosechas,
campos de conciliación,
procesos de paz sin guerra.

Ea, pues, mujer, abogada nuestra,
vuelve a nosotras tus ojos,
vuelve a nosotros tu tierna
sonrisa que inyecta fuerza,
y muéstranos a Jesús,
el auténtico, el de veras,
sin disfraz de inquisidor en las iglesias.

Ave, María, agraciada.
Ave, María, mujer
Ave, novia, esposa y madre.
María, mujer-mujer,
agraciada y agraciante.
Te canta el pueblo agraciado
bendita entre las mujeres,
el Misterio está contigo,
Dios te guarde.

María y José se quieren,
sin palabras se comprenden,
con palabras se entrelazan..
Mensajero Gabriel bendice
desposorio, mesa y casa.
Hay un secreto oculto, sin registros en la historia.
Un enigma lacerante, sólo en sueños se desvela.
María aguarda en silencio, silente acoge José,
los dos callando se entregan,
optaron por la tarea
de seguir creciendo unidos.
aprendieron: fiat, fiat, fiat, fiat...
que invertir en el amor
nunca es apuesta perdida.

María y José se quieren,
ya están barajando nombres
dignos del primogénito:
Retoño, Esperado, Trigo,
Uva, Pez, Pimpollo, Flor.
¿Le llamaremos José?
Manolo será mejor,
Manolo como Emanuel,
Pues pongámosle Jesús: se llamará Salvador.

Mensajero Gabriel mirando aprueba.
Aura de Espíritu inunda
la cámara desde lo alto.
Aromas de creación
perfumaron el camastro.
Obra y gracia de Ruah
consagró vuestro abrazo.
Eucaristía esponsal:
pan de vida el resultado.

Virgen, siempre virgen, te llamó la teología.
“¿Madre a pesar de ser virgen?”,
murmuran en la otra orilla.
Lo dijeron de rutina, sin saber lo que decían.
Encendióse la disputa, se avivó la crispación.
Mientras tanto tú, María, a gusto sotorreías.
Sabes de sobra el esfuerzo, lo caro que cuesta el curso,
horas de vuelo en amor, hasta alcanzar el título:
master en virginidad.

Largo trecho has recorrido
como novia, esposa y madre
hasta la titulación,
dogma del cincuenta y cuatro:
Sin pecado concebida: certifica el Vaticano
por labios de Pío Nono.
Y luego vendrá otro Pío,
hierático y diplomático,
a exaltarte asunta y reina
cada vez más a lo alto.

Pero el instinto de fe
del pueblo sencillo y llano
te atrapa, blanca paloma,
te recupera aquí abajo.
Virgen, por supuesto, sí,
virgen fiel, vaso admirable,
merece llamarse virgen,
la que tanto ha amado antes.

Pobre es un voto de virgen
sin corazón de mujer.
Estériles celibatos
quienes no sepan amarse.
Paradoja extraña es
que amando a fondo se sabe.
Sólo se aprende a ser virgen
con cuerpo y alma de madre.

“Sal, hijo mío, sal”, suspiraste.
Sal de una vez a este mundo,
que su tiniebla se aclare.
Gozo doliente sentias
al desgarrar tus entrañas
un fulgor que amanecía.
No fue a través de un cristal
como alumbró su salida.
Hijo de tus entrañas es
la luz que al mundo da vida.

José, el bueno de José,
aprendiz de comadrona.
Le da corte la faena
de toallas y pañales.
Así descubre el varón, de mano de la mujer
su rostro de padre y madre.,

Mas el hijo se marchó
por aquel sendero un día.
Voz de Abba, Padre y Madre.
a misión le requería.
Soñaba sueños utópicos
sobre el Reino de la Vida.
Quería partir el pan
por todas las Entrevías.
Sus hermanos no le entienden:
“El chico se ha vuelto loco,
ríñale, madre, y no deje
que se largue de la aldea,
nos falta mano de obra,
ya la viuda de José
no puede con la faena”.
Y tú María callabas, no era la primera vez
que el chico sola te deja.
Pero tres años después
allí estabas tú, mujer,
y otras Marías también.
Que donde hay cruces injustas
allí está en pie la mujer:
memoria de la sangre
presencia de las víctimas,
promesa de justicia y esperanza.

Salve, María, hermana y madre.
Como hija de Sión eres hermana,
Macarena de esperanza.
Como sincera anawin eres pobre de Yavé,
apoyo de empobrecidos
refugio de empobrecidas.
Como mujer muy mujer
eres novia de los pueblos
que a gusto te galardean:
Santina, rociera, fuensantica, moreneta...
y miles de otros piropos
que el pueblo creativo inventa.
Como madre de Jesús, madre nuestra eres,
Amparas el movimiento
del pescador y sus redes.
Alegres en la faena
han recogido el testigo
de Jesús en la carrera,
Corren por la “cuarta vía”:
son iglesia ellos y ellas.
Presidiendo en el Cenáculo
eres madre de la iglesia.
Quieres a los obispos, los consuelas
y con cariño les besas
solideo y coronilla,
les enseñas a que amen,
y con un tirón de orejas
les animas a reir
y, sobre todo, a que crean.

Teologúmenos exaltados
te quisieron nombrar reina.
Pero a tí no te caen bien
ni coronas ni realezas.
Tú eres mujer del pueblo,
mujer sin más, cosa seria.
“¿Mujer nada más?”, preguntan
espías de las iglesias.
Mujer nada más, no.
Nada menos que mujer.
Mejor elogio no hay
a mujeres como ella.


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Dogmas, metáforas y realidades

10.12.07 @ 11:22:37. Archivado en Religion y sociedad

Con motivo de la alusión en mis artículos a los aspectos metafóricos y simbólicos de algunas expresiones dogmáticas, en los comentarios al blog me avisaron del peligro de malentendidos acerca de lo metafórico. Prometí aclarar la diferencia entre símbolos débiles y fuertes.

Alguien se extrañó de que llamase metáfora a una expresión dogmática; alguien dijo que la reducía a símbolo; y alguien concilió diciendo que prefería llamar a “Jesús, rostro de Dios”, en vez de “Símbolo”. Hagamos dos aclaraciones, una abstracta y otra concreta. En abstracto: no es lo mismo decir “nada más que un símbolo” que decir “nada menos que todo un símbolo”.

Concretamente, lo diré con ejemplos caseros, vino del país para hacer teología.Ejemplo primero: un símbolo flojo. Tengo una foto de la persona querida sobre mi mesa, la recuerdo con añoranza y beso apasionadamente la foto, ¿qué está ocurriendo? Ese beso es símbolo del cariño a esa persona, pero... por mucho que bese la foto... esa persona está a miles de millas de distancia. El beso a la foto es un símbolo débil. Nada más que un símbolo.

Ejemplo segundo: un símbolo fuerte. Regreso de viaje al cabo de mucho tiempo, me espera en el aeropuerto esa persona, me echo en sus brazos y nos besamos cariñosamente. Ese beso y abrazo son símbolo del cariño y de las ganas de volver a encontrarnos. Pero no son un símbolo débil, como la foto. La persona está ahí realmente. Ese símbolo, “nada menos que todo un símbolo”, es inseparable de la realidad.

Todo esto no es novedad. Se decía en latín al explicar los sacramentos: adde res ad elementum et fit sacramentum, es decir, añades la realidad significada al elemento simbólico que la significa y tienes un sacramento. Los sacramentos realizan lo que significan y significan lo que realizan, El citado abrazo es realidad (res) y símbolo (elementum), ese abrazo y beso son sacramentum amoris. (¡Qué necesidad tenemos de más sacramenta amoris y menos sacramenta condemnationis...).

Al hablar, por ejemplo, de la eucaristía y de la presencia real de Cristo en el Misterio en que convergen muchísimas otras presencias reales o presencias que realizan lo que significan (presencia real en la comunidad, en la lectura de la palabra, en la corrección y reconciliación fraterna, en el compromiso con la persona desfavorecida, en el repartir y compartir, etc.), hay que entender lo que son símbolos fuertes: ni ficción irreal. ni literalidad mágica, sino decir y hacer la realidad por medio dce la configuración de la narración y de la práctica (‘praxis!) de lo que se dice. Pero esto nos llevaría muy lejos, me remito a los artículos sobre la Eucaristía, en Vida Nueva, y sobre la misa en Entrevías, en mi blog.

Volviendo al tema de “Eva y Ave”, respondo: las narraciones de Mateo y Lucas no son: 1) ni pura ficción, 2) ni magia, 3) ni descripción de realidades físico-biológicas. ¿Qué son, entonces? Un decir la realidad de una buena noticia (evangelio) por medio de la configuración narrativo-simbólica, un “decir la realidad por medio de la ficción” (como decía el filósofo hermeneuta Paul Ricoeur). Pero la realidad (el referente, que dicen los lingüistas), no es un tema físico o biológico, sino la realidad del origen o génesis divino de Jesús y de la actuación del Espíritu en todo nacimiento (como explica mucho mejor que yo Xabier Pikaza en su blog).

Me imagino que esto no satisface a quienes quieren un sí o un no sobre lo histórico y lo biológico de la virginidad. Ni el sí ni el no son demostrables; pero, si pensando hipotéticamente, alguien me demostrase el “no”, ¿qué pasaría? Pues nada, que para nada se tambalearía por eso mi fe en Jesús, que es compatible con la hipótesis de lo no-virginidad, como dijo en su día el joven Ratzinger, aunque luego se desdijera, con lo cuál ya no quedó fichado ni frenado en el escalafón y pudo llegar a obispo.
(Nótese que, al decir “hipótesis”, uso el estilo escolástico de santo Tomás en sus “cuestiones disputadas”: era un modo de “curarse en salud” frente a posibles inquisidores y poder ejercitarse en experimentos de pensar diciendo, por ejemplo, “¿qué pasaría si no se hubiese dado el pecado? ¿Se habría dado la encarnación?” Y se enzarzaban a disputar sobre hipótesis, porque tenían tiempo libre y no había entonces televisión...).


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Cinco chicas desprevenidas

11.12.07 @ 03:04:43. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

La alegoría de Mateo 25, 1-13, además de ser propia de Adviento, es útil en Bioética. Releámosla y... hermeneuticemos, que algo queda... Eran diez a la espera del novio, dice el evangelista. Cinco espabiladillas y cinco un tanto insensatas.

Tarda el novio y se duermen. Suena el despertador: “Prestadnos combustible, nuestras lámparas se apagan”. “Ni hablar. Id a comprarlo”. Retrasadas, les dan con la puerta en las narices: “No sé quienes sois”, cuentan que dijo el novio, "Estáis desconocidas". "No sois vosotras mismas"..., dicen otras traducciones...

Hasta aquí la alegoría de Adviento. A continuación,dos relecturas, una en broma y otra en serio, tomadas de la convivencia bíblica de un grupo juvenil.
1. (Relectura en broma): Espera chico a chica para salir. Cae en la cuenta de un olvido y pide al colega: “Préstame dinero, préstame... prevención”. El amigo se ríe. “Eso te pasa por no ser previsor.Vete a por dinero y compra”. Mientras iba a buscar, el colega se fue con la chica.
2. (Relectura en serio): Espera chico a chica, pero no le apetece salir con ella. Dice al colega: “Préstame las ganas de estar con ella”. “Tío, eso no se puede prestar. O lo tienes o no hay nada que hacer”.
Reflexión: Hay cosas prestables (combustible, dinero, recursos técnicos...). Pero hay algo que, si no lo tienes, nadie te puede prestar: interés por las personas, cariño, respeto, cuidado,...

Aplicación a la ética de las relaciones: Entre los dos extremos del moralismo y la permisividad, están la responsabilidad, el buen sentido y el buen humor. A veces se cae en el extremo de creer que la técnica todo lo arregla. Pero, como dijo Juan Pablo II hablando del preservativo y el Sida, “no siempre el cortacircuito técnico de un problema humano soluciona lo humano del problema” (Discurso al Congreso de pastoral sanitaria, 1989).

Otras veces se cae en el extremo opuesto: creer equivocadamente que todo recurso técnico y artificial es rechazable.
Si se tiene lo que hay que tener (responsabilidad, cariño, respeto, cuidado, ineteréss...), las ayudas técnicas son asumibles e integrables en la ética de las relaciones al tratar los temas de sexualidad y prevención profiláctica, como muy atinada y matizadamente ha dicho el cardenal Martini...


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Spe liberati
13.12.07 @ 09:26:37. Archivado en Religion y sociedad

Librerías y editoriales viven de las novedades. Los ratones de biblioteca preferimos el libro viejo, pero que perdura. Seleccioné “tres mejores” sobre esperanza, para Adviento. Releo a Don Pedro Laín, La espera y la esperanza; al P. Juan Alfaro, Esperanza cristiana y liberación humana; y, por supuesto, Gaudium et spes, del Vaticano II. Evoco aquel 8 de diciembre -clausura del Concilio-,giro evangélico de 180 grados en la iglesia.

Gaudium et spes proclamaba: los gozos y las esperanzas, las alegrías y los sufrimientos de todos los hombres y mujeres de hoy son los gozos y las esperanzas, las alegrías y sufrimientos de la iglesia. No era un documento quejumbroso, ni pesimista, ni miedoso, ni triste, ni acomplejado, ni integrista, ni fundamentalista. Prolongaba, sin más, la Buena Noticia. Pero no surgió en un día, sino en parto de tres años.

Cuando se votó por primera vez el actual número 33, las opiniones de casi tres mil obispos se dividieron en dos. La mitad (en la que había españoles del nacional-catolicismo) decía: “el mundo está mal y la iglesia tiene las respuestas para sus males”. La otra mitad decía: “el mundo no está tan mal, pero los problemas son complicados y la iglesia no tiene todas las respuestas prefabricadas”. Se estancó la votación más de dos años. Los obispos aprendieron unos de otros y del pueblo. Se abrieron desde la estrechez de miras de sus propios paises al amplio horizonte del mundo entero. Y, sobre todo, se dejaron cambiar por el evangelio. El texto votado al final, casi por unanimidad, dijo lo contrario de aquel primer borrador.

Leemos en el número 33: La iglesia conserva la Palabra de Dios y de ella saca orientaciones en el campo religioso y moral, pero eso no quiere decir que tenga siempre a mano las respuestas para cada problema. La iglesia, sigue diciendo el documento, junta la luz que saca de la Palabra de Dios con el saber humano para iluminar el camino emprendido recientemente por la humanidad. No soluciones prefabricadas, sino luz y fuerza pàra buscarlas.

Lección de optimismo y humanismo cristiano, para aprender a ser iglesia (minoritaria, humilde y sin peso social) en medio de la sociedad secular, laica, plural y democrática. Una iglesia que no saca del evangelio respuestas prefabricadas para lanzarlas con autosuficiencia, ondear de banderas y aire de superioridad contra la sociedad, sino recibe de la palabra evangélica luz y fuerza, orientación y energía para seguir buscando, mano a mano y hombre a hombro, con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sean o no cristianos, las respuestas y soluciones que aún no están dadas y que hemos de hallar dialogando con quienes se sienten responsables del futuro de la humanidad y el planeta: redes humanas y redes cristianas, para pescar personas vivas para la Vida...


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Navidad subversiva, peregrinos orientales
15.12.07 @ 17:24:48. Archivado en Religion y sociedad

Acostumbrados a contar la “Adoración de los Magos” infantilizando el relato en nuestras homilías, se nos escapa su fuerza revulsiva para estimular la fe adulta, actualizada y liberadora. Los peregrinos de Oriente (ni tres, ni reyes, ni magos) simbolizan una Navidad subversiva y una Epifanía crítica.

Reto 1: ¿Dónde y a quiénes se manifiesta Jesús? En Belén, no en Jerusalén. A los de fuera, antes que a los de dentro. Hallan al Salvador unos peregrinos extranjeros, antes que y en vez de Herodes y los pontífices, representantes del poder político y religioso.

Reto 2: Contraste con los pastores. No tienen que moverse mucho los pastores para encontrar a Jesús, que se manifiesta donde está el pueblo sencillo. Si Herodes y los pontífices quisieran encontrarlo, tendrían que salir de sus palacios y capital, viajar y abajarse hasta la aldea. ¿Dónde estamos nosotros? ¿Está nuestra iglesia con los pastores o con los pontífices?


Reto 3: Ofrenda de oro e incienso. El evangelista pone del revés un himno nacional. Se decía (en tono de “nacional-religionismo”): “Vendrán de todas partes a Jerusalén trayendo oro e incienso”. Mateo da la vuelta a ese exclusivismo centralista: en vez de acudir de todas partes a la capital, hay que salir de ella y de cuanto ella representa. En vez de ofrecer oro e incienso en palacios reales, será en una casa sencilla de aldea, donde un joven matrimonio corriente acuna al bebé recién engendrado por ellos como su primogénito.


Reto 4: La estrella. Se decía: “La estrella vendrá a Jerusalén”. Según Mateo, al llegar a Jerusalén se oculta. Luces de consumo en la capital encandilan, no se ve cielo estrellado. La Palabra nos saca de los centros del poder, el dinero, la propaganda y la evasión. No es Jerusalén, sino la aldea, el centro de la historia, al que apunta una estrella (hacen falta ojos de honradez y poesía para percibirla). No brilla en la Casa Blanca o Bruselas, en Moncloa o en San Pedro, en los Campos Elíseos o en la Almudena... sino en medio del Atlántico sobre unos cayucos...


Reto 5: Encuentran al niño con María, su madre. En una época y sociedad en que la mujer no contaba, donde todo lo era el padre, al que se solía mencionar primero, Mateo pone a María por delante. Sin comentarios...


Reto 6: Preguntan por el rey de los judíos. Irónica y paradójicamente, un rey sin poder real. Predicará un reino sin fronteras. Su reino no será de este mundo, pero sí para liberar a este mundo y construirse en este mundo. Jesús romperá el muro entre los de dentro y los de fuera, rechazará el exclusivismo de pueblo escogido. ¿Por qué ha de preocuparle hoy a su iglesia de tener peso e influjo social o ser poder fáctico en la sociedad? Más vale trabajar por construir en este mundo (pero no al estilo de este mundo) el reinado sin fronteras, las “redes cristianas” de Jesús, para pescar vivas a las personas para la Vida...


Reto 7: Volved por otro sendero, se dice a los peregrinos. Para que no crean ingenuamente que se construye el Reino de los cielos haciendo compromisos político-diplomáticos (acuerdos o concordatos para asegurar financiación que ata) con Herodoes y los pontífices. Que no negocie la iglesia con los poderes como si fuera uno de ellos. Que seamos minoría humilde, voz de los sin voz, liberada y liberadora con la fuerza del Evangelio. Y retornar a casa por otro camino, sin entrar al trapo en el juego de Herodes, ni para negociar con él, ni para atacarle... Por el camino encontraremos acompañantes de la “cuarta vía”, venidos de Oriente y Occidente, ecumenismo sin fronteras en la era de las espiritualidades unidas.
Tales son los siete retos de ese pasaje, que no es cuento y leche para la infantilidad, sino manjar fuerte para la adultez creyente. Que nos ayude Mateo a redescubrir lo subversivo de la Navidad, lo crítico de la Epifanía, la fuerza liberadora de los peregrinos de Oriente.


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Ballenas contra salmones
17.12.07 @ 07:25:49. Archivado en Japón

Pese a todas las protestas de ecologistas y defensores de las especies animales, Japón sigue encontrando pretextos para incrementar la pesca de ballenas.

La moratoria internacional impuesta a la comercialización de la carne de ballena contenía una cláusula por donde evadir la prohibición. Se exceptuaba la pesca por razones de investigación científica. Zarpa el pasadp noviembre del puerto de Shimonoseki el barco factoría rumbo a aguas del Pacífico Sur. A la pregunta del periodista responden muy seriamente: “Calculamos captar más de novecientas ballenas, entre ellas unas cincuenta de la especie de aletas grandes y joroba”. Ante la protesta de activistas verdes, se justifican: “Se trata de estudiar los índices de fertilidad procreativa de esa especie en el marco del ecosistema del Antártico”.

Aunque, al cabo de cuatro décadas en Japón, soy un enamorado del pescado natural sashimi, confieso que no me atrae el de ballena. Prefiero atún o calamar. Pero a los japoneses les encantan las lonchas de ballena. Además, presumen de lo arraigado que está su sabor en la cultura tradicional desde hace más de dos milenios.
Ahí surge la incoherencia. También es tradicional en la etnia discriminada de los Ainu, en la isla de Hokkaido al norte de Japón, la pesca del salmón. Sin embargo, la Oficina de Pesca pone severas restricciones a su captura. Cuando lean esta noticia quienes sepan cómo funcionan las flotas pesqueras niponas en aguas de Canarias, del Estrecho o del Cantábrico, la lista de contradicciones irá in crescendo.

Y puestos a constatar incoherencias en el cuidado de la vida, habría que denunciar otras más serias. Llora a coro el país entero cuando muere la útlima cría reciente del osito Panda en el zoológico de Ueno, pero esas sensibilidad para la protección de las especies pasa de largo y vuelve la vista a otra parte ante el tema de la interrupción del embarazo disimulada como muerte fetal en parto prematuro de seis meses. El tema de la coherencia en ética de la vida, desde la ecología a la obstetricia va más allá de lo anecdótico sobre salmones y ballenas.

(Columna de opinión en "La Verdad" de Murcia, el 15-XII-07)


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Abeto y pesebre, Reyes y Papá Noel de la mano
19.12.07 @ 00:51:44. Archivado en Bioética

En Japón no se enfrenta Papá Noel con los Reyes, ni el Belén es incompatible con el Ärbol de Navidad.

En la celebración cívica y laica de Navidad por los empleados del ayuntamiento, hubo un árbol junto a un mini-Belén y en la residencia de tercera edad y en el jardín de la infancia de la iglesia católica, al concluir la liturgia de las velas, se recibió a Papá Noel con villancios.

Estoy recibiendo por correo tarjetas de felicitación navideñas con reproducciones de arte mariano, enviadas por personas no cristianas. Y el primero de enero me llegarán tarjetas de Año Nuevo japonés firmadas por personas cristianas. Ni se oponen al Belén en nombre de una exagerada laicidad,ni nos oponemos al árbol en nombre de un fanatismo fundamentalista pseudo/católico. Ni lo uno, ni lo otro, en el medio está la virtud como decían S:ocrates, Confucio y también Horacio: Est modus in rebus, sunt certi denique fines, quos ultra citraque nequit consistere rectum...

Es que estamos en Oriente en la cultura de la coexistencia, en vez de la oposición; del talante de conciliación en vez de la manía de enfrentar y crispar; del pluralismo en vez del exclusivismo; de la NHK, en vez de la COPE. La semana pasada la emisora de radio clásica explicó al mundo secular, laico y pluralista japonés lo que significa en latín Gaudete, antes de poner música religiosa en el tercer domingo de adviento.

Con razón han coexistido durante siglos budismo, sintoísmo y confucianismo, integrándose en vez de excluirse. ¿Cuando aprenderemos en España de una vez por todas a optar por el diálogo, a votar por la armonía, a elegir no eliminar a nadie, a abandonar definitivamente la cultura de la crispación, a no enabolar banderas de lucha ni tocar tambores de guerra incivil?


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Un navidal para cigueñas
20.12.07 @ 13:44:44. Archivado en Religion y sociedad

Un navidal para cigueñas

Hoy el post se transforma en un navidal dedicado a las cigueñas.
Queridas cigueñas y cigueños, con sus abuelitas cigueñonas y nietos cigueñitos, os deseo feliz Navidad y un buen 2008, en el que nos ayudéis a convivir en santa paz y armonía.

Yo os conocí por primera vez de pequeño, cuando me dijeron que trajísteis a mi hermanito de París. Me costaba creerlo (ya entonces hacía pinitos de “hermeneuta” ) y pregunté: ¿Por qué cuando trae niños la cigüeña se quedan las mamás en la cama? Eso no se pregunta, decía la yaya. Y yo erre que erre: ¿Por qué se ponen malas las mamás cuando viene un bebé? Nene, eso no se dice, amonestó la tita Fina.
Ahora oigo que estáis en paro, por la baja de natalidad. Traednos, por favor, más bebés al año que viene, que está desproporcionado el mundo al aumentar los mayores cascarrabias como yo.

Luego, a los 12 años, había una foto vuestra con un canastillo en la enciclopedia de aquellos días del “florido pensil”. Después venía lengua y literatura. Nos hablaron de un “católico a machamartillo” (eso nos sonaba imponente), por sobrenombre “polígrafo montañés” (aclaremos para el público actual: era don Marcelino Menéndez y Pelayo, 1856-1912, que escribió la Historia de los heterodoxos españoles). “Heterodoxo” sonaba impactante. Tachaba el profe con rojo a quien lo escribía sin hache. Un servidor (ya entonces un tanto heterodoxillo) hacía gala de haberla leído, porque estaba en la biblioteca de mi padre y aún se conservan en casa de mi hermano los ocho tomos, con mis subrayados y notas al margen.

También memorizamos a Gabriel y Galán, que os quería mucho a las cigueñas: “Enfrente de mi casa yace en ruinas/ un viejo torreón de cuatro esquinas. /Y en ese viejo torreón derruído/ tiene asentado una cigueña el nido”. Claro que aquellos cigueñiños eran muy tranquilos: “Por el borde del nido de mi cuento/ donde reina una paz que es un portento/ asoman el pescuezo noche y día/ los zancudos cigueños de la cría ”. Así rimaba don Gabriel (no se si es exacto , porque cito tal como recuerdo), y concluía confesando que “parece mentira, pero enseña / tantas cosas un nido de cigueña”....

Hoy día la especie ha evolucionado. En vez de venir por san Blás, os quedáis todo el año para disfrutar el buen clima y de paso alegrarnos la vida con vuestra blancura de alas y calor familiar de nido, que invita al talante de convivencia. Bueno, a veces revolotean por ahí algunos cigueños un poco traviesos, que aletean de modo peculiar. Sí, ya comprendo que encuentran buena alimentación en los desechos de nuestra sociedad de consumo. Por eso no quiero que les prohiban picotear ahí. Únicamente pedirles, por favor, que cuiden el aleteo, para evitar que su revolotear se convierta en ventilador que esparza aromas y salpicaduras desagradables.

Bueno, mis queridas cigueñas y cigueños, que tengáis un buen año nuevo. Gloria a Dios en las alturas y en los nidos paz a cigueñas y cigueños objeto de la divina buena voluntad, que por algo los ama el Señor, y en la tierra paz a hombres y mujeres, porque todos y todas son predilectos del Señor.
Con un cálido abrazo, os saluda

Juanito de la Eudokía

Postdata: No dejen que los hermeneutass interpreten los personajes de este post como si fuese una novela. Cualquier parecido con la ficción, se debe a que está inspirado en la pura realidad.


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Reinterpretar el sueño de José.1
21.12.07 @ 15:11:55. Archivado en Religion y sociedad

Ocurrió en un pueblo de industria conservera del sureste del país. Eran los años aquellos del franquismo de los cincuenta. Paquita (nombre ficticio) se ganaba unas pesetas (más bien pocas) con lo del tomate. Tenía que aguantar mucho. Varias veces la violó el empresario. Pero no se atrevió a quejarse para no perder el trabajo.

El novio, Joaquín (nombre ficticio) era camionero en la misma empresa. Cuando se enteró, quería matar a don Telesforo (nombre ficticio). Pero Paquita le frenó. Al menos, denunciarle. No, tampoco, dijo Paquita. El jefe es un cacique con mucho poder. Es amigo del gobernador civil y vieja guardia falangista. Dirá que eres comunista y te meten en chirona.

A Paquita empezó a aumentarle la barriguita. ¿De quién sería el bebé? ¿Del jefe o del novio? Es nuestro, dijo él mientras la abrazaba. Y viene también de más arriba, dijo ella. Y Joaquín acogió a Paquita y los dos al bebé.Y el cura del pueblo, que era progre a escondidas, dijo: venga, hijos, boda y bautizo a la vez y viva la Virgen de mi pueblo.

Cuando yo tenía catorce años y era aspirante de Acción Católica oí contar este episodio con mezcla de morbo y misterio a uno de los mayores (porque me gustaba codearme con los de sexto). Desde aquel día descubrí cómo leer el evangelio segun san Mateo sobre el sueño de José.


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Reinterpretar el sueño de José. 2
22.12.07 @ 06:16:47. Archivado en Religion y sociedad

Podemos leer el pasaje del evangelio según Mateo sobre el sueño de José a la luz de las experiencias que tenemos de lo que es el fiarse y el desconfiar: la confianza y la duda en las relaciones humanas, aun entre personas que se quieren mucho.

Me lo contaron en un grupo de compartir fe y vida, cuando leíamos juntos en la comunidad de base el evangelio sobre las dudas de José. El caso es real. Le había ocurrido a una pareja perteneciente a dicha comunidad. A la vuelta de un largo viaje del marido, había pasado la pareja una semana juntos. Y, al cabo de una semana, de nuevo sale de viaje de temporada larga el marido. Pasado un tiempo le anuncia por teléfono su mujer la noticia: está embarazada. Se alegra, pero en el momento siguiente le asalta una duda. ¿Y si no fuera suyo? Imposible no es; había estado en casa con su mujer unos días, pero... Se siente molesto consigo mismo por su duda y se despierta a medianoche soñando con la hija que vendrá... Pasaron los días, nació la hija, resulta que era vivo retrato del padre en nariz y ojos. No se le ocurrió pedir pruebas de ADN. Pero se sintió mal, decía, por haber dudado...

Cuando Celestino (nombre ficticio) nos contó este ejemplo, su pusieron a hablar las personas del grupo muy animadamente sobre el fiarse y el desconfiar. Yo escuchaba callado aprendiendo de ellos y ellas. El tema se llevó todo el rato. Cuando se mezclan la confianza y la duda en el seno de una relación de mucho cariño, cuesta salir de la duda, si se hace a base de pedir pruebas y dar pruebas, que siempre dejan algún resquicio para nuevas dudas. Por eso es tan rico el simbolismo de que a José le tenga que decir la verdad un sueño y que sea precisamente en esa especie de salto creativo en el vacío, en medio de un sueño, donde triunfe la confianza sobre la duda. Y la confianza es necesaria para crear y también para procrear. José se fíó de María, nos dice Mateo. Y de ahí nació Salvación.
Que no sólo los Pepes y Pepitas, sino todos y todas nos sintamos llamados a dar saltos de confianza en las relaciones humanas, animados por el salto inmenso creativo de La Palabra, que convirtió un nacimiento en carne humana, de carne de padre y madre verdaderos, en clave del enigma que desborda todo nacimiento humano. ¡Qué despistados andaban los que compusieron el canto del Te Deum diciendo “non horruisti virginis uterum”, “no te horrorizó ser gestado en un útero virginal”! Tenían que haber dicho: “Placuit tibi matris utero delectari”, es decir, “Cómo te agradó sentirte arropado por el seno maternal”.


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Reinterprertar el sueño de José (y 3)
22.12.07 @ 12:51:53. Archivado en Religion y sociedad

Cuarto de Adviento: las dudas de José. Dos malentendidos: Unos decían que Jesús no era hijo de Dios, sino de relaciones de María con José o con otros antes de la boda . Otros confundían “hijo de Dios” con mitos griegos: dioses bajando a acostarse con humanas y engendrar "héroes- superman o semidioses”.

Mateo evita ambos malentendidos. Ni Jesús es hijo de padre desconocido, ni sobrehumano, sino verdadero hombre, epifanía de Dios. El ángel tranquiliza a José: No temas por la obra de lo alto; tú no estorbas cuand el Espíritu actúa. Hay sitio para ambos en ese lecho. No te alejes de María para ceder paso al Espíritu”.

El padre imponía el nombre, signo de paternidad legal. El nombre lo escoge Dios, pero lo impone José, su padre. Será Emmanuel: Dios con nosotros, reinterpretando a Isaías (Ver la mejor explicación en el post de X. Pikaza).

“La Navidad pone de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano” (Evangelium vitae, 1). Frase que da un giro de ciento ochenta grados a las homilías de hoy. No aleja el nacimiento de Jesús como excepcional, sino ilumina desde él lo extraordinario de todo nacimiento humano. En vez de medir el nacimiento de Jesús con el patrón de los demás nacimientos, confundiendo lo extraordinario con lo anormal, se consideran los demás nacimientos a la luz de éste. Sigue diciendo Juan Pablo II: “La alegría mesiánica es fundamento y realización de la alegría por cada criatura que nace” .
El exegeta belga Jean Radermakers dice: “Si José se inquieta, no es por dudar de su prometida, sino por su propia relación con el niño que va a nacer y la misión que le incumbe... El sentido religioso de la justicia parecía pedir a José que se retirara... Tomando imágenes de las mitologías paganas, depuradas por la reflexión judía, Mateo no se sitúa en un plano de fisiología, medicina, ginecología o sexología, sino en el de una realidad más profunda... Deberíamos releer nuestra experiencia del alumbramiento y de la responsabilidad parental a partir del nacimiento de Jesús... Toda criatura recién nacida viene de Dios. Asumir una maternidad y paternidad humanas es dejar que Dios se revele en la criatura nacida... La misión de todo varón y mujer que se unen es dar lugar a que aparezca en el mundo la realidad de Enmanuel, Dios con nosotros” (Au fil de l,évangile selon saint Matthieu, 34-48).
Lástima que esta perícopa haya sido malentendida desde enfoques negativos sobre la sexualidad, que veían la actuación del Espíritu en confrontación con la relación matrimonial.


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Tras la Misa del Gallo
24.12.07 @ 16:45:43. Archivado en Religion y sociedad

En Japón, se llenaron las iglesias católicas y protestantes hasta rebosar la noche de Navidad. Pero una tercera parte de la asistencia son personas que pisan por primera vez una iglesia y no pertenecen a ninguna confesionalidad cristiana.

Hace tres semanas leí el siguiente post en japonés en internet: “Pienso ir este año a misa en Navidad, aunque no pertenezco a ninguna iglesia cristiana. Quisiera conocer lo que significa la Navidad y vivirlo por experiencia con quienes lo viven. He mirado los horarios de las iglesias cercanas, porque me apetece este año asistir esa noche a una iglesia. Pregunté por teléfono si se puede asistir sin ser cristiano y me dijeron: “Por supuesto, bienvenido”. Pero, como es la primera vez, titubeo. ¿Me pueden decir por internet algunas personas que hayan ido a misa sin ser cristianas cómo les ha parecido?

Hasta aquí el texto del post, que una semana después contaba con más de doscientos comentarios de personas no cristianas que, desde su experiencia del año anterior, animaban a asistir.

Esta noche pongo el post al regresar (ocho horas de adelanto por relación a España)de mi misa de Nochebuena, en la que he bautizado a una persona adulta, estudiante de postgrado. El párroco, que saludaba a la entrada y salida, me confirma la impresión que recibí al recorrer los rostros del público durante mi homilía: al menos una cuarta parte venían por primera vez a nuestra iglesia. Me han saludado más de diez personas de diferentes edades diciéndome: “Muchas gracias, es la primera vez que vengo”.
Me consoló el comentario de una profesora de inglés: “Verdaderamente lo de Jesús es la enseñanza más fácil de entender y lo más difícil de practicar” Pensé para mis adentros: Como que los presuntos creyentes gastamos las energías en discutir la ortodoxia y no somos capaces de la más elemental de las ortopraxis: tratáos mutuamente como yo os he tratado...


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In memoriam: Aloisio Card. Lorscheider
25.12.07 @ 13:01:36. Archivado en Religion y sociedad

Orando por su eterno descanso y dando gracias por su vida y su aportación a la Iglesia del Concilio, es oportuno evocar algunas instantáneas de su participación en el Sínodo extraordinario de 1985.

En mayo del 1985 se publicó el Informe sobre la fe, del card. Ratzinger, que daba el pistoletazo oficial de salida a la carrera, hasta entonces más bien subterránea, de la restauración e involución en la iglesia bajo la férrea dirección del pontífice polaco. A 25 de enero anunció el Papa la convocación de un Sínodo extraordinario: se conmemoraría en diciembre el vigésimo aniversario del Vaticano II.

La manipulación de los preparativos documentales pretendía contrarrestar la renovación, enterrando los frutos postconciliares bajo una montaña de documentos que, citando el Concilio, decían sutilmente lo contrario. La presencia y actividad de cardenales como Hume, Daneels, Martini, Lorscheider, etc. impidió males mayores, conteniendo a duras penas la avalancha conservadora de curiales influyentes como el card. López Trujillo o beligerantes antiliberacionistas como el card. Eugenio de Araújo Sales o el obispo Darío Castrillón.

Elegidos por sus hermanos en el episcopado en las Américas, asistían a ese sínodo dos cardenales brasileños franciscanos: Evaristo Arns, de Saô Paulo y Aloisio Lorscheider, de Fortaleza; y por Norteamérica, el card. Bernardin. Los europeos eligieron al card. Etchegaray, arzobispo de Marsella, entonces Presidente de Justicia y Paz, en Roma, al card. Martini, de Milán, y al card. Hume, de Westminster. Había, por tanto, peso sufciente para frenar los excesos inquisitoriales de la Curia, aunque lo tuvieron difícil.

El año anterior Lorscheider, junto con Arns, había acompañado a Boff a Roma, demostrando con su presencia junto a él que su eclesiología no estaba al margen de la jerarquía como creían en la Congregación para la doctrina de la fe.

El talante de Lorscheider lo refleja su respuesta a la prensa sobre el papel episcopal: “No me veo, decía, como si fuera el gestor de una sucursal del Banco Espiritual Internacional, S.A., ni mucho menos. El pueblo y yo aprendemos mutuamente. El pueblo confirma mi fe y yo trato de confirmar la suya. Llego a caballo o en jeep a una parroquia, pero no hace falta que sea yo siempre quien presida. Cuando me preguntáis los periodistas qué pienso sobre un tema, os contesto cómo lo ve el pueblo”.

El Papa lo designó como uno de los nombrados por él, pero le pusieron en una comisión bajo la presidencia de Sales (a quien algunos llamaban el pájaro cuco curial en el nido de los obispos brasileños). El 22 de noviembre, el card. Ernesto Corripio Ahumada, Primado de México, dirigió un discurso melosamente adulatorio a Juan Pablo II, en el que cargaba contra la iglesia popular y la teología de la liberación. Se publicó luego en el Osservatore Romano, pero solamente en la edición en español. Era como un manifiesto firmado por 15 obispos de talante inquisitorial. Obviamente ni Arns, ni Lorscheider lo firmaron.

El obispo José Ivo Lorscheiter, Presidente de los obispos brasileños, junto con el card.Lorscheider, presentaron al Sínodo intervenciones por escrito para deshacer malentendidos sobre liberación. La teología de la liberación, explicaban, no legitima la violencia; no defiende ideología marxista; no aplica a Latinoamérica conceptos prestados de teología política europea; y no rompe con la tradición católica. Lorscheider insistía en su intervención en defender la iglesia de los pobres. “En nuestros países, decía, la gente es rica en fe y pobre de todo lo demás. Son creyentes y pobres, objeto por ello de la predilección de Dios. La iglesia ha de escuchar sus voces y dejarse interpelar”.

Unos días después, Darío Castrillón bramaba en contra, criticando desórdenes y errores de la teología de la liberación y empeñándose en identificarla con la violencia y el odio.(Aunque destilaba más violencia el tono crispado de su propio discurso).

Pero hay que poner puntos suspensivos para no alargar el post. Lectoras y lectores con interés disfrutarían leyendo el libro de Peter Hebblethwaite, Synod Extraordinary, Darton, Longmann and Todd, London, 1985. Sigue siendo válido más de dos décadas después de su publicación. Lástima que no se tradujera entonces al castellano.
Y sigamos apelando a los investigadores, para que en tiempos de “destape inquisitorial” (como conté en el post del mes de marzo pasado, la historia nos salve y nos de optimismo y esperanza.


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Desde Osaka para Entrevías
27.12.07 @ 14:58:32. Archivado en Religion y sociedad

Queridos hermanos y hermanas de la comunidad de Entrevías, en Madrid, un cálido y cariñoso recuerdo de Navidad desde el barrio de Kamagasaki, en Osaka.

En Kamagasaki, uno de los mayores barrios marginados en Japón, se concentra una proporción de más de 30000 trabajadores eventuales por dos kilómetros de terreno. Miles de personas sin techo duermen en la calle o reparten la escasa paga eventual entre el alquiler de un “doya” (cuartucho de tres metros) y el vino que calme estómagos vacíos y ánimos bajos. Droga y mafias campan a sus anchas por la zona. Voluntariado interreligioso y laico, religiosas y religiosos están presentes y a disposición.

En la casa de acogida se celebra con pan y vino de verdad una eucaristía que recuerda a Entrevías. Lo diferente: una asistencia mayoritariamente no confesional. (Otra diferencia notable: que los obispos apoyan, ayudan y animan). El evangelio, leído en la traducción japonesa del franciscano P. Honda como “Biblia de los empequeñecidos”, se entiende y la homilía interesa, interrumpen comentándola. A nadie se prohibe acercarse a la mesa del pan de vida. Para algunos será el único bocado de la jornada. Seguro que Jesús, buen entendedor de panes lo comprende...

Hoy, 27 de diciembre, se reunieron en el parque del barrio unas mil quinientas personas. Chicos y chicas jóvenes, niñas y niños con sus guitarras, sincronizan y sintonizan con los sin techo. Unos mil desempleados (edad media por encima de los 60) se ha puesto en cola para tomar parte en la comida cocinada por el voluntariado, pero bajo la dirección (sin paternalismos) de unos cuantos de los miembros del barrio que toman las riendas para organizar un rancho caliente para mil personas cinco días por semana.

Viendo los rostros de quienes se alineaban para recibir su plato, aquello me evocó Eucaristía. Pero luego resultó que era al revés. Eran ellos quienes nos daban la comunión a nosotros. Lo comprendí cuando el jefe de ellos nos colocó donde menos estorbábamos y más falta haciamos: en el fregadero. Los que ya han comido se van acercando uno por uno y nos dan el plato para que lo freguemos. Y en ese momento ocurre la instantánea eucarística. Dice aquel abuelo levantando el plato un poco en alto: ¡Gracias, estaba bueno! Y me sale espontáneo decir: Amén (En japonés: ¡Hai!). Porque, al repetirse una y otra vez ese gesto, me recuerdan una hilera de comunión en la iglesia , cuando el celebrante eleva el pan en alto y dice: “El cuerpo de Cristo”, y contesta quien lo recibe: Amén. Solo que aquí no soy yo quien reparte, sino quien recibe. Hay que agradecer al “abuelo-jefe” que nos haya puesto a fregar a los del grupo parroquial. Con cada plato vacío que me entregan me están dando la comunión. Y quien dude en esa fe no tiene más que mirar los rostros de estas personas: presencia real, realísima...

Por cierto, dice la policía que este es un barrio peligrosísimo, lo primero que se ve a la entrada es el formidable cuartel de la comisaría, blindado como en ninguna otra zona. Lo de peligroso creo que es verdad, aquí a la vuelta de cada esquina corres peligro de encontrarte con Jesucristo.

Dudaba si debía narrar la vivencia. Tras consultar con el Maestro, parece como si dijera: “Anda, ponlo en el blog, a costa de que te llamen Belcebú” (Mt 12, Mc 3, Lc 11...). Pues me animo a contároslo antes de acostarme...


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En el dia de la liberada familia
28.12.07 @ 14:16:20. Archivado en Religion y sociedad

Leo la retórica laudatoria de las sacralidades de la familia, en el marco de convocatorias de manifestaciones sospechosamente ambiguas por su guiño al electorado de la crispación, y me acuerdo de la frase de Unamuno: “Cuando oigas alabar exageradamente algo, pregunta contra quién va esa alabanza”. Pero mejor evocar a María, José y Jesús, Epifanía de la Vida, como familia liberada y liberadora. Y dejémonos de manifestaciones crispantes.

Con sólo doce años ya se va de casa Jesús para meterse en el “lío del Abba” (Lc 2,49), que desembocará en el “lío de las redes” (Irse a pescar personas vivas para la Vida: Lc 5, 10). Pero María y José no son posesivos. Son familia que deja crecer. Años después, María, quizás ya viuda, lo tendría difícil. Jesús ha de marcharse camino del Jordán. ¿Familia liberada o acomplejada? Sus hermanos y hermanas menores (Mc 6,3) creen que el predicador se ha vuelto loco y los parientes quieren ir a recluirle (Mc 3,21). Pero él dice, señalando al “grupo de las redes”: “Estos son mi madre y mis hermanos” (Mc 3, 34-35). Uno le quería seguir a medias y Jesús le dice: “El que se queda en el círculo estrecho de la familia no vale para meterse en el lío de mi movimiento de redes por el Reino de los cielos” (cf. Mt 8, 22).

Son exigentes estos pasajes sobre la familia. ¿Los habrán meditado los dirigentes eclesiásticos que predican retóricas sobre la sagrada familia para enardecer a públicos “neo-con”? Pero dejemos a un lado la anomalía de la iglesia en el estado español y volvamos la vista a la “Galilea de los gentiles”. Prefiero recordar hoy concretamente algunas“liberadas familias”.

He visitado a cuatro familias amigas (las llamaré A., B., C. y D., protegiendo su intimidad), que tienen en común el ser atípicas, pero normales y corrientes, además de muy liberadas. Uso intencionadamente la palabra “atípica”, lo más neutralmente posible, sin el mínimo rasgo de discriminación, y subrayo, para mayor garantía de ecuanimidad, que son cuatro familias normales y corrientes.
 
La pareja A no tiene descendencia. Se plantearon en su día la fecundación in vitro, pero desistieron al cabo del tiempo y optaron por la adopción. En el contexto japonés, esto es atípico, porque la sociedad ve con prejuicio la esterilidad, exagera la vinculación genética y no favorece la adopción. Pero ellos son normales y corrientes. Ella como bioeticista y él como ginecólogo ayudan, de hecho, a parejas que eligen un programa de reproducción asistida; pero en su propio caso, por razones personales, han hecho otra opción por la que no se sienten acomplejados. Y tienen derecho a que se les respete...

La pareja B tiene tres hijas y un hijo. Tener más de dos es completamente atípico en Japón; pero el ser atípicos no les impide ser una familia normal y corriente, en el mejor sentido de la palabra. Crecen y dejan crecer. Y tienen derecho a que se les respete...

La pareja C no tiene hijos. Son una pareja estable de igual sexo. Hubieran querido una adopción para formar familia homoparental, pero tropezaron con dificultades legales. En el entorno social son indudablemente una pareja atípica, porque la sociedad no se ha liberado de prejuicios contra las parejas de igual orientación sexual y no ve bien este tipo de uniones; pero la comunidad católica con la que comparten la eucaristía no discrimina, conviven allí normal y corrientemente.Y tienen derecho a que se les respete...

La pareja D es un caso que merece narrarse con más detalle. Bauticé al bebé de la inmigrante surasiática en Tokyo. Abandonada por el marido en su país, trabajaba en un bar y ahorraba para enviar dinero a su madre. Queda embarazada de un cliente japonés, que le exige aborto, pero ella no quiere, desea dar a luz a la criatura. Él se desentiende y la abandona. En su cuarto realquilado y estrecho, veinte personas apretujadas compartimos una pobre comida para celebrar el bautizo del bebé que vió la luz en familia monoparental. Ella conoce meses después a un chico de su país, trabajador en Tokyo, de la misma iglesia y también separado. Él la acepta como es, con su criatura. Merecería llamarse José. Habrá nueva boda. Dice el párroco: ¡Vaya lío sobre los papeles, esto no hay manera de que lo aprueben los canonistas! (“ratos y consumados” los matrimonios anteriores, y por la iglesia ambos). Responde el coadjutor: Pero es la vida. E ironiza ante el teólogo: ¿Qué dicen tus alumnos seminaristas en el examen ante un caso como éste? Pero el teólogo era un dinosaurio postconciliar y contesta: No se arregla con papeles, sino con sentido común y evangélico. ¿Y si frunce el ceño algún doctor canonista, graduado por Navarra? Pues le echamos un latinajo para calmarlo: diremos que se arregló in foro conscientiae, como decía el P. Häring; o sea, que lo que no se puede arreglar de otro modo, se arregla ante Dios en el foro de la conciencia, porque “Dios quiere que vivamos en paz”, como decía Pablo (1 Co 7,15).

El recuerdo de estas cuatro familias liberadas me anima en estos días, precisamente cuando se celebra el misterio de María, José y Jesús, Epifanía de la Vida: la Liberada Familia. Pero leo por internet noticias de mi país donde se reúnen convocados por los obispos bajo el títulus coloratus de exaltar la familia y, de paso, ganar votos para la oposición. Bueno, anomalías de la iglesia en el estado español, que no acaba de hacer la transición, después de más de tres décadas de democracia...


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Año nuevo, diálogo nuevo
31.12.07 @ 13:09:30. Archivado en Bioética

AÑO NUEVO, DIÁLOGO NUEVO

En vez de diálogo de sordos, escucharse mutuamente. En vez de descalificación, interacción. Sería un buen propósito de comienzo de año. Empezarlo bendiciendo (como en la lectura de la misa del día 1 de enero: Num 6, 22-27).

En el 2007 han pululado por los blogs agresividades y crispaciones. En el 2008, esperemos un Mesías: “el desencrispador que nos desencrispare...”

En Japón es tradicional la limpieza general del treinta y uno de diciembre. En los templos sintoístas se bendice fuego nuevo. El sueño esa noche será de buen augurio y a la mañana siguiente se formularán propósitos de inicio de año, “nueva primavera”, al juntar las manos ante el altarcito familiar de los antepasados.
Pero no sólo en Japón, también en nuestro país: año nuevo, vida nueva. ¿Qué novedad pondremos este año? ¿Año nuevo, diálogo nuevo?

El octavo: no crispar. Es la cenicienta de los diez mandamientos. Me lo enseñaron en el Colegio de los Maristas a los siete años: el octavo mandamiento, no mentir, incluye no hablar mal, no levantar acusaciones falsas y no quitar la fama. Diez años después, me lo recordaron en Acción Católica. Movidos por falso celo, íbamos a publicar en el boletín una carta panfletaria; con el pretexto de “hacernos oír” como cristianos “a machamartillo”, pero corríamos peligro de fanatismo. El consiliario nos dijo: “Si lo que escribís es falso, es calumnia; y si es verdad, es difamación.” La carta no se publicó. Cinco décadas después, aún se lo agradezco.

¿Qué diría hoy Santiago si escuchase algunas mañanas de radio o leyese los comentarios de alguinos posts?. Pues lo teneis en la Carta de Santiago: “De la misma boca sale bendición y maldición ” (3, 1-10).

Idéntico mensaje en la tradición budista. Paseaban maestro y novicio bajo los arces.. Interpela el aprendiz nonagenario: “Maestro, ¿cuál es el secreto de larga vida?” Sonríe el Maestro mostrándole su boca abierta. “Cuenta, por favor, ¿cúantos dientes me quedan?”.. “Maestro, no tenéis ninguno”. “Fíjate ahora en mi lengua, ¿cuánta me queda?”. “Maestro, la tenéis intacta”. “Pues ese es el secreto. Lo duro perece y lo blando perdura. No uses tu lengua como si fuera un colmillo para morder a los demás, úsala para consolar o besar; para animar o pacificar. Así alargarás tu vida y también la de los demás”.

De la mano del monje, dedico el post a los comentaristas, pidiendo para todas y todas, sin excluir a nadie, un buen año nuevo y...deseándoles larga vida.


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Tertulias cristiano-budistas
01.01.08 @ 22:16:49. Archivado en Mística, Japón

En enero oramos con otras iglesias cristianas (sin exceptuar ninguna )y también con las religiones hermanas. Comienza hoy una serie "Antología-anticipo" del libro en prensa: El Dharma y el Espíritu. Conversaciones entre un budista seglar y un católico jesuita.

Suzuki Kotaró. El fundador de nuestra Asociación Budista Koseikai, Niwano Nikkyo (observador en el Concilio Vaticano II) anhelaba el despertar de la humanidad entera a la fe. Que elevemos el corazón a Dios, a Buda. o a Alá. Si tuviéramos ese espíritu, vendría la paz al mundo.
Juan Masiá. Eso lo pueden decir mejor en japonés que en español. Me gusta la expresión shûkyo-shin. Shûkyo es religion y shin significa corazon. Shûkyo-shin es el corazón, núcleo, meollo o entraña de la religiosidad, es decir, la espiritualidad. Shûkyo seria la religion institucional, histórica, sociológica. Su fundador, el maestro Niwano anhelaba suscitar espiritualidasd. Pero si miramos las religiones -instituciones-, han traicionado a menudo la religiosidad.
S. Por eso cuando hablamos de dialogo interreligioso aspiramos a despertar juntos a lo hondo de la religiosidad, fuente de las religiones. Es la premisa de los encuentros.
M. Sin ella, el dialogo sólo es reunion de salón o torneo teórico.
S. Pero de la fuente de la espiritualidad brota agua de salvacion.
M. Ha dicho usted una frase que recuerda la Biblia. “Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación”. (Is 12, 3).
S. Bien, pero permítame un chiste malo. En España, ¿sacan solamente agua de esa fuente o también vino?
M. La Biblia dice que el vino alegra el corazón humano. Una marca de vino lleva en latín la etiqueta de aqua vitae.
S. Los monjes budistas, cuando bebían vino, lo justificaban como “agua de sabiduría”.
M. Por eso usted ha fomentado la sabiduría de nuestro grupo en año nuevo brindando con sake .
S. Y usted nos devolvió la cortesía con un vino de Cádiz. Algún día iremos a probarlo allí, mientras estudiamos juntos las tres culturas.
M. Que sea pronto. Pero volvamos al tema. La espiritualidad, fuente de salvación, nos hace confraternizar.
S. Los cristianos dicen que son hijos de Dios. Los budistas decimos que somos hijos de Buda. Hijos del mismo padre, hermanos y hermanas, hemos de querernos y ayudarnos. No hay religiosidad auténtica sin compromiso compasivo. En japonés, se dice jihi, misericordia, palabra clave budista, semejante al amor al prójimo del cristianismo... (continuará)


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Tertulia cristiano-budista. 2
03.01.08 @ 22:10:09. Archivado en Mística, Japón

Prosigue la tertulia, con antología seleccionada del libro "El Dharma y el Espíritu".

Masiá. ¿Por dónde comienza usted a explicar su espiritualidad?
Suzuki. Por el acto de confianza antes de recitar los sutras: Me encomiendo, abandono y refugio en manos del Buda, de su enseñanza y de la comunidad.
M ¿Qué es lo esencial de esa enseñanza?
S. Vivimos engañados. Necesitamos despertar, dejarnos iluminar, escuchar al Dharma.
M. ¿Y qué es o quién es el Dharma?
S. Actividad que da vida a todo, energía que hace vivir, el aire que respiro.
M. Pero nos dicen que el budismo es enseñanza sobre el sufrimiento y camino para librarse de él.
S. Ese fue el primer sermón sencillo del Buda. Abrir los ojos con lucidez a la realidad del dolor, salir del engaño e ignorancia radical para percatarse de que la desorientación de nuestros deseos está incrementando continuamente ese lado oscuro de la vida. Pero no hay que quedarse ahí. Por debajo de la ignorancia radical (no sé si se parece a lo que ustedes llaman mal original), hay que descubrir la bondad original, lo mejor de nosotros en el fondo del fondo. La ceguera original es el lado oscuro de la realidad. Pero el verdadero rostro de la realidad es luz y vida. Lo negativo es el contraste, como en el claroscuro de una pintura.
M. Decía Kant que el invidente de nacimiento no tiene idea de tinieblas.
S. Buena imagen. La luz, no la produzco, se me da. En el Sutra de los Sentidos innumerables el Buda, como sol y luna, proyecta luz de vida sobre todo el mundo..
M. En el Evangelio, el Padre y Madre del cielo envía lluvia y sol sobre buenos y malos.


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Tertulia cristiano-budista. 3
07.01.08 @ 13:45:42. Archivado en Mística, Japón

Continúan los extractos del libro "El Dharma y el Espíritu".

Masiá. Nuestra reunión de religiones en Nerima (Tokyo) no quiso reducirse al interior de una reunión de templo o iglesia, sino caminar con la comunidad local. Conectamos con el movimiento cívico para la cooperación y educación ciudadana por una sociedad mas saludable. Surgió ahí la iniciativa de conmemorar la destrucción de las torres gemelas el 11 de septiembre. Oramos y cantamos juntos por la paz, a la vez que la colecta servía para construir en Afganistan una escuela.

Suzuki. Empezó con la velada de gregoriano, gagaku sintoísta y shômyô budista. .
M. Los tres grupos se acoplaban espontáneamente, todo un testimonio de variedad unida: resonaba el triple eco, diferencias y armonía, pluralismo convergente.
S. El canto gregoriano, lo mismo que el shomyo, brota de la oracion. Son géneros diferentes, pero pueden armonizarse. El gagaku los envolvió a ambos y los tres se abrazaron en la unidad y la diferencia.
M. No sacrificaron las caracteristicas respectivas, sino las desplegaron. No todo fue armonía, hubo disonancias; reconocerlas es parte del reconocimiento mutuo.
S. Partituras diferentes. Mejor dicho, en el shomyo y en el gregoriano no hay partitura. Estilos diferentes, coinciden en el fondo. Hay armonía, sin ser la sinfonía de una orquesta única. Por cierto, en aquella ocasion asistió el señor Machida, presidente en la ciudad de Nerima del Movimiento por una Sociedad Saludable (Así es como me han dicho que traduce usted akarui shakai: sociedad y ciudadanía luminosa, alegre y esperanzada, con el término castellano “saludable”). A partir del año siguiente, él fue uno de los impulsores del concierto de caridad del 11 de septiembre, que se ha celebrado anualmente; el año pasado en el altar mayor de la Catedral católica de Tokyo. Unimos la memoria de las víctimas a la plegaria y accion realista de construir una escuela en Afganistan con el fruto de la colecta.
S. Era una acción concreta, no una espiritualidad abstracta. No era una religiosidad de evasion fuera de este mundo, sino de comprometerse concretamente con proyectos que ayuden a las personas mas necesitadas.


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Tertulia cristiano-budista y pluralismo religioso.4
08.01.08 @ 11:41:30. Archivado en Mística, Japón

Próxima la aparición en la editorial PPC del libro "El Dharma y el Espíritu": Conversaciones entre un budista seglar y un católico jesuita, seguimos adelantando anticipos de su tertulia.

Masiá. El profesor Murakami, científico y religioso (de Tenri-kyô) prefiere designar el rostro último de la realidad como “Something great”.
Suzuki. Los nombres son secundarios, recursos en el camino único por el que peregrinamos las diversas religiones, con variedad de indumentarias, expresiones culturales e históricas. Nos mueve el impulso de un único Dharma. Es importante tener oídos para escucharlo.
M. Y ojos del corazón para verlo y capacidad de respirar en él/ella/ello, en lo divino en nosotros, en lo que vivimos y somos. Cada vez me siento más inclinado a relacionar el Dharma con el Pneuma, el Espíritu de Vida. Quizás la teología interreligiosa del futuro, en vez de atascarse en el atolladero de preguntar por la unicidad de una cristología del Logos, se oriente hacia el descubrimiento de una pneumatología (como atinadamente sugiere R. Haight), que supondrá cambios radicales en nuestra comprensión occidental del cristianismo
S. No estoy seguro de seguir su discurso.
M. Lo he puesto un poco difícil, disculpe. Pero me parece que las Cuatro Verdades del sermón predicado en Benarés por Gautama el Buda tienen muchos puntos de coincidencia con temas evangélicos: sabiduría y compasión, lucidez y misericordia.
S. Lo principal en las cuatro verdades es salir del engaño a la lucidez y empezar a caminar en busca del Dharma cuya voz se ha escuchado...
S.Así es, en efecto...
M. ¿Contrasta el budismo con la religiosidad oficial anterior a Shakamuni?
S. Al negar autoridad a los famosos Vedas tradicionales, estaba destinado el budismo a chocar con la ortodoxia de los brahmanes indios.
M. Este es un punto en el que hallaremos semejanzas entre Gautama, Sócrates y Jesús. Los tres parecen ateos, vistos desde la religión establecida en su tiempo.


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Tertulia cristiano budista y pluralismo religioso.5
10.01.08 @ 00:54:11. Archivado en Mística, Japón

Continúa la selección de textos del libro "El Dharma y el Espíritu" (ed. PPC, 2008, en prensa). Son conversaciones espontáneas entre un budista seglar y un católico jesuita.

Masiá. He aprendido mucho, mientras traducía el Sutra del Loto, a superar la variedad de las apariencias. Hay que relativizar todo lenguaje religioso. La expresion hôben, en japones, upaya en sánscrito, que se traduce como “recursos salvificos”, debería hacer pensar a los teólogos católicos para revisar su exceso de lenguaje y de absolutizaciones dogmáticas.

Suzuki. En el Sutra del Loto se dice que hay que recorrer el camino ejercitándose, pero cada persona ha de hacerlo de acuerdo con su idiosincrasia. Por eso el Buda predica de diversas maneras acomodándose a la índole de las personas. Es muy conocido el dicho: “Mira la persona antes de predicarle”. Para predicar la doctrina, hay que prestar atención primero a las personas, pensar en los recipientes y adaptar el mensaje a su capacidad de comprensión.

M. Los filósofos medievales decian que lo que se recibe, se configura según la forma del recipiente. (En latín, quidquid recipitur, ad modum recipientis recipitur).

S. Lo principal es que todas las cosas son, para mi fe budista, manifestación del amor de Buda. Para el cristiano, del amor de Dios.
M. Y se agradece la actividad de su Pneuma en todo.
S. Al hablar de estos temas, es más facil que nuestro budismo de la corriente Mahayana se parezca al cristianismo.
M. Quizas hay ahí algún malentendido. En Europa se percibió en algunas épocas el budismo primitivo como si fuera un nihilismo. Otros vieron el Mahayana en terminos de panteísmo. También lo es el tomar literalmente los antropomorfismos occidentales, como si el cristianismo fuera un politeísmo (confundiendo Trinidad con tres dioses) o un dualismo (entendiendo mal al Jesús histórico y al Cristo de la fe). Budismo y cristianismo coincidirian en no ser ni dualistas ni monistas. Pero hay que tomar en serio el vacío budista y la teología negativa cristiana...

S. La preocupacion del Buda Shakamuni era liberarse del sufrimiento. Todo empieza en la ignorancia radical y originaria... No acabamos de salir de nosotros mismos. No se trata de negar sin más, sino de vaciarse de todas las expresiones que empequeñecen la realidad última. Shakamuni se fijó en lo efímero y fugaz de la realidad cambiante, sin permanencia sustancial, quiso liberar de las ataduras a quienes estamos apegados a la materialidad y al yo.
M. Se entendió eso mal, como si fuera asceticismo o nihilismo.
S. Es equivocado entender el vacío o la nada budista como nihilismo.
M. Pero es muy común este malentendido. En alguna época de Europa se introdujo el budismo como filosofía y no se lo comprendió como espiritualidad.
S. Eso impide captarlo como una fe.
M. El diálogo entre budistas y cristianos es más fácil hoy, se entiende mejor el Mahayana.


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Pagola premiado por Bellas Artes
11.01.08 @ 16:35:02. Archivado en Religion y sociedad

Según fuentes bien informadas, la Academia de Bellas Artes de Hermenéutico-landia ha concedido el primer Premio de Restauración artística al teólogo Pagola.

En la restauración artística es muy delicada la de los frescos de bóvedas que han estado encaladas durantes siglos. Pagola en su libro quita la “capa de cal” de malentendidos sobre Jesús, para poder “restaurar el fresco” del Buen Pastor. Con muchas de las expresiones tradicionales con que se ha hablado de Jesús ha pasado como con los frescos de San Isidoro en León.

Esas pinturas estuvieron mucho tiempo encaladas, hasta que la restauración artística las recuperó. Así pasa con la hermenéutica, que los integristas no comprenden.

Si la restauración se hace mal, y no con el cuidado con que lo hace el autor premiado, al quitar la cal hay peligro de destruir el fresco, con escándalo de pusilánimes, de personas desinformadas, o de jueces deficientemente asesorados...

Pero si no restauramos, nos perdemos la riqueza del fresco. Hay que revisar hermenéuticamente para que la fe adulta recupere las riquezas (sin magias, sin fundamentalismos y sin lecturas al pie de la letra) del lenguaje religioso. Pagola lo ha hecho con cuidado exquisito, sensatez, exégesis bien informada y preocupación pastoral. Enhorabuena por el Premio de Restauración.

Y a quienes lo malinterpreten, recuérdenles por activa y por pasiva el ejemplo de los frescos de la bóveda encalada (Ejemplo inspirado por el estilo de la supersensata Teresa de Jesús, como estoy seguro que sabrá explicar con gracejo teresiano nuestra estimada hermana Virtudes Parra).

(Nota: El 28 de diciembre estuve demasiado ocupado y no pude colgar este post de inocentada, que ahora cobra de nuevo actualidad).


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Tertulia budista.6. Jesús es Cristo
13.01.08 @ 01:22:11. Archivado en Mística, Japón

Cuando la parte católica reconoce que Jesús es Cristo y pregunta a la parte budista por el Buda, los budas y lo divino, se llega a uno de los momentos más comprometidos del diálogo.

Masiá. ¿Hay un dios personal en el budismo? ¿Es divino Shakamuni el Buda?
Suzuki. Ha hecho usted la pregunta del millón.
M. Pues vamos con ella sin miedo y sin sentirmos obligados a estar de acuerdo.
S. El cristianismo nos evoca más lo personal. Si no le molesta, me parece demasiado... no sé si el adjetivo es “humano”...
M. Quiere usted decir, seguramente, antropomórfico.
S. Sí, demasiado antropomórfico.
M. A la inversa, cuando hablamos de budismo ante teólogos occidentales les parece impersonal y panteísta. A mí me parece, como formulan el oriental Nishitani y el occidental Gómez Caffarena, que hay un “clima de lo personal” en el budismo. Lo palpamos al oirles hablar de compasión, misericordia, ternura, acogida, vida, etc.
S. La figura de Buda en nuestro templo representa al buda histórico, Shakamuni, y al mismo tiempo está idealizada.
M. ¿Diríamos que es el Buda histórico convertido en el Buda glorificado tras su entrada definitiva en el Nirvana, es como su cuerpo glorioso, hablando con terminología cristiana?
S. Pero una imagen no es más que una imagen y no debemos convertirla en un ídolo. A través de la corporalidad visible del Buda histórico y de la corporalidad sublimada en esa imagen del Buda, se nos sugiere el misterio del Buda eterno, que existe desde siempre y por siempre, sin forma, sin ser visible ni tangible, la gran energía que todo lo vivifica, el hontanar de luz y vida, rostro último de la realidad. Se hace visible en el Buda histórico que nos encamina hacia él y nos hace despertar a la realidad de su presencia en nuestro interior vivificándonos continuamente.
M. No puedo evitar traducir lo que usted dice en términos cristianos de Padre, Hijo y Espíritu Santo, es decir, Hontanar de Vida, Manifestación de la Vida y Fuerza que nos hace vivificarnos mutuamente. Pero me parece que estoy yendo demasiado lejos.
S. Cuando me presentó usted el libro de Teresa Forcades sobre la Trinidad, me emocionó mucho. Me recordaba nuestra enseñanza sobre los tres cuerpos de Buda.
M. Si el cristianismo se hubiese expandido por Extremo Oriente sín el lastre de Nicea y Calcedonia, ahora estaríamos hablando de la Trinidad en otros términos más parecidos a los suyos.
S. Ese es un tema para diálogos más complicados que estas sencillas conversaciones nuestras.
(Del libro en prensa "El Dharma y el Espíritu", PPC, 2008).


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Tertulia budista-cristiana. Y 7.
14.01.08 @ 14:54:23. Archivado en Mística, Japón

Recojo en esta séptima y última selección uno de los momentos principales de la conversación con Suzuki.

Masiá. Para relacionar lo que usted dice del Buda histórico y el Buda eterno con el Dios cristiano, que manifiesta Jesús, creo que nos ayudaría comprender la enseñanza budista sobre lo que ustedes llaman los “tres cuerpos del Buda”. ¿Nos puede aclarar brevemente la doctrina acerca de tres manifestaciones del Buda (buddha-kaya)?
Suzuki. La primera corresponde al Buda histórico, al cuerpo asumido o transformado con el que aparece al manifestarse en este mundo. La segunda corresponde al cuerpo celeste del Buda; que disfruta el premio por haber realizado la verdad durante su peregrinación por esta vida. De este segundo cuerpo se afirma que no tiene forma ni color, pero puede hablarse de él como hecho visible en una figura humana. Finalmente, la tercera manifestación es la conocida con el nombre de cuerpo-verdad, sin carácter "personal" (aunque con lo que usted ha llamado antes, citando a Nishitani y Caffarena, el “clima de lo personal”); el cuerpo que ya no es un mero cuerpo, que está por encima de todo espacio, tiempo y figura. Este tercer cuerpo se puede considerar como "pre-existente" al primero, a la vez que relacionado íntimamente con el segundo.
M. Esta terminología suscitará en Occidente evocaciones trinitarias o alusiones a un Jesús "histórico", "glorificado" o a un Cristo "pre-existente". Pero habrá que llevar cuidado para no leer una tradición con las lentes de otra.
S. Hace falta "un continuo vaciarse".
M. Las dificultades para los teólogos cristianos comienzan cuando se añade que hay más de un Buda histórico.
S. Los dos primeros cuerpos, el histórico y el celeste, son plurales, según esta doctrina: hay más de un buda histórico y más de un buda celeste. El tercero, en cambio, es singular; pero no como una especie de "divinidad", sino como una apertura infinita.
M. Si estuviera aquí un compañero mío, teólogo romano, se preocuparía mucho de distinguir entre Buda y Jesús, acentuando la unicidad de la Encarnación.
S. Es cierto, reconozcámoslo, que el Buda no dice, como Jesús “Yo soy el Camino”, sino muestra el Camino y ayuda a que otras personas lo descubran. La tradición habla de los Siete Budas. Y se dice que es muy rara la aparición al cabo de siglos, de un Buda en este mundo que llamamos el “mundo de pesares”, lo que ustedes en la Edad Media llamaban “este valle de lágrimas”.
M. ¿Hay que responder entonces: Buda no es Dios encarnado, ni es una divinidad?
S. Buda significa, sin más, alguien que se despertó, alguien a quien se le abrieron los ojos a la iluminación y después se dedicó a ayudar a que otras personas despertasen. El contenido desvelado en esa iluminación es, dicho con una sola palabra, la vida verdadera o eterna. Él lo expresó, en el marco de su época, con la expresión “el Dharma”. Pero lo de menos es esa expresión, lo importante es la vivencia que intentó comunicar. Él se resistía a perderse en debates vanos, a verbalizar, analizar y explicar esa vivencia. El análisis divide y traza fronteras: dentro de uno mismo, entre uno y los demás, entre el ser humano y el mundo, etc. Caemos entonces en el error de ver el mundo como conjunto de cosas yuxtapuestas. La iluminación nos abre precisamente al auténtico rostro de la realidad, como unidad de luz y de vida.
M. Asiento con gusto a todo esto. Pero volviendo a mi amigo el teólogo romano, me consta que sigue preocupado por lo personal de Dios y lo único de su manifestación en la Encarnación.
S. El budista podría aceptar buena parte de lo que ese teólogo dice, con tal de que no lo dijera solamente de Cristo. Quiero decir, que no me costaría aceptar que Jesús es manifestación del Dharma, pero no la única.
M. Aquí se dividen las teologías: la que dice que solamente Jesús es Cristo y la que piensa que la palabra Cristo abarca más que Jesús. Esta segunda, en vez de obsesionarse con repetir cómo Jesús es Dios, se centra en acentuar que “Dios es el misterio que se manifestó en Cristo”.
S. Y usted, ¿En cuál de esas dos teologías está?
M. Quisiera tender un puente entre las dos. Veo la posibilidad de ese puente en una cristología más del Pneuma o Espíritu que del Logos, en la línea del libro de Roger Haight, Jesus, símbolo de Dios: Jesús es Cristo, pero el Cristo no se agota en Jesús. También veo ese puente en una teología que, consciente de que la voz de Dios o del Dharma se ha escuchado a lo largo de la historia “plural y multiformemente” (Heb. 1, 1). descubre como lugar privilegiado para esa manifestación la realidad de los pobres y desfavorecidos, “fuera de los cuales no hay salvación”, como atinadamente dice el teólogo J. Sobrino.
S. Pero si la información que tengo es correcta, los teólogos que usted ha mencionado han sido considerados con sospecha desde la jerarquía eclesiástica romana.
M.También el budismo oficial anatematizó en sus días a personas de espiritualidad tan eminente como Shinran, Dogen o Nichiren. Las ortodoxias inquisitoriales, en todas las épocas y religiones, han tenido miedo a la libertad de espíritu.
S. ¿Qué quiere usted decir con libertad de espíritu?
M. Acabo de traducir una palabra clave del Sutra del Loto: Jiyûjizai, que en versiones literales equivale a “libre y por sí mismo”, pero que significa “sin trabas de ninguna clase, libre de todo apego desordenado, es decir, con total libertad de espíritu”.
S. Ahora soy yo quien se queda sin saber qué decir.
M. Esa noción tiene su equivalente, en la espiritualidad cristiana, en lo que Ignacio de Loyola llama en los Ejercicios espirituales “indiferencia” (en japonés, torawarenai kokoro, es decir, corazón desapegado). Así como en castellano “indiferencia” puede malinterpretarse como frialdad, el “desapego” budista puede malinterpretarse como estoicismo seco. Por eso creo que el mejor equivalente, en lenguaje bíblico, es “libertad de espíritu”. Los maestros del Zen tenían esa libertad de espíritu. Por eso el gobierno de la era de Tokugawa no pudo con ellos. También el Zen ha sido perseguido.

(Del libro de próxima aparición en ed. PPC "El Dharma y el Espíritu")


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Comer solo, de cara a la pared
15.01.08 @ 11:41:12. Archivado en Religion y sociedad

En japonés hay una palabra nueva: “comer en solitario” (Koshoku. “Ko”, individual. “Shoku”, comida) para referirse a la generación de jóvenes que, sin dirigir la palabra en casa, llevan del frigorífico a la habitación la cena fría para tomarla frente al ordenador o a la tele. Se inventó la palabra koshoku, echando de menos las comidas en familia.

En el espacio estrechísimo de un tenderete de tentenpiés baratos, vemos en Tokyo a estresados ejecutivos sentados apretujadamente cara a la pared sorbiendo con palillos el tazón de udón o fideos gruesos con sabor de soja. Por contraste, en un barrio de los “sin techo”, unos ancianos sentados en corro en la acera comparten sopa de retales y se calientan bebiendo sake juntos.

Un compañero jesuita, invitado a su paso por Brasil en un convento de clausura, desayunaba después de la misa en una diminuta sala de visitas junto al torno. Mientras sorbe el café con leche nota que unos niños de la calle curiosean por la ventana. Cuando se vuelve a mirarlos, se esconden. Vuelve al café con leche. De nuevo se asoman los niños a la ventana y se ríen señalando al cura. Se levanta molesto y les grita enfadado: ¿Es que no habéis visto a nadie comiendo? Responden los críos: ¡Solo no!

Quizás esas criaturas, aun mal alimentadas, sabían que comer no es algo que se hace solo y a escondidas, como si fuera nefando vicio solitario.

En los años cincuenta, había unas capillitas alrededor de la sacristía del seminario, pequeñas como cabinas de teléfono. Allí solos y de cara a la pared, una docena de sacerdotes “decía Misa en privado” en voz baja a la misma hora. Pero desde el Concilio Vaticano II se recuperó el sentido convivial de la eucaristía, en torno a la mesa, compartiendo la vida, la palabra y el Pan de Vida.

Y terminaba Jesús las parábolas diciendo: Qui potest capere, capiat...


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Foro de civilizaciones: ¿Choque, alianza o coito?
18.01.08 @ 14:57:49. Archivado en Justicia y paz

No deseamos el pesimismo del choque de civilizaciones a lo Huntington. Pero la “alianza”, a pesar de ser metáfora bíblica y cristiana, puede pasarse de optimista. Unamuno lo habría dicho con la imagen del coito como abrazo conflictivo y creativo.
Unamuno usaba esta imagen en tres coasiones. 1)Para hablar de las relaciones entre religión y ciencia, fe y razón abrazándose en un pugilato de confrontación amorosa mutuamente trasnformadora. 2) También lo aplicaba a las relaciones entre culturas y civilizaciones, fecundándose mutuamente. 3) Y, por supuesto, a la relación amorosa, con su mezcla de abrazo y pugilato, que además de transformar mutuamente a los dos partes da frutos de creatividad.

Más allá del pesimismo antiterrorista de Bush y del optimismo de un diálogo fácil, necesitamos la audacia de salir de sí (como dicen Jesús y Buda) hacia un encuentro en el que la identidad se nos deshace y rehace mutuamente. Un cartujo, decía don Miguel, puede aprender mucho de un budista (Obras completas, escelicer, VIII, 381) y no tiene por qué ser la europeidad centro del mundo. En el encuentro entre las individualidades y entre las civilizaciones, proponía la “integración armónica de lo diferenciado “ (O.C., VII, 395). Pueblos e individuos tienden a exagerar sus defectos como si fueran cualidades (O.C.VII, 854).Nox ayuda mucho ver cómo nos ven los extranjeros (O.C.I, 721)...

Creo que nos vendría muy bien releer a Unamuno para distanciarnos del fenómeno decimonónico de agresividad y guerra civil que todavía se arrastra en el estado español...


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De Benedicto a Benedicto
20.01.08 @ 13:13:18. Archivado en Religion y sociedad

Buena terapia las lecturas de historia: ayudan a distanciarse del morbo noticiero del día. Hoy he leído cosillas de hace cien años, que parece como si fueran de ayer. Fue en 1908, siendo Papa Pío X, obsesionado contra las tendencias etiquetadas como “modernistas”.
Había cardenales que no pensaban como él, pero solamente lo decían en voz baja (como ahora). “El cardenal Mercier, escribía el director de la revista The Dublin Review al duque de Norkfold, cree que a la teología romana no hay por dónde cogerla; sin embargo, aunque él está como la mano en un guante con el Papa, no le deja sospechar ni de lejos lo que piensa”.
Roncalli (el futuro Juan XXIII) se entendía bien con Mercier, al que guió por Bérgamo y comentaba con el cardenal Ferrari, de Milán, su preocupación por el pesimismo quejumbroso del entorno papal (como ahora). Ferrari, en una carta pastoral, de la que ahora se cumplen cien años, fue valiente y audaz para denunciar los excesos de celo de los “antimodernistas”: “En ciertas revistas y periódicos (hoy habría tenido que decir “en ciertos blogs y en ciertas homilías, incluso cardenalicias) la puesta en guardia contra el modernismo está llegando a excesos. Estos celotes (zelanti) antimodernistas descubren el modernismo en cualquier rincón e incluso llegan a sospechar de personas que están bien lejos de serlo”.
También el cardenal Rampolla estaba de acuerdo con Ferrari en que la crisis “no debía seer confrontada con medidas represivas y negativas, que el ambiente de miedo no era bueno ni para la investigación ni para la iglesia”. Como estos eran cardenales, estaban a salvo, aun haciendo esas afirmaciones. Pero quienes andaban por debajo en el escalafón se cerraban el camino para ascender si confraternizaban con ellos. Así le ocurrió a Giacomo della Chiesa (el futuro Benedicto XV). El poderoso Cardenal Merry del Val, duro e inmisericorde (como algunos ahora) lo quitó de su trabajo en la Secretaría de Estado, diciéndole: “No trate con esa gente, que es mala diplomacia”. Lo exiliaron a Bolonia como arzobispo, pero Pío X no quiso hacerlo cardenal.
También el mismo año, justo hace un siglo, el visitador enviado al seminario de Bérgamo destituyó profesores y hasta sospechó de Roncalli (como ahora).
Con el tiempo cambian las tornas (como ahora). Giacomo se convirtió en Benedicto XV. Roncalli, en Juan XXIII. Hoy Benedicto XVI, parecido, según afirmaba el P. Kolvenbach, a Benedicto XV en timidez, humildad y esperanza (Spe salvi!), sobre todo parece coincidir con él en la importancia de lo que no dice. Y si no, recuerden sus silencios significativos en la visita a Valencia, dejando de decir lo que algunas instancias jerárquicas de la CEE le habrían querido escuchar... Estaremos atentos también a lo que dice, pero mucho más a lo que significativamente deja de decir.


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De la Strada al Stabat Mater
20.01.08 @ 23:52:59. Archivado en Mística, Japón

De la Strada al Stabat Mater

“Os seré propicio en Roma”. Así lo escuchó Ignacio de Loyola, percibiendo que la Madre “lo ponía con Jesús”. Así lo meditó el P.Arrupe ante la Virgen de la Strada. La manera de serle propicio fue la que ya el mismo Ignacio preveía en sus Ejercicios: “oprobios y menosprecios” (E. 146).
De Manila salió el P. Nicolás camino de Roma para tomar parte en la Congregación General 35 de los jesuitas, en la que ha salido elegido como nuevo Superior General: de Manila al Gólgota, primera estación de un Vía Crucis, en el que muchos jesuitas quisieran asumir el modesto papel del Cirineo.Primera estación: prendimiento en Roma. La diferencia es que aquí no ha intervenido ningún Judas.
Los jesuitas han recibido con alegría esta elección, en la línea del P. Arrupe y del Concilio Vaticano II. El Espíritu ha soplado. Cuando lo hace desde Oriente, su viento es de tifón; pero la lluvia de “agape-amor” cristiano y “karunâ-compasión” budista sabe “dulcificar” (como diría el P. Lamet) lo que supone, como en el caso de Arrupe, “una explosión en la Iglesia”.
Pero el profeta, cuando gana, pierde. Cuando lo crucifican, es cuando gana. En este momento, la frase apropiada para el P.Nicolás no es enhorabuena, porque no se trata de ningún premio. Ni “mucho ánimo” , porque no se trata de luchar contra nadie. Simplemente, “oramos contigo”, ahora es sólo el prendimiento, luego viene el Gólgota. Cuando se nuble la vista, desde esa atalaya de la cruz, donde se identifican (como en Único Vehículo del Buda) Descendimiento y Ascensión, Muerte y Vida, se entreverá que alguien permanece allí de pie: Stabat Mater...
Y a propósito de madres, una anécdota de la madre de Adolfo Nicolás. Sonó el teléfono, la voz dijo: “Le habla el cardenal Tarancón”.. Contestó doña Modesta, castellana castiza con buen humor: “Al habla la princesa de Asturias”. Responden desde el otro lado: “No, señora, que no es broma, que soy yo, Vicente Tarancón, que vengo de Manila de estar con Adolfo, le traigo un regalo de su parte.” Doña Modesta se pone nerviosa y tartamudea: “Ah, perdón señor...digo, perdón, reverencia, quiero decir, bueno, no sé si es usted reverencia o excelencia, lo que sea,...” “Tranquila, señora, su hijo me llama don Vicente y eso basta. Lo importante es que ha dado usted a la iglesia un hijo que es todo lo que necesitamos hoy. Vengo encantado de estar con él en Filipinas...” Me lo contó doña Modesta (q.e.p.d) mientras me daba a probar una deliciosa leche frita, protestando porque hacía tiempo que su hijo no venía por España. A su padre (q.e.p.d) le gustaba contar chistes malos. En cada visita nos repetía el mismo, jugando con su propio apellido (“Rico”) y el nombre de su esposa (“Modesta”) nos decía: Con un padre rico y una madre modesta, mi hijo va a heredar una mezcla buenísima. Así es, y falta que le hará ahora esa combinación de riqueza y pobreza, Poros y Penía. Menos mal que el P. Nicolás, buen imitador de Chaplin en la sobremesa de las convivencias, ha heredado el buen humor de sus padres. Eso será lo que suavice el camino de Manila al Gólgota.
La noticia de la elección del P. Nicolás, que hace años se preveía ya como futuro general, no ha sorprendido a quienes la esperaban y deseaban hacia tiempo. Ya cuando el P. Arrupe quiso adelantarse a cesar por edad, antes del golpe de su enfermedad, se hablaba del P. Nicolás como posible sucesor: abierto, pero equilibrado; profético, pero obediente; audaz, pero con discernimiento.Con inteligencia de claridad castellana, pero sin aristas (que por algo se criò en Cataluña, habla catalán y entiende de "seny").Con razón decía un amigo bloguero que a pesar de lo difícil de los tiempos, tendrían los jesuitas algún mirlo blanco en reserva... Alguien dijo hace años: “Será el siguiente Superior General, si hay un nuevo Papa”. Pero, a medida que se alargaba la vida de Juan Pablo II, muchos pensaban: “al P. Nicolás se le ha pasado la hora”. “Dios, qué buen vasallo, si oviese buen señor”, decía el Cantar de Mío Cid.
Cuando regresó de Roma, recién publicado su libro Teología del progreso (en editorial Sígueme, hoy quizás ya agotado, pidan a don Eduardo Ayuso que lo reedite), nos dió clase de escatología, centrado como su famoso maestro el P. Alfaro, en el tema "Esperanza cristiana y liberación humana" (Barc. 1972, lo traduje al japonés en 1981, para evitar malentendidos sobre teología de la liberación). El énfasis en la esperanza es un punto evangélico central,en el que estoy seguro que la sintonía con Benedicto XVI funcionará impecablemente: en lo esencial, unidad; en lo demás, libertad.


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Pioneros japoneses de células madre
22.01.08 @ 11:17:44. Archivado en Bioética

El nerviosismo prendió en los laboratorios de la Universidad de Kyoto el pasado 20 de noviembre. “Se avecina un Nobel”, decían rumores. El equipo del Dr. Shinya Yamanaka reprograma células humanas adultas de la piel, para obtener “células- madre pluripotentes”, capaces de desarrollar diversos tejidos.

Las células-madre son unas células primitivas capaces de convertirse en hasta 220 tipos diferentes de células del cuerpo humano. La perspectiva de aplicaciones, en medicina regenerativa o en trasplantes, son aliciente de estas investigaciones. La promesa de la medicina regenerativa no es la de una terapia de modelo prefabricado, sino a medida.
Intereses competitivos y terapéuticos desbordan el correo en el Instituto de Medicina fronteriza. Dos muestras al azar, entre más de doscientos e-mail, dicen: “¿Cuánto tardará la comercialización?¿Se curará mi madre?”
Hay ya de antemano escándalo ético entre quienes se oponen al uso y destrucción de pre-embriones no implantados. Al día siguiente de la noticia se hacían eco de ella Wall Street Journal y el Osservatore Romano. Bush y el Vaticano coinciden en alabar el proyecto de trabajar con células adultas. Como diría Unamuno: ¿Contra quién va esa alabanza?”. Presume Bush de coincidir con el Vaticano al rechazar la investigación con células embrionarias para proteger el comienzo de la vida. Pero ¿tiene credibilidad en la defensa de la vida el responsable de la destrucción de tantas vidas inocentes en Afganistán e Irak?
El uso electoral de la ideología político-religiosa es un tema delicado también en España. Habrá que estar sobre aviso en tiermpo de elecciones...
Según los pioneros japoneses, obtuvieron células madre a partir de células de piel, evitando la originación de tumores. Quienes hasta ayer se oponían a estas investigaciones se alegran por eludir el uso de células embrionarias. Pero, como dice el mismo Dr. Yamanaka, se abrió esta nueva posibilidad justamente gracias al estudio de células embrionarias: “Nos queda mucho por aprender. Estudiando las células-madre embrionarias, empezamos a descubrir algunos genes necesarios para que células adultas corrientes actúen como si fueran células-madre embrionarias”.
Sin caer en los extremismos de condenar a ultranza o de vender la piel del oso antes de cazarlo, hay que avanzar con prudencia en investigación y en ética. El rechazo de la investigación con células embrionarias y el excesivo entusiasmo por el éxito incierto con células adultas son sospechosos cuando provienen de motivaciones interesadas, latentes en algunas ideologías político-religiosas. En España estas investigaciones suscitan optimismo en el Ministerio de Sanidad y pesimismo en el portavoz de la Conferencia episcopal. Prefiero la vía media de los obispos japoneses que dijeron: “Que ciencia y ética, de la mano, sigan estudiando y avanzando”.

(Publicado en "La Verdad", de Murcia, el 23-I.2008)


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Tres visiones complementarias: Ratzinger, Kolvenbach, Nicolás
27.01.08 @ 03:30:17. Archivado en Compañía

La dogmática-sistemática de Ratzinger, la lingüística de Kolvenbach y la socio-pastoral de Nicolás son complementarias. Si Ratzinger es comunión y Kolvenbach comunicación, Nicolás es mediación (esa palabra tan típica de la filosofía de Paul Ricoeur).
No digo convergentes, sino complementarias. Convergencia sería demasiado forzado y redondeado. La complementaridad incluye interacción y transformación mutua. Concretamente, en el tema de la Eucaristía los tres se complementan contrastadamente.
Ratzinger rezuma herencia agustiniana y, como se vió en su primera homilía de Papa, pone en el centro de su teología la liturgia eucarística; le preocupa que la eucaristía sea auténtico sacrificium laudis e insiste en que, al confesar el credo, la doxología precede al dogma.
Kolvenbach destila por todos los poros de sus cartas y mensajes la tradición lingüística en que se formó; conciliador y dialogante, restaurador de comunicaciones bloqueadas, resalta en sus meditaciones de Ejercicios la importancia de la Eucaristía como comunicación que construye la unidad de la iglesia a la vez que la expresa.(1)
Nicolás articuló en sus clases de escatología la hermenéutica de los símbolos de Paul Ricoeur (evitando lecturas “mágicas” del bautismo o interpretaciones sesgadas de los “novísimos” en la escolástica post-tridentina) . En sus cursos del Instituto de Pastoral Asiática de Manila, en los de la Facultad de Teología de la Universidad Sofía y en el Seminario diocesano de Tokyo, renovó en perspectiva semiótica y socio-cultural la enseñanza de la teología pastoral sobre los sacramentos, acentuando la inseparabilidad de eucaristía y justicia, de actualización de la fe y compromiso social.
Llamadas a complementarse estas tres visiones, las tres han apelado (como se podría comprobar con una larga lista de citas de los tres autores) al documento más integrador producido por el Papa del siglo XX con mayor preocupación por integrar. Me refiero, evidentemente, a la exhortación Evangelii nuntiandi de Pablo VI. Para el Papa que condujo a buen puerto la nave del Concilio Vaticano II, la articulación de liturgia, credo y praxis, no como compartimentos estancos, sino triangularmente articuladas, era fundamental. La clave de esa articulación era para Pablo VI la Eucaristía, a la que llama en el citado documento “respiración de la iglesia”.
Precisamente la respiración es la gran palabra clave de la inculturación de la fe en Asia, donde la teología del Espíritu y el enfoque pneumatológico de la cristología están llamados a ser eje de integración de la inculturación, la liberación y el diálogo interreligioso.
Pablo VI propuso su visión de la evangelización en la Evangelii nuntiandi, recogiendo las propuestas del Sínodo. A la salida del Sínodo habían preguntado los periodistas a Arrupe, que respondió en el acto resumiendo intuitivamente con tres palabras: “Practicar, proclamar y celebrar” (en inglés dijo: committment, proclamation and celebration).
Con esa orientación hizo su tesis el actual arzobispo de Tokyo, monseñor Okada, que estructuró y divulgo en japonés la triple propuesta de Evangelii nuntiandi: empezar practicando, guiar hacia la proclamación y compartir la celebración; para luego salir de la celebración de nuevo a la praxis y redescubrir desde ella nuevas formas de proclamación; y como clave de este triple movimiento, el Espíritu nos hace practicar, proclamar y celebrar.
Para reactualizar en la iglesia del siglo XXI esta línea pastoral y misionera tan evangélica, será fructuosa la complementaridad dialéctica de las tres teologías citadas; la teología doxológica de comunión (Ratzinger), la teología dialógica de comunicación (Kolvenbach) y la teología escatológica y sociopastoral de mediación (Nicolás).

NOTA:
(1) Añadiré, en nota de pie de página y como gratitud al P. Kolvenbach, que la última entrevista en la Civiltá confirma su coherencia. En ella alude al esfuerzo de los teólogos en la frontera. Coincide con una de sus primeras cartas a los jesuitas, recién elegido superior general; entonces dijo que hay dos prioridades en la iglesia, promover la unidad ad intra y ser mediación ad extra; dos opciones, la unidad intraeclesial y la proyección hacia fuera en la misión. Crípticamente insinuaba entonces, sin mencionar nombres, la dualidad Juan Pablo II-Pedro Arrupe. Esa carta inspiró la reflexión sobre la necesidad de sentirse iglesia, tanto al sentir con la iglesia –prioridad ad intra-, como al disentir en la iglesia –prioridad ad extra- . Hay que agradecer al P. Kolvenbach la coherencia en mantener desde el principio al fin el equilibrio entre ambas prioridades. Me consta de dos ocasiones en que tanto el P. Kolvenbach como el entonces Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, cardenal Ratzinger, pusieron en práctica este equilibrio en la manera de tratar un texto teológico controvertido).


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Comunión de divorciados vueltos a casar
30.01.08 @ 12:57:32. Archivado en Bioética

Con motivo de la información aparecida en los blogs sobre la negación de la comunión, en Córdoba, a una persona divorciada vuelta a casar por lo civil, me parece oportuno recomendar la siguientes lecturas:

José María Díaz Moreno, Actitud cristiana ante los divorciados, Revista de espiritualidad, junio, 2001 (Véase también en Sal terrae, 1999).
Marciano Vidal, Para una normalización de los divorciados vueltos a casar, Selecciones de Teología, 2007

Escribe Díaz Moreno: “No se les puede negar la comunión cuando se acercan a recibirla, salvo casos extremos de grande y evidente escándalo y tras las moniciones pertinentes por quien tiene derecho a ello. La presunción es que cuando se acercan a comulgar conocen y aceptan esa disposición de la doctrina y disciplina de la iglesia, por ello, de suyo, nadie tiene derecho a escandalizarse de verlos comulgar. Cuando se nos pregunte sobre la doctrina habrá que declararla íntegramente. Pero ahí termina nuestra actuación en el fuero externo. Todo lo demás pertenece al fuero interno de sus respectivas conciencias...No puede decirse que es contraria a la doctrina de la iglesia toda solución en el fuero interno. Lo sería si el Papa en vista de la situación objetiva de no plena comunión con la iglesia hubiese exigido perentoriamente y siempre, la separación de los católicos divorciados y casados por lo civil. Pero no lo ha exigido


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Divorciados y comunión:prestigioso canonista puntualiza
01.02.08 @ 19:13:08. Archivado en Bioética

El artículo del prestigioso canonista P. José María Díaz Moreno, en el artículo(denso y exacto, pero claro y divulgador)que cité en el post anterior, a la vez que reproduce fielmente los documentos eclesiásticos, puntualiza para evitar exageraciones.

Daré la cita exacta:
José María Díaz Moreno, Actitud cristiana ante los divorciados. Anotaciones personales, Sal Terrae, 1999, pp. 543-553 (Hay versión en catalán de la conferencia original, ver en Internet el Catalog Dou...)
Véase también, del mismo autor: Uniones irregulares y actitud cristiana, en : Razón y Fe, 204 (1981), 550-561

“Tras la publicación de la Familiaris consortio, dice Díaz Moreno (Art. Cit. Sal Terrae, p. 552), y, de manera especial, después de la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, como respuesta a la de los obispos alemanes del Rhin Superior, se ha negado generalmente la posibilidad de aplicar cualquier tipo de solución en el fuero interno, por no estar de acuerdo con la doctrina católica. Creemos sinceramente que hay que hacer algunas precisiones sobre el modo de entender esa expresión –solución en el fuero interno- y esa contradicción con la doctrina católica. Porque, apoyados en el texto de Familiaris consortio (de Juan Pablo II), opinamos que no puede excluirse una solución que pertenece de lleno al fuero interno de la conciencia, al que, en definitiva, se remite”. Justifica esta afirmación el autor en las dos últimas páginas del citado artículo.

Para no convertir el post en una clase aburrida, permítanme una anécdota. Un obispo de tierras de misión nos contó que, en el Sínodo sobre la familia que precedió al documento Familiaris consortio (de Juan Pablo II), expresó su opinión sobre no negar la comunión, abochornándoles en público en determinadas ocasiones, a personas divorciadas vueltas a casar. Lo dijo suavísima y tímidamente, pero a la salida del aula sínodal se le acercaron varios cardenales de la Curia para “reñirle por haber dicho eso”. La misma tarde le telefonearon varios obispos europeos para invitarlo a cenar y le dijeron: “Gracias por haber dicho lo que muchos obispos occidentales no se atreven a decir. Estas cosas tenéis que seguir diciéndolas los que venís de allí, a ver si algún día cambian”. Lo contaba con pena y humor a la vuelta del Sínodo diciendo: “Siento que no nos van a hacer caso, pero seguiremos diciéndolo”.


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Uso electoralista del tema "pro-vida"
03.02.08 @ 03:36:11. Archivado en Bioética

Hemos escuchado recientemente a los obispos andaluces (reunidos en Córdoba para su CX Asamblea) declarar el 23 de enero pasado su preocupación por el voto católico en las elecciones.

Subrayaban los obispos la importancia de «la tutela de la vida desde su concepción hasta su fin natural, y el apoyo a la familia y al matrimonio basado en la unión entre el hombre y la mujer». Ponían en guardia frente a programas presuntamente amenazadores para el comienzo o el fin da la vida humana y afirmaban que «los proyectos, más o menos explícitos, de ampliar la ley del aborto o de abrir el camino a la eutanasia, deben ser claramente rechazados en el plano cultural y político». Apelaban a la necesidad de evitar «la tentación de manipular a la sociedad».

No entraré aquí a comprobar si sus sospechas y presunciones se confirman o no con la lectura de tal o cual programa de partido. Tampoco cuestionaré dos de sus principios, con los que será más fácil que coincidan personas de diversas pertenencias políticas: proteger la vida y no manipular a la sociedad. Pero me pregunto: ¿No se hace a veces un flaco favor a la vida al usar argumentos pro-vida por intereses electorales? ¿No se manipulan a veces los argumentos pro-vida para favorecer a determinada oposición política? Mientras unos recomiendan al líder de la oposición que aprenda de Sarkozy, ¿hay otra asesorías aconsejando al episcopado entrar en campaña?

Para pensar el tema más en frío, nos puede ayudar contemplarlo en cabeza ajena. El caso del triunfo de Bush en las elecciones del 2004 da qué pensar sobre peligrosas cohabitaciones de la ideología política con la religiosa. Lo cuestionaba muy atinadamente la teóloga Lisa S. Cahill en un estudio sobre el papel desempeñado por la teología en los debates públicos sobre bioética (David E. Guinn, ed., Handbook of Bioethics and Religion, Oxford University Press, 2006, p. 38).

Las estadísticas antes y después de las elecciones ponían de manifiesto que una gran parte de la ciudadanía norteamericana apoyaba por aquellas fechas la propuesta de Kerry de buscar un mayor consenso internacional en el tema de la guerra de Irak. También parece ser que una gran mayoría estaba a favor de su promesa de reforma del sistema de política sanitaria. Igualmente encontraba eco en el electorado la promesa de revisar las cargas fiscales para que no resulten tan perjudicadas las clases medias. Era bien conocido que el candidato Bush rechazaba estas políticas, que habrían favorecido a una gran parte de votantes. Sin embargo, la balanza se inclinó a su favor. Eso sí, con poca diferencia del contrincante, lo cuál ya es sintomático. Es importante subrayar que entre los elementos decisivos para deshacer el empate, jugó un papel importante la apelación a la ideología religiosa.
Lisa S. Cahill es una profesora de ética, de reconocido prestigio en temas de bioética y de justicia. Precisamente en el debate sobre investigación con células embrionarias ha insistido repetidamente en evitar que se polaricen las discusiones en torno al tema del estatuto de la vida en la etapa de pre-embrión, porque le preocupa llevar el debate al terreno de los intereses político-económicos implicados. Cuando estaba comenzando la controversia sobre estas investigaciones, diagnosticaba ella la situación y enfocaba la cuestión, no en discusiones abstractas sobre el comienzo de la vida, sino «en humanizar la vida en una época en que están tan entrelazadas las instituciones médicas y las económicas» (América 26-3-2001).

Coherente con esa postura, denunció esta teóloga la manera en que el equipo propagandista de Bush orquestó la campaña mediante la manipulación de la identidad religiosa del electorado para favorecer al candidato republicano. Cuidaron mucho de que apareciera en contextos religiosos, levantando la bandera de la oposición al aborto y al matrimonio homosexual, exaltando valores familiares y voceando su oposición a los experimentos con células embrionarias, al mismo tiempo que mezclaba en un cóctel de muchos grados el militarismo y la luz verde a un comercio sin trabas, incluido el campo de los servicios sanitarios. Se movilizaron grupos religiosos para apoyar su campaña, consiguiendo apelar al sentimiento religioso, tanto de protestantes y católicos como de judíos. El bloque de presión etiquetado con el eslogan de neo-con o neoconservador iba a conseguir para Bush mejores resultados que en las elecciones previas a su primer mandato.

Pues bien, cuando se aproximaba el momento decisivo, entraron en campaña los obispos norteamericanos aireando las argumentaciones pro-vida. ¿Lo hicieron por propia iniciativa, o por recomendación de más arriba, o simplemente cayeron con buena voluntad en la trampa de hacer un flaco favor a la vida con la intención de protegerla? De hecho, todavía hoy seguimos viendo las consecuencias desastrosas del desatino de la invasión de Irak para tantas vidas inocentes. Más aún, denuncia la citada profesora, «la administración que salió de aquellas elecciones, al mismo tiempo que se opuso a la investigación con células embrionarias y a ampliar el alcance más justo del sistema de sanidad para toda la ciudadanía, fue paradójicamente la misma que favoreció los intereses empresariales, que apoyan la financiación privada de las citadas investigaciones con fines lucrativos».

Ahora, tras haber proyectado este flash back de mano de la profesora de ética tan conspicua, vuelvo la mirada a nuestro país, en vísperas de elecciones y releo la declaración de los obispos andaluces. Me pregunto inevitablemente, como Cicerón en los tribunales: Cui bono erit?, es decir, «¿A quién favorece? ¿Quién sacará tajada de esto?» La respuesta, en forma también de pregunta: ¿Vamos a caer aquí en la misma trampa del uso electoralista de argumentos pro-vida?

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 3-II-08)


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Parábola budista para Cañizares y Zapatero
04.02.08 @ 00:28:12. Archivado en Conferencia episcopal

Animado por el comentario de Carmen Bellver al post anterior, evoco la narración budista del matrimonio celoso. Lo cuenta una conocida parábola de las escrituras Theravada. Érase una vez un matrimonio sin hijos, casados por conveniencia pero bien avenidos.

Estaban cenando y faltó agua. Se levanta la esposa, va a la cocina y, al abrir la tinaja, lanza un grito sorprendida al ver una hermosa joven agazapada en su interior. Vuelve indignada e increpa al marido. ¡Qué desfachatez, me engañas y escondes a tu amante en la tinaja de la cocina! El marido perplejo va a la cocina, abre la tinaja y descubre agazapado en su interior a un joven de buena apariencia. Pasa de la perplejidad a la ira contra su mujer. ¡La embustera eres tú, que has escondido a tu amante en la tinaja de la cocina! Pasan de las palabras a las bofetadas. Un bonzo que lo oye desde la calle entra en la casa a poner paz y les pregunta la causa de la riña. "Es el amante escondido en la tinaja". "Es la amante escondida en la tinaja". El bonzo sonríe, coge la pesada piedra del fogón y la estrella contra la tinaja haciéndola añicos. Se derrama el agua inundando la cocina, pero no aparece ningún fantasma de amante por ninguna parte. La pareja había visto en el espejo del agua su propio rostro.

Solamente un 80 por ciento de la parábola se aplica a Cañizares y Zapatero. El otro 20 por ciento no se puede aplicar, porque se enfadarían con el piropo de “hermosos y bien avenidos” y no querr'ian ser vistos como pareja de hecho...

¿Cuando llegará el día en que los partidos políticos, en vez de descalificar al contrincante se limiten a exponer con contenidos su propio programa y dejen de ver su propio rostro en el espejo del otro, sin presupossiciones, ni indignaciones, sin iras ni descalificaciones? ¿Cuando triunfará el talante utópico del diálogo sobre la lacra cultural celtibérica de la crispación?


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Afrontar riesgos o evitar peligros

05.02.08 @ 13:30:47. Archivado en Compañía, Religion y sociedad

Son dos talantes distintos; el talante miedoso de “profetas de desastres” (como fue en sus días el cardenal Ottaviani, o sus sucesores actuales, algunos más pesimistas aunque mucho menos conspicuoss que él) y el talante audaz de “escuchar y otear los signos de los tiempos” (como hicieron en sus días Juan XXIII, Suenens, Lercaro, Tarancón, Díaz Merchán, Jubany y tantos otros después como Martini y un larguísimo etcétera, en el que últimamente faltan nombres españoles).
Desde vanguardia y en la frontera se afrontan riesgos. Desde el castillo central se piensa en evitar peligros. Una anécdota de la Congregación General 32 de los jesuitas, en 1975, ejemplifica estas dos actitudes y las mentalidades correspondientes. En la edición bilingüe oficial del texto de su decreto cuarto, titulado “Sobre nuestra misión” (original, en francés; posteriormente vertido al latín), se hablaba de la inserción en el mundo actual, diciendo que debemos “affronter les risques”, “afrontar los riesgos”. La versión latina traducía: “ad vitanda pericula”, es decir, “para evitar los peligros”. Va cierta diferencia de talante: de afrontar riesgos a evitar peligros...
Le decía, con cierto miedo, Pablo VI al P. Arrupe: “Sigan en primera línea afrontado riesgos, pero eviten pasarse al enemigo”. Y el P. Arrupe interpretaba con optimismo y esperanza: “Nos ha dicho el Papa que llevemos cuidado de no pasarnos al enemigo, pero que no dejemos de estar en primera línea afrontando riesgos”. Según lo que se ponga antes o después del “pero”, cambia el talante y el sentido.
Sobre los “riesgos” escribía así el P.Kolvenbach diez años después, en 1985: “Sin duda todas las misiones que la Iglesia nos confía –anunciar en un mundo alejado de la Iglesia el amor de Dios manifestado en Jesucristo, mediante el compromiso social y la inculturación, el diálogo y el ecumenismo, la investigación teológica y las experiencias pastorales- comportan riesgos, que han de ser asumidos en el cumplimeinto de esas misiones; incluso exigen también iniciativas que se prestan a la incomprensión. Reconozcamos ahí una razón más para verificar sin cesar en el cuerpo apostólico mismo de la Compañía nuestras misiones de vanguardia y para hacer percibir en la Iglesia misma que vivimos una auténtica misión, un envío de la Iglesia. Esta apertura misionera a un mundo alejado de la Iglesia o alérgico a ella no será siempre comprendida por los movimientos eclesiales, para los que la prioridad epostólica es, ante todo, o exclusivamente, el robustecimiento de las estructuras eclesiásticas o la reunión únicamente de los fieles” (Carta del 3-III-1985, sobre la recepción de la Congregación General 33).
Hoy, en el 2008, son otros y mayores los riesgos. Confiemos en poder afrontarlos con esperanza y fidelidad creativas.
También a la hora de votar en unas elecciones hay que elegir entre afrontar riesgos o evitar peligros...


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Talante de convivencia y espiritualidad interreligiosa
07.02.08 @ 02:27:39. Archivado en Japón, Religion y sociedad

Está ya a la venta el libro de conversaciones entre un laico budista y un católico jesuita (Juan Masiá y Kotaró Suzuki, El Dharma y el Espíritu, PPC, 2008, 153pp.), con el siguiente contenido:

1. Muchos nombres, un Misterio
2. Muchas peregrinaciones, un Camino
3. Varias apariencias, una Realidad
4. Varias marchas, un Vehículo
5. Diversos reflejos, una Luz
6. Diversas Epifanías, una Vida

Son unas conversaciones entre un cristiano y un budista, en las que no se trata de que el primero convierta al segundo a la fe en Jesús, ni de que el budista consiga que el cristiano se haga un seguidor del Buda, sino de que ambos se transformen y se ayuden mutuamente para convertirse al misterio del Espíritu, que actúa en todas partes.
El cristiano habla naturalmente del Espíritu de Jesús, y recuerda la necesidad de dejarse guiar por Él y respirar en Él: «En Él vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17,28). El budista habla del Dharma como la expresión de la verdad que iluminó a Gautama Shakamuni -el Buda-, la Vida en toda su inmensidad y hondura, pero sin forma, más allá de todo espacio y tiempo; una Vida que lo llena y lo empapa todo, que no cesa de actuar, que todo lo vivifica.
Son encuentros a mitad de camino entre los peregrinantes, con el objetivo de seguir avanzando juntos hacia una meta que desborda a ambos y de la que ninguna religión tiene monopolio absoluto.
Se trata de que las religiones cooperen de cara a la paz mundial con talante de convivencia y diálogo sin crispación, que sean capaces de convivir autocriticándose y dejándose transformar mutuamente, que cooperen de cara a la comunión de la humanidad, y el encuentro de culturas y civilizaciones, fomentando juntas la superación de toda clase de violencia, apoyando y mediando en procesos de pacificación y la construcción armónica dc la ciudadanía.
Y se trata, además y sobre todo, de poder estar en comunión en el silencio contemplativo, para que el Misterio que penetra, envuelve y desborda a todas las religiones nos conduzca a una espiritualidad más allá de todas ellas.
Kotaró Suzuki ha sido responsable de una comunidad budista de la Asociación Budista Seglar Kôseikai, en Nerima (Tokyo). Actualmente es el Director de la Sección Internacional de dicha Asociación. El fundador, N. Niwano, fue observador budista en el Concilo Vaticano II y se entrevistó varias veces con Pablo VI y Juan Pablo II.
Desde su fundación, este grupo budista no quiso encerrarse estrechamente en el interior de una comunidad, templo o iglesia, sino caminar con la comunidad local del barrio, conectando con movimientos cívicos para promover desde el propio barrio la cooperación y educación ciudadana por una sociedad más saludable.
K. Suzuki ha colaborado en la obra colectiva 50 cartas a Dios (2007, 4ª ed.), editada por PPC.


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Subir cuesta abajo
07.02.08 @ 14:44:31. Archivado en Conferencia episcopal, Religion y sociedad

En el colegio de los Maristas de Murcia nos exigían practicar la redacción desde Ingreso. Toda la vida se agradece. Escribías un cuento de dos páginas y el lápiz rojo del maestro te restaba puntos, añadiendo acentos y quitando lo que sobraba.

A mí me hizo amar el estilo el Hermano David (Victorino,¡Qué gran educador!). Me reprendió por escribir que había ido de excursión “subiendo por un sendero monte arriba” y que al volver a casa ya no me quedaban fuerzas para “subir escaleras arriba” hasta el tercer piso de mi viviendo. El lapicero rojo tachó lo de “arriba”. “Si subes, decía el comentario, no va a ser hacia abajo”. Y mira por donde, aprendimos a nuestros doce años lo que significa redundancia y pleonasmo (¡qué magia del lenguaje empapaba estos vocablos de resabio latino y griego!).

Así es en estilística, pero no en cuestión social. Cuando llegamos al curso que entonces se llamaba pre-universitario nos tocó estudiar durante un año la doctrina social de la Iglesia. Desde León XIII hasta Pío XII (era todavía el año 58, antes del Concilio) nos enseñaban a mirar hacia abajo: ¡Hacer justicia al mundo obrero! Dos décadas después, ya de jesuita en Japón, recibía el impacto de la Asamblea de Medellín y luego de la Teología de la liberación. Mi compañero el Maestro de novicios P. González Buelta, luego Superior en Cuba, hablaba de “bajarse al pobre”.

Para subir a Dios, hay que bajarse, para trascender hay que “tras-descender”, para comprender (en inglés understand) hay que ponerse debajo (en inglés: under-stand), para prolongar el movimiento que empezó Jesús, hay que dejarse evangelizar, como dice A. Pieris (cf. El Reino de Dios para los pobres de Dios,), por el sector social más desfavorecido, discriminado, manipulado, explotado, oprimido o “injusticiado”.

A la hora de buscar el Reinado de Dios, es decir, el mundo justo, fraternal y sororal, tal como Dios lo desea, hay que subir cuesta abajo, trepar cuesta abajo, ascender cuesta abajo... Y a la hora de votar: habrá que "votar desde abajo”.

Lástima que no hayan añadido esa línea los obispos en su nota sobre las elecciones. Les habría salido tan evangélica, tan jesuánica, tan católica y tan pertinente para la situación actual en el estado español...


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La Nota (CDF) sobre Evangelización, leída en compañía interreligiosa
10.02.08 @ 10:21:48. Archivado en Japón

La CDF (Congregación para la Doctrina de la fe) publicó el 3-XII-07 una “Nota doctrinal acerca de algunos aspectos de la evangelización”. Contiene algunas frases citables junto a otras controvertidas; dice “sí, pero no” y “no, pero sí”, consabida retórica curial. Pero alguna frase aprovechable ayudó en el encuentro interreligioso.

“Más que un diálogo interreligioso, un encuentro de creyentes de diversas religiones. Más que debates teóricos o polémicas dogmáticas, encuentros en el camino para seguir caminando juntos hacia una meta común. Cada participante profundiza su fe y deseamos que el mundo despierte a la religiosidad auténtica”, decía el Dr. Suzuki, budista de Koseikai (Véase su pensamiento en el libro El Dharma y el Espíritu, PPC, 2008, recién publicado).
“La tradición japonesa de coexistencia de religiones diferentes tiene luces y sombras”, decía el Dr. Komine (Vice-Rector de la Universidad budista Taisho, en Tokyo).
El Dr. Motoyama, representante de nuevas religiones, se interesaba por el Zen y los Ejercicios ignacianos.
El P. Amorós, director del Centro de espiritualidad S.J., y el hermano jesuita A. García, subrayaban la necesidad de que oren juntas las religiones reunidas aquí, en la Asamblea mensual interreligiosa de Nerima (Tokyo).
Nuestra reunión de diciembre coincidía con la publicación de la Nota de la CDF sobre evangelización, que apoya “el proceso humano de diálogo, de anuncio y de aprendizaje” (n.7).
Era oportuno presentar la parte más aprovechable de su mensaje, dejando entre paréntesis las otras partes, para no escandalizar a las otras religiones y evitarnos a nosotros mismos vergüenza ajena a causa de la retórica dicasterial.
Dicen así sus mejores párrafos: “El Espíritu Santo produce afinidad y acerca los corazones a la verdad (n.4)... El Espíritu Santo es el protagonista de la inculturación del Evangelio, es el que precede, en modo fecundo, al diálogo entre la palabra de Dios, revelada en Jesucristo, y las inquietudes más profundas que brotan de la mutiplicidad de las personas y de las culturas. Así continúa en la historia el acontecimiento de Pentecostés...” (n.6).
Año nuevo, misión nueva. Las religiones hermanas pueden evangelizar juntas, unirse para llevar al mundo, en una nueva misión conjunta, la buena noticia del redescubrimiento de la espiritualidad.

(Publicado en Vida Nueva, 11 de febrero, 2008)


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Fe y buen humor vs. cinismo y crispación
15.02.08 @ 11:40:29. Archivado en Japón, Religion y sociedad

Le enseñé al señor SUZUKI fotos de una revista católica en las que aparecen caras adustas de ortodoxia religiosa con gestos enfadados y entrecejos fruncidos. Se sonrió, como un Buda, diciendo:”¿Será que no tienen fe?”. Recoge la escena el párrafo siguiente de nuestras conversaciones:

Masiá. Me da la impresión de que el Buda cuenta sus parábolas con cierta sonrisa traviesa en sus labios.
Suzuki. Claro, comprende y acoge nuestra fragilidad. Y también nosotros sonreímos al descubrir la estratagema. La sonrisa acompaña siempre a la iluminación. Quien cree, sonríe.
M. Pero hay creyentes que no sonríen, ponen cara enfadada para condenar a los demás y se ponen tensos al hablar de religión.
S. Será por falta de fe, no será auténtica su religiosidad.
M. Pero son personas presuntamente espirituales, con rostro adusto y suspicaz.
S. Será que les falta espiritualidad. Nuestro fundador Niwano estaba siempre sonriente.
M. En mi país se ha hecho célebre el fenómeno de la crispación, tanto en políticos como en dirigentes religiosos.
S. Si se crispa el político, señal de que no tiene ideas. Si se crispa el religioso, señal de que le falta fe.
M. Me deja usted sin palabras, señor Suzuki.
S. La crispación conlleva oposición y enfrentamiento: trazamos fronteras y lindes, distinguimos entre nosotros o nosotras y ellos o ellas, entre el ser humano y la naturaleza, entre los pueblos y naciones. En el mundo de la iluminación se diluyen todas las divisiones y dualidades. Por eso es posible sacar bien de todo, de la luz y de las tinieblas.
M. Pero hay quienes sospechan de esta visión de la vida, por parecerles que no hay lugar para la responsabilidad, ni para distingir bien y mal. Esta objeción la he escuchado en Occidente al hablar sobre el budismo.
S. No es así. Recuerde lo que dijo usted en otro momento: Ni dualismo, ni panteísmo. En el dualismo se le echa la culpa a las otras personas, supuestamente culpables. En el panteísmo se le echa la culpa a la divinidad. Pero en la unidad, ni dual ni panteísta, del budismo o del cristianismo hay lugar para la sana culpabilidad y responsabilidad.

(Del libro El Dharma y el Espíritu. Conversaciones entre un budista y un cristiano, PPC, 2008, cap. 5).


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¿Con el César, con la iglesia o...con el pueblo?
16.02.08 @ 02:30:07. Archivado en Conferencia episcopal, Religion y sociedad

Cuestionaba Emilioo J. Soriano (La Verdad 31, enero, 2008) que los obispos “reaviven fantasmas anticlericales” e invitaba a revisar las relaciones Iglesia-Estado dando “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Semejante alusión hacía Antonio Papell al día siguiente. Coincido con ambos en repensar, en vísperas de elecciones, la frase de Jesús sobre Dios y el César.

La citan dictaduras de derechas para hacer callar a las iglesias cuando denuncian violaciones de derechos humanos o predican el no a la guerra. “No se metan en política”, dicen. La repiten las democracias ante presuntas ingerencias religiosas en lo civil. Prefieren iglesias que solo recen, sin hablar de cuestión social. Pero tampoco las iglesias están libres de pecado. Bien lo dijo Mosén Soler, el abad de Monserrat, tras la Nota de la Conferencia episcopal ante las elecciones: " Ningún proyecto contingente, de carácter sociológico o político, puede pretender la exclusividad de representar el Evangelio... En nuestra sociedad plural, los miembros de la Iglesia no podemos pretender ningún monopolio".
Hay malentendidos en la misma comunidad practicante. “Pusimos, decían, la crucecita en la casilla de la iglesia para la declaración la renta y pagamos a Hacienda sin defraudar. Cumplimos con Dios y el César, con la ética civil y con la moral de la iglesia”. Incorrecta afirmación, porque no es cuestión de dar un poco a cada uno, al estado y a la iglesia. Tan error sería identificar a Dios con la iglesia como identificar a la ética civil con el estado. Si un estado impone tasas injustas; habrá que protestar. Si una iglesia administra mal las finanzas, tendrá que ser denunciada.
Entendamos bien el dicho sobre Dios y el César: que el estado no privilegie a una confesionalidad discriminando a otras; que no se entrometa en el régimen interno de ninguna de ellas, salvo circunstancia de perjuicios a terceras partes; que las iglesias respeten la constitucionalidad y aconfesionalidad del estado. Pero sin que dejen de interesarse, tanto iglesias como gobiernos, por el bien común, la dignidad y derechos de toda la ciudadanía. Si una iglesia infringe derechos humanos, será denunciada ante los tribunales como cualquier miembro de la sociedad. Y si un gobierno actúa injustamente, la ciudadanía -incluídas las iglesias- ejercerá su derecho a oponerse. Estos temas deberían aclararse bien al estudiar la asignatura de educación para la ciudadanía.
Dijo monseñor Sebastián que algunos prefieren ver a la iglesia calladita. Respondió la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, que la Iglesia "debe manifestarse con respeto" sobre aspectos del ámbito de decisión de Gobierno y Parlamento, y que "la democracia no necesita tutelas morales". Por ambas partes un punto razonable y otro exagerado. El problema no es si las iglesias deben hablar o callar, sino cuándo, cómo y acerca de qué hablan. Cuando Juan Pablo II gritó su “no a la guerra”, Bush creía que el Papa calladito estaba mejor. Los obispos japoneses siguieron al Papa y levantaron la voz para decir su “no a la guerra”, como también ahora están diciendo, de cara al G-8, su no las injusticias de la globalización. No así los obispos norteamericanos, condescendientes con Bush. Buena parte del episcopado en el estado español también fue timorata ante el desatino del trío de las Azores. Sin embargo, quienes no se manifestaron contra la guerra o el hambre, sí lo hicieron apresuradamente para defender de presuntas amenazas a la familia u oponerse a la educación para la ciudadanía. Apelaron entonces al lema: “a Dios y al César lo suyo”.
Pero las dos partes de esa frase (“a Dios lo suyo” y “al César lo suyo”) no son simétricas. Probemos a leer la frase sustituyendo Dios y César por el pueblo: “al pueblo lo que es del pueblo”. Tanto el César (o los gobiernos) como las iglesias están obligados a devolver al pueblo lo suyo, su dignidad y sus derechos. Tal fuerza tenía la frase de Jesús. Dios se identifica especialmente con el pueblo desfavorecido, oprimido, empobrecido, manipulado, o “injusticiado”. Dice el texto original: “devolved”, es decir, retornad lo robado. Si roba un gobierno o una iglesia (¡ninguno está libre de pecado!), habrá que devolver al pueblo lo que le arrebataron.
Así lo expresó la teología de la liberación corena, la teología minjung, es decir, del pueblo. En el evangelio según Marcos, la palabra “pueblo” (okjlos, en griego) designa al pueblo oprimido de Galilea. Contrasta con la palabra plethos, que designa a las multitudes en general. Lo entendió bien el poeta coreano Kim Chi Ha. Encarcelado en 1976, bajo la dictadura de Park, como disidente; comparó al pueblo coreano oprimido con el Cristo doliente. En su pieza El Cristo de corona dorada, un leproso se encuentra con Cristo en prisión. Jesús le pide que lo libere para que él, a su vez, pueda liberarlo. Poniéndose de parte de los oprimidos, se le quita al Cristo su pesada corona de oro y se le libra de la mordaza que no le permitía hablar. Al hacerlo así se está devolviendo al pueblo y a Dios lo suyo.
Si los obispos, beligerantes en campaña electoral a favor de un presunto centro derecha meditasen el evangelio con este enfoque, verían que han perdido la ocasión de callarse. Por otro lado, si lo meditasen quienes tienen auténtica preocupación por la justicia social, cuestionarían la autenticidad de un presunto centro izquierda que traicionase su compromiso con el pueblo. ¿Qué alternativa me queda, como ciudadano y como creyente? Optar por aquellas izquierdas que lo sean de verdad y pedir que lo practiquen.

(Publicado en "La Verdad", de Murcia, el 16, febrero, 2008)


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Pluralismo político cristiano
27.02.08 @ 08:09:13. Archivado en Conferencia episcopal

La Nota de la Comisión Permanente de la CEE ante las elecciones parte, en su número uno, del criterio siguiente: “orientar el discernimiento moral que es necesario cuando se toman decisiones que han de contribuir al pleno reconocimiento de los derechos fundamentales de todos y a la promoción del bien común”.
Se ha discutido y controvertido: ¿Se limita la Nota a orientar el discernimiento o va más allá y se pasa?
Comparemos la diversidad de opciones políticas con el arco iris. Desde el rojo y anaranjado al violeta, pasando por el amarillo, verde, etc… la gama es amplia. En los dos extremos del espectro luminoso estarían el blanco y el negro. Si hubiese un partido político que encarnase al cien por cien el ideal del bien común, lo designaríamos con el color blanco. Si hubiese un partido político que propugnase hitlerianamente la violación de los derechos fundamentales, lo designaríamos con el color negro.
Hoy, en nuestro país, no se da ninguna de esas dos circunstancias. No podrían decir los obispos: “Voten al blanco”, porque no existe un blanco cien por cien (Además, aunque lo hubiera, no es su papel recomendarlo). No podrían decir los obispos: “No voten al negro”, porque no lo hay. Y entre el rojo, anaranjado, amarillo, etc., no pueden decir (ni tampoco insinuar) que votemos a uno determinado, porque en ese caso se saldrían de su papel, que es, como dicen en el número 1 de la Nota, “orientar el discernimiento”.
Protagonistra de ese discernimiento es la comunidad cristiana. Como escribía Pablo VI en Octogesima adveniens : “”A las comunidades cristianas toca discernir, con la ayuda del Espíritu Santo, en comunión con los obispos responsables, en diálogo con los demás hermanos/as cristianos/as y todas las personas de buena voluntad, las opciones y compromisos que conviene asumir para realizar las transformaciones sociales, políticas y económicas que aparezcan necesarias con urgencia en cada caso” (n.4).
Como consecuencia de ese discernimiento surgirá una pluralidad de opciones en la comunidad cristiana: “En las situaciones concretas y habida cuenta de las solidaridades vividas por cada persona, es necesario reconocer una legítima variedad de opciones posibles. Una misma fe cristiana puede conducir a compromisos diferentes” (n.50).


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¿Hecatombe o cambio cultural?
29.02.08 @ 12:20:03. Archivado en Conferencia episcopal, Religion y sociedad

Ante las elecciones no faltan profetas de desastre que digan: ¡Viene la hecatombe! Lo que tiene que venir, con unos o con otros, es el cambio cultural, para que la transición inacabada apruebe su asignatura pendiente.
Cuando murió Franco los profetas de desastres anunciaron: “Vendrá la hecatombre”. Pero no vino la hecatombe. Se dio el primer paso de la dictadura a la democracia.
Cuando subió al gobierno el PSOE, con Felipe González, repitieron los profetas de desastre: ¡Que viene la hecatombe! Pero no vino la hecatombe. Se dieron nuevos pasos de cambio en el país.
Vino luego la alternancia de partidos, subió Aznar, cayó Aznar, subió Zapatero. La alternancia era posible en este país. Pero repitieron los catastrofistas (esta vez con coreados por las mitras): ¡Que viene la hecatombe!. Sin embargo, la hecatombe no vino.
Lo que tendría que venir y no llega, después de la transición política, es la transición cultural, el cambio cultural profundo que nos haga soltar de una vez el lastre de siglo XIX, el cambio de la cultura de la crispación a la de la convivencia.
Perviven los defectos que denunciaba Unamuno en nuestro país: intolerancia, envidia, maniqueísmo, descalificación mutua, falta de matices, manía cartesiana por las ideas claras y el dogmatismo de sí o no, blanco o negro, agresividad, espíritu inquisitorial, fanatismo, incapacidad para el diálogo, en una palabra: guerra civil.
No hemos superado un pasado, añorado por los extremismos políticos y religiosos. Hay que pedir que el gobierno que salga de las elecciones, sea el que sea, apoye ese cambio cultural con visión de estado. Esta es la cuestión de fondo, verdaderamente preocupante, sobre la que no encontramos ni una sola línea en la Nota de la Conferencia episcopal ante las elecciones.


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La transición incompleta
02.03.08 @ 08:51:41. Archivado en Conferencia episcopal

Después de Fidel Castro, ¿cambio, continuidad o compromiso? Al diagnosticar la circunstancia política cubana en el momento actual, los tertulianos de turno intercambiaban conjeturas sobre posibles escenarios para la transición. En semejantes debates es tentadora la referencia al llamado caso español y las alusiones al desarrollo de nuestra transición. Suele darse por supuesto que nuestro país aprobó ya esa asignatura hace más de tres décadas. Pero ¿estamos seguros de que es así?

En la presentación del libro de Juan Luis Cebrián y Felipe González, El futuro no es lo que parece, se analizaba y valoraba el proceso de consenso y el moderador del diálogo, Héctor Aguilera Comín, resaltaba la necesidad de una «cancelación del pasado» (El País, 27-II). Pero la valoración del proceso de cambio en nuestro país es ambivalente y se dividen las opiniones sobre su logro. «La transición se cerró en falso», escribía ese mismo día Manuel Buitrago (La Verdad 27-II). En efecto, un cuarto de siglo después del período de cambios que siguió a la muerte de Franco cabe cuestionar: ¿no está aún incompleta la transición a estas alturas?

Es muy difícil diagnosticar los cambios culturales a la vez que se está sumergido e implicado en ellos. Falta perspectiva histórica. La metáfora que usan los antropólogos es el intento de analizar un alud de nieve que nos arrolla. ¿Cómo analizar la dirección y velocidad de la avalancha mientras se está siendo arrastrado por ella? Otra cosa sería filmar el fenómeno desde las alturas, por ejemplo, desde el ángulo de visión de quien sobrevuela en helicóptero la montaña nevada. Apliquemos la metáfora a la observación de los cambios sociales y culturales del propio país vistos desde fuera y a distancia. La coyuntura histórica de la realidad del país se percibe de un modo peculiar por la ciudadanía residente en el extranjero que a la hora de las elecciones vota por correo. Contemplar la tierra patria a vista de pájaro tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por eso, no se atreve uno a dictaminar; pero sí a plantear interrogaciones. ¿Estamos seguros de que se consumó la transición y pasamos página definitivamente? ¿O la presunta transición es una sinfonía incompleta?

En las últimas tres décadas se ha podido dar la bienvenida en nuestro país a tres transiciones políticas, pero me parece que queda por hacer una cuarta transición más difícil y lenta que las anteriores por tratarse de una transición cultural. Esta cuarta transición sigue siendo, hoy por hoy, asignatura pendiente.

Cuando murió Franco los profetas de desastres se apresuraron a anunciar: «Vendrá la hecatombre, se hundirá el país». Pero ni vino la hecatombe ni se vino abajo el país. Se pudo dar el paso de la dictadura a la democracia. Esa fue la primera transición. Cuando, después de Suárez, subió el partido socialista al poder con Felipe González se oyeron de nuevo vaticinios pesimistas de desastre. Ahora sí que auguraban la hecatombe. Pero no ocurrió la hecatombe. Era la segunda transición y seguía cambiando el país. A medida que iba quedando desactivada la tentación del golpismo, se consolidaba el presunto cierre de la transición. Sin embargo, no faltaban voces de mal augurio que sentenciaban: «En este país no puede darse alternancia de partidos en el poder, sería ingobernable». Pero una vez más se equivocaron las predicciones catastróficas. Se produjo la alternancia de partidos, sin que se hundiera el país ni se desencadenara la hecatombe. Subió al gobierno el PP, con Aznar, y luego de nuevo el PSOE, con Zapatero. Se había dado la alternancia; podía hablarse de una tercera transición.

En las dos primeras transiciones diversas sensibilidades, tanto políticas como religiosas, supieron ceder, dialogar y convivir. En la tercera ha sido más difícil. Resonaban en las alturas de la cúpula eclesiástica voces nostálgicas de la simbiosis de trono y altar. Se echaba de menos un Tarancón en la Iglesia y sus equivalentes interlocutores en la política.
Actualmente ¿dónde estamos? A pesar de esas tres etapas de cambio político y consolidación de la democracia, todavía parece incompleta la transición, ya que falta por dar el paso de un cambio cultural más a fondo. Vista desde fuera o desde lejos, se percibe lo anómalo de la circunstancia política y religiosa en algunas áreas del estado español. Se echa de menos el cambio de la cultura de la crispación a la convivencia. Parecen pervivir aquellos defectos que atinadamente denunciaba Unamuno como lastre decimonónico de nuestro país: intolerancia, envidia, maniqueísmo, descalificación mutua, falta de matices, manía cartesiana por las ideas claras y el dogmatismo de sí o no, blanco o negro, agresividad, espíritu inquisitorial, fanatismo, incapacidad para el diálogo, en una palabra: guerra civil.

Si este diagnóstico es cierto, no hemos superado un pasado, lamentablemente añorado por ciertos extremismos tanto políticos como religiosos. Nos queda por llevar a cabo esa cuarta transición, la del cambio cultural de la crispación a la convivencia. Sería deseable un partido que la garantice. Pero más importante aún será exigir que el gobierno que salga de las elecciones, sea el que sea, apoye esa transición cultural con visión de estado. Esta es la cuestión de fondo, verdaderamente preocupante, sobre la que no encontramos ni una sola línea en la nota de la Conferencia Episcopal ante las elecciones.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 2 de marzo, 2008).


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Frenazo a la inculturación en la Curia romana
05.03.08 @ 06:25:05. Archivado en Japón

Hace más de tres décadas que se usa la versión de la misa en japonés, pero el texto provisional todavía no logra la aprobación definitiva. En la reciente visita ad limina, la perspectiva pastoral del episcopado local tropezó con la intransigencia de la Curia en materia de traducción.No eran cuestiones esenciales, sino las minucias siguientes.

En Japón se hace una reverencia al comienzo de la misa. Besar el altar sería mal educado. No se pone la boca en el mantel del comedor. Además, como símbolo no significa nada. Mejor juntar las manos respetuosamente. Pero la Curia insiste en el beso, según rúbrica.
Al saludo: “El Señor esté con vosotros (ustedes), se responde en Japón: “ Y con el celebrante”. Decir “con tu espíritu” sería tan raro como “con tu fantasma”. Mejor decir “contigo” o “con tu persona”. Pero la curia insiste en mantener lo literal.

En japones se dice: “me reconozco profundamente en pecado”. Pedir perdón es tan serio, que basta decirlo una vez. Pero la Curia insiste en triplicar “por mi culpa” y acentuar “maxima culpa”.

“Creo en la resurrecion del cuerpo” se refiere en japonés a la persona entera. Pero la Curia insiste en decir “resurreccion de la carne”, frase que provoca en japonés una imagen grosera.
Se comprenderá la perplejidad de la iglesia japonesa ante este contencioso. Leída la noticia desde otras iglesias, también preocupará, sin duda, por lo que tiene de síntoma como punta de iceberg de la marcha atrás con relación al Concilio Vaticano II por parte de instancias curiales. Confiamos en que la prudencia papal frene, a su vez, a las instancias mas papistas que el papa.

Juan Masiá


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Sexualidad de colegas de Jesús en la barca del Pescador
Juan Masiá Clavel, 10.03.08 @ 13:45:50. Archivado en Religion y sociedad

Me ha telefoneado una periodista que solicita entrevistar a alguna persona religiosa sobre celibato, sexualidad y religión. "¿Le importa contarnos cómo vive usted lo del celibato y la sexualidad?" " No sé si le servirá para su periódico". Acepto la invitación.

Vuelve a sonar el teléfono. La periodista quiere cerciorarse de que no me molestarán preguntas personales. Propone un cuestionario. Se titula “Vida sin sexo”. Le sugiero que, al menos, ponga ese titular entre interrogaciones. ¿Qué quiere decir “vida sin sexo”? ¿Vivir sin ejercitar la actividad sexual? ¿Vivir como si la sexualidad no existiera? ¿Vivir sin amar?… En todo caso, es demasiado ambiguo ese titular. Yo preferiría decir: ¿Cómo vivir la sexualidad en una opción religiosa por el celibato?

Pasamos al cuestionario. Mi primera reacción es decir a la periodista: ¡Qué difícil lo tienes! Yo lo tengo más fácil, porque son preguntas personales y basta con que te dé mi testimonio en dos palabras lo más sinceramente posible.Pero si lo que te digo no tiene morbo, lo tienes más difícil para editar que yo para responder.

He pasado a tutearla, porque deduzco por su modo de preguntar que es mucho más joven que yo. Una de las preguntas dice así: ”Antes de convertirse en sacerdote, ¿qué importancia tenía el sexo en su vida? Si mantenía relaciones sexuales como la mayoría de los jóvenes de su edad, ¿cómo vivió ese cambio?”

De esa pregunta se deducen tres cosas : 1) Que no sabe la edad que tengo. 2) Que no fue quinceañera en los años cincuenta (cuando el porcentaje de jóvenes de esa edad sexualmente activos/as era muy distinto del de hoy). 3) Que si no aclaramos la diferencia de mundo y de lenguaje entre preguntas y respuestas, esta entrevista no vamos a saber cómo enfocarla. Es un reto para la periodista y para mí. Ella verá cómo afronta el reto con su habilidad editorial. Por mi parte, me decido a tratar el tema en mi blog. Le agradezco que haya servido de catalizadora y, a partir de hoy, empiezo una serie con ocasion de sus preguntas: la sexualidad y las relaciones humanas de personas “enredadas” en las redes del “lío” en que metió Jesús a los colegas de su movimiento.

La primera columna del serial se podría titular: “Célibes enredados en las las Redes de Jesús”.

Si el celibato por causa de Jesús se convierte en solteronía por egoísmo, no tiene sentido. Vivir sin ejercitar la relación sexual puede tener sentido, pero hay que dárselo día a día. Vivir sin amor y sin relaciones humanas es inhumano y deshumaniza…
(Proseguirá).


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Sexualidad, celibato y Evangelio (2)
Juan Masiá Clavel, 11.03.08 @ 02:01:08. Archivado en Religion y sociedad

La periodista está desconcertada. A cada pregunta que me hace, antes de responderla, gasto cinco minutos en poner la pregunta del revés. Lo siento, pero tengo que desmontar sus preguntas y transportar su música a otra clave. ¿Se imaginan cuál fue la primera pregunta que me hizo? La siguiente:

“¿Cuántos años lleva de renuncia sexual?”, me pregunta.

Me sorprende el enfoque negativo de la pregunta, además de su polarización en lo sexual en sentido reducido. A mí no se me habría ocurrido preguntar a una persona casada “¿cuántos años lleva renunciando a tener relaciones sexuales con otras personas fuera de su pareja?”

La periodista lo comprende y replantea la pregunta. “¿Pero no me negará, dice, que en su caso hay una renuncia?”. Sí, la hay; por eso, cuando hace cincuenta años opté por elegir este camino, tardé más de dos años en pensar muy seriamente lo que conllevan dos renuncias de mucho más peso que la mera carencia de relación sexual. Me refiero a las dos renuncias siguientes: 1) a compartir la vida en relación de pareja, 2) a formar una familia y engendrar una prole.

Si a esto se añade que estas renuncias no son necesarias de ningún modo para dedicarse al ministerio sacerdotal, a la misión religiosa o a la evangelización; y si encima se añade que ni la opción del celibato es mejor que la del matrimonio, ni nadie es mejor por haber hecho esa opción minoritaria, se comprenderá que hay que pensárselo seriamente antes de entrar por este camino. Solamente desde la convicción de que esa es la propia vocación tendrá sentido asumir los aspectos de renuncia.

Hubiera preferido que reformulase la pregunta así: “¿Cuánto tiempo lleva por este camino y cómo vive sus dificultades?”

Al oír esta opinión, la periodista me dispara a bocajarro:” ¿El celibato es para usted un suplicio o una bendición?” Un suplicio, no. Si lo fuera, no tendría sentido mantener esa opción y se debería abandonar (sin miedo a que esos signifique traicionar nada). Pero decir que es una bendición, me parecería una cursilería.

Prefiero decir que es una tarea. Lo aprendí de un matrimonio amigo, que decían: “Llevamos tantos años casados, ha habido felicidad y conflictos, la sexualidad no lo es todo, pero a nuestra edad y a estas alturas seguimos cultivando la relación y construyendo la pareja”.

Lo mismo diría yo del seguimiento de Jesús en forma de celibato. Como la vida de pareja, es tarea y proceso. No se mantendría, si no reeligiéramos día a día volver a elegir lo mismo, aunque ni las circunstancias ni uno mismo sean lo mismo.


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Sexualidad, celibato y Evangelio (3)
Juan Masiá Clavel, 13.03.08 @ 20:06:22. Archivado en Compañía, Religion y sociedad

Prosigue la entrevista. Ahora la periodista dispara con bombas de racimo y pregunta: “¿Cree que es compatible una vocación como la suya con una vida sexual de pareja? Si la Iglesia lo permitiera, sería en su caso una opción a contemplar?”

Respondo: Hay que desglosar, has hecho más de tres preguntas con dos interrogaciones. Vamos por partes. Antes de ser ordenado sacerdote y antes de ser destinado a una determinada actividad misionera, soy miembro de una orden religiosa, es decir, comprometido con una opción de lo que se llama en el lenguaje eclesial “vida consagrada” (que puede darse en forma de vida comunitaria con tres votos o en otras formas, como las de los institutos seculares o la opción de celibato en otras formas de vida consagrada, como indicaba en su comentario Carmen). Por tanto, en mi caso, cae fuera de la cuestión el plantearlo en términos de un “permiso o prohibición” por parte de la Iglesia.

Dicho esto, distingamos:

1) ¿Sería compatible la vida de pareja con el ministerio del sacerdote? Sí, de hecho hay sacerdotes casados. Tendría sus ventajas y sus inconvenientes, como también los tiene el celibato. Hace tiempo que la Iglesia debería haber ordenado a varones y mujeres, casados, solteros o viudos, con tal de que tuvieran aptitud y estuvieran en condiciones de desempeñar el ministerio, con carisma para animar, servir y unir a la comunidad cristiana. (Esto llegará, pero tarde, y temo que se haga de prisa y mal. La razón no debería ser por la escasez de sacerdotes, sino para enriquecer a la comunidad eclesial y no empobrecerla reduciendo el carisma del ministerio a los varones célibes).
2) ¿Sería compatible con una dedicación especialmente comprometida a la labor misionera? Sí, de hecho conozco a familias en misiones, que están dedicadas por entero a ese compromiso como familias enteras, con sus hijos e hijas; hay también misioneros y misioneras seglares, ya sea como célibes, como novios o en su viudez.
3) ¿Sería compatible con mi vocación a la vida consagrada en la Compañía de Jesús? No, por definición, puesto que esta opción minoritaria (que tiene sentido, si se lo damos día a día; y para dárselo, lo recibimos día a día como gracia, y tiene una función dentro de la comunidad del “lío del Reino de Dios” en que nos enredó Jesús), es por definición una opción para meterse en ese lío en forma comunitaria con tres votos. Preguntar si es compatible con la vida de pareja sería una contradicción, porque sería como preguntar si es compatible la vida de pareja con la opción por no tenerla.

NOTA a la tercera aclaración. He dicho “opción minoritaria”, porque no será sociológicamente corriente que sea mayoritaria esta opción más bien excepcional (de esto habrá que hablar más adelante con detalle, para insistir en que no es problema la escasez de vocaciones, sino lo más natural... Cuando han abundado era una anomalía sociológica de ciertas épocas). Pero minoritaria no significa que sea elitista, ni especialmente heroica, ni que sea mejor que el matrimonio (que no lo es, ni mejor ni peor, sino simplemente diferente). Tampoco significa que sea necesaria (como matizaba en su comentario Pilar), ni más eficaz para el “movimiento de Jesús por el Reino de Dios”.

Desde la perspectiva evangélica, el celibato no se opone al matrimonio. Celibato y matrimonio por el “lío del Reino de Dios” se oponen a celibato y matrimonio sin tener nada que ver con ese “lío”. (Proseguirá)


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Sexualidad, celibato y Evangelio (4)
Juan Masiá Clavel, 14.03.08 @ 16:22:03. Archivado en Religion y sociedad

La periodista se aparta del tema personal y pregunta por la sociedad actual. “En una sociedad llena de reclamos sexuales, ¿resulta fácil mantenerse casto?” Respondo: Se ha pasado de la represión a la banalidad, del exceso de represión a la permisividad.

Pero el problema de los reclamos sexuales no es meramente que me provoquen o exciten a mí (que, efectivamente así lo hacen), sino que desprecian, insultan, maltratan y toman como mero objeto a las personas que sirven de reclamo, ya sea presencialmente o a través de los medios y la publicidad. Su dignidad es pisoteada. Considerar un anuncio pornográfico solamente desde el punto de vista de si es un estimulante para mí, sería individualismo machista, tanto si lo rechazase como si lo disfrutase. Hay que cuestionar seriamente lo que eso conlleva de discriminación e injusticia.

“¿Es eso lo que opina de la gran presencia del sexo en la sociedad actual?”

Sí, pero opino también algo que me parece mucho más importante. La sexualidad en la especie humana es mucho más que sexo, en el sentido estrecho de la palabra. Los humanos no hacemos el amor ni mejor ni peor que otras especies. Nuestra característica es poder hacerlo mejor y peor y tener que elegir cómo lo hacemos. Somos capaces de hacerlo con sadismo o con ternura. Estamos abiertos a la doble posibilidad de hacernos felices y hacernos crecer mutuamente mediante el amor o destruirnos mutuamente. La tentación de no elegir es una tentación mayor y más fuerte, mucho mayor que las llamadas “tentaciones sexuales”.

“¿Cree que estamos demasiado obsesionados con el sexo?”

Si me perdonas el juego de palabras, te diré que se ha pasado de una “ob-sexión “ a otra. Antes, las instancias educativas y las iglesias estaban moralísticamente “ob-sexionadas”, viendo en todo pecado y fomentando la represión. Hoy la sociedad está tan erotísticamente “ob-sexionada” que acaba por perderse la riqueza afectiva de la sexualidad. Un psicólogo norteamericano la definía como la “sociedad an-orgasmo-fóbica”, es decir, obsesionada por el síndrome de miedo a carecer de orgasmo. Y una socióloga suiza denunciaba el porcentaje elevado de impotencia sexual masculina relacionada con la sobredosis de satisfacción al alcance de la mano.

“Entonces, ¿será más difícil hoy una opción de celibato?”

Respondo: Te has olvidado ya de cómo te puse antes la pregunta del revés. Hoy es tan difícil como antes, sólo que por diversas razones. Antes era difícil por la inmadurez que fomentaba la aparición de las crisis de pubertad con retraso y por la represión que era una bomba de efecto retardado (a veces explotaba al cabo de los años en violaciones, pederastias, autoerotismos o desviaciones en la integración de la propia sexualidad en la personalidad).

Hoy es también difícil por el polo opuesto a la represión, es decir, la facilidad para la ausencia de límites, facilitadora de situaciones ambiguas y comportamientos ambivalentes que escinden a las personas en la esquizofrenia de no tener ni aquello a lo que renunciaron ni aquello por lo que renunciaron. Y hay que echar mano de las psicoterapias... (Proseguirá)


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Sexualidad, celibato y Evangelio (5)
Juan Masiá Calvel, 15.03.08 @ 17:59:15. Archivado en Religion y sociedad

Pregunta la periodista: “Según lo dicho hasta ahora, podrían entenderse hoy los votos como un ir contracorriente?”
Respondo: Sí, pero me resulta presuntuoso presumir de ello, como si la vida religiosa tuviese la exclusiva.

Tiene que ir mucho contra corriente una familia que no se quiere dejar llevar por las exageraciones de la sociedad de consumo, o una pareja que quiere vivir con fidelidad su relación en medio de los altibajos de la vida cotidiana, etc.

No pongamos en un pedestal aparte la "vida consagrada", como si fuera necesaria para la dedicación apostólica, o como si fuera heroica y elitista, o como si fuera impuesta por Jesús o por la Iglesia para formar un grupo selecto o superior. Nada de eso.

Mira, un ejemplo curioso. Cuando las religiosas de un colegio católico pasaron a vestir modestamente, pero sin hábito, el profesorado no católico del colegio se opuso y dijeron que las prefería “de monjitas, como Dios manda”. (Lo de "monjitas", pronunciado con retintín me molesta, es un machismo más…). Claro, como que es muy cómodo ensalzarlas como “vestales” en un pedestal, sin que nos cuestionen. Es más fácil huir del mundo que estar en el mundo sin ser del mundo.

No se resigna la periodista a meter el bisturí en lo personal y me dispara de nuevo a bocajarro:: “Ya entiendo, por lo que dijo antes, que en su época las relaciones en la juventud no eran como hoy. Pero, si usted fuera un joven hoy, elegiría la pareja o el celibato?”

Respondo: “Vaya, de nuevo la trampa, hija mía”. (“Bueno, perdona el paternalismo del “hija mía”, me ha salido espontáneamente, porque tus preguntas al abuelo me hacen percibirte cariñosamente como nieta”).

Mira, si esta pregunta la haces en mi clase de antropología, te bajo la nota. Has pasado por alto algo tan importantísimo como el tiempo y la historia para el ser humano.

Si una pareja, antes de unirse, tuviera que demostrarnos matemáticamente que están hechos el uno para el otro o la otra, no consumarían jamás su unión. La capacidad humana de prometer va unida a la de comprometerse a mantener la promesa, aunque uno cambie y las circunstancias cambien. Esto está muy olvidado, por eso el problema de divorcios y separaciones coincide con el del cambio de opción de vida en quienes hicieron votos.

Me preguntas qué elegiría yo hoy. Lo sincero y auténtico es contestar que no lo sé. Si te dijera que elegiría otra cosa, sería contradictorio. Pero si te dijera que elegiría lo mismo, sería presuntuoso. Si te dijera que elegiría otra cosa, tendría que ser consecuente y salirme de mi opción, lo que no es mi caso. Si te dijera que estoy seguro de que elegiría lo mismo, sería presumir de lo que no sé. ¿Cómo voy a saber yo el joven que sería si hubiera nacido en 1990 en vez en 1941?

Lo que sí te puedo decir es que para permanecer yo en mi elección y quien está en pareja permanecer con su pareja, tenemos que reelegir cada día lo mismo, aunque uno y las circunstancias no sean lo mismo. Reelegimos una elección, digo con el filósofo Paul Ricoeur. (Proseguirá)


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Sexualidad, celibato y Evangelio (6)
Juan Masiá Clavel, 16.03.08 @ 12:55:10. Archivado en Religion y sociedad

Conforme avanza la entrevista la periodista se crece en habilidad, porque pregunta de golpe: “¿Alguna vez ha estado a punto de caer en las tentaciones carnales?”

Respondo: ¡Qué delicadeza en el modo de preguntar! Preguntar si he estado a punto de caer es hacerme el favor de presuponer que no he caído nunca. Muchas gracias por darme ese beneficio de la duda. Pero déjame que amplíe también esta vez la pregunta. Las que llamas “tentaciones carnales” (no sé exactamente, aunque lo sospecho, lo que estarás imaginando) solamente son una parte (quizás no la más importante) del abanico de tentaciones.

No hace falta numerar como siete las tentaciones capitales (los budistas ponen 108...), pero en cualquier caso, todas nos afectan, pues somos, desde el nacimiento, seres tentados a lo peor y seres llamados a lo mejor. Todos llevamos ambas voces brotando de nuestro interior siempre, el lado oscuro y el luminoso de la persona. Quien diga que no ha sido tentado nunca o es un anormal o es un santo (cosa que apenas se da).

Los que somos vulgares y corrientes (como dicen los budistas, un “bonpu”, una persona de tantas) somos siempre tentados y vocados. Ante una persona que me atrae sexualmente, brotan de mi interior dos voces. La voz de mi lado oscuro que querría abrazarla, poseerla, o en el peor de los casos, violarla. No reconocerlo sería hipocresía. Pero, al mismo tiempo, brota de mí interior otra voz que me pide respetarla. Si no hago caso de la primera voz y la reprimo y sigo a la segunda, no es porque me lo prohíba una instancia moral o religiosa, sino porque me lo pide el lado mejor de mí mismo y de esa persona.

Si se reprime, no es para amar menos, sino para amar más y mejor. Pero, ¡ojo!, que todo esto se puede quedar en palabras bonitas, si no somos conscientes de la fragilidad y vulnerabilidad que lleva dentro esta especie animal ambigua que somos: capaces de amar y de destruir lo amado.

Además, me hace gracia tu frase de “estar a punto de caer”. Sugiere la imagen de ir corriendo, arriesgarse a cruzar en rojo y pegar un frenazo. Además, ¿por qué las llaman tentaciones carnales? Eso paree consierarlas como un mero juego de estímulo y respuesta. Olvidamos la característica de la especie humana. Somos mezcla de destino, azar y libertad. Podemos y tenemos que elegir. La tentación mayor, lo repetiré, es la de renunciar a elegir y dejarse llevar.

Pero insistamos, superando el pudor, en ser honestamente sinceros. Lo mismo en la relación de pareja que en el celibato, el proceso de vivir e ir haciéndose a sí mismo como ser sexuado y sexual, e integrar la sexualidad en la personalidad, no es un progreso lineal, crecemos a través de altibajos, inestabilidades, conflictos y crisis. Ir pasando ese proceso es una tarea más difícil que superar una tentación o un impulso puntual.


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Celibato y Evangelio (7) Orientación homosexual:
Juan Masiá Clavel, 17.03.08 @ 12:52:34. Archivado en Religion y sociedad

Me preguntan: “¿Puede un gay ser sacerdote o religioso?” Respondo: Estoy acostumbrado en Japón a llevar mucho cuidado con el uso discriminatorio del lenguaje y prefiero hablar de personas con una determinada orientación sexual, en vez de decir “gay” o "lesbiana".

Cambiemos también esta vez la pregunta, si no te importa. La reformularía así: ¿Es obstáculo la orientación homosexual para el compromiso de celibato por motivación religiosa?

Respondo: Tanto con una orientación sexual homosexual, heterosexual o incluso asexual, el problema no es la orientación, sino si esa opción es su vocación, si tiene aptitud para ella y se encuentra en condiciones de entrar por ese camino.

Recuerdo que cuando anuncié que me iba al noviciado, alguien comentó con sorna e ironía: “¿Es que no te gustan las chicas?” "Ni mucho menos, claro que me atraen", respondí molesto por la broma y protesté diciendo que no es condición para elegir este camino el ser insensible, frígido, inhumano o asexuado.

Hoy lo expresaría más matizada y serenamente diciendo: Tanto una persona de orientación heterosexual, como es mi caso, o una persona de orientación homosexual o incluso asexual, lo que debe plantearse antes de optar por este camino es si está decidida a crecer en la integración de su sexualidad en su personalidad, con el fin de capacitarse para tratar con naturalidad, cariño, madurez y sin acomplejamientos, con hombres y mujeres diversos.


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Celibato evangélico (y 8): Ubi amor, ibi Deus
Juan Masiá Clavel, 19.03.08 @ 12:09:46. Archivado en Religion y sociedad

Antes de acabar la entrevista, dos preguntas: sobre acoso sexual por parte de curas y sobre la ruptura de la promesa de celibato.

“¿Qué piensa de los acosos sexuales por parte de personas con votos religiosos?”

Respondo: hay que condenar esos comportamientos tajantemente. Pero, ¡ojo!, también aquí hay que dar la vuelta a la pregunta. Se puede maltratar a una mujer sin darle la más mínima bofetada y se la puede violar sin tocarle ni siquiera un dedo. Pongo un ejemplo. Conocí a un sacerdote ya entrado en años que era muy escrupuloso en el tema de la relación con el otro sexo. Se escandalizaba al ver a jóvenes seminaristas dar la paz en la misa con un beso o abrazo a las chicas. Le preocupaba sobre todo en verano, pues iban, decía, "ligeritas de ropa". Él jamás daba abrazos ni besos, ni siquiera daba la mano. Sin embargo, el grupo de mujeres (algunas más jóvenes y otras no tan jóvenes) que él “dirigía espiritualmente” dependía estrechamente de él; era acaparador, muy directivo, controlador, posesivo, y las trataba tan infantilmente que no las dejaba crecer y necesitaban el “permiso del padre” para las cosas más insospechadas. Un día le dije (quizás me pasé y fui un poco bruto en la expresión) que tratarlas así era como violarlas sin tocarles un dedo.

La respuesta anterior anima a la periodista a disparar al corazón, cambia del usted al tú de repente y me dice: “Última pregunta. Te reto a que me contestes. No me negarás que te habrás enamorado alguna vez después de tu opción de celibato. ¿Qué pasa entonces con esa tentación?”

Le contesto: Pero, mujer, ¿cómo llamas tentación a lo que es una gracia? La tentación, en todo caso, vendrá después, si viene. Además, déjame que te interpele. Cuando hablas de tentación, ¿crees que la única tentación se llama acostarse? Venga, hagamos fenomenología desde la experiencia.

Una persona, varón o mujer, con opción de celibato se encuentra en una situación de enamoramiento. Analicémosla. Lo primero de todo, descubre un amor (si es que le llega la pubertad con retraso), o bien confirma (si es que ya lo había descubierto antes) que es capaz de querer y ser querida. Por tanto, es una gracia.

Pero, a continuación, se plantean preguntas lacerantes: ¿Es lo mismo estar enamorado y amar? ¿Se puede amar más y mejor? ¿Se puede amar sin sufrir? Si no quieres sufrir no ames, pero si no amas, ¿para qué quieres vivir? ¿Dónde están los límites entre el amor y la posesividad, dependencia o dominación? ¿No viola la dignidad de las personas la sugerencia de prometer lo que no podemos dar, el fomentar expectativas de amor exclusivo que no vamos a satisfacer?...

No he hecho más que poner unos pocos ejemplos de cuestionamientos que se plantean a quien no quiera caer en la tentación de no elegir. (Esa es la gran tentación y no las llamadas tentaciones carnales, que se quedan en la superficie).

Pues bien, estas situaciones pueden tener los siguientes desenlaces posibles:

1) Con ocasión del enamoramiento, descubre esa persona célibe que debería cambiar su opción y, tras discernirlo, opta en paz por un cambio de ruta en su vida.

2) No quiere cambiar su opción; por una parte, las fuertes represiones que tiene no le permiten tampoco ceder a sus impulsos, pero al mismo tiempo siembra expectativas en la otra persona, con lo cuál la daña y se daña.

3) No quiere cambiar su opción, pero se desliza por la pendiente resbaladiza de comportamientos ambiguos (que a veces se han llamado una “tercera vía”), facilitados a su vez por la otra persona. Se producen entonces situaciones de doble vida que, a la larga, no ayudan a ninguna de las dos y pueden llegar a repercutir en daño o escándalo de terceras personas.

4) Se pone a la defensiva, se endurece y aparenta frialdad y moral estricta, se incapacita para amar y, por tanto, se incapacita para su ministerio.

5) Y queda la “quinta alternativa”. La “quinta alternativa” (pierdo el pudor al contarla) es algo sublimemente maravilloso y doloroso al mismo tiempo. Pesa tanto la opción fundamental, que no se abandona el camino elegido. Pero se camina sin escolta, es decir, sin la coraza defensiva de frialdad y endurecimiento; se opta, no por querer menos sino más y mejor; se elige día a día una elección, que no se podría elegir por las propias fuerzas. Se reconoce (con temor y temblor) que hay límites que poner. Si era gracia enamorarse, es gracia el aprender a amar más y mejor, a no dejar de querer sin que se dañen mutuamente quienes se quieren.

Esta última quinta alternativa la aprendí de dos personas: una de ellas, un amigo, enamorado de su mujer, pero cautivado por otra, que superó la crisis. Otra, una buena amiga, cuyo trato me hizo comprender que es posible la amistad entrañable entre célibes más allá de la polarización en la sexualidad. (Quienes me entienden me entienden y entienden por qué no entienden quienes no me entienden...)

Al llegar a este punto, concluye la entrevista. La periodista se ha emocionado un poco y dice que no sabe qué va a hacer para editar todo este material. La tranquilizo. Ya tengo el vicio de editar y lo voy a sacar por mi cuenta en el blog en forma de serial.

Se despide cariñosamente la periodista y salimos del café. Me quedo mirándola salir, con esa ternura con que mira a una joven cuarenta años menor que uno quien no ha tenido hijas ni nietas. Y sigo subrayando con el bolígrafo el pensamiento del filósofo hermeneuta Paul Ricoeur: "lo que empezó por una casualidad, se cultivó en una relación y se consolidó al dar el paso de elegir con una apuesta, acaba por convertirse en un destino, a fuerza de reelegir día a día tu elección".

Aquí coinciden el psicoanálisis, el Zen y el Evangelio: miras al pasado sin autojustificaciones de primavera, ni autocondenaciones de verano o amarguras de invierno. Con la serenidad de los colores de otoño te dices a tí mismo: “Así fue y así está bien”. Y le dices a la Fuente, Madre y Padre de la Vida: “Sí, Abba, así está bien, como tú lo has querido al meterme en este lío...” (cf. Mt 11,26).


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Desmitificar el dolorismo
20.03.08 @ 07:12:20. Archivado en Bioética



La Dolorosa de Salzillo no es exaltación del dolor, sino todo lo contrario: grito contenido de plegaria como queja amorosa.

“¿Por qué, Dios mío, por qué?”, dice alzando su mirada hacia el sol desde el umbral del templo al salir la procesión. Otras imágenes vuelven hacia el pueblo sus ojos de misericordia. Pero ésta los dirige a los cielos silenciosos. No invita a sufrir o crucificarse, sino a clamar: “¿Por qué, Señor, por qué?”. “¿Cómo descolgar de sus cruces a una parte, al menos, del mundo crucificado?”

La tradición muciana aguarda en la plaza de san Andrés la salida de la Dolorosa. “Que al año que viene volvamos, don Juan”. “Esta vez ya no viene la abuela Fuensanta”. La explicación legendaria reza así: una madre huertana perdió al hijo y el escultor plasmó el momento en esos ojos y manos.

Hace medio siglo, acompañaba a mi padre al rito de “ver salir la Dolorosa” el mismo año en que él compuso estos versos, inspirados por las manos de la Dolorosa y las de sus angelotes: dolor sereno hecho plegaria:

Besando reverente la fimbria de tu manto
un ángel acompasa sus vuelos a tu paso,
Y al quedarse prendido por su beso en el raso,
nueva joya le añade con su célico encanto.

Prendidos en la gracia y el dolor del Viernes Santo,
a tus pies otros oran con temblores de ocaso
y al mostrar con las manos de su pena el fracaso
compungidos te ofrecen la oblación de su llanto.

Pero el tema del dolor es ambivalente. A mi paso por España, escucho homilías cuaresmales y me preocupan ecos de dolorismo masoquista. ¿Aún no soltamos el lastre de predicaciones medievales o decimonónicas idolatrando el dolor por el dolor? Como si mereciese más quien más sufre o el sufrimiento obedeciera a un plan divino providencial; como si Jesús pagase precio de sangre para reparar a una divinidad airada...

Dos ejemplos: la conversación con un esposo en duelo y el coloquio en una conferencia de bioética.

Quien perdió a la joven esposa lamenta incomprensiones familiares, propias de ciertos movimientos de espiritualidad. Le invitan a resignarse ante la desgracia, quw dicen fue “enviada por Dios”, le animan a saltar de alegr:ia porque su mujer goza ya en el cielo. Él se resiste: “¿Por qué precisamente a mí? ¿Por qué te la llevaste?” Su piadosa familia le reprende: “No blasfemes”. Cuando me lo consultó, le respondí: “¡Qué barbaridad! Llamar blasfemia a tu plegaria...”. “¿No hago mal quejándome?”, me decía. “No, sigue quejándote, es la única oración que te brota”. Así lo aprendí en las reflexiones sobre el mal de Paul Ricoeur y, mucho antes que eso, en los ojos y las manos de la Dolorosa.

Se oye decir ante el sufrimiento: “Dios lo ha permitido”, “se ganan méritos”, “será para bien”, etc. Peor aún, a veces alguien llega a conjetur: “quizás soy castigado”. Pero la fe adulta dice: “Ni Dios lo quiso, ni lo permitió para bien, ni para castigarme. Simplemente, no me lo explico". Ni se justifica, culpando a Dios, ni se consuela falsamente. La fe no soluciona el enigma, aunque da esperanza. No se cree en Dios porque resuelva el enigma del mal, sino a pesar de que no lo resuelve. La fe no es tener las ideas claras acerca del por qué del sufrimiento, sino ser capaz de esperanza a pesar de que todo esté oscuro. Es más fiel al mensaje evangélico la teología de la queja amorosa que la de la permisión divina del mal.

Hasta aquí el ejemplo del consultorio. Semejante problema se planteó en el coloquio de bioética. Hablamos de aliviar el dolor y de los analgésicos necesarios, aunque aceleren el proceso de morir; tratamos sobre lo correcto de la sedación médicamente indicada y responsablemente consentida; pedimos rehabilitar la fama de los médicos, víctimas de denuncias anónimas que confundieron sedación apropiada con eutanasia injusta. Pero se levantaron voces extremistas diciendo que “para la fe cristiana el dolor tiene mérito y hay que aceptarlo”. Hasta citaron la Biblia para decir que la mujer ha de dar a luz con dolor.

Pero, usando las armas del magisterio eclesiástico para defendernos de sus abusos , podemos presentar a los integristas citas de tiempos de Pío XII contra la presunta obligación: “con dolor parirás”. “La persona cristiana no tiene nunca obligación de aceptar el dolor por el dolor” (Discurso IX Congreso internacional de la Sociedad italiana de anestesiología, 24, febrero, 1957, n. 18). Ni Dios desea el dolor ni lo envía. “Las palabras del Evangelio y la conducta de Jesús no indican que Dios quiera esto, y la Iglesia no les ha dado de ningún modo esta interpretación” (n. 36). No es pertinente sugerir a enfermos y moribundos que soporten dolor para adquirir méritos. El dolor puede dar ocasión, no a méritos, sino a nuevas faltas (id., n.40).

La Declaración Iura et bona (Congregación para la Doctrina de la Fe, 1980, nn. 17-22) lo reformuló así: a) el dolor físico, elemento inevitable de la condición humana, supera su utilidad biológica; es natural que se desee eliminarlo; b) algunos cristianos desean asumirlo, pero no es prudente imponer como norma un comportamiento heroico; c) la prudencia humana y cristiana sugiere para la mayor parte de los enfermos el uso de las medicinas adecuadas para aliviar o suprimir el dolor, aunque de ello se deriven, como efectos secundarios, entorpecimiento o menor lucidez; d) es lícito, si no hay otro medio, el uso de analgésicos que supriman el dolor y la conciencia, incluso cuando se prevé que el uso de narcóticos abreviará la vida.

En la citada conferencia no quedaron convencidas las posturas integristas, pero buena parte del público apreció la aclaración. Es oportuno, en Semana Santa, abogar una vez más por la desmitificación del dolorismo, reverso de la plasmación artística de la Pasión en nuestras procesiones.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el Jueves Santo, 20 de marzo de 2008)


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Resucitado, no revive: ¡Él Vive!
22.03.08 @ 23:18:02. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

Para la fe cristiana, resucitar no significa revivir de la muerte ni sobrevivir a la muerte, sino pervivir definitivamente en el seno de la Fuente divina de la Vida.

El Resucitado no sobrevive mágicamente a la muerte. Tampoco retorna de la muerte a la vida de este mundo, como en el caso de Lázaro al salir de su tumba después de varios días. (Ya sabemos, por la hermenéutica, que Lázaro no fue devuelto a la vida milagrosamente por Jesús, sino que el capítulo 11 del evangelio según Juan es una dramatización narrativa del evangelista para escenificar y repensar la verdad profunda de que Jesús es la Resurrección y la Vida, liberando así al discipulado del miedo a la muerte).

Para hablar del triunfo de Jesús sobre la muerte, es decir, que la derrota de su crucifixión es victoria (el profeta gana cuando pierde...), y que el trance mismo de morir es para él la entrada decisiva en la Vida que no muere..., para hablar de este enigma de fe, el Nuevo Testamento usa varios lenguajes: exaltación, resurrección, vida definitiva, etc...(Hace décadas lo explicó el exegeta Leon Dufour).

La expresión de esta fe en términos de resurrección se confunde, a veces, en la religiosidad popular con el revivir de un cadáver que abandona una tumba vacía para retornar a la vida en este mundo. La expresión de la fe en términos de vida es de mayor amplitud y hondura. Por eso se llama a Jesús “El que Vive” (Apocalipsis, 1, 18).

Esta fe no se demuestra científicamente, ni se prueba históricamente, pero sí se muestra en una historia de personas y comunidades, cuya praxis lo atestigua: son prolongación del cuerpo del Resucitado, de “El que Vive”.

Estas comunidades sustituyen al templo y religión antiguos. Quienes se “enredan en las redes” del movimiento suscitado por Jesús, el Pescador de personas para la vida, al poner en práctica su mensaje liberador, constituyen la única manera de mostrar que, efectivamente, Él vive.

Solamente en esa praxis se muestra la verdad de la resurrección (no supervivencia, ni retorno a esta vida, sino pervivir permaneciendo en el seno de la Vida): La praxis martirial de monseñor Romero o de Ellacuría y compañía de mártires, la praxis del martirio cotidiano de Teresa de Calcuta o la praxis mística contemplativa de Teresa de Ávila; la praxis mística de servicio de Ignacio de Loyola o prof:etica de Pedro Arrupe; y un larguísimo etcétera.

Compartiendo, amigas y amigos, la alegría esperanzada de esa praxis, ¡Buena Pascua!¡Buen Tránsito de la vida a la Vida! Paz y bien a quienes se sumergen en la corriente trinitaria de las aguas bautismales en el nombre de la Fuente de la Vida, de la Epifanía de la Vida y del Soplo vivificador de la Vida. Amén. Aleluya.


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El Resucitado no es Harry Potter

25.03.08 @ 21:34:56. Archivado en Mística

La popularidad de la magia de Potter no debería confundir a creyentes, para quienes Jesús es “El Que Vive” (Apocalipsis 1:18: el Viviente), no un fantasma comiendo sardinas, ni un producto de reanimación artificial por aprendices de magos.

El ángel anuncia significativamente a las mujeres: No está aqui, una tumba vacía no es el lugar de buscar “entre los muertos al que vive” (Lc 24, 5).

Fueron unas mujeres, con sentido y capacidad de engendrar esperanzas, las que intuyeron “que Él vivía” (Lc 24,23; ), lo que no captaba el estreñimiento mental de otros discípulos pesimistas.

Había que recordárselo a estos durante la etapa siguiente, interpretándoles qué significaba “que Él vivía” (Act 1,3). En ese Jesús vivo, no en un mágico Harry Potter, es en quien cree Pablo. De sus labios escuchó Festo que Pablo creía “en un tal Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirma que vive” (Act 25, 19).

El momento de la muerte es el momento de la resurrección (no hay que esperar que pasen días, ni que se vacíen tumbas), es la entrada definitiva en la que Ignacio de Loyola llamaba la “vida verdadera” del Rey eterno. La Resurrección (en el sentido cristiano, no en el de la magia de reanimaciones o revivires terrenos) hay que comprenderla, como también la Eucaristía, a partir del paradigma de la acción del Espíritu (la Ruah) en la Creación.

Decir que el Espíritu resucita es decir que hace vivir de veras para no poder ya morir. Esta excpresión de fe en el Dios que vivifica, ya presente en la tradición judía, se profundiza y magnifica cuando un evangelista la repiensa y la confiesa formulándola en el presente y diciendo que Jesús vive, está vivo, es el viviente por excelencia, que nos dice: "No tengáis miedo. Yo soy el Primero y el Último, el Viviente,el que murió, pero como véis está vivo, estoy siendo el Viviente por los siglos de los siglos" (Apoc. 1,18).

Además, al confesar así la fe se evitan los malentendidos de quienes tomasen la palabra resurrección en sentido mágico. Esta confesión de fe en Jesús vivo es la misma que le llama Cristo (es decir, fundamento de nuestra esperanza) y la que nos hace creer que nuestros difuntos, que murieron, están vivos, porque viven en él. “Quienes murieron viven en el Señor”. Por eso, en esta semana pascual, celebramos con alegría la presencia cercana y cotidiana de nuestros difuntos...


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El Cenáculo no es el Tenorio

27.03.08 @ 02:37:31. Archivado en Mística

“Estando atrancadas las puertas, llegó Jesús”, dice el evangelio según Juan (20,19), pero el Resucitado no se filtró por las paredes, sino “haciéndose presente en el centro” (en griego: ”este eis to meson”).

Lo escenificaron maravillosamente los niños y niñas japoneses del jardín de la infancia. Makoto es un niño de cinco años (Mako-chan, para los de casa). Hizo el papel de Jesús en las apariciones. Taró hizo de Tomás, porque quería meter el dedo en el costado y hacer cosquillas a Mako. Hiroshi hizo de Pedro, porque era el que “mandaba más” y Hiroshi es un mandón.

Lee la profesora el texto entre bastidores: “Y Jesús llegó...” Pero Mako no aparece, se ha perdido, ¿dónde se ha metido el niño que tiene que hacer de Jesús? Resulta que estaba en medio de todos, pero cubierta la cara con un abanico japonés traslúcido. Se descubre y grita feliz: “¡Aquí estoy! ¡Estoy vivo!”. “

¿Por dónde ha entrado, si están las puertas cerradas?¿Es que atravesó las paredes?”, repiten a coro las encantadoras mellizas, Michiko y Teruko. “No, dice Mako-chan. Estaba aquí todo el rato, pero no se dieron cuenta”.

Felicité a la catequista. Yoshie es una pedagoga excelente. Le ha hecho ensayar a su parvulado lo esencial del versículo 19 del capítulo 20 de Juan: El Resucitado no se filtra por las paredes (como decían los catecismos pre-críticos inventándose propiedes de cuerpos gloriosos...). El Cenáculo no es el Tenorio. Jesús Vivo, con la vida verdadera más allá de la muerte, estaba con ellos y ellas allí. Está presente desde el principio en medio de la comunidad vivificada por su Espíritu, pero sólo se le ve con los ojos de la fe.

En la homilía, pregunté a los niños y niñas en el primer banco: “Si Pedro y Tomás hubieran tenido teéfonos móviles, ¿habría salido el Resucitado en la foto?” “No, contestaron a coro”, bien aleccionados por Yoshie. Algunas personas mayores titubearon y hubo que tranquilizarlas con hermenéutica (sus entendederas llegaban menos que las de los niños bien catequizados por Yoshie).

Les hablé en la homilía de los “ojos de la fe” (en japonés, kokoro no me) y los ojos corporales (en japonés, nikugan, es decir, ojos de carne). Y oramos para que se nos abran los ojos de la fe (Efesios 1,18), para que confesemos en el Credo nuestra fe en Jesús Resucitado, que vive para siempre y garantiza que viviremos para siempre “por Él, con Él y en ÉL”. (Fe que comparto, no sólo con Carmen Bellver, sino también con comentaristas que la expresan menos educadamente que ella).

POSTDATA: “Sí, todo eso está muy bien, pero yo quiero saber cómo se hace presente el Resucitado”, dice cierta persona incorregiblemente recalcitrante al leer este post. Pues de cinco maneras distintas que explicaré en el post siguiente, si no le perturba su fe el leerlo...


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Ascendió a los cielos... para llenarlo todo
29.03.08 @ 17:22:43. Archivado en Mística, Religion y sociedad

No hay que esperar cuarenta días ni cincuenta. Muerte, Resurrección, Ascensión y Pentecostés... todo ocurre en el mismo momento, aunque al escenificarlo simbólico-narrativamente se alargue en el tiempo.Para el evangelista Juan el momento de la lanzada en el costado es la entrega y el envío del Espíritu.

Para quienes creemos que Jesús vive y confesamos a diario en el Credo la fe en su victoria sobre la muerte (que garantiza también la nuestra) es muy importante prestar atención a las diversas maneras de hacerse presente el resucitado en la actualidad de nuestras vidas cotidianas.

.¿Cómo está presente el Resucitado en la comunidad reunida por su Espíritu (la que prolonga su cuerpo y sustituye al templo)? De cinco maneras distintas, tal como lo expresan los cinco lenguajes en torno al símbolo de la Ascensión: 1)Está arriba, 2) está a la derecha, 3) está delante, 4)está al lado, 5) está en todo.
1)Está arriba: Lenguaje simbólico apocalíptico de victoria, “elevación” o “exaltación” (Lc 24,51).
2) Está a la derecha: Lenguaje simbólico de juicio escatológico, “a la derecha del Padre”, desde allí vendrá a juzgar (Act 1,11).
3) Está delante: Lenguaje simbólico del encuentro con Él en la praxis cotidiana, en Galilea le encontrarán (Mc 16, 7).
4) Está al lado: Lenguaje simbólico de su presencia en la comunidad enviada en misión, todos los días hasta el final (Mt 28, 19-20)
5) Está en todo, llenándolo todo, lo es todo en todo: Lenguaje simbólico místico-cósmico: está en todo, ascendió “para llenarlo todo” (en griego: ina pleróse ta panta (Ef 4,10)). Este quinto lenguaje es el más maduro, propio de la fe adulta, más allá de la magia, capaz de desmitificar, y de juntar mística y crítica (Ver el post en el blog “Atrio” sobre mística y crítica).

NOTA: He escrito este post teniendo como música de fondo la del grupo La Voz del desierto, cuya energía y vitalidad pone en onda de siglo XXI la Vida Nueva del Viviente Jesús. Lo recomiendo para vuestras celebraciones. Véase el vídeo: http://es.youtube.com/watch?v=WcI94s3iLUE
Su web es: http://www.lavozdeldesierto.net


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Se dejó ver el Viviente...en medio de ellos
30.03.08 @ 14:07:06. Archivado en Mística

Aunque Lucas y Juan escriban estilos muy distintos y desde contextos y mundos de lenguaje muy diversos, llama la atención cuando releemos el texto griego la consonancia de dos pasajes en que se habla de la presencia del Resucitado en medio de su comunidad.

En Lc 24,36 leemos que “se presentó Jesús en medio de ellos”. El griego dice: “este en méso autón”, es decir, “habiendo estado allí (desde antes) estaba manifestándose o haciéndose patente su presencia”.

En Jn 20, 19 la frase es parecida, pero más dinámica: “llegó Jesús haciéndose presente en el centro”, en griego “éste eis to méson”, estaba manifestándose (dirigiéndose) hacia el centro.

Más que venir o llegar desde fuera o desde arriba, se hacía presente desde y hacia el centro de la comunidad reunida. Es más una epifanía o manifestación del que está "así-siempre-presente", más que una irrupción del ausente. Es más epifanía que aparición. Es epifanía de la Vida, del que Vive para siempre.

La experiencia comunitaria de la que nace esta expresión es la que se repite cada domingo en la eucaristía (el resucitado en el centro de su comunidad que le ve conb los ojos de la fe). Es la que se repite en la intimidad de la oración personal en la que aflora a la superficie de la conciencia la realidad profunda de que estamos en Él y Él en nosotros y por eso viviremos, porque y como Él vive asentado en el Abba-Padre-Madre-Fuente de la Vida. Es la que se repite al encontrarle a Él en el rostro del hermano o la hermana más desfavorecidos.

La Madre Teresa haqblaba de estos tres abrazos del resucitado: en la oración personal y en la eucaristía de la mañana y en la persona moribunda a la que atendía esa tarde.

No es un fantasma que se filtre por las paredes, sino una presencia elusiva pero realísima, que nos sale al encuentro cada día, si tenemos abiertos los ojos de la fe para percibirlo.


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¿Bajó Jesús a los infiernos? Descendió a la soledad
01.04.08 @ 14:38:32. Archivado en Mística

La frase es del entonces joven teólogo Ratzinger en su Introducción al cristianismo (II,2,3), clásico de cuya publicación se cumple este año el cincuenta aniversario.

Decía Ratzinger que la frase “descendió a los infiernos” es, junto con el nacimiento virginal y la Ascensión, de las que más problemas crean a la hora de comprenderlas en la actualidad.

El antiguo catecismo de Ripalda hablaba, en plural, de “los lugares a donde van las almas que no entran en el cielo” y, después de mencionar infierno, limbo de los niños y purgatorio, citaba en cuarto lugar el llamado “limbo de los justos” o “seno de Abrahán” del que decía que en él “eran recogidas antes de la venida de Jesucristo las almas de los justos que, enteramente limpias y purificadas, carecían de la vista de Dios, pero eran felices con la esperanza cierta de su redención”.

El Resucitado, según aquel catecismo bajó a aquel limbo de los justos. ¿Cómo? “Con la muerte de Cristo, decía el Ripalda, el alma se separó de su cuerpo, que fue llevado al sepulcro, y unida a su divinidad, bajó al Seno de Abrahán a dar alegría a aquellos bienaventurados varones de la antigüedad (para el Ripalda, por lo visto, no había mujeres santas en la antigüedad)”, que estaban allí a la espera aguardando “el santo advenimiento”.

Naturalmente, Ratzinger, como buen hermeneuta, evita dos extremos. No hace lectura literal de esta tradición, pero tampoco la tira por la ventana, no quiere perderse su riqueza simbólica y explica el “descenso a los infiernos” como la bajada de Jesús a la soledad radical del afrontamiento de la muerte (muerte real y no fingida), como la máxima soledad humana, y hace una meditación de sábado santo sobre la asunción de la soledad radical humana por Jesús.

“Nos recuerda este artículo del Credo, dice Ratzinger, que el silencio de Dios es parte de la revelación”. El grito de Jesús en la cruz, “¿Por qué me has abandonado?” es, sigue diciendo el hermeneuta, un grito desde el infierno de la última soledad", en el que se percibe lo profundo de “la compañía cercana de Dios precisamente en medio del aparente abandono".

Relaciona Ratzinger este grito de Jesús con la oración en el Huerto de los Olivos, subrayando lo lacerante de la pasión como soledad radical, peor aún que la misma pasión física. “La muerte, sigue diciendo Ratzinger, es soledad absoluta, es una puerta por la que hemos de pasar solos, se comprende que el Antiguo Testamente tenga solamente una misma palabra, sheol, para designar muerte e infierno”.

Y, tras este esfuerzo antropológico-hermenéutico, concluye Ratzinger señalando el punto central del artículo del Credo que dice que Jesús “descendió a los infiernos”: “Este artículo quiere decir que Cristo atravesó el umbral de nuestra última soledad, que en su pasión descendió a los abismos de nuestro abandono. Y que allí, en ese abismo al que no llega ninguna voz, allí está Él presente para superar el infierno y la muerte. La muerte, que era infierno, deja de serlo. Hay vida más allá de la muerte, porque el amor mora en ella. Ahora ya solamente hay infierno allí donde hay encerramiento en sí mismo... Las puertas del sheol se han abierto con la muerte de Cristo...”

Después de este maraviloso despliegue de hermenéutica (¡Cuánto podemos aprender de Ratzinger para evitar literalismos, integrismos y fanatismos fundamentalistas!), es capaz el teólogo bávaro de regresar al lenguaje simbólico y no solamente no se siente incómodo con la imagen de los “santos padres esperando el advenimiento”, sino hasta con el texto de Mateo 27, 52 sobre muertos saliendo de sus tumbas. Pero su lectura simbólica de estos pasajes ya no es la literalista de los Ripaldas, sino reinterpreta así : “La puerta de la muerte permanece abierta porque el amor que es vida mora en la muerte”.

Es como cuando nosotros, tras hacer la crítica hermenéutica de que la tierra es la que gira alrededor del sol, seguimos diciendo cada mañana en lenguaje cotidiano pre-crítico que el sol sale por oriente.

Nos ha dado una gran lección de hermenéutica nuestro querido hermano José, hoy Benedicto. Ha quitado la cal que cubría el fresco, pero lo ha hecho con cuidado de no cargarse el fresco y nos ha redescubierto su riqueza. Confiemos en que no le acusen de herejía por su esfuerzo en acercarnos al meollo del Resucitado...

Nota: El n. 635 del Catecismo del 92 recoge difuminadamente algo de este pensamiento de Ratzinger, pero los nn. 633 y 634 lo estropean repitiendo el literalismo de catecismos anteriores. El problema del Catecismo del 92 no es que sea precrítico o conservador, sino que, por miedo, junta y yuxtapone las dos mentalidades, pero sin integrarlas ni articularlas, con lo cuál fomenta el que sigan ambas corrientes citando por separado sus textos incompatibles y se tiren mutamente los trastos a la cabeza (por cierto, con poca amabilidad humana y poca caridad cristiana, como se ve en los jucios temerarios y falsos testimonios de algunos comentarios a los posts...)


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Resurrección de la carne, según Ratzinger
04.04.08 @ 10:58:10. Archivado en Mística

Resurrección de la “carne”, dice Ratzinger, no es reanimación de cadáveres para reunirlos con presuntas “almas separadas”, sino “transformación de la persona por la fuerza, energía y poder del Espíritu”.

El mensaje bíblico promete inmortalidad a la persona entera, no a un alma separada. La inmortalidad a la griega no es cristiana.

Como comenta Ratzinger, se añadió a la idea griega de almas separadas la idea pseudo-bíblica de cadáveres reanimados saliendo de sus tumbas en un último día, y así se empobreció la comprensión de la fe en la vida eterna por el poder del Espíritu.

En su explicación y reinterpretación del Credo, insiste Ratzinger en la importancia de entender todos los últimos artículos a partir de la clave de esa tercera parte del Credo: “Creo en Espíritu Santo”.

No solamente “creer en el Espíritu Santo”, sino creer “estando en el Espíritu” que anima y vivifica con su poder transformador. Con la resurrección, o entrada de Jesús en la vida definitiva más allá de la muerte, comenzó la transformación del mundo y la historia. Estamos llamados a participar plenamente más allá de la muerte, de esa transformación (2 Co 3, 18), que ya comienza en esta vida por su presencia en nuestro interior (Phil 3, 21).

"La fronytera biológica de la muerte, sigue diciendo Ratzinger, ha sido traspasada por la fuerza del amor más fuerte que la muerte, que nos promete y asegura el futuro de vida definitiva".


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Se acerca el 8 de abril
06.04.08 @ 09:03:02. Archivado en Mística, Japón

Se acerca el 8 de abril, Festival de las Flores, que celebra el nacimiento de Buda. Para el mundo cristiano es Pascual florida. Reunidos en paraliturgia común, budistas y cristianos, hemos hablado sobre la Vida y la Luz del mundo.

En el Prólogo de san Juan, la “Vida es luz para la humanidad". En el Sutra del Loto, brotan rayos de luz de la frente del Buda, a quien se llama Vida eterna.

Ambas espiritualidades coinciden en decir que de la vida siempre brota luz, aunque no siempre de la luz brote vida. La luz de la verdad abstracta no vivifica. La vida eterna divina sí produce luz. El camino interior va de la vida la verdad, más que de la verdad a la vida. El ardor de la bondad que da vida precede al resplandor de la verdad que encandila...

Reunidas en comunidad personas budistas y cristianas, hemos leído en voz alta el capítulo primero de san Juan. Como primera lectura, nos sirvió el siguiente texto del Sutra del Loto:

Desde que alcancé la iluminación
transcurrieron ya siglos infinitos.
Proclamé sin cesar la enseñanza del Dharma
para enseñar y guiar
a un sinnúmero de seres
a la sabiduría de la iluminación.

Con el fin de salvarles a todos
me manifiesto como extinguido,
cual recurso de salvación.
Pero, en realidad, no me extingo: permanezco.
No estoy en la otra orilla, sino aquí,
entre vosotros, anunciando
día a día el mensaje del Dharma.
Dirigiéndome al mundo entero,
así mi oráculo proclamo:
He aquí que para siempre
habito entre vosotros.
No he desaparecido,
aunque usando estrategias salvíficas
a veces me presento como extinguido
y a veces como no extinguido.
Con mi poder divino permanezco
en este monte por siglos infinitos
y habito, a la vez, en innumerables lugares.
Veo a todos los vivientes
sumidos en un mar de sufrimiento.
Por eso no me muestro como soy,
sino que incito a que me añoren,
para que se revele el Dharma
cuando despierte el anhelo.

Sin cesar me pregunto:
¿Cómo me las arreglaré
para salvarlos a todos,
a todos sin excepción?
¿Cómo haré para que todos entren
por el sendero sublime que conduce a la meta
de convertirse en Buda?

(Del libro: El Dharma y el Espíritu, Conversaciones entre un budista y un cristiano, por J. Masiá y K. Suzuki, PPC, 2008, p.148)


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Armas de doble filo, los catecismos
09.04.08 @ 01:51:40. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

El enfoque catequético de preguntas y respuestas memorizables se pensó para épocas de analfabetismo, como recurso para grabar la enseñanza en las mentes infantiles. Junto a las ventajas de los resúmenes fáciles, conllevaba el peligro de anquilosar la comprensión de la fe en fórmulas que se convierten en ropa estrecha cuando la persona crece.

La publicación del Catecismo del 92 por Juan Pablo II (así como la de su encíclica sobre el Resplandor de la Verdad) tranquilizó a quienes deseaban seguridad, claridad y certezas de máquina de respuestas automáticas, pero creo dificultades para quienes intentaban crecer en la adultez de la fe, después del Concilio Vaticano II.

Como está de nuevo de actualidad el tema de los catecismos, dediquemos unos comentarios al problema del arma de dos filos que supone su doble lenguaje.

En una entrevista acerca de la encíclica Veritatis splendor, comentaba el filósofo hermeneuta francés Paul Ricoeur el aspecto dialogante del texto elegido por Juan Pablo II como tema melódico de la encíclica: "¿Qué he de hacer, Maestro?". Veía el filósofo francés en ese texto una invitación al diálogo, que contrasta con el énfasis de la encíclica en una moral mucho más de respuestas que de preguntas.

El texto de Mt 19 muestra, a juicio de Ricoeur, un equilibrio inestable entre continuidad con el judaismo y ruptura con relación a la mentalidad centrada en la ley. El "tú, sígueme" evangélico recalca un aspecto singular, vocacional e histórico, mientras que el énfasis de la encíclica recae sobre lo inmutable y universal. La noción de verdad de la encíclica le parecía a Ricoeur demasiado unívoca, con más peso en lo helénico, neoplatónico y agustiniano que en lo bíblico y en el sentido de lo histórico y lo personal. La encíclica se queda, decía, en Sto.Tomás, como si no hubiera existido Kant y otros después de él.

El texto de Mt 19 es "desestabilizador", pero la encíclica está toda llena más bien de seguridades y certezas. Además, expresaba Ricoeur fuertes reservas con relación a la noción de naturaleza utilizada por la encíclica, para acabar preguntándose "¿no irradia más fulgor la belleza que la verdad?"

El problema subyacente es el haber optado por la claridad y seguridad en vez de asumir a fondo la incertidumbre y el riesgo que conlleva el texto evangélico. De ahí que aparezca en la encíclica, como también en el Catecismo, el problema de la incompatibilidad entre la moral de preguntas y la de respuestas, entre la moral de diálogo y la moral de recetas.


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¿Moral de criterios o de recetas?
12.04.08 @ 16:38:46. Archivado en Bioética

La opción por una moral de diálogo, no de recetas, la hizo el Concilio Vaticano II cuando rechazó el esquema títuladp De ordine morali. En su lugar surgió Gaudium et spes, sobrela iglesia en el mundo actual.

Los redactores del esquema preconciliar sobre moral reafirmaban la de los manuales. Acentuaban el "orden moral objetivo" (n.1), el "orden moral absoluto" (n.2), "vigente siempre y en cualquier parte independientemente de las circunstancias" (id.); insistían en que Dios no es solamente autor y fin del orden moral, sino su "custodio, juez y vindicador" (n.4); exageraban el papel del magisterio eclesiástico con "derecho y obligación de explicar autoritativamente e interpretar definitivamente la ley natural...", incluso "dirimiendo con decretos disciplinares controversias sobre puntos oscuros" (n.4); dedicaban espacio a refutaciones, ya que "el error es una serpiente variopinta y de muchas cabezas, pero la verdad es una " (n.6); centraban el capítulo sobre la conciencia en la concordancia con las normas (n.8); ponían en guardia frente a los peligros de una conciencia considerada como diálogo íntimo con Dios, los riesgos de insistir en la opción fundamental o de poner el amor como criterio de moralidad (nn.13-15); ponían como ejemplo de pecado mortal la negación de la fe en tiempo de persecución por miedo a la tortura (n.18), etc.

Este documento citaba en su n.5 el texto de Mt 22,37 sobre el resumen de la ley en el amor a Dios y al prójimo; pero, en el n.15, sintiendo la necesidad de evitar que el amor se convierta en criterio único de moralidad, citaba Mt 19,17, sobre la observancia de los mandamientos.Este fue el texto que sirvió de hilo conductor a Juan Pablo en la Veritatis splendor. Es inevitable la sospecha de que algunos colaboradores de redacción del Catecismo del 92 y de dicha encíclica trataron sutilmente de desenterrar el documento De ordine morali.

En tiempos de Juan Pablo II el Restaurador, dentro del marco de una sutil deformación del Vaticano II, que daba marcha atrás al mismo tiempo que afirmaba seguir su línea, se produjeron textos como el del Catecismo del 92, en los que un doble lenguaje de compromiso no consigue articular del todo la tensión entre una moral de diálogo y una moral de recetas prefabricadas.

El cardenal Martini, decía el 22-I-93 en una entrevista, que el Evangelio no tiene fecha y el Catecismo sí la tiene, que el Catecismo hay que volver a escribirlo una y otra vez en cada época; acentuaba el cardenal Martini la problematización de la fe y la fragmentación actual de la conciencia cristiana. Para responder, decía, a una necesidad de unidad se emprende la tarea del Catecismo. Es, decía, un problema percibido en diversos lugares eclesiales. Pero, ¿logró esa integración el Catecismo del 92 o mantuvo la desproporción entre la moral de discernimiento y la moral de recetas?


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"Sí pero no..." y "No, pero sí..." en la retórica vaticana
16.04.08 @ 15:24:21. Archivado en Bioética

Una patología que no acaba de curarse en el “manual de estilo” de la Curia vaticana es el doble lenguaje, que deja pequeño al de los políticos japoneses. Lo malo no es el lenguaje anticuado, sino su yuxtaposición (mal articulada) con frases tomadas de otros estilos renovadores, a los que fagocita.

Dos clases de lecturas desde posturas diferentes llevarán a citar el “sí, pero no” o el “no, pero sí”, según las conveniencias de las “dos iglesias” que, hoy por hoy, no dialogan suficientemente entre sí

Un ejemplo tomado del Catecismo del 92: El modo extenso de citar el Catecismo la encíclica Humanae vitae en sus números más controvertidos (HV 11-16), a saber, el fisicalismo y biologicismo de una moral más de actos que de actitudes; el modo de hablar de la vinculación entre lo unitivo y lo procreativo como inseparables, así como la insistencia en usar el término escolástico "intrínsecamente malo" para referirse a todo acto que haga imposible la procreación, etc...

Todo esto hace muy difícil, por no decir imposible, el compaginar esta moral con la del discernimiento cristiano. Ello llevará a muchos creyentes, incluidos teólogos y obispos, a disentir: a estar en desacuerdo, humilde y respetuosamente, pero sincera y responsablemente, con algunos puntos concretos que, por otra parte, sabemos que no son ni cuestión de fe, ni cuestión de pecado, ni cuestión de obediencia a directrices eclesiásticas (lo notaba bien la teóloga Lisa S. Cahill, en Theol.Studies, 50, 1989, pp.120-150).

También en el prólogo del documento Donum vitae (CDF, 1986), se decía que el rechazar algunas intervenciones artificiales, al comienzo de la vida humana, no era por el hecho de ser artificiales, sino a la luz del criterio sobre si respetaban o no la dignidad de la persona. No decía dicho documento que todo lo artificial sea, sin más, rechazable; tampoco afirmaba que todo lo llamado "natural" sea, sin más aceptable. Pero luego, en la parte concreta del documento, al hablar tanto de la contracepción como de la inseminación artificial o de la procreación asistida (fecundación in vitro), aun con gametos de los propios esposos, sacaba conclusiones que no eran coherentes con ese principio general. Pesaba más la moral llamada “fisicalista”, centrada en los actos y en el aspecto biológico de éstos solamente. Se repetía el "si, pero no" y "no, pero sí".

El Catecismo podría haber seguido una línea mejor, ya que al hablar de ley natural evitó cuidadosamente poner como prototipo de ella lo que el ser humano tiene en común con los animales y, en ese sentido, estaba más abierto a la moral centrada en la persona. No ignoraban los redactores del Catecismo este problema. Al hablar de contracepción, lo hicieron casi siempre limitándose a citas de la Humanae vitae, con lo cuál sus textos tienen solamente el valor de esa cita y no mucho más (ya sabemos lo escaso que es; este año se cumplen cuatro décadas de la aparición de ese documento, el que mayor daño causó a la credibilidad papal en el siglo XX)). Y, al hablar de fecundación in vitro, con gametos de los propios esposos, lo hacían con letra pequeña, sugiriendo tímidamente una cualificación teológica distinta.

Pero el problema del doble lenguaje no estaba resuelto, como hoy sigue sin estarlo. Prosigue su curso la patología del “sí, pero no” y “no, pero sí”, en la retórica vaticana. Nos lo ponen un poco difícil a quienes tenemos que estudiarlo y explicarlo, bailando en la cuerda floja de ser críticos, a la vez que respetuosos para con las orientaciones eclesiásticas.

De todos modos, se puede ser optimista pensando que el pueblo creyente tiene sentido común y buen humor, unido al sentido de la fe: estos tres sentidos juntos salvan a la Iglesia en todas las épocas y la ayudan a dejarse llevar por el Espíritu Santo.


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Consabida confusión sobre "eutanasias"
19.04.08 @ 15:40:22. Archivado en Bioética, Eutanasia

Saltó a titulares la muerte de Chantal Sébire, en Francia, tras ocho años de avance irreversible del tumor nasal que le deformó el rostro. Y se repitió por enésima vez el atasco en la encrucijada de las eutanasias.

“Eutanasias”: así, en plural, para contrarrestar la consabida confusión en torno a este tema manipulada a menudo, tanto por quienes apoyan la revisión de la legislación vigente como por quienes se oponen a su modificación. Hay que distinguir dos usos distintos de esta palabra: uno, en el mal sentido divulgado del término, confundiéndola con el suicidio o con el homicidio por compasión; otro, en el sentido exacto en que se usa jurídicamente, para determinar sus condiciones allí donde la legislación lo admite.

Se habla a veces de eutanasia, en un sentido inexacto, para referirse a acciones que deberían llamarse con otros nombres. Por ejemplo, el genocidio nazi, el homicidio discriminador de personas con discapacidad o demencia senil, la aplicación irresponsable de medicación letal, la supresión no indicada de recursos de mantenimiento vital sin el debido consentimiento o sin cumplir los protocolos establecidos, o el abandono y negligencia en la atención a personas ancianas con consecuencias fatales.

Al incluir estos casos en un único hatillo, etiquetado como “eutanasia”, se provoca naturalmente rechazo. Obviamente no podemos aprobar dichos compòrtamientos. Pero se produce, como vaivén pendular, la reacción opuesta: el público en general se pone en guardia frente a propuestas de despenalización de situaciones excepcionales que deberían ser tomadas en cuenta seriamente.

La legislatura no se atreve a tocar este punto por miedo a la reacción exagerada por parte de instancias ideológicas eclesiásticas o políticas. Esta ideologización religioso-política del tema no ayuda al debate cívico sereno, jurídico y ético, sobre las condiciones requeridas para prevenir abusos en el supuesto de una posible despenalización de algunos casos de eutanasia. Este debate debería preceder al debate parlamentartio en una sociedad plural y normalmente democrática.

Un ejemplo del otro uso de la palabra eutanasia, en el mejor sentido del término, es el Informe del Instituto Borja de Bioética (2005), que la define así:”Eutanasia es toda conducta de un médico, u otro profesional sanitario bajo su dirección, que causa de forma directa la muerte de una persona que padece una enfermedad o lesión incurable con los conocimientos médicos actuales, que por su naturaleza le provoca un padecimiento insoportable y le causará la muerte en poco tiempo. Esta conducta responde a una petición expresada de forma libre y reiterada, y se lleva a cabo con la intención de liberarle de este padecimiento, procurándole un bien y respetando su voluntad”.

Las orientaciones publicadas por la Orden Hospitalaria de san Juan de Dios en su libro Humanizar el proceso de morir (2007) precisan así: “Si se ponen en práctica los medios acerca del cuidado paliativo terminal, es de esperar que disminuirán las peticiones de eutanasia. Pero aun teniendo acceso a estos recursos, no se puede descartar que se presenten situaciones muy especiales, en las que el paciente desee que se pueda acceder a su petición de eutanasia”.

En los próximos años tendrá que debatirse este tema en nuestro país. Sería deseable que no se ideologizara, ni religiosa ni políticamente (por parte de los respectivos portavoces), sino que se pudiese tratar con amplitud de miras cívica y perspectiva estatal, no partidista ni electoralista.

Al debatir así, habría que tener presentes, ante todo, los puntos siguientes: 1) No plantear la cuestión como si se tratase de elegir entre paliativos y eutanasia dilemáticamente. 2) Garantizar debidamente el acceso igualitario a los cuidados paliativos, incluida la sedación indicada, consentida y protocolizada. 3) Precisar las condiciones para evitar los abusos. 4) No evaluar la legislación despenalizadora desde la perspectiva de una determinada creencia religiosa.

Desde el punto de vista ético, este problema tiene aspectos en común con el de la interrupción del embarazo. No se puede reducir al dilema entre posturas a favor y en contra (como si las primeras fuesen a priori contra la vida y solamente las segundas fuesen acreedoras a llamarse pro-vida o como si para llamarse pro-vida hubiera que estar incondicionalmente a favor de una moral sin excepciones).

Sea cual sea la decisión última que se tome ante una situación terminal, médica y éticamente compleja y conflictiva, la pregunta clave a plantearse siempre será: ¿Se respeta la autonomía y dignidad de la persona paciente, teniendo en cuenta también las repercusiones en otras personas? ¿Es ese respeto la motivación básica que apoya la decisión?

Desde el punto de vista religioso, creo que asumir críticamente una legislación despenalizadora es compatible con una postura personal situada en una opción más exigente desde una ética de máximos. Lo añado, a título de testimonio personal, formulándolo así: Mis creencias me invitan, sin obligarme, a no optar por la petición de eutanasia, pero no tengo derecho a imponer esta postura en una sociedad plural; sino solamente a pedir que me respeten, del mismo modo que respeto a quienes, ya sea con religiosidad o sin ella, defiendan la opción contraria.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 12 de abril, 2008)


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Narcóticos paliativos a personas moribundas
22.04.08 @ 14:21:06. Archivado en Bioética, Eutanasia

Una lectora asidua del blog me pregunta por los calmantes administrados a pacientes en situación terminal. Otro lector confunde la sedación con la eutanasia. Ambos coinciden en desear cerciorarse sobre la tradición de la teología moral antes de la revisión postconciliar.

Para su tranquilidad les contesto con un texto, “preconciliar y tradicional”, de Pío XII (justamente de hace medio siglo, poco antes de su fallecimiento, en un discurso al VII Congreso Internacional del Colegio Internacional Neuro.psico.farmacológico, 9-IX-1958). Dice así:

“La eutanasia, es decir, la voluntad de provocar la muerte, está condenada por la moral.Pero si el moribundo(sic) consiente en ello, está permitido utilizar con moderación narcóticos que dulcifiquen su sufrimiento, aunque también entrañen una muerte más rápida. En este caso, en efecto, la muerte no ha sido querida directamente. Ella es inevitable, y motivos proporcionados autorizan medidas que aceleren su presencia”


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El cura como "lego" en Comité de Bioética japonés
26.04.08 @ 17:23:42. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

En España no se entendería. Un monje budista y un teólogo católico invitados como “miembros legos” a un Comité de Bioética de una institución sanitaria estatal no confesional.

Desde mi experiencia de convivir normalmente con la laicidad secular en un contexto pluralista y tolerante, me choca la noticia sobre la división de opiniones en España acerca de la presencia de personal religioso en Comités de Ética Asistencial.

Mi experiencia positiva en Japón es la no ser ni privilegiado ni excluído como religioso, sino admitido e invitado con normalidad al debate bioético pluridisciplinar. (En Japón no hay acuerdos Iglesia-Estado, ni Convenios como el recientemente cuestionado en Madrid. Es atinadísimo el análisis que hace Francisco Prat, experto en Bioética, de Cristianos en el PSOE, en su artículo “Curas en Comités de Ética Asistencial”, Eclesalia, 25-IV-08).

Entre los “miembros legos” (en inglés, “lay members”, de fuera de la especialidad y de fuera de la institución), una socióloga, un ama de casa, una periodista, un monje budista y un teólogo católico. Naturalmente, se supone que los miembros religiosos no representan ni imponen ninguna postura oficial de su propia pertenencia confesional. Pero sí se espera de ellos que conjuguen competencia ética, capacidad dialogal y perspectiva religiosa personal, que se propone y no se impone.

Ya me gustaría que en España fuera posible esta “normalidad laica, secular, pluralista,y tolerante”. Lo impiden los prejuicios de los dos extremos típicos de las “dos Españas” anacrónicas: 1) la del integrismo eclesiástico-político, y 2) la del anticlericalismo alérgico, ambas acomplejadas por síndromes persecutorios. (Confiemos en que una tercera o cuarta alternativa –la de una gran mayoría de personas en el estado español- prevalezca sobre esas otras dos Españas trasnochadas).

En Japón, donde ni privilegian a la persona religiosa ni la excluyen, es más fácil colaborar con la laicidad secular, sin necesidad ni de ocultar la confesionalidad, pero sin imponer las creencias; por tanto, con mayor libertad y normalidad que en España para participar dialogal y abiertamente en el debate bioético, así como para proponer la propia perspectiva religiosa con libertad a quienes, sin compartirla, son capaces de respetarla.


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Subir a los cielos, bajar a la vida
03.05.08 @ 17:54:27. Archivado en Mística, Religion y sociedad

Tres lenguajes diferentes en las tres lecturas litúrgicas de la Ascensión: lo mítico, lo místico y lo cotidiano.

Habrá quien elija comentar el lenguaje mítico de la subida los cielos según Lucas (Hechos 1, 1-11; cf. Lc) en forma popularmente comprensible (“No os quedéis embobados mirando hacia arriba”). Habrá quien prefiera profundizar en el estilo místico para fe adulta de la Carta a los Efesios (1, 17-23; cf. 4, 10: “para llenarlo todo”). Y muchas comunidades de base se dejarán animar por lo cotidiano de Mateo (28, 16-20: “a vuestro lado cada día”, cf. Mc 16, 7: “Va por delante...en Galilea lo veréis).

Decir que “subió por entre nubes” es lenguaje mítico. Decir que “lo llena todo” es lenguaje místico. Unas homilías exagerarán el primero (con peligro de literalismo). Otras acentuarán el segundo (con peligro de ambigüedad).

Habrá quienes opten por aclarar malentendidos sobre números, como explicaba hace ya medio siglo el profesor en clase de exégesis: “Ni tres días para resucitar, ni cuarenta para ascender a los cielos...El tercer día es alusión a Oseas: lo definitivo; los cuarenta días aluden al éxodo... Ni Jesús espera tres días para dejar una tumba vacía, ni juega al escondite cuarenta días con los apóstoles, ni trepa a las nubes en despegue vertical a propulsión... Según el evangelista Juan, resurrección, ascensión y entrega del Espíritu son un todo inseparable, que coincide con la muerte y la lanzada en el costado, de donde brota sangre y agua (Jn 19, 29-34)”. Así lo explicaba, ya en los años 60, el profesor puesto al día en hermenéutica, mientras bostezaba el alumnado por el calor de mayo.

En eucaristía vivas y vividas por comunidades enredadas en las redes del Pescador, celebrarán la Ascensión al Cielo como descenso a la vida. Para descender a lo frágil, apearse a lo marginado y “bajarse al pobre”, como diría el P.Benjamín González, se centrarán en la Galilea cotidiana de Marcos (Mc 16, 7) o en la presencia en el camino de la praxis, con Mateo: “Con vosotras y vosotros a diario hasta el fin de los siglos” (Mt 28, 20) y en el compartir comunitario: “allí donde os reunís, dos o tres, en mi nombre (cf. Mt 18, 20).

Otras reuniones, en vez de unas pocas personas, serán misas multitudinarias en un estadio. En unas y otras, grandes y pequeñas, puede “subsistir” (Lumen Gentium, 8) el movimiento de Jesús,que llamamos iglesia. La interpelación será, para unas y para otras, “¿En nombre de quién y de qué se reúnen y para qué?"...


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Bioética y religión: Más tertulias
07.05.08 @ 10:50:47. Archivado en Bioética

Dado el interés de visitantes de este blog por los debates en torno a "Tertulias de Bioética", me permito informar sobre la prolongación de ese diálogo en la obra "Bioética y Religión", recién publicada por ed. Síntesis, Madrid, 2008, de la que doy el índice:

CAP. 1: ENTRE DOS INQUISICIONES (Hacia una integración)

CAP.2: ENTRE DOS IDEOLOGÍAS (Más allá d eobjetivismos y subjetivismos)

CAP. 3: ENTRE DOS PARADIGMAS (El punto flaco de la teología católica)

CAP. 4: ENTRE CIENCIAS Y CREENCIAS (Relativismos o relatividades?

CAP. 5: ATENDER A LAS MEDIACIONES (La Academia Vaticana de la Vida cuestionada)

CAP. 6: REVISAR LA AUTONOMÍA (de una mentalidad estática a una mentalidad evolutiva: Gaudium et spes)

CAP. 7: RECONOCER LA SECULARIDAD (El caso de las células-madre)

CAP. 8: RESPETAR LA DIGNIDAD (Budismo y teología ante la dignidad humana)

Estas reflexiones si sitúan en la línea de la Bioética del P. Javier Gafo y como homenaje a él en el vigésimo aniversario de su proyecto dialogal.


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Ventilar iglesias irrespirables
10.05.08 @ 10:33:24. Archivado en Religion y sociedad

El diálogo interreligioso, sobre todo en Oriente, no saldrá del atolladero mientras no suelte lastre de especulaciones occidentales antiguas y medievales sobre cristología y revelación.

Mejor perspectiva ofrecen las tradiciones de fe en el misterio creador, con tal de que se libere de la hipoteca de metafísicas aristotélicas y ontologías tomistas, para dejar campo libre al Espíritu de Vida y Vivificador. Su presencia encarnada en las otras religiones es el espacio de interacción y transformación mutua o medio divino (milieu), terreno común para que arraiguen los encuentros interreligiosos.

Como notaba el teólogo Ratzinger en su explicación del Credo (Introducción al cristianismo, parte 3, cap. 1), el texto griego original decía, suprimiendo el artículo determinado, “creo en Espíritu Santo” (en vez de creo en “el” Espíritu Santo). Es muy importante este detalle, dice Ratzinger; en efecto, la expresión no fue originalmente una referencia trinitaria, sino apuntaba al modo de actuar el Espíritu en la historia y a nuestro modo de creer y orar “en Espíritu”, dejándonos llevar, como Jesús, por el Espíritu.

En japonés, iki significa respiración y es también el radical del verbo vivir: ikiru (Recordamos el título de la famosa película de Kurosawa). En Oriente, donde la espiritualidad es corporalidad, la respiración es clave en todas las formas de cultivo o entrenamiento, tanto ascético como atlético o estético.

El carácter chino-japonés para hablar de “Espíritu Santo” debería ser el de KI, en japonés, Qi, CHI, en chino. En inglés ya no se dice, como antiguamente, Holy Ghost, que sonaba algo asi como a “santo fantasma”, sino Holy Spirit.

Oriente nos recuerda que el espíritu es lo más corporal que hay, a la vez que lo más espiritual. Desaparece el linde dualista en la respiración. Tanto las artes marciales, como los caminos estéticos o las tradiciones ascéticas de Oriente coinciden en centrarse en aprender a respirar.

Creer “en Espíritu” es dejar circular a través nuestro la corriente de espíritu divino. La teología se hace irrespirable a fuerza de dogmas que congelan la fe, moralizaciones que sofocan la libertad de espíritu, ritualizaciones que esclerotizan la celebración litúrgica y documentos magisteriales que sofocan la vida de la comunidad creyente.

Le pregunta la samaritana a Jesús dónde orar: ¿en el templo de la capital o en el monte de nuestra aldea? Responde Jesús: “Llega el día de quienes adoren en Espíritu y en Verdad”. Adorar en Espíritu no es encerrarse en el propio espíritu, sino estar reunidos por el Espíritu en comunidad. Verdad es el nombre propio de Jesús (En japonés, Makoto). Adorar en Espíritu y Verdad es hacerlo en el seno de la comunidad reunida por el Espíritu de Jesús, prolongación de su cuerpo, que sustituye al templo antiguo.

Pablo VI llamó, en su Evangelii nuntiandi(1975), a la reunión eucarística la respiración de la comunidad creyente. En la fiesta de Pentecostés anhelamos (con “anhélitos” de Espíritu) que soplen aires, tifones o huracanes evangélicos y “eclesiales”, para ventilar los interiores “eclesiasticos” irrespirables...


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Del Gautama histórico al Buda eterno: sugerencia trinitaria
14.05.08 @ 14:22:22. Archivado en Mística

Dialogando con el Maestro Kotaró Suzuki,me dice que la imagen de Buda que contemplé al visitar su templo “representa al buda histórico, Gautama Shakamuni, pero al mismo tiempo está idealizada o sublimada”.

Me explica que se trata del buda histórico, pero conmvertido en el buda celeste o glorificado por su entrada definitiva en el Nirvana tras la muerte.

“Pero, añade Suzuki, no convirtamos la imagen en ídolo. A través de la visibilidad del buda histórico y a través de la imagen del celeste, se nos sugiere el misterio del Buda eterno, que existe desde siempre y por siempre, sin forma, sin ser visible ni tangible, la gran energía que todo lo vivifica, el hontanar de luz y vida, sentido último de la realidad.

ElBuda eterno se hace visible en el buda histórico que nos encamina hacia la realidad última y nos hace despertar a la realidad de su presencia interior (lo que llamamos en japonés busshhô o naturaleza búdica, nuestro cuerpo morada de la iluminación, que diría Kûkai)”.

Oyendo esta explicación del Dr. Suzuki pienso inevitablemente en lo que Panikkar llama homeomorfismos trinitarios: manifestación terrena del Rostro de Abba, realidad última eterna, presencia interior del Espíritu... Aquí hay tema para la teología de los próximos cien años...

(cf. El Dharma y el Espíritu. Conversaciones entre un cristiano y un budista, PPC, 2008, p.123)


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Partir pan, compartir vida (1)
Juan Masiá Clave, 19.05.08 @ 07:04:34. Archivado en Religion y sociedad, Justicia y paz

Corpus Christi: ni magia, ni antropofagia, sino Presencia Real de Cristo Vivo y Vivificador, que reparte gratuidad e imparte esperanzas. Comienza en nuestro blog una novena en torno al Corpus Christi.

¡Ojalá nuestra manera de celebrar el Corpus nos haga regresar a la cotidianidad con las pilas recargadas de fe, esperanza y amor para mucho tiempo! No venimos a la celebración para cumplir un precepto o, como decían nuestras abuelas, para “despacharse” o “quitarse el cuidado” de obligación dominical. Venimos a celebrar, compartir y convivir.

No venimos a dormitar durante una homilía aburrida, que repita los tópicos de que el mundo está mal, o que nos persigue el gobierno o ¡qué miedo que viene el coco del laicismo, el secularismo o el relativismo!.

No venimos a admirar custodias de plata toledanas o murcianas, ni a presentarles armas con homenajes militares de tiempos del nacionalcatolicismo, con políticos y damas encopetadas, vistosos y vistosas para ser vistos en engalanada procesión.

Si Amós estuviera en un balcón de Toledo cuando pasa la procesión, diría: “Odio vuestras fiestas” (Amós 5,21), aunque las presidan cardenales. Si Malaquías estuviera a su lado, corearía: “No acepto la ofrenda de vuestras manos” (Mal 1, 10). Si estuviera Melquisedec, nos invitaría a la autenticidad del extranjero que dio sentido a una simple ofrenda de pan y vino (Gen 14, 19). Isaías comparó la comunidad ideal con un banquete (Is 25, 6). Eliseo hizo de panadero para más de cien personas hambrientas (2 R 4, 42-44). Todo este telón de fondo encuadraba el encargo de Jesús: “Dadles vosotros de comer” (Mt 14, 16).

Hoy es un día para recordar los tres gestos de Jesús: vista al cielo en acción de gracias, ojos fijos en el pan mientras lo parte y mirada alrededor. Primero, da gracias a la fuente de la vida. Segundo, contempla el pan, fruto de la tierra y del trabajo de muchos hombres y mujeres, que ha de partirse y compartirse. Tercero, invita a repartir y... a asegurarse de que el reparto es justo, que no se han quedado, como siempre, a la puerta las personas desfavorecidas.

Jesús no fue un prestidigitador. Su pan de vida no es un truco de magia, ni un juego escolástico de teoría abstractas sobre sustancias y accidentes. Antes de partir el pan se ha partido a sí mismo, se ha dado y repartido a diario, dejándose comer. Toda su vida fue eucaristía. Su vida entera da significado al partir, compartir y repartir el pan de vida. Comida en Galilea, Cena en Jerusalén, Sangre de Vida en el Gólgota, Eucaristías vivas en tantas y tantas comunidades de base...

Y hoy prosigue su presencia realísima en la vivencia cotidiana de hacer por las personas lo que él hizo, construyendo un mundo sin guerra ni hambre, un mundo de verdad, libertad, paz y justicia. Cuando todo esto se integra en un único acontecimiento liberador, eso es la Eucaristía auténtica, bien diferente de una misa rutinaria.

Tal es la prolongación del Corpus Christi Resucitado: la comunidad heredera y continuadora de su movimiento por el Reinado de la Vida; la comunidad reunida en torno a Jesús por su Espíritu (adorando en Espíritu de Verdad, Jn 4, 22-23), el nuevo lugar de adoración, llamado a sustituir a los templos anacrónicos, ya sean de Jerusalén, de Toledo o de basílicas romanas....


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Partir pan, compartir vida. Corpus Christi, sin magia (2)
Juan Masiá Clavel, 21.05.08 @ 02:32:52. Archivado en Religion y sociedad

Me llamó la atención ver reproducida en internet la foto nostalgiosa de una misa cara a la pared, en Roma, en latín, con casulla de “guitarra” y dos monaguillos sosteniendo el borde de la vestimenta (a pesar de que no hay peligro de que tropiece, por ser tan corta).

Es increíble hasta qué punto puede llegar el anacronismo ridículo y la condescendencia hacia la minoría tradicionalista, aquejada de esteticismo religioso.

Recordé la anécdota del año pasado en una “salida de misa” en cierta “parroquia de downtwon”:

“¿Por qué estás con los ojos bajos en el momento solemne de la consagración?”, pregunta un parroquiano. “Es para concentrarme en el instante en que Dios baja entre nosotros”, responde otro parroquiano. “Pues yo, al revés, levanto los ojos fijamente en el momento de alzar la hostia para no perdérmelo”, dice devotamente el parroquiano anterior.

¿Qué habría dicho Jesús a estas dos personas? Sin duda, que ambas se equivocan. La primera se pone tensa y cierra los ojos como si estuviera en una sesión de espiritismo. La segunda los fija hipnotizada en un punto e instante como si estuviera en una sesión de magia. Jesús les habría dicho: “Mi mesa no es la de un medium de sortilegios, ni la de un mago hipnotizador. Tampoco es una mesa donde sacrificar animales como en las religiones primitivas. Mi mesa es de comedor: para partir, repartir y compartir. Partir pan, compartir vida, repartir gratuidad, impartir esperanzas...Por tanto, ni cerréis los ojos, ni os quedéis hipnotizados. Tras mirar al cielo dando gracias, mirad a vuestro alrededor, como hice yo en el campo de Galilea y en la última cena. Lo que quiero que hagáis, para hacerme presente a mí entre vosotros cuando os reunáis en mi nombre, es lo que yo hice: partirse, repartirse y compatir. Partid el pan, repartid a quien no tiene, compartid la vida, la fe y la palabra. Haciéndolo así sois la única prueba de que yo estoy vivo”


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Partir pan, compartir vida. Corpus (3)

Juan Masiá Clavel, 25.05.08 @ 03:38:55. Archivado en Religion y sociedad

No decimos simplemente “Este pan es mi cuerpo”, sino: “Esto es mi cuerpo”. “Esto” no se refiere solamente a este pan y este vino, sino a todo lo que ellos representan: la vida entera de los hombres y mujeres aquí reunidos, con sus penas y alegrías, éxitos y fracasos, deseos y súplicas. Sobre todo eso se pide que venga el Espíritu para consagrarlo. Todo eso es lo que se convierte en cuerpo y vida de Cristo para la liberación del mundo.

Quien preside la celebración dice, en nombre de toda la comunidad, “Santifica estas ofendas con la efusión de tu Espíritu”, es decir, transforma y convierte todo esto en cuerpo y sangre, es decir, en vida de Cristo que de vida al mundo.

Ya el trigo era más que mero trigo y ya la uva era más que mera uva. Eran bendición y frutos de la Creación. El pan y el vino eran ya más que mera suma de granos de trigo y de uva, eran fruto del trabajo humano de tantos hombres y mujeres. Estaban cargadísimos de significados. Al presentarlos como ofrendas aún se han cargado de más significados: ahora significan la vida cotidiana de la comunidad que los presenta. Pero la máxima carga de sentido nuevo vendrá cuando se derrame sobre esas ofrendas la efusión del Espíritu para convertirlas en vida de Cristo.

Esta riqueza simbólica sacramental se pierde cuando se explica la Eucaristía como si fuera obra de prestidigitación o juego de química. Como bien dice un famoso teólogo (¡adivinen de quién es la cita!): “La transformación eucarística no se refiere a las apariencias, sino a lo que, por definición, no puede aparecer. Esto quiere decir que, por lo que se refiere a física o química, nada ocurre al pan y al vino. Físicamente y químicamente, después del cambio son lo mismo que antes”.

En el día del Corpus oramos para que la comunidad entera sea consagrada y se convierta en lo que recibe.


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Partir pan, compartir vida. Corpus (4)
Juan Masiá Clavel, 26.05.08 @ 09:56:05. Archivado en Religion y sociedad

Pregunta por e-mail un lector que quién es el teólogo “progre” del que tomé la cita sobre el pan y el vino, física y químicamente iguales tras el cambio que los convierte en sacramento. Pues la cita era del teólogo Ratzinger.

No quiero llamarle “progre”, dada la connotación peyorativa de este adjetivo, pero sí se reconocerá la conjugación de apertura y solidez en las formulaciones del teólogo bávaro que hoy nos sigue invitando a redescubrir lo esencial en la estela de san Benito.

La cita en que aludía a que el “cambio tiene lugar fuera del ámbito de lo físico” la tomé del original en alemán de su estudio “Das Problem des Transusbstantiation”, en: Theologische Quartalschrift 147, 1967, 129-176.

Como ha repetido recientemente el P. Adolfo Nicolás SJ, estos textos de Ratzinger nos ayudaron en nuestros años de estudiantes de teología a pasar del literalismo preconciliar a la hermenéutica actual, pero sin pasarnos al extremo opuesto (Y eso explica en buena parte la permanencia crítica en la fidelidad y comunión eclesial de mi generación, fidelidad y comunión, de la que algunos o algunas comentaristas del blog parecen desear verme fuera... ).


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Partir pan, compartir vida: Corpus (5)
Juan Masiá Clavel, 27.05.08 @ 13:42:46. Archivado en Religion y sociedad

Fue en un pueblo de Murcia, en los años cincuenta. La maestra, testigo ocular. Aleccionaron a la cocinera del cura antes de la visita episcopal.

La buena mujer se hacía un lío con los tratamientos, llamando “mi señor” al coadjutor y “su reverencia” al párroco. A la hora de la verdad, en la cena, el obispo fingió remilgos sirviéndose solo unos pocos garbanzos y verdura con algo de pechuguita. Entra en escena señá Manuela con un cortés cumplido: “Arremeje sin miedo, arremeje su divina majestad, que en el culo de la olla está la enjundia”.

“Enjundia” es castizo. En vez de “sustancias y esencias escolásticas”, Unamuno filosofaba hablando de “las entrañas” de enseres y personas. ¡Hijo de mis entrañas!, dicen las madres. También en japonés: ¡Hijo que hizo doler mis entrañas al nacer” (Hara wo itameta ko).

¿Qué lenguaje usar para la Eucaristía) ¿Sustancias, enjundias, entrañas? “Sustancia” es voz abstracta, aleja del misterio (aunque, en castellano, se diga de la del cocido sustancioso). “Enjundia” es término concreto, pero evoca imágenes de casquería y connota antropofagias. “Entraña” es palabra apropiada para hablar de la maravillosa transformación por la acción del Espíritu, que “desentraña” la riqueza simbólica de las ofrendas de pan y vino, para dejarlas pletóricas de nuevo sentido sacramental infinitamente mayor (sacramento es signo que realiza lo que significa): la “entraña del Misterio”, la entraña de la presencia real en que confluyen todas las demás presencias en la vida de Quien “lo activa todo en todos y todas” (1 Co 12, 6).

Es un misterio para el que no bastan nuestros malabarismos conceptuales sobre tran-substanciaciones, tras-finalizaciones, tran-significaciones, tran-simbolizaciones y... todos los demás transportes de sentido que queramos elaborar. Al fin y al cabo todos no son más que lo que en sánscrito llaman “upaya”, es decir, recursos pedagógico-salvíficos del lenguaje, siempre insuficiente para referirse a la “Entraña de la Realidad” (esta vez con mayúsculas, consagrada). Mejor renunciar a todas esas dogmatizaciones teológicas insustanciales y, desde luego, nada sustanciosas, mejor adorar entrañablemente en silencio...

Pero, eso sí, antes y después de ese silencio, que no falte la praxis de aportar, partir, repartir y compartir los tres panes que coloca sobre la mesa la comunidad reunida en círculo como brotes de olivo para “hacer eucaristía”, no meramente “despachar misa”.

Los tres panes sobre la mesa son: el pan de la palabra, el pan de la vida cotidiana y el pan del Corpus Christi.

1) El pan de la Palabra, proclamada y no meramente leída, para que se convierta en Palabra de Dios por la acción del Espíritu en quienes escuchan.

2) El pan de la vida y praxis cotidiana, compartida por la asamblea que comunica conversando -antes, durante y después de la celebración-, sin miedo a “armar jaleo”, aunque se enoje algún cardenal con escrúpulos (conversar en la mesa de Jesús no es “sacrilegio” sino “sacrificio”, es decir, sacrum facere, aportar vida en común para que se convierta con el pan en vita Christi pro mundi vita).

3) El pan de la Eucaristía, inseparables consagración y comunión: no reduzcamos la primera a un instante mágicamente solemne y la segunda a un rito rutinario; inseparables por la efusión de Espíritu, cuya operación hace que recibir el Corpus Christi sea más bien ser recibida la persona por Él, dentro de Él, que “lo llena todo” (Ef 4, 10).

Haciéndolo así serán válidas y eficaces por primera vez nuestras eucaristías “para que nos las cambie en frutos de verdad”.

(Agradezco al P. Luis Alonso Schökel, q.e.p.d., la inspiración de estas líneas. No se pierdan sus Meditaciones bíblicas sobre la Eucaristía, Sal Terrae, Santander 1986).


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Eucaristía de arroz y té (Corpus 6)
Juan Masiá Clavel, 31.05.08 @ 23:51:54. Archivado en Religion y sociedad

El equivalente cultural del pan y vino en las culturas mediterráneas es, en Oriente, el arroz y el té.

Si la última cena de Jesús con sus discípulos se hubiera celebrado en Vietnam, o en Beijing o en Nagasaki, Jesús habría tomando el cuenco de arroz en su mano izquierda y los palillos en la derecha, luego habría tomado con las dos manos la taza de té, diciendo: "Aquí pongo yo mi vida. Esto es mi vida, que se parte y se reparte, repetidla compartiendo, haced esto en memoria mía."

La traducción castellana del versículo 20 del capítulo tercero del Evangelio según Marcos dice así: “Fue a casa, y se reunió de nuevo tal multitud de gente que no podían ni comer”. El original griego dice: “no podían ni siquiera comer pan” (arton faguein). Es tan básico en esa cultura el pan que para decir "comer" se dice "comer pan". También en japonés, donde el arroz es alimento básico, para preguntarnos si hemos comido nos dicen : “¿Han tomado ya el arroz?”

Si en castellano decimos que alguien no tiene ni siquiera un pedazo de pan que llevarse a la boca, en japonés se dice de la persona pobre con hambre que “no tiene ni una bolita de arroz que llevarse a la boca”.

Haced esto e memoria mía no es literalmente “tomad pan y vino en memoria mía”, sino, “repetid lo que yo estoy haciendo, comed partiendo, repartiendo y compartiendo, y entonces me haré presente entre vosotros”.

Para las mentalidades obsesionadas con la literalidad, lo que llamaba la teología la “materia del sacramento” (“materia” es palabra tan escolástica como “transustanciación”, más vale dejarla de lado, junto con la concepci:on fisicalista de los sacramentos) tendría que ser exclusivamente pan y vino. Para una hermenéutica que se hace cargo de que billones de personas no tienen el pan como alimento básico sino el arroz o el maiz, etc., no presentaría ningún problema teológico celebrar con arroz y té la eucaristía. Hoy por hoy, todavía no lo hacemos, pero la iglesia podría cambiarlo sin el más mínimo problema. Lo importante es compartir comida y vida.


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Eucaristía, soplo de vida nueva (Corpus 7)
Juan Masiá Clavel, 04.06.08 @ 02:19:33. Archivado en Bioética, Religion y sociedad

La liturgia cristiana ora a menudo pidiendo la venida del Espíritu como soplo de vida que de vida nueva a todo. En griego se llama epiclesis esa plegaria implorando efusión de Espíritu recreadora y transformadora.

Varias trans-formaciones importantes en la Eucaristía:

1. Transformación de la culpa por el perdón. Ocurre en el reconocimiento penitencial del comienzo de la misa (auténtico perdón de los pecados), cuando la comunidad y la iglesia entera se reconoce pecadora y necesitada de conversión continua. La absolución recibida transforma a la comunidad por el perdón.
2. Transformación del corazón por la escucha de la Palabra. En la bendición solicitada antes de proclamar el Evangelio se pide la depuración del corazón para que no lo anunciemos solamente con la boca y para que la escucha transforme a quienes acogen la Palabra.
3. Transformación de las relaciones humanas por la reconciliación, ya que “antes de presentar las ofrendas ante el altar, hay que reconciliarse mutuamente”, reconciliación que quedará sellada al darse la paz.
4. Transformación de los dones por la consagración, cuando el Espíritu “santifica las ofrendas presentadas (pan, vino y la vida cotidiana entera que representan), para convertirlo todo en nueva vida, vida de Cristo para liberación del mundo.
5. Transformación de la persona y de la comunidad por la comunión ("hazte lo que recibes", dice san Agustín), unión (no uniformidad) en Cristo de la comunidad plural, comunión que no solamente expresa unión, sino la crea (Si aguardásemos a que la comunidad estuviera perfectamente unida no comulgaríamos, pero expresamos nuestra unión y, a la vez, sus deficiencias, comulgamos para estar unidos quienes deberíamos estarlo y todavía no lo estamos...)
6. Transformación de la iglesia : para salir del encerramiento en sí misma hacia la apertura al mundo, ya que la bendición final de despedida es un envío en misión, llamamiento a transformar el mundo desde Cristo, a la vez que a dejarnos transformar por Cristo presente en los signos de los tiempos de ese mundo.(En vez de decir, "ite missa est: podéis marcharos, que la misa ha terminado", decimos: "No os quedéis aquí, salid a construir la paz, que ahí es donde la misa había empezado y continúa...)

El llamado “Canon” de la misa latina preconciliar no dejaba percibir la riqueza de las diversas epiclesis y las correspondientes transformaciones, que en las plegarias eucarísticas segunda, tercera y cuarta postconciliares se recuperaron. Incorporamos conscientemente su sentido a nuestra espiritualidad, pidiendo en todas esas epiclesis por la trasnformación de la vida entera: “revivan los huesos”, que diría Ezequiel...


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Que aproveche...y se aproveche
08.06.08 @ 16:08:48. Archivado en Bioética

Cuando el ecologista de Kenya, Wangari Muta Maathai, recibió el Premio Nobel, en 2004, por su dedicación a la protección del medio ambiente, llamó la atención del público mundial sobre la palabra japonesa mottainai, que puede servir de lema para canalizar los esfuerzos actuales por un desarrollo sostenible. Hoy la podemos leer, tal como suena en japonés, en informes sobre cuidado del entorno, reciclaje de productos o costumbres alimenticias.

Mottainai significa, ante todo, lo contrario de la cultura de “usar y tirar”. A quien va a tirar a la basura parte del plato de comida, se lo impedimos porque “tirarlo es mottainai”: sería una lástima, diríamos en castellano, no hay que desperdiciar lo que se puede aprovechar. Me han servido en el restaurante dos rodajas de pescado. Me basta con una, ofrezco la otra a mi acompañante y comparto el plato, mientras le digo, “tirarla sería mottainai”. Es una manera de agradecer que me deje compartir.

Los diccionarios nos remiten a una gran diversidad de matices de esta expresión: no desaprovechar, no tirar lo utilizable, lástima que no se aproveche, etc. La mentalidad latente en esas locuciones de vida cotidiana transmite la importancia de no hacer gastos inútiles, usar bien hasta apurar sus posibilidades los recursos humanos, utensilios y productos, así como un sentido de reverencia y gratitud hacia la naturaleza o el disgusto al ver que se desaprovechan o desperdician sus beneficios.

Un refrán típico reza así: “En las sobras está la buena fortuna”. Lo repetimos cada vez que nos sirven una sopa de arroz o un rehogado de verduras con lo que en castellano llaman “ropa vieja”, las sobras de la semana bien aprovechadas y condimentadas.

Es natural que hoy día se redescubra la sabiduría tradicional tras esa noción, precisamente cuando Japón bate el récord de desperdicios y, en vez de fomentar la sostenibilidad del desarrollo desde su cultura tradicional, se ha convertido en amenaza para la solidaridad planetaria. Hoy, en vez de admirar las costas del llamado Mediterráneo oriental, entre la isla de Honshu y la de Shikoku, constatamos la contaminación ambiental y destrucción del entorno en la costa sudeste japonesa. Por lo que se refiere a los desperdicios, es impactante un paseo por los alrededores de la isla artificial en la bahía de Tokyo donde está entrando, durante las veinticuatro horas del día, una procesión de camiones de basura. Para más inri, el nombre del paraje, Yume no Shima, significa “Isla de los sueños”. ¡Como para soñar con un planeta limpio!

Pareja con mottainai, otra palabra de relevancia actual para la preocupación ecológica es itadakimasu; es lo que todo el mundo dice antes de empezar a comer. Significa “lo recibo con gratitud”. Niños y niñas pequeñitos no probarán un bocado sin haber dicho antes itadakimasu. Yanagida Kunio (1875/1962), uno de los antropólogos sociales de renombre en el Japón moderno, estudió la cultura del cuidado de la vida, encarnada en la tradición de su país en la doble noción de agradecimiento y responsabilidad, plasmada en la palabra itadakimasu: “lo recibo con gratitud, como un don, de arriba a abajo, y he de corresponder retornando algo a quienes me lo procuran”.

El pasado 24 de mayo se reunían en Kobe los ministros de medio ambiente del grupo de estados industrializados (G-8), junto con representantes de diez países más, incluídos India y China. Japón, políticamente débil, se esfuerza por contener el efecto invernadero, con propuestas que suenan como “el chocolate del loro”: inquietan a contaminadores pequeños, mientras dejan tranquilos a los de mayor escala. De cara a la cumbre del próximo Julio, junto al lago Toya en la isla de Hokkaido, se auguran dificultades para un consenso que frene la inflexible presión norteamericana de cara a un nuevo acuerdo sobre el cambio climático en el 2009, tal como se consensuó en diciembre en la Conferencia de Bali. Es sintomático que los titulares se refieran rutinariamente a este tema con el tópico de “era post-Protocolo de Kyoto”.

Más optimismo nos infundía, en los mismos días de la reunión ministerial de Kobe, el simposio paralelo, organizados por una ONG japonesa “Desarrollo sostenible y tradición cultural”, donde se percibía el incremento de conciencia de crisis a nivel ciudadano y el esfuerzo por fomentar, a pesar de la impotencia ante las políticas del mercado global, una cultura del no desperdiciar frente a la civilización de usar y tirar.

En la mesa redonda en que me tocó intervenir, mi interlocutor me preguntaba si puedo explicar en español el sentido de mottainai y de itadakimasu. Le respondí explicando el uso de “¿usted gusta?” y “que aproveche”. Pero tuve que apostillar sinceramente: tanto en Murcia como en Kobe, invadidos por la estandardización del consumismo envuelto en plástico, desaprovechamos y desperdiciamos mucho; no sólo alimentos, sino calidad y sabor del vivir cotidiano.


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Budistas y cristianos contra pena capital
14.06.08 @ 08:46:31. Archivado en Japón, Religion y sociedad

Me llamó la atención la reacción de un periodista español al comentarle la situación jurídicamente anormal y humanitariamente impresentable de la pena capital en Japón. Me preguntaba si no estaba confundiéndome de país y hablándole de China.

Si sólo mirásemos los números, Japón ejecuta muchísimas menos personas que Estados Unidos o China, en cabeza de lista de ejecuciones. Parece increíble que una nación con tantos adelantos civilizadores, si no es capaz de la abolición, no modifique un proceso de ejecución inconcebible en un estado de derecho.

En Japón, tras confirmarse la sentencia, la ejecución depende de la firma del Ministro de Justicia. Dos ministros rehusaron hacerlo durante su mandato. El actual ha firmado ya tres en menos de un año, tratando de rutinizar las ejecuciones. En la última década ha ido incrementándose el número de ejecuciones. Hay un ambiente de tabú en torno a este tema en la prensa. Más bien se tiende a publicar noticias sobre el aumento de la criminalidad, aprovechándolas para justificar el énfasis en la disuasión mediante la amenaza de la pena de muerte.

Según los datos de Amnestía internacional, hay en Japón más de cien personas sentenciadas a pena capital, que aguardan el día de la ejecución sin saber cuándo llegará. Algún condenado a muerte ha sido ejecutado más de 20 años después de dictada la sentencia. Bajo pretexto de asegurar la estabilidad mental de la persona condenada, se restringen las visitas. Por término medio, suelen esperar unos siete años. Durante ese tiempo ha amanecido cada día para el condenado sin saber si sería el último. Al oir los pasos del guardia que se acerca a la mirilla de su celda para pasarle la bandeja del frugal desayuno, entiende que le queda un día más. Cuando llegue el último día, sin previo aviso, en vez de traerle el desayuno le ordenarán limpiar la celda y tendrá unos minutos para redactar una última voluntad antes de ser conducido a la horca. Su familia, si la tiene, e incluso sus abogados, solamente se enterarán de que la ejecución se ha llevado a cabo cuando ya su cadáver esté en el depósito. Tendrán 24 horas para recogerlo.

Cuando las estadísticas dan un 80 por ciento de personas en favor de la pena capital (más de un 20 por ciento de aumento de 1975 a 2005), cualquier político preocupado por el número de sus votantes evita pronunciarse en favor de la abolición.

Un ex-guardia de prisiones, Toshio Sakamoto, publicó en 2003 un libro sobre los últimos momentos de condenados y el modo de llevarse a cabo las ejecuciones. Podría haber causado un fuerte impacto en la opinión pública, pero lamentablemente fue silenciado por los medios.

A una inicitaiva budista, secundada por protestantes, se ha sumado la iglesia católica para pedir la supresión de la pena capital. Recientemente las religiones e iglesias hermanas se han unido para concientizar a la ciudadanía, frente a unas estadísticas que reflejan el apoyo mayoritario a la pena capital. Es una seria dificultad cultural, que se remonta a la tradición sobre la venganza y la muerte como expiación.

Como en el tema del no a la guerra, también aquí el episcopado japonés se ha comprometido para apoyar interreligiosamente los derechos humanos. La Comisión de Justicia y Paz, presidida por el obispo Matsuura, envía carta de protesta al Ministro de Justicia cada vez que se produce una ejecución. Forma arte esta postura de una ética coherente sobre la vida, por parte de un episcopado comprometido para mediar en cuanto sean encuentros de reconciliación, procesos de pacificación o campañas de apoyo y defensa de la dignidad humana. Los obispos japoneses han insistido en sus cartas pastorales de las tres últimas décadas en adoptar una misma postura coherente, tanto al oponerse a la guerra y a la pena de muerte, como al defender la vida antes del nacimiento, apoyar mediaciones de reconciliación y salvaguardar los derechos de las personas discapacitadas o de los pacientes terminales. Siete años después de su publicación, sigue difundiéndose entre el público general la carta pastoral en que abogaban a comienzo del milenio por una cultura de la vida.


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Libertad religiosa, sin favores ni rechazos
19.06.08 @ 14:48:08. Archivado en Religion y sociedad

Cuando el Concilio Vaticano II votó el 19 de noviembre de 1965 la Declaración sobre la libertad religiosa, la minoría opuesta que votó en contra (249 frente a 1954 votos positivos) contaba entre sus filas con el episcopado español de la era del nacional catolicismo, así como con los polacos.

El documento conocido por su título Dignitatis humanae marcó un hito decisivo, giro de ciento ochenta grados, en la historia de las relaciones de la iglesia con los estados y con las otras religiones. Se pasaba, como acuñó Roger Garaudy, «del anatema al diálogo» y de la intolerancia dogmática a la convivencia democrática.

Pero, al mismo tiempo que se celebraba entonces la publicación de esa declaración, había que reconocer obviamente que llegaba con siglos de retraso. Tres décadas después, con motivo del nuevo milenio, el Papa Juan Pablo II admitiría la necesidad de pedir perdón desde una memoria histórica terapéutica, reconociendo los errores e injusticias de un pasado oscuro que va desde las cruzadas a los anatemas decimonónicos, pasando por las inquisiciones modernas.

Cuando la iglesia pedía a mitad del siglo pasado que se respetase la libertad religiosa tenía que encajar el golpe de las acusaciones de incoherencia y contradicción. «¿Cómo exigir libertad religiosa en países donde se encontraba en situación minoritaria y a la vez firmar concordatos y acuerdos de privilegio para la iglesia en países donde, al menos sociológicamente, todavía parecía ser mayoritaria?».

Hoy día la situación ha cambiado mucho a nivel internacional, pero sigue siendo paradójico el contraste entre posturas como las del Episcopado japonés y la de la cúpula de la Conferencia Epìscopal Española.

Ya le gustaría al gobierno del partido conservador japonés (que trata de modificar la Constitución para abrir paso a la ideología nacional-sintoísta) tener como interlocutoras a algunas mitras españolas nostálgicas de nacional-catolicismo.

Felizmente no es así en el país del sol naciente. Tanto el Episcopado católico como buena parte de dirigentes budistas apoyan que se mantenga estricta la separación de Estado e iglesias o religiones, y defienden la igualdad de trato para éstas en un marco de libertad religiosa.

Los obispos japoneses denunciaron en 1980, como contraria a la separación de Estado e iglesias, la propuesta de nacionalizar el santuario de Yasukuni (en Tokyo), en el que están entronizados criminales de guerra y que es símbolo emblemático de la ideología nacional-sintoísta de pre-guerra.

En marzo de 2007 el Episcopado japonés publicaba por unanimidad una carta pastoral insistiendo en la separación de iglesia y Estado, postura que fue apoyada por el Vaticano a través del nuncio: «Ustedes, el Episcopado japonés, han expuesto con toda claridad el principio de la separación de Iglesia y Estado, no sólo para Japón sino también para otros países», escribía monseñor Alberto Bottari de Castello. Esta postura ha sido confirmada en la visita de los obispos japoneses ad limina del pasado noviembre por Benedicto XVI.

El pasado 30 de mayo se constituyó una asociación, presidida por el obispo Tani, para defender el artículo 20 de la Constitución, en el que se garantiza que el Estado no privilegiará a ninguna religión. Este artículo es el que el actual gobierno intenta sutilmente cambiar, escudándose en la cultura y costumbres, el fomento del patriotismo o la mayoría sociológica de una tradición popular.

Para quienes estamos implicados en japón en el diálogo interreligioso y en la convivencia ciudadana en contexto de pluralidad y laicidad, resulta desconcertante leer noticias de prensa sobre las añoranzas de privilegios por parte de instancias eclesiásticas españolas.

Vistos desde Japón, resultan chocantes e incomprensibles comportamientos como los siguientes: el juramento de su cargo por el presidente del gobierno y sus ministros ante la Biblia y el crucifijo; la ofrenda anual oficial a Santiago; la celebración de una misa, en vez de un funeral interreligioso, por víctimas de terrorismo pertenecientes a otras confesiones religiosas; la oposición epìscopal a la Educación para la Ciudadanía; el desfile de militares en procesiones de Semana Santa o la presidencia de políticos en las mismas procesiones: la exaltación de símbolos emblemáticos de compromiso entre el trono y el altar; y un etecétera no precisamente corto... En cambio, en Universidades y colegios católicos de Japón, aunque ofrezcamos sin coaccionar a nadie la posibilidad de participar libremente en actos religiosos y tengamos oratorios y centros de pastoral en el campus, no se nos ocurriría colocar el crucifijo en las aulas...

En el caso de España habrá que recomendar al electorado católico, cualquiera que sea el partido en que milite, la relectura de la Declaración Dignitatis humanae, del Concilio Vaticano II, para que apoyen los esfuerzos legislativos de revisar la libertad religiosa en términos jurídicos de igualdad.

Eso supondrá revisar los acuerdos Iglesia-Estado, hoy ya anacrónicos. La iglesia debe renunciar a la nostalgia de poder y ha de aprender a participar en la sociedad civil, plural y democrática en condiciones de igualdad, sin favores de privilegio, ni rechazos de exclusión.

(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 19-junio-2008)


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Sutras para vacaciones, teología de verano
Juan Masiá Clavel, 26.06.08 @ 14:15:04. Archivado en Religion y sociedad

Como respiro teológico para días de asueto, una antología del Sutra del Loto. En vez de debates estériles sobre minucias eclesiásticas celtibéricas, canonjías, ortodoxias, síndromes persecutorios o programaciones pseudo-evangélicas, con o sin morbo,... en vez de toda esa morralla mediática, descansemos en vacaciones con la espiritualidad intercultural, refrescante como lluvia de verano:unos párrafos del Sutra del Loto.

Kâsyapa, dijo el Buda, imagina la flora variopinta de zonas montañosas o fluviales, en un área incalculablemente mayor que nuestro mundo. Una densa nube se cierne hasta cubrir el conjunto múltiple del mundo; cae una lluvia uniforme, cuya humedad fertiliza por doquier hierbas y árboles, arbustos y forestas; raicillas, pequeños troncos, ramas y hojas pequeñas: árboles grandes y pequeños, todos la reciben. Con la lluvia de una sola nube lograrán, conforme a su naturaleza original, crecer, florecer y dar frutos. Nacidos en un mismo suelo y fertilizados con una misma lluvia, plantas y árboles son todos diferentes.

Lo mismo ocurre con el Buda: el Así-Siempre-Presente: aparece en el mundo, como surgió la gran nube; él guía con su gran voz a la totalidad, lo mismo que la gran nube cubre por completo las tierras del mundo entero. En el seno de la muchedumbre, proclama estas palabras: «Yo soy el Así-Siempre-Presente. Una vez que lo hayan oído, se desprenderán de los obstáculos y, en el seno de las diversas enseñanzas, según su capacidad lo permita, entrarán paulatinamente por el Camino.

Así es el Dharma que predica el Así-Siempre-Presente: tiene un único aspecto pacificador y un único sabor: de liberación. Su enseñanza se predica acoplada a las disposiciones de quienes escuchan. Los recipientes son plurales y el mensaje es único.

Y lo repitió en versos diciendo:
«Yo soy el Así-Siempre-Presente,
supremo entre los vivientes;
revelado al mundo como una gran nube,
fertilizo plenamente todo.
A seres mustios y marchitos, les permito
despegarse del dolor,
obtener el gozo del alivio,
sanación del mundo, dicha del Nirvana.
Todo lo abarco en abrazo universal,
igual para todo viviente.
Sin preferir a nadie,
sin pensamiento alguno de elección o rechazo;
sin apego desorientado,
sin límites, ni obstáculos.
Al mundo entero proclamo
la enseñanza por igual.

(Del cap. 5 del Sutra del Loto, comentado por J. Masiá y K. Suzuki, en El Dharma y el Espíritu, PPC, 2008).


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Sutras de vacaciones, teología de verano (2)
Juan Masiá Clavel, 02.07.08 @ 18:47:51. Archivado en Mística, Japón

El maestro del Zen Hakuin (1685-1768) compuso unos versos apropiados para refrescar el espíritu en medio de los calores veraniegos. Saben a vida verdadera, como el agua que Jesús brindaba a la samaritana:

Todos los vivientes son
originariamente budas.
Como el agua y el hielo.
No hay hielo sin agua.
Pero no nos percatamos.
Buscamos en lontananza
lo que tenemos tan a mano.
¡Qué pena da ver a la gente extraviada
buscando lejos la Verdad
que mora en su interior!
Como quien se queja de sed
mientras nada en un lago.

(cf. J. Masiá-K. Suzuki,El Dharma y el Espíritu,PPC, 2007, p.131)


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Las religiones ante el G8: Otra cumbre posible
05.07.08 @ 01:02:10. Archivado en Bioética, Japón

Ante la cumbre del G-8 junto al lago Toyako (Hokkaido, Japón),las religiones cuestionan: Otra cumbre es posible.
Ante la cumbre del G8, donde el problema del cambio climático, las cuestiones sobre energía y la preocupación por la protección del medio ambiente determinarán gran parte de la agenda, la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz (WCRP: World Conferance of Religions for Peace) ha convocado paralelamente una asamblea interreligiosa (en Sapporo, Japón), desde la que presentar la propuesta que vienen preparando desde hace más de un año para interpelar a los dirigentes políticos de la cúpula del G-8: «¡Otra cumbre es posible y, además, es necesaria!», es el lema que nos ha convocado a lo largo de este año para pedir a las instancias controladoras de la globalización sociopolítica y económica que se sientan responsables de solidarizarla.

La Conferencia Mundial de las Religiones por la Paz celebró su primer congreso mundial en Kyoto en 1970, sobre «Desarme, desarrollo y derechos humanos». En el 2006, su octavo congreso tuvo lugar igualmente en la antigua capital japonesa, sobre el tema «Superar toda violencia y proteger toda vida».

Japón es este año el país huésped de la Cumbre de los Ocho y es natural que se sienta obligado a adelantar iniciativas convincentes para ir más allá del Protocolo de Kyoto. Pero, al mismo tiempo, Japón arrastra un serio problema de credibilidad. Tenía que haber reducido sus emisiones tóxicas en un 6% desde 1990, pero ya las había aumentado en un 6,4% en el 2006. Para ponerse a la altura del Protocolo de Kyoto tendría que reducir a partir de ahora el 12.4%.

El liderazgo interreligioso mundial, a través de sus representantes en Japón, ha tratado estos últimos meses los problemas de protección del medio ambiente; pero, sin reducirse a las discusiones sobre cambio climático, ha querido ahondar en el fondo de la cuestión: el enriquecimiento explotador como causa del empobrecimiento y de la destrucción del ecosistema, el olvido de la relación sana del ser humano con la naturaleza y el endiosamiento de la tecnología y el mercado.

Así lo exponía el presidente de la Asociación Budista seglar Koseikai, Nichiyo Niwano, representante en Japón de la directiva de la citada Conferencia mundial, en la reunión en que presentó oficialmente al gobierno japonés las propuestas del grupo interreligioso, En el mismo sentido lo han hecho, en dos seminarios sobre el tema, los participantes de dicha conferencia reunidos con el Ministro japonés de Asuntos Exteriores.

Las religiones perciben la necesidad de ponerse de acuerdo para servir de altavoz del mundo sin voz y denunciar la situación de toda una inmensa parte del planeta empobrecida, ignorada e injusticiada. Así lo hace la declaración interreligiosa de la cumbre paralela a la del G-8. Para su redacción, el episcopado japonés se ha sumado a la mayoría budista y a participantes de las otras religiones. La declaración desciende a lo concreto para hacer reclamaciones, ante todo, en los cuatro bloques de problemática siguientes: 1) hay que poner en práctica estrategias de conservación ecológica del medio ambiente; 2) hay que implementar el proyecto-milenio de Naciones Unidas para la superación de la pobreza; 3) hay que rechazar tajantemente el uso militar de la energía atómica y garantizar rigurosamente las condiciones de seguridad de sus usos pacíficos; 4) hay que desarraigar las causas sociales y políticas del terrorismo, así como de la manipulación ideológica de las religiones como justificación de violencias, invasiones y violaciones de derechos humanos.

«Otra cumbre es posible y necesaria». Tal es el lema que se ha de repetir frente al exclusivismo del grupo geopolíticamente dominante, en vez de permitir que se limiten a acuerdos entre fuertes para devorar a lo débil. Sobre todo, acentúan las religiones, que el énfasis de los gobernantes del G-8 en la seguridad -ya sea nacional o internacional- no se convierta en pretexto para políticas favorecedoras de privilegios para el grupo enriquecido y neocolonizador. Frente a la ideología de la seguridad, hay que revindicar, dicen las religiones unidas, una auténtica mundialización de la justicia, para que la seguridad sea «verdaderamente compartida y humanizadora», en vez de ser excusa para represiones policiales y ataques preventivos.

Las religiones hermanadas se sienten responsables de alzar la voz por la genuina globalización de la paz y la hermandad. Y desde el interior de las comunidades creyentes cristianas, minoritarias en Japón, se agradece ver cómo todo un episcopado se compromete unánimemente en estos temas en unión con las otras religiones. Podría servir de referencia valiosa para otros países, en los que el cristianismo es sociológicamente mayoritario, pero cuyas jerarquías eclesiásticas parecen más preocupadas con minucias internas, parcelas de poder, estrecheces morales o escrúpulos inquisitoriales, en vez comprometerse con la solidaridad social, la convivencia ciudadana, la igualdad sin discriminaciones o la paz y justicia mundiales.

(Publicado en "La Verdad", de Murcia, el 5 de Julio, 2008)


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Sutras de verano, teología refrescante (3)
Juan Masiá Clavel, 13.07.08 @ 04:38:03. Archivado en Mística, Religion y sociedad

El asceta Srona, demasiado riguroso, era el más estricto entre los discípulos del Buda, pero no se liberaba de los extravíos, de la ilusión y el sufrimiento. Se desanimó: “No progreso. Sería mejor abandonar este camino, regresar al hogar y vivir con comodidad el resto de mis días”.

El Buda Shakamuni, notando la crisis del discípulo, le dijo: «He oído que eras diestro en tocar el arpa antes de ser monje. Tú conoces bien el arpa. ¿Produce buena música si las cuerdas están demasiado tensas?» Srona contestó: «No». El Buda le preguntó: «¿Produce música el arpa si las cuerdas están demasiado flojas?» A lo que Srona respondió: «No». El Buda preguntó de nuevo: «¿Y qué tal cuando las cuerdas están tensadas en su punto? ¿Puede entonces producir buena música?» Srona contestó: «Sí, sí que puede».

El Buda dijo: «Prepararse para la iluminación es como ajustar las cuerdas del arpa. Si te inclinas hacia una asiduidad extrema, las cuerdas de tu mente estarán demasiado tensas, y la mente no se encontrará en un estado de paz. Si no eres suficientemente asiduo, las cuerdas de la mente estarán flojas, lo cual te llevará a la pereza. Quédate en una asiduidad moderada».

En el Sutra de los Cuarenta y dos capítulos, el Buda enseñó:

«Un arpa no tiene sonido alguno
si las cuerdas están demasiado tensas.
No suena tampoco en absoluto
si están demasiado poco tensadas.
Sólo con cuerdas están tensadas
en su punto,
la música sale afinada.»

El libro de Pagola sobre Jesús es un modelo de arpa bien tensada. La nota inquisitorial que lo criticó provenía de un arpa de estridencias chirriantes...


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Sutras de verano, teología refrescante (4)
Juan Masiá Clavel, 27.07.08 @ 16:49:03. Archivado en Mística, Japón

“Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos”, dice la fe budista al dirigirse al bodisatva Kanzeon (Kannon, en japonés), uno de los equivalentes simbólicos que corresponden al imaginario mariano en las culturas mediterráneas.

Son tonificantes los versos siguientes del capítulo 25 del Sutra del Loto:

Desde que alcancé la iluminación
transcurrieron ya siglos infinitos.
Proclamé sin cesar la enseñanza del Dharma
para enseñar y guiar
a un sinnúmero de seres
a la sabiduría de la iluminación.

Con el fin de salvarles a todos
me manifiesto como extinguido,
cual recurso de salvación.
Pero, en realidad, no me extingo: permanezco.
No estoy en la otra orilla, sino aquí,
entre vosotros, anunciando
día a día el mensaje del Dharma.
Dirigiéndome al mundo entero,
así mi oráculo proclamo:
He aquí que para siempre
habito entre vosotros.
No he desaparecido,
aunque usando estrategias salvíficas
a veces me presento como extinguido
y a veces como no extinguido.
Con mi poder divino permanezco
en este monte por siglos infinitos
y habito, a la vez, en innumerables lugares.
Veo a todos los vivientes
sumidos en un mar de sufrimiento.
Por eso no me muestro como soy,
sino que incito a que me añoren,
para que se revele el Dharma
cuando despierte el anhelo.

Mas no se percatan,
sumidos en un mar de sufrimientos:
cuando un incendio arrasa la tierra
en el fin de los tiempos,
mi morada, empero, permanece serena
cobijando a humanos y divinos.

Sin cesar me pregunto:
¿Cómo me las arreglaré
para salvarlos a todos,
a todos sin excepción?
¿Cómo haré para que todos entren
por el sendero sublime que conduce a la meta
de convertirse en Buda?

(Cf. El Dharma y el Espíritu. Conversaciones entre un budista y un cristiano, PPC, Madrid, 2007, p. 148)


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Sutras de verano, teología refrescante (5)
Juan Masiá Clavel, 09.08.08 @ 01:06:23. Archivado en Mística, Japón

Al regresar el maestro a su apartamento modesto, encuentra la puerta abierta y la habitación vacía. “Maestro, nos han despojado de todo”, dice el discípulo. Pero el maestro sonríe, se sienta tranquilamente sobre el suelo de esterilla y dice, señalando al cielo: “El ladrón no ha podido quitarnos lo mejor de esta casa: la luna vista desde la ventana”.

Myoe (1173-1232) es un monje japonés, al que se ha llamado el san Francisco de Oriente. Lo vemos en un cuadro típico, sentado sobre las ramas de un pino: solo, en medio de la naturaleza, mientras en el horizonte aparece la luna. Tras la contemplación, regresa por el camino del bosque y admira la luna, ya alta, que aparece y desaparece entre nubes. Escribe entonces el poema:

Asomando entre nubes
La luna invernal
Me acompaña
¿Qué puede importarme
El viento helado o la fría nieve?


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Sutras de verano, teología refrescante (6)
Juan Masiá Clavel, 15.08.08 @ 19:48:16. Archivado en Mística

Un manual de espiritualidad del budismo Tendai, obra del monje chino Chih-I puede ser lectura refrescante en estos calores de agosto. Está publicado en la editorial Sígueme con el título de Pararse a contemplar.

"Detente un poco, párate a respirar; haz una pausa para ver las cosas como son, sin darles más importancia de la que tienen. Párate a contemplar”

Así aconsejaba hace catorce siglos este monje, poniendo dos ejes de espiritualidad: pausa y receptividad, respirar y contemplar.

Bebió en la tradición espiritual india, resumida en dos palabras: calma y lucidez, parada y mirada, pausa y contemplación. Son dos ideogramas chinos: chih-kuan ( en japonés, shi-kan). El primero significa: pararse a respirar, concentración receptiva. El segundo: mirar de otro modo, contemplación sapiencial.

Con otras palabras, saborear y saber. Sin respirar bien no hay sabiduría. Sin sabiduría, sabe a poco el respirar. Ni el saber de excesivas palabras satisface, ni el silencio ignorante apaciente el espíritu.

Buena lección para la cura de silencio que requiere la teología dogmática occidental...


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